Educacion es lucha contra la fatalidad social fernando savater +
1. EDUCACION ES LUCHA CONTRA LA FATALIDAD SOCIAL
El Ciudadano Ideal de Savater
Entrevista realizada por Sophia Rodríguez Pouget.
Diciembre 2001
Fernando Savater
Fernando Savater (1947- ) filósofo y escritor español. Nació en San
Sebastián y desde muy temprana edad manifestó su inquietud en el
ámbito de las letras y el pensamiento, hasta el punto de conmocionar
el panorama filosófico de su país al publicar en 1972 Nihilismo y
acción y La filosofía tachada. En estos ensayos, que nada tenían de
juveniles, se manifestaba ya, influido por Friedrich Nietzsche y por
Emile Michel Cioran, su empeño por innovar los modos en que
discurría la reflexión en España, obsesión a la que ha sido fiel a lo
largo de la incesante actividad periodística, teórica, pedagógica y
literaria que desarrolla desde entonces. De otra parte, al compaginar
con ingenio, acierto e ironía crítica, filosofía y escritura, Savater ha
cultivado diversas pasiones que articulan sus compromisos
intelectuales y su evolución como pensador. En primer término, lo
que le costó un periodo de exilio voluntario en Francia en los últimos
años del régimen de Francisco Franco, situado en un
antiautoritarismo radical, muy próximo a las tesis anarquistas; acto
seguido, alternando sus preocupaciones críticas y estéticas con las
políticas, lo que descubrió su faceta como cinéfilo y mitómano
ilustrado que, descreyendo de géneros y fórmulas convencionales,
reivindicaba el placer como alternativa emancipatoria frente a una
modernidad asfixiada por la razón.
Más tarde, al conjugar sus inquietudes éticas con la elaboración de
una teoría liberadora y crítica de la cultura y la política, polemizó con
dureza con el filósofo Javier Sádaba, a propósito de los conflictos del
independentismo vasco en particular y, en un orden más amplio, del
poderoso renacer del nacionalismo y las doctrinas xenófobas,
neofascistas y racistas en el mundo.
En 1973 apareció Apología del sofista, título al que siguieron
Apóstatas razonables (1976), Conocer Nietzsche y su obra (1977),
Panfleto contra el Todo (1978), Humanismo penitente (1980) y la
obra con la que conseguiría el Premio Nacional de Literatura de
1981, La tarea del héroe. Este ensayo reflejaría el acusado interés de
Fernando Savater por desentrañar la ética de sus engañosos
3. desarrollarse tanto la capacidad de razonar y argumentar , como la de
aceptar y de ser movidos por razones ajenas. Ambas necesitan una
información y son imprescindibles para la democracia. También es
fundamental una educación que valores la reflexión sobre el conocimiento ;
que les ayude a entender a los educandos qué significa “conocer”. El
conocimiento es algo importante pero complejo. Por una parte, es “salir”,
comprender que las ideas –por más centradas o científicas que sean-
pueden ser refutables. Pero al mismo tiempo que enseñe lo fundamental,
que es preferible “fiarse”del conocimiento y no de la superstición, de gurús
o de magias, o de hipótesis irracionales, ni de ideas dictadas por la pereza
y el aburrimiento. Se debe educar para desconfiar de los absolutos, pero
también para confiar absolutamente en que es mejor conocer que no
conocer. La educación debe desarrollar la capacidad de deliberar con
argumentos racionales. Y me refiero a la razón entendida de manera
universal: como sentido de lógica.
Hay dos principios que tiene que desarrollar la educación. Primero, no se
puede educar para reprimir posibilidades argumentadas de alternativas a lo
ya existente. Uno debe explicar , documentar, hacer comprensible lo
existente, pero no reprimir a priori alternativas posibles. No oponerse al
progreso. No educar diciendo “no reflexiones sobre esto”, “no cuestiones
eso”, “no leas aquello”, etc. Hay que dejar las puertas abiertas para
explorar otras posibilidades . Y segundo, la educación no debe ser
discriminatoria : no se puede partir de la base de que hay gente que no
debe ser educada. Nadie debe quedar por fuera de los procesos
educativos. Ni siquiera la gente que tiene minusvalías mentales o físicas.
La educación debe llegar a todo e mundo sin excepción. La gran paradoja
de la educación es que los educadores debemos educar para que los
educandos puedan abandonarnos y seguir su camino solos, para quesean
mejores que nosotros. Uno no educa para hacerse imprescindible sino
para que el otro pueda prescindir de la tutela de uno, para la autonomía y
la capacidad crítica, para la independencia. El buen educador es sólo un
peldaño en el proceso del educando. La educación va de la mano de la
libertad.
¿Qué concepto tiene de la educación y de la pedagogía en Colombia?
FS: No podría dar un concepto objetivo porque no conozco profundamente
la situación en Colombia. Pero por el contacto que he tenido con personas
que manejan esas temáticas en el país, veo que tienen los mismos
problemas y deficiencias que lamentablemente en general aquejan la
educación en casi todos nuestros países latinos.
4. En las últimas décadas, uno de los problemas más graves que tienen
los educadores es que se han ido quedando sin herramientas para
formar, porque se les reprocha imponer valores subjetivos o
predisponer hacia una ideología en particular, e –incluso-, atropellar
el libre desarrollo de la personalidad. Cuándo se trata de educar,
¿cómo manejar un esquema de democracia sin caer en la anarquía?
FS: Es cierto. Por eso es importante entender que en la educación no se
puede aplicar la fórmula de la democracia. La escuela no es una entidad
democrática. Ahí las obligaciones y la disciplina son puntuales. La
democracia es el reino de la igualdad y en la educación no hay igualdad.
En la educación hay unos que saben y otros que no saben; hay unos que
educan y otros que tienen que ser educados. Es un error suponer que el
niño o el joven que entra tiene los mismos derechos que el profesor.
Naturalmente tiene derecho a ser respetado, a ser cuidado, pero no es una
situación de igualdad y por lo tanto necesita una disciplina. Niños y
jóvenes entran a la escuela para llegar a ser libres. No entran libres
porque la libertad no es algo que se tiene de nacimiento sino que se
adquiere por medio del conocimiento, de la educación y de la disciplina.
Para eso se va a la escuela: para llegar a ser libre. Nada más absurdo que
la frase “todas las opiniones son respetables”. Una cosa es que todas las
personas son respetables , pero las opiniones no. Las opiniones son
discutibles, son puntos de encuentro. Un niño no entra a la escuela con
opiniones respetables. No se puede permitir que, en nombre de una
educación que pretende ser democrática desde el inicio, se boicotee la
posibilidad de que sea un verdadero instrumento para la formación de
ciudadanos democráticos. Por falta del sentido de lo que es la disciplina y
la necesidad de enfrentamiento pacífico y argumentado entre el profesor y
el alumno, se está impidiendo que el alumno obtenga los beneficios de la
educación. Es absurdo caer en la trampa de que la educación viola la
libertad o el libre desarrollo de los educandos. No olvide que los
educadores tenemos, entre otras cosas, la obligación de ser “antipáticos”
frente a los alumnos, porque la educación tiene una dosis de frustración
para los educandos, por la resistencia que estos oponen frente a ella .
Pero, ¿cuando usted habla de educación democrática, a qué se
refiere?
FS: No hay que confundir las dos ideas. Una cosas es la educación
democrática y otra muy diferente pretender aplicar la fórmula de la
democracia en la educación.
5. ¿Cómo es una educación democrática?
FS: Es una educación de príncipes. Es la educación de quienes van a
tener la posibilidad de mando en una sociedad. En las democracias, cada
ciudadano debe ser educado para cualquier puesto. No para una labor
específica, sino con total libertad. No se debe educar a nadie para ser
súbdito. Se debe preparar a todo el mundo para ser dirigente. De lo
contrario se estaría educando para obedecer . Parece un ideal pero es la
meta a la que debemos apuntar en la educación. La tarea no es fácil.
Además, la educación democrática es algo que nos concierne a todos. No
sólo a los educadores y a los educandos, o a los gobernantes y estudiosos.
También es una responsabilidad de los medios , de los políticos, de los
artistas. Por eso toda la sociedad debe ser convocada para la reflexión
sobre la educación. Porque se trata de reflexionar sobre el futuro y sobre
las libertadas que el futuro nos da.
El problema de muchos países –como Colombia- es que, aunque
tienen sistemas políticos democráticos, no toda la población tiene
acceso a la educación y menos a una de buena calidad. Se ha vuelto
un asunto privado e, incluso, económico.
FS: Precisamente las personas que no pueden pagarse una buena
educación son las que más la necesitan . Porque los que si pueden son
los que han tenido la suerte de nacer donde hay libros, música, amor por el
arte, interés por la cultura, contacto con la intelectualidad, y donde el
ambiente se convierte de por sí, en la base de su educación. En cambio,
niños y jóvenes que han nacido en la pobreza, en la delincuencia, en
hogares desintegrados, rodeados de personas que no han tenido -ni les
interesa, ni comprenden- la educación y la cultura, son los que más
necesitan la educación. Son los que no tienen más que la sociedad
democrática para educarse. Los otros tienen a sus padres y a su grupo
social. Es fundamental que la educación alcance a aquellos que no se la
van a poder costear y que la vida condena inexorablemente a ocupar una
posición de sumisión o de rebeldía estéril. La educación es la lucha contra
esa fatalidad social. Fatalidad que hace que el hijo del pobre tenga que ser
pobre, el del ignorante ignorante y el del delincuente lo mismo. Si la
educación no combate esa fatalidad sino que se resigna a que se
reproduzca, entonces esa democracia está condenada, porque no es
verdadera; porque finge que todo el mundo tiene derecho a participar en su
gobierno pero deja por fuera de esa posibilidad a la mayoría. En cuanto
preocupación social, la educación no debe ser jamás asunto privado. La
educación es siempre problema público, porque si en un país la mayoría
6. está educada, somos todos los que vamos a sentirnos concernidos con la
buena educación. Igual: la mala educación, el abandono educativo de la
población, repercute sobre todo el país. No es “sálvese quien pueda” y
cada quien eduque a sus hijos. La educación tiene que ser una
oportunidad pública para todos los habitantes.
¿Qué recomendaciones hace en cuanto a educación y pedagogía?
FS: Lo primero que tienen que hacer países que no son democráticos es
llegar a la democracia para después sí empezar a hablar de educación. Y
para los países democráticos , lo primero que tienen que hacer es “formar
ciudadanos”. El concepto de “ciudadanos” sólo se da en la democracia. Si
no, hablaríamos de “esclavos”, “vasallos” La democracia no es algo
espontáneo; la gente no nace ciudadana. Los ciudadanos no son un
producto natural que crece sin más; son una fabricación del resto de la
sociedad. Hay que preparar a la gente para la ciudadanía que es también
el ejercicio del gobierno. En ese contexto, es de vital importancia la
educación. Nadie puede ejercer la función de gobernar si no ha recibido
una formación adecuada. En su política, Aristóteles dice: “No podrás ser
gobernante si no has sido antes gobernado”. Ser “gobernado” es ser
“educado”, preparado para ejercer la tarea de gobierno. En las
democracias olvidamos con mucha facilidad que todos somos políticos;
que somos a la vez gobernantes y gobernados; que somos lo verdaderos
depositarios de la capacidad de gobierno. Los gobernantes lo son, porque
les hemos “mandado mandar”.
¿Cómo se forma un ciudadano?
FS: La formación de ciudadanos es la de personas capaces de “participar”
y no solamente de “pertenecer”. Hay dos formas de incorporarse a una
sociedad: la de “pertenecer”, como hacemos todos, que nacemos
perteneciendo a una sociedad que no hemos elegido. Esa pertenencia nos
identifica como grupo; es un mecanismo que resuelve nuestra necesidad
de seguridad, la sensación de identidad, de sentirse acogido, de estar “en
lo de uno”; es algo instintivo. Pero después se crece y se abren otras
instancias en las que uno puede escoger “participar”. Instancias que se
basan en la deliberación, en la propia decisión. Que son electivas, críticas y
necesarias para madurar. Si uno toda la vida se rige sólo por sus
pertenencias, no progresa. Frases como “lo que hago es mío”, “siempre lo
he hecho así” o “es que aquí somos así” demuestran un estancamiento en
un nivel primitivo que no permite el progreso. La madurez ciudadano
7. implica el abandono de sus pertenencias pero sí el desarrollo de las formas
de participación y progreso.
¿La educación es el camino para solucionar los problemas de una
sociedad ?
FS: Hago parte de la gente que piensa que la educación es la forma de
revolución pacífica, verdadera y eficaz; la forma más profunda de
transformar la sociedad y convertir la vida en algo más digno y alegre.
Lógicamente, una cosa es que la educación sea muy importante y otra
cosas es que sea TODO. La educación es reflejo de la sociedad. Si la
sociedad es violenta, en la escuela habrá violencia; si en la sociedad hay
conflictos, en la escuela los habrá. La escuela es una preparación para la
vida, pero también en la escuela se vive la vida. Si hay violencia hay que
acabar con la violencia. Por lo tanto no sólo hay que cambiar la escuela
para cambiar la sociedad. También hay que cambiar la sociedad. Si hay
violencia hay que acabar con la violencia. Lógicamente una buena parte
se logra por la educación, pero también por otras vías. Si el mundo fuera
perfecto no sería necesaria la educación. Bastaría con salir y hacer lo que
veamos. Es absurdo que los educadores esperen a que la sociedad mejore
para educar bien, porque su deber es educar bien para que la sociedad
mejore.