2. Características
La pintura es usada para proclamar los dogmas
católicos frente a los protestantes sobre todo, la
penitencia y la eucaristía por lo que aparecen la
Magdalena, S. Jerónimo y triunfos de la
Eucaristía, así como Vírgenes Inmaculadas y
Ascensiones y santorales cargados de milagros y
martirios.
La autoridad del Papa se afirma con temas como
la entrega de las llaves a San Pedro.
Los encargos de las órdenes monásticas se
traducen en series monásticas para decorar los
claustros de los conventos, templos y sacristías.
Como géneros profanos destacan el retrato y el
bodegón, con exponentes como Velázquez o
Zurbarán.
3.
El género mitológico será encargado por la Corte para sus
palacios.
Continua la tradición del retablo de casillero con cajas para
albergar lienzos con la Vida de Cristo, Virgen y Santos y
surge en las capillas laterales el “gran cuadro de altar”.
En los oratorios privados y viviendas domésticas triunfa el
cuadro piadoso con la imagen del santo titular del
propietario.
Apolo desollando a Marsias,
José Ribera
4.
Los pintores españoles
reciben influencias de los
modelos extranjeros
italianos y flamencos
tanto a través de sus
propios viajes como de la
compra de obras en el
mercado del arte que se
incorporan a las
colecciones de los
Austrias y en menor
medida a las de la
nobleza y galeristas
particulares.
Sacristía monasterio de Guadalupe,
Cáceres
5.
En este “Siglo de Oro” hay dos corrientes
que coinciden con las dos mitades de la
centuria. En la primera, está el naturalismo
tenebrista con la imitación de Caravaggio
copiando modelos del natural e
iluminándolos con contrastes claroscuros.
Ribera y Zurbarán.
Desde 1650:Realismo barroco, se impone el
gusto flamenco, aparatoso y vibrante de
Rubens pero con la pincelada suelta de
Tiziano y los fulgurantes contraluces
venecianos que serán usados en los
“rompimientos de gloria”. Velázquez y
Murillo.
6. José Ribera S. XVI-XVII
De origen valenciano, es conocido en Italia como
el Spagnoletto, contribuyó a forjar la escuela
napolitana de la que fue reconocido como
maestro.
Sabemos de su paso por Parma y Roma donde
recibirá influencias de los discípulos de
Caravaggio si bien su residencia la fijará
definitivamente en Nápoles.
Su estilo varía desde el naturalismo tenebrista
caravaggiesco hacia la síntesis de éste con el
color y la luz de Tiziano y Rubens.
Sus clientes serán las instituciones religiosas
napolitanas y los virreyes españoles.
7. Para el Duque de Osuna pinta las siguientes obras:
Martirio de San Bartolomé
9. El gran Calvario será
su última obra para
el Duque. Todas
ellas están hoy en
la colegiata de
Osuna.
10.
Para el duque de Alcalá
realiza La mujer barbuda,
retrato de Magdalena
Ventura a la que le creció
la barba de improviso,
acompañada de su
esposo y su hijo.
11.
En 1635 bajo el virreinato
del Conde de Monterrey,
Ribera abandona el
tenebrismo, aclara la luz y
apuesta por el color.
Destaca su
resplandeciente
Inmaculada en el retablo
mayor de la agustinas de
Monterrey en Salamanca y
que influirá en este tema
iconográfico y sobre todo
en Murillo.
12.
En 1637, a la par que realiza temas mitológicos
como Apolo desollando a Marsias, realiza un
conjunto de temas bíblicos como La bendición de
Isaac a Jacob y empieza la decoración de la
cartuja napolitana de San Martino.
Bendición de Isaac
a Jacob
14.
Para la Sacristía pinta La Piedad, en la nave
de la iglesia, un ciclo de Profetas y Apóstoles
y en el presbiterio, la Comunión de los
Apóstoles.
La Piedad
20.
Retrato ecuestre
de Don Juan de
Austria, pintado
tras la rebelión del
pescador
Massaniello
contra el dominio
español, que Don
Juan sofoca
traumáticamente.
22. Francisco de Zurbarán S. XVI-XVII
Natural de Badajoz, es el
prototipo de pintor español
que transmite a sus lienzos
el mismo detallismo y
devoción que se aprecia en
la imaginería religiosa.
Como en su célebre
Crucificado del convento
sevillano de San Pablo.
23.
Se forma en Sevilla y acaba en
Madrid empujado por el éxito de
Murillo que le roba prestigio y
encargos. En el palacio del Buen
Retiro pinta Los Trabajos de
Hércules, nombrándolo Felipe IV
“pintor de Su Majestad”.
Partiendo del naturalismo
tenebrista del Caravaggio recibe
influencias del color veneciano
que aclaran su pintura.
Pasará a la historia como el pintor
de los frailes, la vida monástica y
la tela de sus hábitos realizando
grandes ciclos para las órdenes
religiosas: dominicos de S. Pablo,
la Merced Descalza, Colegio
franciscano del Santo (episodios
de San Buenaventura)
25.
Para los jesuitas
pinta La visión del
Beato Alonso
Rodríguez en la
Academia de San
Fernando en
Madrid.
26. Apoteosis de Santo
Tomás de Aquino
para el retablo mayor
del colegio de la
Orden de
Predicadores y
aumenta su
cotización.
27.
Para la Cartuja jerezana pinta los cuadros del
retablo mayor, con escenas de la Anunciación,
Adoración de los Pastores, Epifanía y Circuncisión
y decora el pasadizo abierto tras el altar con
santos de la Orden.
30.
Para Guadalupe tenemos el deslumbrante
conjunto de la Capilla de San Jerónimo y los 8
lienzos de Venerables jerónimos en la
Sacristía.
31.
Para la Sacristía de la Cartuja sevillana de la
Virgen de Misericordia amparando a los cartujos,
San Bruno y el papa Urbano II y El milagro de
San Hugo en el refectorio.
34.
Se le conoce por realizar
series evangélicas
bíblicas y profanas,
integradas por 12 y 7
personajes que
habitualmente destinaba
a su venta en Indias. Los
doce apóstoles, tribus de
Israel, trabajos de
Hércules, césares,… y
santas mártires ataviadas
a la moda de la época
como Santa Casilda.
35.
Otros temas fueron la Santa Faz y el Niño
Jesús labrando en la carpintería de Nazaret
una cruz o confeccionando una corona de
espinas previniéndole sobre los futuros
sucesos de la Pasión.
Premonición del
niño Jesús
39. VELÁZQUEZ S. XVI-XVII
Gran genio del arte español,
fue un supremo retratista
que abarcó todos los
géneros pictóricos: cuadro
religioso, fábula, bodegón y
paisaje.
40.
A su regreso su estilo
evoluciona con dos épocas
que coinciden con su etapa
sevillana, de juventud y
formación y la posterior
madrileña de absoluta
madurez.
El período sevillano está
impregnado de tenebrismo
caravaggiesco. El color es
terroso y las figuras
presentan contornos muy
precisos, que recuerdan su
plasticidad las imágenes
escultóricas de Martínez
Montañés.
41.
Se especializó en interiores de cocinas con
representaciones de almuerzos y conciertos
musicales, destacando la Vieja friendo huevos y El
aguador de Sevilla.
42.
Algunas tienen connotaciones religiosas como
Cristo en casa de Marta y María y La mulata que
está condimentando los alimentos de la Cena de
Emaús, recibiendo la catalogación de bodegones a
lo divino.
44.
Los asuntos sacros de estos momentos son
La Inmaculada y San Juan en Patmos
interpretados como regalo de boda al
aparecer retratados el joven matrimonio.
45.
En 1630 tras familiarizarse con las pinturas
venecianas de El Escorial y regresar de Italia, se
va viendo un cambio en sus estilo que ya se
apreciaba ligeramente en Los Borrachos.
46.
Un aspecto fundamental en Velázquez será su faceta
de retratista. Retrata a su criado moro Juan Pareja y
al pontífice Inocencio X que supera a todos sus
retratos en profundidad psicológica. Durante esta
estancia también retrata a su amante romana en La
Venus del Espejo.
47.
48.
49.
Velázquez ha descubierto la luz además de iluminar, le permite
captar el aire entre las figuras y los objetos, las formas pierden
precisión pero los colores ganan en intensidad, comenzando a
usar una gama de grises plateados que será un rasgo de su
etapa madura.
Igualmente, la pincelada se va haciendo tan fluida que parece
preceder a los impresionistas como en Villa Medici.
50.
Todo esto se
concreta en los
retratos que lo
encumbran, sobre
todo de la familia
real, los nobles e
incluso los bufones
del reino, tratando a
estos últimos con
gran dignidad, así
como a militares,
artistas y políticos.
52.
En torno a 1632 se
fechan sus
composiciones
religiosas, presididas
por el Cristo
Crucificado donde
homenajea en la
lejanía madrileña a los
modelo sevillanos de
Pacheco.
Este Cristo sorprende
por su belleza
idealizada, su
serenidad y expresión.
54.
La recta final de su vida se salda con 2 obras maestras de la pintura
universal: La familia de Felipe IV y Las hilanderas.
En Las Meninas es un retrato múltiple donde todos los personajes
aparecen frontalmente en el taller de los pintores de cámara. En
primer plano, Velázquez a quien siguen las meninas Isabel de
Velasco y Agustina Sarmiento flanqueando a la infanta Margarita, la
deforme enana Maribárbola, cuya fealdad resalta al lado de su dueña
y el bufón Nicolás Pertusuato que pisa al mastín. Detrás, Doña
Marcela de Ulloa y el mayordomo o Diego de Azcoitia, al fondo, en
las escaleras, el aposentador don José Nieto y reflejados en el
espejo, los reyes que posan junto al espectador para Velázquez.
En Las hilanderas, desarrolla la fábula de Aracne, según la narración
de La metamorfosis de Ovidio. Vuelve a tratar un asunto mitológico
como escena vulgar de género desprovista de referencias heroicas y
retóricas.
58. MURILLO S. XVII
Pertenece a la generación
siguiente a Velázquez y
tiene diferencias como su
renuncia a la corte por vivir
en Sevilla, no visitó Italia y
su contacto con el arte
extranjero es a través de las
obras que había en España
y tuvo que ganarse la vida
con la venta de sus obras y
no con salario de pintor de
cámara.
Dedicaba su vida también a
las hermandades sevillanas
y a enseñar en la Academia
del Arte de la Pintura que
fundó.
59.
La sociedad le recompensó con la fama que
le trajo la belleza de sus Purísimas, la ternura
de sus Niños Jesús y la delicadeza de sus
Maternidades.
Además sus representaciones de pilluelos
callejeros fueron muy aplaudidas por los
comerciantes flamencos que las encargaron
como Muchachos comiendo empanada o
Muchachos comiendo uvas.
Tuvo distintos períodos: frío, cálido y
vaporoso.
60.
61. Período frío:
Es su etapa juvenil. Deriva de su admiración
por Zurbarán y posee grandes contrastes de
luz., precisión en el dibujo y la pincelada lisa.
Destaca la serie del claustro chico del
convento de la Casa grande de San
Francisco en Sevilla con milagros de la vida
de San Diego de Alcalá. Obras de esta etapa
serán la Virgen del Rosario con el Niño y la
Sagrada Familia del pajarito donde el artista
desdramatiza los sentimientos religiosos tras
la epidemia de peste que diezmo a la
población sevillana.
64. Período cálido:
Se inicia en 1656 con el San
Antonio de la catedral de
Sevilla. A la par de
grandes cuadros incorpora
efectos de contraluz
venecianos que le inculca
Herrero el Mozo. El
tenebrismo desaparece, la
pincelada se hace suelta y
el colorido brillante. Pero
en la serie de Santa María
la Blanca y en los lienzos
del retablo mayor de los
Capuchinos de Sevilla se
inicia su tránsito a la etapa
final.
66. Período vaporoso:
En esta etapa el color se hace transparente y
difuminado. Así tenemos los grandes
cuadros de los altares laterales del convento
de capuchinos que completan su
intervención en este centro: S. Francisco
abrazado al Crucificado, La adoración de los
pastores y Santo Tomás de Villanueva
repartiendo limosna.
70.
Entre 1670 y 1674 pinta por encargo de don
Miguel de Mañara las 7 Obras de
Misericordia de la iglesia de la Santa
Caridad. En el presbiterio representa La
multiplicación de los panes y los peces y
Moisés haciendo brotar el agua de la peña ,
aludiendo a dar de comer al hambriento y
de beber al sediento; en la nave El regreso
del hijo pródigo (vestir al desnudo),
Abraham y los tres ángeles (dar posada al
peregrino), La curación del paralítico en la
piscina probática (atender a los enfermos) y
La Liberación de S. Pedro (redimir a los
cautivos).
72. Abraham y los tres ángeles
La liberación de San
Pedro
73.
Dentro de sus últimas obras aparece en el
hospital de la Caridad Santa Isabel de Hungría
curando a los niños enfermos y San Juan de
Dios transportando a un enfermo, para el altar
mayor.
74.
Así como un Salvador Niño, Los niños de la
Concha y San Juan Niño.
San Juanito y el cordero