Maltrato infantil características de los padres maltratadores
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS PADRES
MALTRATADORES.
La habilidad y destreza para el cuidado del niño están determinadas por las
experiencias propias de la niñez de los padres, por factores culturales y el nivel
educativo. Entre los factores más importantes y relacionados directamente
con el maltrato, se encuentran la deprivación afectiva y la negligencia.
T. Salomón señala que entre el 30% y el 50% de los padres que abusan de
sus hijos informaban haber sido víctimas de abuso en su niñez. Otros autores
encuentran que un 30% de los padres describían la relación con sus
progenitores como primariamente negativa y un 41% de las madres abrigaban
sentimientos negativos hacia sus padres durante su niñez, comparado con el
11% de madres no abusadoras.
Como un reflejo de las experiencias negativas y poco o nada placenteras, la
totalidad la totalidad de las madres acusaron bajos niveles de autoestima, que
se reflejaba en una pobre imagen de sí mismas que las hacía propensas al
trastorno
depresivo. El abuso de los hijos está unido en forma directamente
proporcional al estrés ambiental, a las dificultades maritales, la tendencia al
aislamiento social y a las pobres o casi nulas relaciones con las personas.
Además, existe una alta prevalencia de desórdenes psiquiátricos: UN TERCIO
de los padres que han sometido a sus hijos a maltrato severo, ha tenido
hospitalización psiquiátrica. S. Smith y sus colaboradores encontraron que,
sobre un estudio realizado con 214 padres maltratadores, un 48% de las
madres son neuróticas y cerca de un 33% de los padres son sociópatas. Otro
grupo de investigadores, dirigidos por S. Kaplan, compararon grupos de
progenitores abusivos y negligentes con un grupo de padres normales. En el
primer grupo se diagnosticó, con una frecuencia altamente significativa y sobre
todo en los hombres, alcoholismo, personalidad sociopática o personalidad
lábil (frágil, quebradiza), en comparación con el grupo control. En las madres
un porcentaje más alto de Trastorno Depresivo Mayor.
Es posible entonces señalar una situación de alto riesgo para los hijos cuando
se presenta la conjunción de padre sociópata o emocionalmente inestable y
características narcisistas, con una esposa depresiva. Los diferentes
hallazgos sugieren que la pareja proclive al maltrato se “refuerza” a sí misma
en un “torbellinos negativo” en el cual la madre es incapaz de generar la
conducta positiva y afectuosa necesaria para atraer a su hijo, quien a su vez
está menos dispuesto a responder a los intentos de la madre; se inicia
entonces un círculo vicioso consistente en respuestas inefectivas e
inapropiadas por parte de la madre, molestia y aislamiento por parte del
menor, lo cual aumenta la rabia, la frustración, la desconfianza y el recelo
maternos, generando así ausencia de sana reciprocidad en la relación
materno-infantil. Es un torbellino de sentimientos negativos y emociones de
emergencia: la víctima es el niño, que flota como un corcho en el remolino,
cada vez más hacia el vórtice.
Si las experiencias vividas por los padres durante la niñez han sido
traumáticas, en un ambiente punitivo y carente de amor, al asumir el rol de
2. padres se presentan identificaciones tempranas con las figuras de “padre-
agresivo” vs “niño víctima”. Estos sentimientos se proyectan hacia el niño
quien finalmente se convierte en blanco de agresión . La agresión siempre se
ejerce contra quien carece de capacidad de respuesta. Presos en este infernal
mecanismo, ejercen la violencia a través de los mecanismos inconscientes de
“acting out”. El niño se convierten en chivo expiatorio dependiendo de factores
accidentales como la época de nacimiento, la apariencia física , el
temperamento, las circunstancias socioeconómicas, el sexo, las relaciones
conflictivas de pareja, la inmadurez ante las responsabilidades de crianza y el
tipo de apoyo parental.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PADRES
QUE INCURREN EN ABUSO SEXUAL.
Con relación al padre, varios autores han señalado que el alcoholismo o el uso
frecuente del alcohol, son factores precipitantes de la conducta incestuosa.
Se ha encontrado un 33% de alcoholismo en padres incestuosos, sin embrago,
el uso del alcohol per se no explicaría la conducta incestuosa sino un
mecanismo mediado a través de liberación cortical superior.
Numerosos estudios han demostrado el papel que juega la serotonina en la
regulación de la agresividad; un alto nivel la inhibe y el descenso la induce o
facilita. A manera de ejemplo, el alcohol reduce la recaptación de serotonina,
la cafeína disminuye la síntesis y otras drogas como las anfetaminas y la coca
disminuyen las funciones serotoninérgicas.
Los padres incestuosos provienen de familias rígidas, con características
patriarcales muy acentuadas, en las cuales el padre ejerce su dominio
mediante la intimidación y la violencia. En el extremo opuesto estaría la madre
exageradamente dominante, en contraste con una imagen paterna pasiva,
dependiente y anodina. El fuerte deseo de ejercer control está ligado con
frecuencia a rasgos de personalidad paranoide. En ambos casos se
presentaría cierto grado de aislamiento físico y social, producto de rígidos
patrones morales acerca de la sexualidad.
Las características de la familia patriarcal, en el peor sentido del término, están
comúnmente presente en ciertas regiones del país. Por tradición y cultura
tales determinantes se transmiten a través de generaciones, así como las
formas de ejercer disciplina mediante castigos físicos, en muchas ocasiones
violentos, crueles y sádicos. La deprivación afectiva y emocional es una
consecuencia de lo anterior en estas familias.
Cerca de un tercio de los padres con inclinación incestuosa ha sido víctima de
acoso sexual durante la niñez por parte del progenitor o de otra figura
significativa dentro del núcleo familiar.
En opinión de J.W.Prescott, “la violencia contra la sexualidad así como la
sexualidad violenta, sobre todo contra las mujeres , tiene profundas raíces en
la tradición bíblica”.
3. SICOPATOLOGÍA DEL PADRE MALTRATADOR.
La mayoría de los estudios presenta rasgos muy generales sobre dicha
psicopatología. Levy y colaboradores señalan que un 54.8% de los padres
tenía historia de alcoholismo, consumo de marihuana, neurosis o psicosis,
pero en dicho estudio no se realizaron entrevistas psiquiátricas formales. Este
estudio se realizó en varios hospitales de la ciudad de Cali.
En el padre o madre que maltrata coexisten elementos neuróticos y pre-
sicóticos con una estructura de carácter resistent5e al cambio. La estructura
pre-sicótica incluye las personalidades paranoide, esquizoide y ciclotímica.
Grinker habla de cuatro grandes grupos de personalidades limítrofes:
Aquellos que renuncian al intento de establecer relaciones
interpersonales, pero sus reacciones afectivas hacia los demás y hacia
el ambiente son negativas y airadas.
Una tendencia muy deficiente para vincularse con los demás, seguida
de repulsión que los lleva al aislamiento, la soledad y la depresión.
Abandono de la identidad personal y espera pasiva de estímulos de
parte de los demás para proceder como su complementario...la llamada
personalidad “como si”.
Búsqueda de una perdida relación simbiótica con la figura materna, que
no se alcanza y que revela una depresión anaclítica.
En este tipo de personas la variabilidad o labilidad de la conducta es una
constante. Los períodos de mejor adaptación son seguidos de períodos de
desintegración, lo cual ha dado lugar al término de “inestabilidad estable”.
Finalmente el aspecto más sorprendente en este grupo de pacientes es el
serio deterioro de sus relaciones interpersonales. Son comunes los
altercados dramáticos, precipitados por leves o insignificantes roces
emocionales que conducen a una fragmentación del entorno social y a la
impresión de desorganización y caos, que no deja de impresionar a cualquiera
que entre en contacto con este grupo de individuos, bien sea por razones
terapéuticas o sociales. En los padres emocionalmente inmaduros, sus
propias necesidades están por encima de todo lo demás; el niño constituye
para ellos un reflejo de su propia y no superada inmadurez...su propia
inseguridad los asusta y por ende atacan. Son personas “emocionalmente
desnutridas o desequilibradas”.