El documento describe las características psico-evolutivas del niño de 3 años. Explica las principales etapas del desarrollo cognitivo, psicomotriz, del lenguaje y afectivo según la teoría de Piaget. Se detalla el desarrollo de los reflejos y movimientos en los primeros meses de vida, así como las etapas del desarrollo cognitivo que incluyen el estadio sensoriomotor, preoperacional, operaciones concretas y operaciones formales. Además, analiza el desarrollo del len
3. 1. INTRODUCCIÓN
El desarrollo de las personas es un proceso que tiene lugar a lo largo de toda la vida y
que se produce de forma gradual.
Dentro de este desarrollo vital, la primera infancia es la etapa más importante
para el desarrollo general.
“Durante la primera infancia (desde el período prenatal hasta los ochos años),
los niños experimentan un crecimiento rápido en el que influye mucho su entorno.
Muchos problemas que sufren los adultos, como problemas de salud mental,
obesidad, cardiopatías, delincuencia, y una deficiente alfabetización y destreza
numérica, pueden tener su origen en la primera infancia”1.
Es totalmente necesario que para que este desarrollo durante la infancia se
produzca de forma correcta, el niño cuente con el afecto necesario por parte de las
personas con las que convive y, por supuesto, que el entorno en el que vive sea el
adecuado para u niño.
2. DESARROLLO COGNITIVO
El desarrollo cognitivo del niño/a tiene que ver con las diferentes etapas en las que se
desarrolla su inteligencia. El desarrollo cognitivo infantil tiene relaciones íntimas con el
desarrollo emocional o afectivo, así como con el desarrollo social y el biológico. Todos
estos aspectos se encuentran implicados en el desarrollo de la inteligencia en los
niños.
Una de las teorías que explican mejor las etapas del desarrollo de la inteligencia en el
niño es la de Jean Piaget. En el desarrollo de un test de inteligencia normativo, Piaget
observó que los niños de la misma edad tendían a cometer errores similares, del
mismo tipo. Estos patrones de errores agrupados por edad le llevaron a pensar en la
existencia de una secuencia evolutiva en el crecimiento intelectual.
1
OMS (2009). Desarrollo en la primera infancia. Recuperado el 28 de octubre de 2012, de
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs332/es/index.html
3
4. Jean Piaget considera que el desarrollo cognitivo tiene lugar del siguiente modo:
1. Los seres humanos tendemos a la búsqueda de equilibrio: integración de las
nuevas experiencias en nuestros esquemas (nuestra forma de relacionarnos
con las ideas y el entorno).
2. Cuando las nuevas experiencias encajan con nuestros esquemas, se mantiene el
equilibrio; cuando las nuevas experiencias chocan con nuestros esquemas
previos, se produce un desequilibrio que inicialmente produce confusión y
después lleva al aprendizaje mediante la organización (nuestra forma de dar
sentido y simplificar en categorías nuestro conocimiento del mundo) y la
adaptación (el ajuste entre las ideas previas y las nuevas).
3. En el proceso de adaptación por asimilación se incorporan nuevas
informaciones en el esquema previo.
4. En el proceso de adaptación por acomodación, el esquema previo tiene que
modificarse, que ajustarse a la nueva experiencia o información.
En esta imagen, encontramos una explicación más esquemática del concepto de
asimilación según Piaget. A través de la asimilación se incorpora una experiencia
nueva a los esquemas que ya tiene el sujeto, a los conocimientos previos. Este
4
5. proceso, permite reconocer e identificar sucesos y objetos nuevos aplicándoles los
esquemas preexistentes. A través de este proceso definido por Piaget, se amplían los
esquemas ya existentes, pero hay que decir que en ocasiones esto no es suficiente
para afrontar nuevas experiencias y es entonces cuando entra en juego otro concepto
llamado acomodación. Este nuevo proceso podemos decir que consiste en modificar
los esquemas anteriores para resolver problemas que aparecen que surgen de nuevas
experiencias dentro del ambiente.
Así pues, sus observaciones le llevaron a establecer la existencia de cuatro estadios en
el desarrollo cognitivo: sensoriomotor, preoperacional, operaciones concretas, y
operaciones formales.
Estadio sensoriomotor
Esta etapa abarca desde el nacimiento hasta los 2 años. Al nacer, el mundo del niño se
enfoca a sus acciones motrices y a su percepción sensorial. Cuando termina el primer
año ha cambiado su concepción del mundo y reconoce la permanencia de los objetos
cuando se encuentran fuera de su propia percepción. Otros signos de inteligencia
incluyen la iniciación de la conducta dirigida a un objetivo y la invención de nuevas
soluciones. El niño no es capaz de elaborar representaciones internas, lo que se
supone como pensamiento; no ha desarrollado el lenguaje, su inteligencia se considera
como preverbal. En la última parte de este periodo se refleja una especie de "lógica de
las acciones", es decir, que la actividad está motivada por la experimentación.
En este estadio se pueden identificar seis subetapas:
- Etapa de actividad refleja (0-1 meses): en este momento el niño emplea la
acomodación de reflejos innatos para solucionar los “problemas” que le
puedan surgir. Realiza alguna imitación refleja de respuestas motoras y
consigue seguir objetos en movimiento pero ignora su desaparición.
- Etapa de reacciones circulares primarias (1-4 meses): el bebé repite actos
interesantes que están centrados en el propio cuerpo. También cabe destacar
que en este momento el niño mira atentamente el punto en el que ha
desaparecido un objeto.
5
6. - Etapa de reacciones circulares secundarias (4-8 meses): a la hora de resolver un
“problema” el bebé repite actos interesantes dirigidos a objetos externos. En
este momento ya es capaz de buscar un objeto que está parcialmente oculto.
- Etapa de coordinación de esquemas secundarios (8-12 meses): el bebé ya es
capaz de combinar acciones a la hora de resolver un problema simple, se
manifiesta así la primera evidencia de intencionalidad. En este momento
también surge una imitación gradual de respuestas nuevas ya que hay una
imitación diferida de actos motores muy simples. También podemos observar
la aparición de signos claros del surgimiento del concepto de objeto, puesto
que busca y encuentra un objeto oculto que no ha sido visiblemente
desplazado.
6
7. En esta imagen se nos explica de una forma principalmente gráfica la
incapacidad que todavía tiene el niño para encontrar objetos que han sido
invisiblemente desplazados. En la etapa de coordinación de esquemas
secundarios el niño es capaz de encontrar un objeto que se oculta, pero en
cambio, aún no es capaz de buscar y encontrar un objeto que ha sido
invisiblemente desplazado.
- Etapa de reacciones circulares terciarias (12-18 meses): en esta nueva etapa el
niño experimenta para encontrar nuevas alternativas a la hora de resolver los
problemas que le vayan surgiendo. Se puede apreciar una imitación sistemática
de respuestas nuevas. El bebé ya es capaz de buscar y encontrar un objeto que
ha sido visiblemente desplazado.
- Etapa de invención de medios nuevos a través de combinaciones mentales (18-
24 meses): en esta última etapa el bebé empieza a solucionar problemas en un
nivel simbólico interno. También realiza una imitación diferida de secuencias
conductuales complejas y busca y encuentra objetos que han sido ocultados
por medio de desplazamientos invisibles.
Estadio preoperacional
Este estadio abarcaría desde los 2 hasta los 6 años. Es en este momento cuando
el niño utiliza el pensamiento simbólico, que incluye el lenguaje, para entender
el mundo. A veces el pensamiento del niño es egocéntrico, que hace que
entienda el mundo desde una sola perspectiva, la suya. Si hablamos de las
nuevas adquisiciones que producen en esta etapa, cabe destacar que la
imaginación florece, y el lenguaje se convierte en un medio importante de
autoexpresión y de influencia de los otros. Los niños empiezan gradualmente a
descentrarse, es decir, a hacerse menos egocéntricos, y a entender y coordinar
múltiples puntos de vista.
En este estadio se diferencian dos subetapas:
- Período preconceptual (2-4 años): en él se produce el surgimiento de la función
simbólica: capacidad para hacer que una cosa, una palabra o un objeto
sustituya, o represente alguna cosa.
7
8. - Período intuitivo (4-7 años): en el que se observa una reducción del
egocentrismo; mayor capacidad para clasificar los objetos en diferentes
categorías (tamaño, forma, color).
Estadio operaciones de concretas
Esta etapa abarca desde los 7 a los 11 años. Cuando se habla aquí de
operaciones se hace referencia a las operaciones lógicas usadas para la
resolución de problemas. El niño en esta fase o estadio ya no sólo usa el
símbolo, es capaz de usar los símbolos de un modo lógico y, a través de la
capacidad de conservar, llegar a generalizaciones atinadas.
Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de
conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por
'conservación' se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se
mantiene igual aunque se varíe su forma.
Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los
materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para
hacer varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas
la cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. Poe ejemplo, un niño
que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está intelectualmente
capacitado para comprender que un litro de agua es la misma cantidad en
recipientes de muy diversas formas.
Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de
conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a
cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie
aunque estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.
Estadio de las operaciones formales
Este estadio va desde los 12 años en adelante. En esta etapa el adolescente
logra la abstracción sobre conocimientos concretos observados que le permiten
emplear el razonamiento lógico inductivo y deductivo. Desarrolla sentimientos
8
9. idealistas y se logra formación continua de la personalidad, hay un mayor
desarrollo de los conceptos morales.
En este breve esquema se puede observar un resumen de las diferentes etapas del
desarrollo cognitivo de Piaget. En él se resaltan las características principales de cada
estadio. Como se puede apreciar este esquema no tiene en cuenta los subestadios del
estadio sensoriomotriz y del estadio preoperacional.
3. DESARROLLO PSICOMOTRIZ
Las primeras manifestaciones motrices en el niño son los movimientos reflejos. Esto se
produce en ya en el período neonatal. El concepto de movimiento reflejo se puede
definir como un fenómeno involuntario, automático, mecánico e inconsciente que se
produce por la estimulación del medio o del organismo. Se tratan de respuestas
primitivas muy importantes para la supervivencia del ser humano. Su aparición y
desaparición sirven como indicios para valorar la integridad y el grado de madurez del
sistema nervioso infantil, así como la presencia de posibles alteraciones neurológicas.
9
10. Dentro de los reflejos podemos diferenciar dos tipos: reflejos necesarios para la
supervivencia y reflejos no necesarios para la supervivencia.
Dentro de los reflejos necesarios para la supervivencia encontramos los necesarios
para mantener el suministro de oxígeno (hipo, estornudar...), los necesarios para
mantener la temperatura corporal (llorar, tiritar, encogerse...) y los reflejos de
búsqueda (buscar el pezón girando la cabeza, succionar, el llanto con el estómago
vacío...). Entre los reflejos que no son necesarios para la supervivencia podemos
encontrar algunos como el reflejo de Babinski (estirar los dedos del pie en forma de
abanico cuando se acarician), reflejo natatorio y reflejo de prensión.
En estas imágenes podemos observar tres de los reflejos que tienen los bebés desde el
nacimiento, pero que no son necesarios para la supervivencia.
10
11. El primero de ellos es el reflejo de búsqueda. Cuando tocamos suavemente la mejilla
del bebé, éste girará la cabeza en dirección del estímulo con la boca abierta, listo para
succionar.
El segundo de ellos es el reflejo de Babinski. Cuando se acaricia suavemente la planta
del pie del bebé desde el talón hasta el dedo gordo, el bebé estirará los dedos de los
pies en forma de abanico. Este reflejo desaparece a los
El tercero es el reflejo de presión. Acostamos al bebé mirando hacia adelante y con los
brazos doblados. Si se le coloca el dedo índice en la palma de la mano, el niño
reaccionará cerrando la mano y tratando de agarrarlo. La fuerza de sostén de la mano
de un bebé puede ser tan fuerte que puede sostener todo su peso.
También existe motricidad no refleja que es un paso intermedio entre los movimientos
reflejos y los movimientos voluntarios. Pueden ser movimientos globales que implican
todo el cuerpo (como en el caso de los estímulos viscerogénicos) o movimientos
segmentarios localizados como el pataleo o las sonrisas.
En el primer mes el niño intenta movilizar la cabeza y cierra la mano ante estímulos en
el interior de esta. Trata de buscar la luz o los sonidos y manifiesta tranquilidad y
bienestar al mamar, al bañarle, o al cogerle en brazos.
En el segundo mes de vida inicia la fijación ocular y comienza a seguir objetos.
Manifiesta reconocer a su madre.
En el tercer el bebé empieza a sujetar su cabeza y se lleva la mano a la boca. Hace
movimientos voluntarios de agitar miembros y consigue tocar el objeto pero no
agarrarlo ni sostenerlo (a menos que se coloque el objeto entre sus manos). Sonríe o
manifiesta alegría ante muestras de cariño.
Ya en el cuarto mes sujeta perfectamente la cabeza e intenta incorporarse ayudándose
de los antebrazos. Consigue sujetar un objeto durante un corto período de tiempo y
para hacerlo utilizan toda la mano, concretamente la palma y los dedos anular y
11
12. meñique. También intentan desplazarse sin conseguir este objetivo. Ríe, busca los
sonidos y reconoce a sus familiares.
Hacia el sexto mes de vida el niño es capaz de mantenerse sentado y de llevarse los
pies a la boca y da saltos al ponerle en pie. Mejora la prensión de objetos ya que es
capaz de coger objetos de un tamaño adecuado y de manipularlos. También
perfecciona totalmente la agudeza visual. Conoce su nombre e imita ruidos. Intenta
sujetar el biberón y extraña a desconocidos.
A los ocho meses el niño se desplaza de forma independiente mediante el gateo.
Entre los doce y los quince meses de vida aparece la marcha autónoma rudimentaria
(con oscilaciones de un lado a otro). Es capaz de arrojar objetos. Comprende órdenes
simples, y es capaz de realizar juegos estereotipados con las manos. Inicia la
masticación.
A los dieciocho meses el niño ya es capaz de transportar o empujar objetos mientras
camina.
En esta imagen podemos observar como un bebé intenta incorporarse usando los
antebrazos como punto de apoyo. Esto es algo que el bebé consigue hacia los cuatro
meses.
12
13. En esta imagen podemos ver por un lado a un bebé llevándose un pie a la boca y, por
otro lado a un bebé que ya es capaz de mantenerse sentado. Ambas cosas suelen
conseguirse hacia los seis meses.
En la imagen anterior, se puede ver a un niño gateando. Esto es algo que los niños
hacen hacia los ocho meses.
En esta imagen se puede ver a un bebé caminando. Podemos intuir que aun está
empezando a hacerlo por la forma en que lo hace: oscilaciones de un lado a otro, pies
separados, cadera baja. Estas características de la marcha rudimentaria aparecen
explicadas a continuación en el apartado de marcha.
A partir de los dos años el ámbito motriz se caracteriza por las habilidades motrices
básicas, que son acciones motoras observables ejecutadas en virtud de todas las
capacidades que las sustentan y tienen en un carácter elemental. Estas habilidades son
la base de las futuras habilidades motrices específicas. Las habilidades motrices básicas
13
14. son fundamentales para la autonomía de la persona en su vida, están fundamentadas
en movimientos naturales y se adquieren a través de la maduración del sistema
nervioso en los primeros años de vida (2-5 años), se enriquecen entre los 6 y 9 años y
se optimizan entre los 10 y 12 años como consecuencia del aumento de las cualidades
físicas.
A continuación se hablará del proceso de desarrollo que van sufriendo algunas
habilidades motrices básicas.
La marcha
Antes de los tres años hay una búsqueda constante de equilibrio y estabilidad, se
busca una base amplia separando los pies, los brazos se elevan y se separan, se
flexionan la cadera y las rodillas, hay una trayectoria irregular de desplazamiento, el
ritmo es espasmódico, agitado y falto de fluidez, el niño presenta una actitud corporal
rígida y se producen caídas frecuentemente.
A los tres años la marcha gana automatismo y ya no necesita tanto control visual,
aumenta la uniformidad en la longitud, la altura y el ritmo de desplazamiento y el niño
presenta una postura más erguida.
A los cuatro años la marcha es más armoniosa y coordinada, hay un balanceo rítmico
de brazos, el paso es equilibrado en dirección frontal y coordina los pies como medio
de soporte e impulso.
En los cinco y los siete años el niño camina con el tronco erguido pero no tenso, con
control del movimiento de la cabeza, balanceando los brazos libremente en el plano
sagital y en oposición al movimiento de las piernas, con los pies en línea con la
dirección de la marcha, elevando el centro de gravedad y aumentando la longitud de la
zanca y la velocidad.
La carrera
Entre los dos y los tres años la actitud es rígida e hipercontrolada, la base de
sustentación es amplia, el apoyo del pie es plano, la fase aérea es muy reducida, el
14
15. movimiento de los brazos es brusco y sin fluidez y los brazos des desplazan en el plano
horizontal.
A los cuatro años ya muestran una forma de correr bastante buena, aumenta la
longitud de la zancada y la velocidad, aumenta la flexión de la rodilla de la pierna de
apoyo y la extensión de la rodilla al despegarse del suelo, aumenta la duración del
período de suspensión y el desplazamiento es más horizontal que vertical.
Entre los cinco y los siete años el tronco ya se inclina ligeramente hacia delante, la
cabeza aparece erguida y mirando hacia delante, los brazos se mueven en oposición a
las piernas en plano sagital con los codos flexionados, la pierna de soporte se extiende
y empuja el cuerpo, la zancada es más relajada y con poca elevación y hay un mayor
control en las paradas y en los cambios de dirección.
El salto
El niño no salta hasta que tiene cierta competencia en la marcha y la carrera. Los
primeros intentos se producen entre los diecisiete y los dieciocho meses cuando
intentan bajar escalones. A los dos años les divierte realizar saltos verticales con los
dos pies de forma repetida.
A los dos años hay poca participación del tren inferior y la acción se produce por
extensión de la columna (ley céfalo-caudal). Se observa dificultad para saltar con los
dos pies a la vez, hay una falta de preparación previa, los brazos aparecen rígidos y en
ocasiones muestran acción opuesta a las piernas y hay una falta de control en la caída
(poca amortiguación).
A los tres años el 42% de los niños son hábiles saltando y son capaces de realizar tres
saltos seguidos y a los cuatro años y medio, el 72%. A los cinco años ya son capaces de
dar diez saltos seguidos.
A los seis años el niño ya es capaz de saltar sobre un pie con la cabeza y el tronco
erguido. La recepción se realiza por la punta del pie con flexión de la rodilla y el tobillo
para absorber la fuerza, los brazos se flexionan cerca del tronco ayudando a la
elevación del cuerpo y el movimiento rítmico y fluido.
15
17. A través de juegos populares como las carreras de sacos o la rayuela, o también a
través de otros juegos más actuales que impliquen salto, los niños mejoran de una
forma muy lúdica su patrón de salto. Hay que tener en cuenta que en la etapa de
Educación Infantil lo importante es el proceso y no el resultado, es decir, un profesor
de esta etapa se tiene que preocupar porque un niño mejore a la hora de saltar o
correr a lo largo del curso. Pero nunca se debe fijar en aspectos tales como, la
velocidad, la resistencia o la altura. Estos aspectos mucho más complejos se trabajan
en etapas posteriores.
4. DESARROLLO DEL LENGUAJE
Tradicionalmente se distinguen dos etapas en el desarrollo del lenguaje:
1. La etapa prelingüística que abarca desde el nacimiento hasta los doce meses
aproximadamente. Se caracteriza por la emisión de sonidos inarticulados.
2. La etapa lingüística que abarca desde los doce meses hasta los cuatro años
aproximadamente. En este momento el niño ya comienza a hablar un lenguaje
significativo.
A continuación se explicarán estas dos etapas con un mayor detenimiento.
Etapa prelingüística
Desde el nacimiento, los estados de hambre, sueño o dolor dan lugar al grito y al
llanto. Son manifestaciones iniciales como repuesta refleja a las necesidades
biológicas, que son conocidos como ruidos reflejos. Aunque el grito no tiene valor
lingüístico, en cuanto el niño descubre su influencia en el entorno, se convierte para él
en instrumentos de apelación más que de comunicación.
Posteriormente aparece el arrullo, que es un sonido breve similar a una vocal
precedido por otro similar a una consonante y que se realizará en la parte posterior de
la boca. Estos sonidos producidos por el niño están ligados a la aparición de la sonrisa.
Algunos de estos sonidos llegan a juntarse en cadenas, cuyas secuencias comienzan a
17
18. parecerse a sílabas del habla posterior: /gu/, /ta/... . Entre los cuatro y los siete meses
aparecen los sonidos del juego vocal que son más prolongados que los del arrullo.
La primera aproximación del niño al lenguaje, empieza con el balbuceo o la lalación
entre los seis y los once meses. El balbuceo es una variedad de sonidos que el niño va
repitiendo juguetonamente a distinta velocidad, ritmo y entonación. A menudo se
producen espontáneamente y hasta los emite en estado de reposo. A los siete meses
se produce una gran novedad ya que aparece el soliloquio, donde el niño habla consigo
mismo. El hecho de que estos sonidos también sean producidos por niños sordos, deja
claro que no están provocados necesariamente por estímulos auditivos.
Entre los ocho y los nueve meses los niños muestran un mayor control de la actividad
fonética y de esta forma va surgiendo la ecolalia. Se trata de la imitación correcta de
algunos sonidos del idioma materno, en la que trata de repetir los fonemas o palabras
que escucha. Los niños tienden a imitar monosílabos repetidos, que son esbozos de las
primeras palabras. También aparecen las exclamaciones y las onomatopeyas (imitando
el sonido de animales y objetos).
Etapa lingüística
El niño tiende a emitir sus primeras palabras a finales del primer año. En un primer
momento se refieren a objetos y personas, pero en poco tiempo ya sirven para
expresar peticiones o describir. Estas primeras palabras se denominan holofrases y
solo pueden interpretarse en un contexto determinado. El vocabulario del niño va
aumentando y ya cuando tiene dieciocho meses puede emitir entre diez y quince
palabras, al tiempo que descubre que cada objeto tiene un nombre. En ete momento
se muestra un gran interés por el lenguaje.
Cuando el niño tiene dos años, ya es capaz de emitir dos o más palabras combinadas
para expresar una oración. El lenguaje evoluciona con gran rapidez. Este momento es
denominado por algunos autores como etapa telegráfica; los niños no usan
preposiciones conjunciones, artículos, etc. Entre los dieciocho meses y los dos años el
niño ya es capaz de combinar dos palabras de categorías diferentes, como por
ejemplo: dame agua.
18
19. En el periodo que va de los dos años y medio a los tres el léxico aumenta muy rápido.
Predominan las palabras de cosas y personas, los niños comienzan a utilizar ciertos
pronombres personales aunque con una fuerte interpretación egocéntrica, y también
se inician en el uso de nexos. A partir de este momento el niño desarrolla su lenguaje
en etapas sucesivas de refinamiento, tanto a nivel gramatical como léxico. Aunque
cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, de una manera general se puede decir
que hasta los tres años se han adquirido las bases esenciales del lenguaje. Esto no
supone que su desarrollo se haya terminado aquí, sino que más bien sigue un curso
evolutivo. Con la escolaridad, el niño sigue refinando su lenguaje.
A partir de los tres años hay importante crecimiento del vocabulario. Los niños
aprenden palabras nuevas cada día ya que utilizan el lenguaje abundantemente, tanto
cuando juegan como cuando se comunican con los adultos. En este momento
pronuncian con corrección la mayoría de los fonemas de su lengua materna a
excepción de los grupos que presentan una mayor dificultad como la r múltiple, o
algunos grupos consonánticos como pr, bl o los diptongos. Ya utilizan artículos,
adjetivos y demostrativos. Usan pronombres posesivos de 1ª y 2ª persona, pero para la
3ª emplean expresiones del tipo “Es de Juan”. También comienzan a usar las
preposiciones. Ya son capaces de construir oraciones simples (formadas por un sujeto,
un verbo y un objeto), enuncian frases declarativas y negativas. Las interrogativas las
marcan a través de la entonación. Dominan la concordancia de género y número y
conjugan verbos en indicativos e imperativo.
5. DESARROLLO AFECTIVO
Las relaciones amorosas y la paciencia son dos elementos fundamentales a la hora de
que los niños tengan un correcto desarrollo afectivo. Como en los demás desarrollos
explicados anteriormente, es imposible establecer unas edades exactas de inicio y de
fin en cada etapa ya que cada niño es un mundo y se desarrolla a su ritmo. También
hay que tener en cuenta la influencia del entorno.
Para explicar el desarrollo afectivo en los niños, se dividirá en siete etapas.
19
20. El desarrollo afectivo de los 0 a los 2 meses
Ya en los primeros días de vida, se puede apreciar o conocer el carácter o
temperamento de un bebé. Es muy importante que los padres vayan conociendo las
“peculiaridades” sus hijos para establecer una correcta relación de afecto.
Cada pequeño posee unas determinadas características individuales (le gusta una
manera distinta de que lo cojan, necesita un número horas de sueño diferentes, le
hace reír determinadas cosas...) y sus padres y/o cuidadores las deben respetar.
En los primeros meses de vida, el niño se comunica utilizando diferentes actitudes,
diferentes sonidos y con el
llanto. Nunca se ha de
considerar que el niño en este
momento llora para manipular
a los adultos, pues lo que
intenta transmitir es alguna
necesidad como hambre,
sueño, o el simple deseo de
estar con su madre. El afecto
es un aspecto fundamental; cuando atendemos a su llanto le estamos transmitiendo
seguridad.
También en este momento el pequeño pasa largos períodos durmiendo; se despierta
cuando tiene alguna molestia, para comer o cuando necesita algún tipo de atención.
Pero ya desde los primeros momentos se deben ir estableciendo una serie de rutinas:
la hora del paseo, la hora del baño, los juegos durante el día y el silencio y el sueño
durante la noche.
Respecto a la alimentación hay que decir que los niños de esta edad si son amantados
comen cuando lo necesitan mientras que en el
caso de la lactancia artificial comen cada 3 o 4
horas incluso por las noches. Se puede decir
entonces que la lactancia ocupa también una
20
21. parte importante del día y por eso debe ser un momento de tranquilidad y sin llanto. A
medida que pase el tiempo y que el niño madure, la alimentación nocturna se irá
espaciando.
El desarrollo afectivo de los 3 a los 6 meses
En este momento hay una mayor muestra de interés por todo su entorno. Ya no solo
existen sus padres. Consigue expresar su alegría, preocupación, sorpresa y miedo. Es
muy recomendable les pongamos
nombre a estos sentimientos
empleando fórmulas como: "¡Qué
contento estás!". En este momento
las rutinas tienen aún más
importancia que en la anterior etapa e
incluso le dan seguridad al permitirle
anticiparse a lo que va a pasar.
También es muy importante que el bebé vaya conociendo las diferencias entre el día
(luz, ruido, momento de juego...) y la noche (tranquilidad, luz tenue cuando toca
comer...).
En este momento el niño reclamará más la atención de las personas de su entorno y es
esencial responder a esas llamadas pues es una forma de demostrarle que tiene a
gente a su lado cuando lo necesita. Esta atención puede demostrarse de diferentes
formas: hablándole, cogiéndole, mirándole, haciendo una carantoña... .
El desarrollo afectivo de los 7 a los 12 meses
En este momento el niño empieza a entender el principio de causa-efecto (si no me
cambian el pañal, estoy incómodo y no me gusta).
Ya es capaz de reconocer a las personas de su familia o al menos a los más próximos.
Siente un apego especial con su madre y la prefiere a cualquier otra persona. Este
apego se manifiesta con llanto o protesta cuando lo separamos de ella ya que se
produce un fenómeno denominado ansiedad por separación, en cambio cuando está
21
22. con la madre está feliz. Es una fase normal a partir de los ocho o nueve meses y es
importante saber que es transitoria.
El desarrollo afectivo de los 12 a los 18 meses
El niño ya es capaz de hacer más cosa, algo que se ve favorecido por el hecho de que
ya se desplaza solo sin ayuda. Podemos decir que se ve reforzado su sentido de la
independencia e intentará investigar los limites de comportamiento con la gente que
le rodea, pero sobre con sus padres. Es aquí donde los padres tienen que empezar a
establecer los límites.
Las primeras normas que se deben establecer de una forma coherente y clara
son las necesarias para la seguridad del niño. Para esto podemos tener en cuenta las
siguientes estrategias o métodos: distraer al niño para que no centre su atención en
actividades u objetos peligrosos, limitar el uso de las negaciones y centrarnos en dar
más explicaciones (el niño podría empezar a hacer caso omiso a las negativas),
emplear la comunicación no verbal para que el niño entienda si lo que estás haciendo
está bien o mal y, por supuesto, evitar los castigos corporales, ya que la violencia solo
genera más violencia.
En este momento el niño expresa cada vez
mejor sus sentimientos, ya da besos y abrazos y
disfruta con las risas. Es consciente de sus logros, los
comparte con la gente de su entorno y le gusta que le
digan lo bien que lo ha hecho. Extraña a sus padres si
no están.
Se debe fomentar la independencia del niño animándolo a comer solo, beber
de un vaso, caminar y explorar. Por otra parte, son capaces de explorar nuevos
territorios con los que los padres deben de tener cuidado para evitar posibles peligros.
El desarrollo afectivo de los 18 a los 24 meses
22
23. En esta fase toma conciencia de la separación de sus padres y aunque le sigue
gustando explorar el entorno, teme separarse de sus padres (a diferencia de la etapa
anterior).
Sobre los dos años comienzan las rabietas. Los niños aún no saben controlar sus
emociones y reaccionan así ante cualquier situación que no cumpla sus expectativas.
Se puede decir que son un arma alternativa al lenguaje
que aun no está del todo desarrollado en este
momento. Hay que tener en cuenta que esto es algo
temporal. Ante situaciones así los adultos deben:
mantener la calma, aceptar las rabietas como parte del
desarrollo, no prestarle demasiada atención y animarle
a que se calme, felicitarle cuando ya se haya calmado y
animarle que cuente sus problemas, hacer borrón y
cuenta nueva. Si la rabieta era debida a algo que no
tocaba en ese momento, no se debe ceder entes los lloros y los gritos.
El desarrollo afectivo de los 2 a los 6 años
En esta fase comienza la socialización fuera de la familia, es decir, se relaciona con
otros niños mediante el juego.
La mayoría de niños de esta edad ya van a la guardería o al colegio y descubren
que tienen un espacio más allá de sus familias (la escuela) en el que tienen que cumplir
una serie de normas aunque no sean de su agrado. En muchos casos los niños no
aceptan separarse de sus familias y llora o hace rabietas en el momento de dejarlo en
la escuela. Con el paso del tiempo esto va desapareciendo. El colegio es otra rutina
más.
Se debe continuar con el establecimiento de los límites, de lo que se puede
hacer y lo que no. Se debe hacer hincapié sobre todo en las normas de
comportamiento que permitan una buen convivencia con los padres, los maestros y los
compañeros (respeto, no violencia, afecto...)
23
24. Los límites deben ser todos los días los mismos ya que si no podríamos
confundir a los pequeños. También es importante que ambos progenitores impongan
los mismos límites y no se contradigan delante del niño.
Los límites deben ir acompañados de afecto; debemos felicitar a los niños
cuando hacen algo bien y ser cariñosos con ellos.
24
25. 6. BIBLIOGRAFÍA
Contacto con la Lengua. (2008). Teorías sobre el origen y la adquisición del
lenguaje. Recuperado el 24 de octubre de 2012 de
http://esalamanca.blogspot.com.es/2008/08/teoras-sobre-el-origen-y-la-
adquisicin.html
Aplicaciones didácticas en Educación Infantil. Recuperado el 26 de octubre de
2012 de
http://www.educaguia.com/Apuntes/apuntes/aplicaciones/ambitopsicomotriz.
pdf
Recuperado el 26 de octubre de 2012 de
http://www.techtraining.es/revista/numeros/PDF/2011/revista_36/21.pdf
Recuperado el 25 de octubre de 2012 de
http://www.techtraining.es/revista/numeros/PDF/2011/revista_31/221.pdf
Etapas del desarrollo cognitivo. Noción de estadio. Recuperado el 30 de octubre
de 2012 de http://ninfade.blogia.com/2005/011801-etapas-del-desarrollo-cognitivo.-
nocion-de-estadio.php
OMS (2009). Desarrollo en la primera infancia. Recuperado el 28 de octubre de
2012, de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs332/es/index.html
25