David Osio explica que hay dos tipos comunes de carteras de inversión: agresivas y defensivas. Las carteras agresivas incluyen acciones de alto riesgo que podrían generar altos rendimientos, como acciones de empresas nuevas con potencial de crecimiento rápido. Por el contrario, las carteras defensivas contienen acciones de empresas estables que no se ven tan afectadas por los movimientos del mercado, lo que las hace más seguras pero con menores ganancias potenciales.