Domingo 12 febrero

1. La hojitade los niños
Año XIX • nº 1.341 • 12 de febrero de 2017
¡La buena noticia para todos! • Domingo 6º durante el año
COLUMNAS
VIAJERASMensaje de La
Palabra de Dios
para esta semana
La verdadera ley
es la ley del amor.
¿Por qué
hacemos las cosas?
Sólo seremos
felices cuando
hagamos el bien
y seamos justos
no para cumplir
una ley,
o evitar un castigo,
sino, por amor
a los demás.
Cuando hablamos
de los demás,
¿lo hacemos
movidos por el
amor?
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Colocar cada columna en su lugar para leer una
frase relacionada con la forma en que tene-
mos que hablar. Hace unos años se hablaba de
la importancia de la palabra dada.
¿Qué te parece?
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2. La Biblia, el libro de la Palabra de Dios
Las lecturas de la misa del domingo
Segunda lectura 1 Corintios 2, 6-10
ermanos: Es verdad que anunciamos una sabiduría entre
aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no
la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este
mundo, condenados a la destrucción.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para
nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno de los dominadores de
este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al
Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, «lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo
pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman». Dios nos reveló todo esto por
medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.
H
Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de uste-
des no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en
el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: «No matarás, y el que ma-
ta, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra
su hermano, merece ser condenado por el tribunal.
Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio». Pero yo les digo: El que mira a
una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: «No jurarás falsamente, y cum-
plirás los juramentos hechos al Señor». Pero yo les digo que no juren de ningún modo.
Cuando ustedes digan “sí”, que sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo que se
dice de más, viene del Maligno.
Evangelio Mateo 5, 20-22. 27-28. 33-34.37
E
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3. Cuentan que hubo un gran maestro al
cual acudían gran cantidad de personas
para pedirle consejos. La mayoría de los
viajeros salían contentos de la entrevis-
ta, pero otros, no tan-
to. A veces las palabras
del anciano maestro,
no eran del agrado de
los que llegaban bus-
cando soluciones rá-
pidas, instantáneas y
mágicas.
Por eso al encontrarse
con otros, hablaban
mal de él. Algunos lle-
gaban a acusarlo de
vivir del trabajo de
los demás, de que se aprovechaba de las
personas que estaban pasando por un
mal momento.
Una tarde, un discípulo se acercó a su ca-
sa y le habló.
—Querido Maestro, vengo a contarte
que un vecino que estuvo en tu casa, está
hablando mal de vos. Muchos no lo escu-
chan. Algunos te defienden, pero otros lo
escuchan. Él dice que vos…
En ese momento, el maestro levantó una
mano y lo interrumpió.
—¡Esperá! No sigas hablando. ¿Ya hiciste
pasar por las tres rejas lo que vas a con-
tarme?
—¿Las tres rejas? Ignoro de lo que estás
hablando. Vengo a contarte lo que escu-
ché en el mercado mientras compraba
estas riquísimas man-
zanas. No vi ninguna
reja.
—Estoy hablando de
otro tipo de rejas, no
de las de hierro o las
de madera. La primera
de las rejas es la de la
verdad. ¿Estás seguro
de que lo que me vas
a contar es absoluta-
mente cierto?
—Bueno… en reali-
dad, no se lo escuché de su boca. Dos
mujeres que estaban antes que yo en la
verdulería estaban hablando de lo que
les habían contado que había dicho ese
hombre. No, no puedo decir que sea ab-
solutamente cierto.
—Quizás eso pueda pasar por la segun-
da reja, la de la bondad. ¿Estás seguro de
que lo que me vas a decir es bueno para
mí, o por lo menos, para alguien.
—No, en realidad no. Al contrario, lo que
te quería contar no produce ningún bien.
Lo único que me produjo a mí fue enojo
y malestar. No te producirá nada bueno.
El cuento
Las tres rejas
de María Inés Casalá y aportes de Andrés Pisano Casalá • Dibujo de Hania Kollenberger
Si deseás contactar a la autora podés escribirle a: inescasala@gmail.com
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4. —Bueno, quizás sí pueda pasar la últi-
ma reja, la de la necesidad. Puede ser
que no sea agradable para mí, pero
quizás es necesario que lo sepa, quizás
pueda hacer algo por otra persona o
por mí mismo.
—A decir verdad, no. No vas a poder ha-
cer nada con lo que te cuente. Quizás,
cuando veas a esa persona que dicen
que habló mal de vos, te cueste saludar-
la y tal vez no dijo lo que iba a contarte,
o lo dijo con otro sentido.
—Entonces, dijo el maestro, si no sabe-
mos si es verdad, ni bueno, ni necesario,
dejémoslo en el olvido.
Adaptación de una vieja fábula oriental.
www.sanpablo.com.ar
La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina. Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires. Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo (Paulinos). Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5.233.004 del 29/5/2014
Dirección: P. Aderico Dolzani. Redactora: Inés Casalá.
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento). Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
Dirección y administración: Riobamba 230 C1025ABF Bs. As., Argentina.
Horario: Lunes a viernes de 9.00 a 18.00
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En Uruguay: SAN PABLO, Colonia 1591 (11200) MONTEVIDEO.
Tel.:24018332, cels.:09494307/095728681, Mail: libreria@san-pablo.com.uy
Escribas y fariseos
Los Escribas eran una especie de
escribanos.
Habían estudiado la Ley (Las Sa-
gradas Escrituras judías) al igual
que los Fariseos, que presumían
de ser perfectos ante los demás,
por lo cual despreciaban a los que
no conocían o no practicaban la
Ley al pie de la letra.
Curiosidades de la Hojita
por Gladys y Margarita Pérez
Las Melli
¿Hablás mal de los otros cuando
no están presentes?
¿Reproducís chismes?
¿Sabés guardar buenos secretos?
(Recordá que puede ser que te
quieran hacer callar ¡y eso no es
bueno!)
Para pensar y
conversar después
de leer el relato
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