1. Vida del Pipi Romagnoli El 10 del Club Atlético San Lorenzo de Almagro
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3. Sus cambios… “ De chico era medio quilombero, me escapaba de mi casa. En la escuela era medio “vagoneta”, ya que no me gustaba ir. Igualmente, decía que quería ser abogado, pero como había que estudiar mucho y, además, fue apareciendo lo del fútbol, esa idea no prosperó. En el colegio también hacía líos y cuando estaba en el Instituto Estrada (secundaria) me quisieron echar. Mi vieja tenía que salir a buscarme por todos lados. Con el paso del tiempo cambié y me tranquilicé .”
4. Sus comienzos A los 5 años fue a jugar a babi futbol al club franja de oro (en Pompeya). En ese lugar, apreció un técnico llamado Clemente “Toto” Bergh, de San Lorenzo, que se llevó a cinco jugadores de distintas categorías, entre los que estaba el Pipi. A los siete años arrancó en San Lorenzo y de ahí no paró hasta llegar a primera. Su mamá, Rita, era quien lo llevaba al club de sus amores, el cual se encontraba apenas a cinco cuadras de su casa. El padre del jugador era de huracán y además jugó profesionalmente en ese club. Romagnoli tiene tatuados en su pecho el rostro y el nombre de sus padres. Asimismo, cuenta que posee grabados en su cuerpo el nombre de sus dos hijas (Mía y Martina), el de su señora (Celeste), el de su hermana y sus sobrinos, entre otros más, los tatuajes que tiene son más de veinte, afirma que ya perdió la cuenta.