Primera vía: «Vía del motor inmóvil» o «Vía del
movimiento»
Esta vía, también llamada argumento del movimiento, fue
formulada primero por Aristóteles, pero luego Santo
Tomás de Aquino la incorporó a su propia metafísica
del ser.
Se basa en la evidencia del cambio o movimiento que se
da en la naturaleza. Es innegable, en efecto, y consta por
el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas
que se mueven, es decir que cambian de un estado a otro.
Ahora bien, según el principio de causalidad, todo lo que
se mueve es movido por otro. Y si lo que mueve a otro es
también movido, es necesario que otro lo mueva. Pero esta
serie de motores no puede ser infinita, pues en tal caso no
habría un primer motor ni un primer movimiento, ni por
tanto los motores y movimientos posteriores. Pero es
evidente que hay cosas que se mueven. Por ello, se llega a
la conclusión de que existe un primer motor inmóvil
(porque si se moviera, sería movido por otro, y él no sería
el primero). Y este motor inmóvil es Dios.
Segunda vía: «Vía de las causas eficientes»
Parte de la evidencia de la causalidad eficiente
de este mundo. Así, todo lo que ha
comenzado a ser ha sido causado por otro.
Pero no es posible que la sucesión de causas
y efectos sea infinita, porque si lo fuera, no
habría una primera causa, ni por tanto una
segunda, ni una tercera, etc., etc., ni por
tanto causalidad alguna; lo cual es contrario a
la evidencia. Por tanto existe una primera
causa no causada, que se llama Dios.
Tercera vía: «Vía de los seres contingentes»
Esta vía, también llamada argumento de la
limitación en la duración, afirma que hay cosas
que empiezan a ser y dejan de ser, y que por
tanto pueden no ser; estas cosas se llaman
contingentes.
Pero si todas las cosas fueran así, es decir
contingentes, entonces alguna vez no hubo nada;
porque lo que se puede decir de cada parte del
conjunto, se puede decir del conjunto entero, a
saber que alguna vez no existió. Pero de la nada
no sale nada. Por ello, debe existir un ser
necesario para que haya estas cosas o seres. Este
ser absolutamente necesario existe por sí mismo
y es causante de la existencia de los demás
seres, y se llama Dios.
Cuarta vía: «Vía de los grados de perfección»
Esta vía parte del hecho de que hay una
jerarquía de valores. De hecho, existen cosas
mejores o peores, más buenas y verdaderas
que otras.
Para valorar estas cosas, deben ser
comparadas con el grado máximo y lo más
perfecto. Como hay seres que tienen una
perfección limitada, debe existir un ser
Perfectísimo y que sea infinito. Este ser es
conocido por el nombre de Dios.
Quinta vía: «Vía del orden en el mundo» o «Vía del
orden cósmico»
También llamada argumento de la finalidad interna
de los seres naturales. Parte de la finalidad que
tienen las cosas en la naturaleza. Podemos
observar que hay seres sin conocimiento que
trabajan y actúan por un fin, para alcanzar lo
mejor. Para que los seres carentes de
conocimiento lleguen a su fin deben ser
ordenados o dirigidos por alguien inteligente. Por
lo tanto, deben existir seres inteligentes.
Pero éstos deben ser dirigidos por alguien y así
sucesivamente, y como no se puede llegar al
infinito, entonces, necesariamente tiene que
existir un Ser inteligente que dirija a los
demás, el cual es llamado Dios.