Análisi del proceso de globalización económica y de sus consecuencia, e identificación de los retos de España en un mundo globalizado. orientado a jóvenes de 17-18 años.
El proceso de globalización y sus consecuencias. España en un mundo globalizado.
1. EL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN
Podemos definir la globalización como «un proceso progresiva libertad de los mercados de trabajo,
bienes, servicios, tecnología y capitales que está dando lugar a una creciente integración económica
mundial», que tiene sus consecuencias en la sociedad, la cultura, etc.
1. El proceso de globalización
En 1946, los veintitrés países no comunistas más avanzados económicamente decidieron iniciar
conversaciones con vistas a reducir los aranceles y demás medidas proteccionistas que, desde hacía
unos 75 años estaban dificultando el comercio mundial. Dos años más tarde, 48 países firmaban el
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), por el que se comprometían a reducir
progresivamente los aranceles que pesaban sobre el comercio internacional de mercancías, incluidas las
agrarias. Posteriormente muchos países fueron sumándose a este acuerdo.
Cuando surgían problemas o algún grupo de países creía que eran necesarias reformas o avances
importantes, representantes de los firmantes del GATT se reunían en rondas o negociaciones. La más
importante fue la ronda de Uruguay, que duró desde 1986 a 1994, y en la que se acordó:
Impulsar una reducción mucho más drástica de los aranceles (el objetivo era unos aranceles
medios para los productos industriales del 3,8%) y medidas proteccionistas.
Incluir en este proceso liberalizador el comercio con las actividades del sector servicios
(finanzas, telecomunicaciones, transporte, etc.
Se planteó la liberalización del comercio de las actividades de innovación, creación y tecnología.
Transformar el GATT en una institución estable, la Organización Mundial del Comercio,
encargada de velar por el cumplimiento de los acuerdos, investigar y sancionar, si procedía, su
incumplimiento, y ayudar a solucionar las diferencias entre países que pudiesen surgir por
motivos comerciales.
Posteriormente surgieron dos problemas fundamentales:
‐ Los países avanzados subvencionaban sus producciones agrarias, perjudicando a los
productores de los países menos avanzados, pero estos países no podían poner trabas a la
importación de productos industriales, servicios, tecnología, etc. de los países avanzados. El
resultado era injusto.
‐ El calentamiento global era un hecho reconocido. El Protocolo de Kioto había fijado unas
reducciones en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera, y se estaba
planteando aumentar esas reducciones. Había que intentar que las consecuencias económicas
de esas reducciones no supusiesen ninguna discriminación para los países
Para hacer frente a estos retos, en noviembre de 2001, comenzó la Ronda de Doha (Qatar), que, en
2012, aun no ha concluido. El desarrollo de la crisis económica mundial ha hecho que estas
negociaciones hayan perdido importancia. No obstante, se ha ido llegando a acuerdos parciales para
liberalizar más el comercio mundial de telecomunicaciones, servicios financieros, tecnologías de la
información, etc.
Hoy (2012), 153 países son miembros de la OMC, y 29 son observadores (a los que hay que sumar el
Vaticano que ostenta el mismo rango)
2. Globalización e integración económica.
Este crecimiento del comercio mundial ha presentado unas características:
Ha sido mayor en mercancías que en servicios, ya que las primeras se liberalizaron mucho antes
que los segundos.
2. Unos cuantos países, los más ricos y desarrollados, han concentrado gran parte del mismo. A
estos países hay que añadir los llamados “países en desarrollo” asiáticos, especialmente los
colosos China y la India. El conjunto concentra más del 85% del comercio mundial.
Ha dado lugar al desarrollo de áreas comerciales regionales (por ejemplo, la Unión Europea,
MERCOSUR o ASEAN), donde se alcanza un mayor grado de integración que a nivel mundial.
Este crecimiento del comercio ha dado lugar a un elevado grado de integración de la economía mundial.
Sus principales factores son:
1. El desarrollo tecnológico, especialmente en medios de transporte y telecomunicaciones, que ha
permitido un acercamiento geográfico entre las diferentes partes del mundo.
2. La liberalización en las relaciones económicas que ha originado intensas relaciones entre los
países.
3. Las nuevas estrategias de las empresas que utilizan una doble estrategia:
‐ Una mayor concentración empresarial, bien mediante la creación de grandes
empresas, bien mediante la fusión, pactos y alianzas entre varias
‐ Una deslocalización de las factorías buscando abaratar costes.
El resultado son las llamadas empresas globales (las más llamativas son las empresas
multinacionales) y un enorme desarrollo del comercio entre empresas. Las empresas
multinacionales controlan un 60% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios y un
10% de todas las ventas domésticas, lo que las convierte en las principales beneficiarias de la
liberalización comercial y en agentes económicos de enorme importancia y difícil control.
3. Globalización y crecimiento económico.
El proceso de liberalización comercial ha venido acompañado de un notable aumento de las
transacciones comerciales y de una importante etapa de desarrollo económico, resultado de:
La globalización comercial genera un aumento de la competencia que hace que las empresas,
para competir unas con otras, se sientan obligadas a invertir en innovación y a mejorar su
eficiencia.
La globalización financiera supone un aumento de las inversiones a nivel internacional, dando
oportunidades a los países menos desarrollados de recibir capitales de los más desarrollados.
Además, esta libertad está permitiendo que las empresas de estos últimos países puedan
establecer factorías y filiales en los primeros, llevando empleo y tecnología.
Los países menos desarrollados pueden vender sus producciones a otros países y obtener
capitales para invertirlos en su propio desarrollo.
4. Consecuencias de la globalización:
4.a. Globalización y libertad. La mayor apertura y el desarrollo de las libertades económicas llevan
consigo el desarrollo de estados democráticos. Aunque no hay una relación directa entre libre mercado
y libertades políticas y civiles, la libertad de mercado suele llevar consigo el desarrollo del conjunto de
las libertades, de la misma manera que el crecimiento de las rentas suele llevar emparejado el
afianzamiento de los derechos humanos.
Esta tendencia general se está encontrando con obstáculos temporales: algunos países “en desarrollo”
mantienen formas autoritarias de gobierno (al menos durante un tiempo) como instrumentos para
mantener un bajo nivel salarial y una mano de obra disciplinada en un marco de reclamación de
democracia y derechos sindicales, propiciado por el incremento de las rentas.
4.b. Globalización y derecho a la intervención. La existencia de un mercado global ha influido en que se
comience a pensar que los problemas de cada país son problemas globales. Así, observamos como los
tribunales internacionales de justicia (La Haya, Luxemburgo, etc.) cobran una creciente importancia, o
como jueces de diversos países encausan a supuestos delincuentes de otros países utilizando conceptos
como “crímenes contra la Humanidad”. En el mismo sentido, debemos interpretar las nuevas directrices
de la diplomacia y política internacional al considerar «el derecho a intervenir en terceros países en
3. casos flagrantes de violación de los Derechos Humanos». Derecho a la intervención que puede llegar
hasta la intervención militar, como ha sido el caso de las recientes intervenciones en Bosnia‐
Herzegovina, en Kosovo o en Afganistán, pero que necesita el respaldo moral y jurídico de la ONU o, al
menos, de alguna institución de reconocido prestigio.
4.c. Globalización y crisis económica. La globalización ha creado un nuevo poder: el mercado
internacional de capitales, que reacciona rápidamente ante cualquier decisión política, pero que escapa
al control democrático de los ciudadanos, aunque éstos tengan que sufrir las consecuencias de sus
decisiones. La crisis económica que se ha desatado en el mundo a partir de 2007 es una consecuencia de
la inexistencia de elementos de control sobre ese mercado. El éxito del proceso globalizador fomentó
una confianza ilimitada en los agentes económicos en ese mercado mundial. El resultado fue que los
diferentes países mantenían instituciones de ámbito nacional para actuar y/o controlar las actividades
de un mercado mundial, lo que permitió que pasasen desapercibidos comportamientos especulativos y
corruptos, que han dado lugar a una poderosa crisis financiera que se originó en los lugares principales
de las finanzas (Nueva York, Londres, Ámsterdam…) pero que a través de las redes de ese mercado
mundial afectó a todos los países.
Por otra parte, el extraordinario desarrollo del comercio ha dado lugar al desarrollo de un modelo
empresarial en el que la obtención de beneficios se asocia al desarrollo de la demanda y no al aumento
de la productividad: el aumento constante del consumo y la demanda permitía vender cada vez más y
obtener grandes beneficios. El resultado ha sido la extensión de un modelo especulativo de desarrollo:
los bancos daban crédito abundante y barato a los consumidores, que al comprar generaban beneficios
a las empresas comerciales e industriales, que, a su vez, pedían crédito al banco para ampliarse y poder
producir más y más. La banca obtenía enormes beneficios, las empresas también, y los consumidores
tenían una elevada calidad de vida, pero todo sobre la base de un gran endeudamiento. Cuando el
precio de los créditos ha subido, empresas y consumidores han comenzado a no poder devolverlos, la
banca se ha encontrado sin reservas, los consumidores han reducido su demanda, las empresas han
dejado de vender… se ha desatado una enorme crisis económica.
4.d. Globalización y cultura. La globalización, en el campo de la cultura, ha conducido a una
norteamericanización, originada por la creciente importancia de los medios de comunicación y
entretenimiento norteamericanos y por el control de esta nación sobre la red de internet.
EL DESIGUAL REPARTO DE LA RIQUEZA Y LA RENTA
1. La brecha entre los países desarrollados y los subdesarrollados.
En general, teniendo en cuenta su riqueza, pueden establecerse tres grandes grupos de países:
Los países ricos o desarrollados, que son países industrializados (tercera revolución industrial),
con un potente desarrollo del sector servicios, un control casi exclusivo de la tecnología (y de la
investigación en la misma, I+D+i). En ellos se encuentran las sedes de las principales empresas
multinacionales y de los organismos financieros de mayor importancia. Controlan gran parte
del comercio mundial. Se localizan en Norteamérica, los quince miembros más antiguos de la
UE, Japón y Australia‐Nueva Zelanda.
Los países intermedios, que presentan un grado de riqueza y de producción medio, pero
creciente (presentan mayores cifras de crecimiento que los países desarrollados), aunque el
reparto de esta riqueza y producción no es homogéneo: se concentra en ciertos sectores
productivos y en unos reducidos grupos sociales. De esta manera, son países en los que
conviven actividades productivas “modernas”, en crecimiento, con actividades “obsoletas” o
“maduras” en regresión. Igualmente, se dan de forma paralela la formación de un grupo social
dirigente que acumula grandes fortunas con la existencia de una mayoría que viven en
condiciones de pobreza relativa.
En este grupo se incluyen dos grandes subgrupos de países:
4. ‐ Los países “emergentes”, que se localizan fundamentalmente en Asia oriental y
meridional, donde destacan los dos colosos chino e indio, y en las zonas próximas a los
grupos de países ricos, con el Norte de África, Méjico, Brasil o algunos países próximos
a Japón. Algunos de ellos cuentan con recursos energéticos y con poderosas corrientes
migratorias hacia las zonas desarrolladas, lo que les facilita la llegada de capitales con
los que ayudar a avanzar en su desarrollo. La cercanía a los países desarrollados facilita
la recepción de actividades deslocalizadas y de tecnología.
‐ Las llamadas economías “en transición” desde un modelo planificado‐comunista a otro
capitalista. Se trata de los países que forman parte de la Comunidad de Estados
Independientes (CEI) y de los países de la Europa central y balcánica recientemente
ingresados en la UE.
El tercer grupo son los llamados países “en desarrollo” o “pobres” o subdesarrollados. Se
trata de economías con un bajo grado de industrialización (la mayor parte de sus industrias
se limitan a producir o ensamblar (también confeccionar) con las materias primas y las
máquinas que empresas extranjeras ponen a su disposición, y sus producciones se dedican
a la exportación). El proceso de terciarización no se ha producido en estos países, donde
las infraestructuras son muy precarias, el bajo nivel de rentas frena el desarrollo comercial
interior, el comercio exterior suele estar en manos de empresas extranjeras, y los servicios
públicos son raquíticos. Son países que producen y exportan materias primas, productos
básicos o energéticos, pero que, muchas veces, presentan un bajo grado de autosuficiencia
en estos campos, dependiendo de las importaciones. Los productos industriales,
fundamentalmente los que requieren una cierta incorporación de tecnología, y los
servicios avanzados igualmente son importados. Esta situación hace que estos países
presenten un elevado grado de endeudamiento exterior y muchas dificultades para salir de
esta situación, lo que limita sus posibilidades de desarrollo.
Dentro de este grupo de países destacan los llamados “menos desarrollados”, que se
localizan en África (central, occidental y oriental) y en algunas zonas del sudeste asiático.
Se trata de economías preindustriales, con un fuerte crecimiento demográfico, expuestas a
elevados niveles de riesgos naturales (incrementados por el cambio climático), con
infraestructuras inexistentes. Además Zonas en las que, con frecuencia, se están
desarrollando conflictos bélicos.
2. La globalización y el crecimiento económico:
El proceso de globalización ha dado lugar a:
‐ Un crecimiento económico global, que se ha traducido en un descenso de la pobreza, un
aumento de la producción y un descenso relativo de los desequilibrios entre ricos y pobres.
‐ El crecimiento y el desarrollo económico no ha sido igual en todo el mundo: un grupo de
países (los llamados “emergentes”), especialmente de Asia, el norte de África y algunos
situados en las proximidades de los centros económicos mundiales han crecido más que los
demás, especialmente más que los llamados tradicionalmente países centrales o desarrollados,
acercándose notablemente a su grado de desarrollo. El resto de los países tiene tasas de
crecimiento iguales o ligeramente superiores a las de estos países avanzados.
‐ Un reducido grupo de países no ha crecido o incluso es más pobre . Se trata de países que han
sufrido conflictos bélicos u otras catástrofes.
‐ Un grupo de países que está quedando “descolgado” de la globalización, lo que puede
suponerles los costes de estar ajenos a la difusión tecnológica, a las inversiones y, sobre todo, a
las implementaciones de la competencia, acarreando un retraso irremediable.
POSICIÓN DE ESPAÑA EN EL MUNDO
1. España en el contexto económico mundial
España es un país desarrollado con una economía moderna y un alto nivel de vida. Según el Índice de
Desarrollo Humano de la ONU, nuestro país es el vigésimo tercero del mundo en cuanto a nivel de
5. desarrollo, manteniendo, desde 2007, una tendencia a la baja, ocasionada, entre otras cosas, por el
fortísimo impacto de la crisis económica que está sufriendo.
En cuanto a Producto Interior Bruto, en 2007, España fue el décimo tercer país más rico del mundo.
Ahora bien, si analizamos el PIB per cápita, la posición es diferente, ocupando el puesto trigésimo
cuarto, con 30.542 dólares USA, presentando, desde 2008, cifras decrecientes. También es cierto que
entre los treinta y tres países que nos preceden se encuentran diez países muy pequeños, por lo que su
cociente de PIB por habitante es alto.
España presenta un déficit relativo en sectores económicos intensivos en tecnología. El esfuerzo español
en este campo es manifiestamente insuficiente (en comparación con el que realizan nuestros principales
competidores) y lastra sus intentos de ganar competitividad, como forma de seguir modernizándose
económicamente y mejorando su calidad de vida.
En la actualidad, España tiene planteados tres grandes retos ante este mundo globalizado y la actual
situación de crisis económica:
1/Aumentar su grado de competitividad, para lo que va a ser necesario:
‐Reducir sus tendencias inflacionarias provenientes de un stock de demanda
relacionado con nuestro relativo bajo nivel de renta con respecto a la media de los
países comunitarios más desarrollados, y de ciertas tendencias especulativas.
‐Aumentar la productividad, incorporando nuevas tecnología y mejorando el
rendimiento productivo del trabajo.
‐Eliminar ciertas rigideces del mercado laboral (movilidad funcional y geográfica de la
mano de obra, etc.)
2/Buscar una mayor especialización en la llamada nueva economía (servicios basados en el
conocimiento y la innovación), para no alejarse de los núcleos centrales. Para ello, será
imprescindible mejorar el nivel formativo y aumentar las inversiones en I+D.
3/Asegurar la sostenibilidad del estado del bienestar en un momento en el que la realidad
demográfica va a aumentar las demandas de servicios, y en el que la situación económica de
crisis ha obligado a un fuerte endeudamiento. De lo contrario, no podrán evitarse lamentables
situaciones sociales
2. La posición de España en la UE
España forma parte de la UE desde 1986, es miembro de la “eurozona” desde su creación (1999) y su
economía presenta un alto grado de integración en la comunitaria. Es la quinta economía de la UE, con
un Producto Interior Bruto de 1.051 miles de millones de euros (2010), que supone el 9,2% del PIB de la
UE 27. Por encima de España se sitúan Alemania (un 19,2%), Reino Unido (un 13,9%), Francia (un 13,9%)
e Italia (un 12,1%), y por debajo los Países Bajos (4,4%). El resto de los países se encuentran aun a más
distancia. El problema es que las cuatro principales economías comunitarias suman el 59% del PIB
comunitario, lo que nos habla de la brecha existente entre países. En este marco la posición española es
relativamente buena y bastante próxima a la de los cuatro países de cabeza.
Otra cosa es el PIB per cápita, que es más significativo para conocer el nivel de desarrollo de un país. En
este caso, España ocupa (2008) el decimotercer lugar, con 22.800 euros por persona,
Sin duda, uno de los principales retos de las economías en un mundo globalizado es el de la
competitividad. Avanzar en la capacidad de competir tienen que ver con el desarrollo tecnológico y con
la productividad.
España ha hecho un gran esfuerzo por aumentar su VAB en los últimos años, teniendo un crecimiento
mayor que el de nuestros vecinos europeos más desarrollados. No obstante, aun se plantean serios
problemas en cuanto a la investigación en I+D+i. En 2007, el gasto interno español alcanzó el 1,27% del
6. PIB, situado por debajo de la media europea (1,85%). España ocupa el décimo segundo lugar de los
países comunitarios, pero se encuentra muy lejos de los países de cabeza, como Suecia (3,60%) o
Finlandia (3,47%), o como Francia (2,08), Austria (2,66) o Dinamarca (2,55), y, desde luego, a mucha
distancia de los países más avanzados, como Alemania (2,54), EE UU (2,67) y Japón (3,4%).
3. España en el mundo
España pertenece a todos los principales organismos internacionales y tiene representaciones
permanentes ante las Naciones Unidas y sus organismos especializados, ante la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa, ante el Consejo de Europa, ante la Organización de Estados
Americanos (OEA) y ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), además
de ante la Unión Europea. También forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico
Norte) y es un estrecho aliado político y militar de EE.UU.
Las principales áreas de interés de España en el mundo son Europa, el mediterráneo y Latinoamérica,
seguidos de EE UU, Rusia y Asia.
Principales organismos de la ONU:
La Organización de NNUU para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO)
La Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI)
La Organización Mundial para el Turismo (OMT)
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
La Unión Postal Universal (UPU)
El Programa de NNUU para el Medio Ambiente (PNUMA)
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
La OSCE es una organización de seguridad paneuropea cuyos 56 Estados
participantes (Estados Unidos, Canadá, todos los países europeos y todos los
países surgidos de la antigua Unión Soviética) se extienden por toda el área
geográfica que va de Vancouver a Vladivostok. Es un instrumento primario de
prevención de conflictos, gestión de crisis y rehabilitación tras los conflictos
surgidos en la zona.
El Consejo de Europa, la organización política más antigua de Europa (1949), tiene
como objetivos fundamentales la defensa de los derechos humanos, el fomento
de la democracia parlamentaria y la preeminencia del Estado de derecho. En la
actualidad, el Consejo de Europa –que tiene su sede en Estrasburgo (Francia)–
engloba a 7 países europeos, gozando del estatuto de observador otros cinco
Estados: Santa Sede, Estados Unidos, Canadá, Japón y México.