2024t203.pptx Leccion de Escuela Sabatica 20/4/24 PPT
Guión para la Eucaristía
1. Aportes - 1
soberbias. Así pues, celebremos a Cristo Rey
comprometiéndonos a ser imagen y semejanza
suya, empezando por casa, sin ambicionar los
primeros puestos y mandar tiránicamente sin
tener que obedecer a nadie, para obtener más
privilegios y derechos sin obligaciones y pocos
deberes, para poder obrar impunemente y tener
aplaudidores de turno.
Según san Pablo, Jesús afirmaba que hay
más alegría en dar que en recibir. Imaginemos
a Jesús que, a punto de entregarse al Padre,
dando un gran grito, expiró: No fue un grito
de desesperación, de dolor, de rabia contra
los que lo asesinaban sino un solemne grito
de triunfo que resonó por todo el cosmos: ¡el
pecado había sido vencido, el hombre estaba
a salvo para siempre!
Ciertamente que esto es una cuestión de
fe. Conviene analizar esto teniendo en cuenta
que quien no vive para servir, no sirve para
vivir, pues sólo vive quien da vida. Sólo quien
cree en esto y se pone al servicio los demás,
disfruta de esa felicidad profunda de Jesús.
Una pequeña muestra de esto la vemos en
las madres que son capaces de cualquier
sacrificio por un hijo enfermo, y se sentirían
muy mal si así no lo hicieran.
A nuestro alrededor vemos grupos de ser-
vicio, voluntarios, cooperadores y constructores
de solidaridad, hombres y mujeres suscitados
por el Espíritu Santo dentro y fuera de la Iglesia,
pues él sopla donde quiere.También vemos a
algunos que, luego de una vida despreocupada
y de lujos, ante situaciones de gran pobreza y
miseria, movidos sin duda por ese mismo Es-
píritu, han dado un giro total y llevan adelante
tareas de asistencia, solidaridad, promoción
Jesús, acuérdate de mí
cuando llegues a tu reino
2Sam 5, 1-3; Sal 121; Col 1, 12-20;
Lc 23, 35-43
Un día en que los discípulos discutían sobre
quién de ellos era el más importante, Jesús los
cruzó diciéndoles: “dejen eso para los ricos,
famosos, poderosos y autoritarios que se im-
ponen a los demás.Entre ustedes, quien quiera
ser el primero que se ponga al servicio de los
últimos, como yo, que no estoy sentado sino de
pie, para servir a todos”.La noche de la pascua
les lavó los pies como un esclavo y dijo: “ejem-
plo les doy para que hagan lo mismo, porque
en esto los reconocerán como mis discípulos”.
Los hombres entramos en conflictos y hos-
tilidades por ambicionar el podio más alto, es-
perando poder decir: ¡Aquí mando yo! Desde
los orígenes, el hombre se sublevó contra Dios
siguiendo una falsa promesa: hagan lo que se
les antoje sin tener que dar cuenta a nadie,
¡y serán como dioses! Desde entonces nos
asfixia la soberbia. Es hora de arrodillarnos
delante de Aquel que reina desde un madero,
del prójimo sufriente, porque él no vino a ser
servido sino a servir y darnos su vida.
Hoy, domingo del único Rey, colgado en
cruz, el más glorioso trono, dando su vida por
rescatarnos de la muerte, misterio de amor que
comprenderemos sólo si comenzamos a creer
que hay más alegría en dar que en recibir. No
viviremos ese amor y servicio mientras haya
luchas por el escalafón adquirido, pisando ca-
bezas sin escrúpulos, acallando la conciencia
en actitud de autodefensa. Al contrario, Jesús
quiere que imitemos su amor. Él vino a noso-
tros para rescatarnos de nuestras rebeldías y (Continúa en la p. 4).
Aportes para la homilía
Aportes
Celebración
Jesucristo, Rey del Universo 20 de noviembre de 2016
Ciclo C. Color: Blanco Año XX - Nº 1168
Aportes
Celebración
para la
Homilía y guión para la Santa Misa
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2. Aportes - 2
1) Introducción
Hermanos:Celebramos hoy a Cristo
Rey, supremo gobernador del uni-
verso que, desde el trono real de la
cruz, nos convoca para encomen-
darnos la construcción del Reino de su Pa-
dre, en la verdad y la justicia del evangelio,
el amor providente de su corazón y la paz
que nace de una conciencia limpia.
Cantemos…
2) Saludo de bienvenida
Jesús es Rey de la verdad y del
amor, de la justicia y de la paz,
de todo bien y santidad. Es el Hijo
único del Padre, que lo constituyó Rey
supremo y Señor del universo, para sal-
vación de los hombres.
Que el amor de Dios Padre y de su Hijo
Jesucristo, en unión con el Espíritu
Santo, esté siempre con ustedes
3) Acto penitencial
Jesús, Rey de misericordia y
perdón, nos llama a desandar
los caminos que nos alejan de su
salvación.Reconozcamos humildemente
nuestra pobreza y miseria e invoquemos
su misericordia.
* Porque nuestras infidelidades a tu
amor nos alejan de tu presencia y
de los hermanos.Señor, ten piedad.
* Porque permitimos que las am-
biciones negativas nos apartan del
bien y la verdad. Cristo, ten piedad.
* Porque muchos viven el poder sin
el servicio y destruyen las bases
de la concordia y de la paz. Señor,
ten piedad.
Dios todopoderoso tenga mise-
ricordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la
vida eterna. Amén.
4) Liturgia de la palabra
Primera lectura (2Sam 5, 1-3): En
Hebrón, los jefes de las tribus de Is-
rael establecen un pacto con David
y lo proclaman rey de todos ellos.
Salmo responsorial (Sal 121): El
Salmo 121 alaba el reinado de David,
proclamando a Jerusalén como ámbito de
la casa del Señor de Israel. A cada estrofa
respondamos: R. ¡Vamos con alegría a la
Casa del Señor!
Segunda lectura (Col 1, 12-20):Pablo
alaba a Dios que nos introdujo en el reino
de su Hijo querido, en quien tenemos
la redención y el perdón de nuestros
pecados.
Lectura del Evangelio (Lc 23, 35-43):
En la cabecera de la cruz de Jesús se
exhibe su título real: Jesús nazareno, rey
de los judíos. Desde allí promete al buen
ladrón: hoy estarás conmigo en mi reino.
5) Oraciones de los fieles
El reinado de Cristo nada tiene que
ver con los reinos de este mundo.
Su reinado es de amor, hasta la
cruz y la resurrección, con tal de darnos
vida nueva a los que creemos en él y
tratamos de seguirlo fielmente. Por eso
pidámosle:
¡Venga a nosotros tu reino!
4 El sacerdocio ministerial y los
servicios pastorales deben reflejar
el amor del buen Pastor que dio su
vida en la cruz. Por eso roguemos por
el Papa, los Obispos, los sacerdotes
y todos los agentes de evangelización
para que no dejen de anunciar la ver-
dad, el amor y la paz de Cristo Rey.
Oremos…
4 El reinado de Cristo se manifiesta en
su justicia, su santidad y salvación, que
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3. Aportes - 3
crea en nosotros un corazón puro, sen-
sible a los padecimientos del prójimo.
Por eso roguemos para que no nos
unamos a las ideologías materialistas
e individualistas. Oremos…
4 El Señor nos ama incondicionalmente,
pero ofenden su amor la indiferencia
ante el pobre y desvalido, la violencia
en todas sus formas, las ambiciones del
poder, la soberbia de los autoritarios.
Por eso roguemos para que construya-
mos una Iglesia del servicio.Oremos…
4 La corrupción política y el abuso del
poder en nuestro país han genera-
do injusticias y desesperanza. Esto
contrasta con la misericordia del
Señor que busca nuestro mayor bien
y felicidad. Por eso roguemos por la
conversión de los corruptos.Oremos…
4 El Señor espera una respuesta de
amor concretizado en las obras de
misericordia, con lo cual trabajamos
en la construcción de su Reino, que
libera al mundo de odios, revanchas y
discriminaciones. Por eso roguemos
para tener un corazón misericordioso.
Oremos…
Señor, en nuestros días hay poco
espacio para la verdad, la justicia,
el bien, la paz. Que tu Espíritu
nos inspire ingenio y fuerzas para
establecerlas en nuestro hogar, en las
instituciones, la política, el gobierno,
las leyes, la cultura, mientras te deci-
mos: ¡Ven, Señor Jesús!, tú que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
6) Presentación de las ofrendas
Presentamos el pan y el vino, y
oremos para que convertidos en el
Cuerpo y Sangre del Señor, Sacra-
mento de vida eterna, renovando su
ofrenda en la cruz, sean nuestro alimento
de fidelidad a Dios y de caridad con el
prójimo.
Cantemos…
7) Comunión
“En memoria tuya, Cristo reden-
tor, vamos a tu mesa en señal
de amor”, por eso creemos en tu
promesa: de estar siempre con
nosotros. Que esta comunión nos ayude
a anticipar tu reinado, siendo siempre
fraternos con el prójimo.
Cantemos…
8) Bendición final y despedida
Monición: “Somos hermanos los
que reunidos hemos comido de un
mismo pan”, por eso, con Cristo en
nosotros, que ya no tengamos rencores
ni enemistades y nos mantengamos en
unidad.
Bendición:Y que la bendición de Dios
todopoderoso Padre, Hijo y @ Espíritu
Santo permanezca siempre con ustedes.
Despedida: Con nuestras actitudes y
acciones anticipemos el reino de Cristo.
¡Vayamos en paz!
Abrazado por tu misericordia
Eduardo Meana
Este álbum propone doce
canciones al estilo de
Taizé. Ayuda a concluir
en este Año Jubilar, e
invocar siempre la in-
finita misericordia de
nuestro Dios.
Comentarios
bíblicos dominicales
Ciclo A
Mateo Bautista
Estas páginas combi-
nan la enseñanza de la
Palabra de Dios con las
circunstancias concretas
del hombre y la mujer
de hoy para explicar las lecturas bíblicas del
Leccionario dominical del Ciclo A.
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4. Aportes - 4
(Viene de la p. 1).
humana y caridad, que son ejemplo para todos,
incluso para nosotros los creyentes.
Al momento de llegar a la presencia eterna
del Justo Juez, Jesús nos preguntará: Tuve
hambre y sed, soledad y desamparo, estuve sin
trabajo, sin donde cobijar mi familia, al borde de
la desesperación y el suicidio… ¿qué servicio
me prestaste? No estará en nuestras manos
solucionar mucho, pero desde nuestro puesto
y en unión con todos podemos hacer que el
reinado de Dios se instale en este mundo. Así
lo escribía en su vehículo un camionero: Si
necesitás una mano, pedime que tengo dos.
Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de
la editorial SAN PABLO, propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires,Argentina.
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¡Señor Jesús!, que no nos desamparas,
y en ello está tu más honda felicidad, porque
eres el Hijo igual al Padre, el Dios de amor
y servicio, no permitas que caigamos en la
tentación de erigirnos en señores de nadie.
Que nos motive prestar el mejor servicio sobre
todo al pobre y necesitado, al débil y enfermo,
al marginado que se hunde en su miseria y
no que nos matemos en estériles rivalidades.
Ayúdanos a imitar a tu Madre, que se mostró
feliz y orgullosa de ser la esclava del Señor,
para el bien de los demás.
Tú que esperas sentarnos a la mesa de
tu Padre para servirnos el plato fuerte de su
amor eterno. Amén.
MENSAJE DEL SANTO PADRE
Jesús enseña el camino del servicio
Son las tentaciones mundanas que aún hoy arruinan el testimonio de la Iglesia. Jesús habla
un lenguaje de humillación, de muerte, de redención. Mientras ellos hablan un lenguaje de
trepadores: ¿quién subirá más en el poder?
Los cristianos deben vencer la tentación de trepar, de tener más poder. Es una tentación
que tenían ellos, estaban tentados por la forma de pensar mundana. Se preguntan quién
será el más grande, mientras Jesús les dice que hay que ser “el último”, “el servidor de
todos”: En el camino que Jesús nos indica para ir adelante, el servicio es la regla. El más
grande es el que sirve, el que es más, está al servicio de los otros, no el que se vanagloria,
que busca poder, dinero… vanidad, orgullo. No, estos no son los grandes. Es lo que pasó
aquí con los apóstoles, también con la mamá de Juan y Santiago. Es una historia que sucede
cada día en la Iglesia, en cada comunidad. “¿Quién es el más grande de nosotros?, ¿quién
manda?”. Las ambiciones. En cada comunidad –parroquias o instituciones– siempre están
estas ganas de trepar, de tener poder.
Éste es el mensaje para la Iglesia también hoy. El mundo habla de los que tienen más poder
para mandar. Jesús afirma que ha venido al mundo “para servir, no para ser servido”: La
vanidad, el poder… Como cuando tengo esas ganas mundanas de estar con el poder. No
de servir, sino de ser servido. No se ahorra nada, con tal de llegar: chismes, embarrar a los
otros… La envidia y los celos hacen este camino y destruyen. Es algo que todos conocemos,
todos. Sucede hoy en toda institución de la Iglesia: parroquias, colegios, otras instituciones,
también en los obispados…, todos. Es lo que quiere el espíritu del mundo, que es espíritu
de riqueza, vanidad y orgullo.
Todos estamos tentados por estas cosas, estamos tentados de destruir al otro para trepar.
Es una tentación mundana, que divide y destruye a la Iglesia. No es el Espíritu de Jesús.
Papa Francisco (Homilía, 17/5/2016).
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