1. Steve Jablonsky - Arrival to Earth
avance manual
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2. Este viaje comienza en nuestro planeta y tras
cruzar Marte, lugar para otra parada, entramos
en el cinturón de asteroides, reminiscencia de
la creación de nuestro Sistema solar a partir de
una nube de polvo estelar. Desde ese enclave a
2 unidades astronómicas (UA) o 320 millones
de km, ya podemos observar al mayor de los
planetas de nuestro Sistema solar.
Júpiter
Es el planeta más grande del Sistema
Solar, tiene más materia que todos los
otros planetas juntos y su volumen es mil veces
el de la Tierra.
Júpiter tiene un tenue sistema de
anillos, invisible desde la Tierra. También tiene
16 satélites. Cuatro de ellos fueron
descubiertos por Galileo en 1.610. Era la
primera vez que alguien observaba el cielo con
un telescopio y es a uno de esos cuatro
satélites iniciales adonde nos dirigimos
3. Calisto
Tiene un diámetro de 4.800 km., casi igual que Mercurio, y gira a
1.883.000 Km. de Júpiter, cada 17 días. Es el satélite con más cráteres
del Sistema Solar. Está formado, a partes iguales, por roca y agua helada.
El océano helado disimula los cráteres. Es el que tiene la densidad más
baja de los cuatro satélites de Galileo.
Ganímedes
Es el satélite más grande de Júpiter y también del Sistema Solar, con
5.262 Km. de diámetro, mayor que Plutón y que Mercurio. Gira a unos
1.070.000 Km. del planeta en poco más de siete días. Parece que tiene
un núcleo rocoso, un manto de agua helada y una corteza de roca y
hielo, con montañas, valles, cráteres y ríos de lava.
Io
tiene 3.630 Km. de diámetro y gira a 421.000 Km. de Júpiter en poco más
de un día y medio. Su órbita se ve afectada por el campo magnético de
Júpiter y por la proximidad de Europa y Ganímedes. Es rocoso, con
mucha actividad volcánica. Su temperatura global es de -143ºC, pero hay
una zona, un lago de lava, con 17ºC. Este satélite será parada para otra
ocasión, pues es el cuerpo celeste del sistema solar con mayor actividad
volcánica
4. Pero nuestro destino en este viaje es
Europa
Tiene 3.138 Km. de diámetro. Su órbita se sitúa entre Io y Ganímedes, a 671.000 Km. de
Júpiter. Da una vuelta cada tres días y medio. El aspecto de Europa es el de una bola helada
con líneas marcadas sobre la superficie del satélite.
Un destino misterioso y esperanzador, donde se encuentra la mayor posibilidad de vida más
allá de nuestro planeta.
Pero vayamos por partes y estudiemos este pequeño satélite…
5. Lo primero que llama la atención de Europa es
su aspecto “liso”, sin accidentes. Se puede
asegurar que es el satélite con menos
accidentes geográficos del Sistema solar. Una
pátina de reflectante hielo conforma su
superficie que también se ve surcada de líneas
de un marrón parduzco, que le dan un aspecto
estriado.
La temperatura media en superficie es de -160º
celsius en el ecuador y de -210º en los polos.
Su composición es de rocas silíceas y posee una
capa de agua de aproximadamente unos 100
km de espesor, de los cuales, hay que
descontar aproximadamente entre diez a
treinta km de la capa de hielo exterior.
La sonda “Galileo” detecto que posee un
campo magnético cambiante por el campo
magnético de Júpiter, lo que indica que el
océano líquido bajo su superficie helada es el
que permite este efecto conductor.
6. Las estrías de Europa son el resultado de las fracturas producidas en la superficie helada y el
posterior surgimiento de material "sucio" desde el interior del planeta. Se cree que las
fuerzas de marea (debido al fenómeno de la resonancia orbital) son las responsables de
estos procesos, al calentar y deformar en forma global la superficie del satélite. Hay teorías
que hablan de la posibilidad de que sean colonias bacterianas como las que se pueden
encontrar en nuestro propio plantea.
Se han descubierto en grandes salinas de iberoamérica, que bajo el suelo se concentran
grandes colonias de bacterias, que asemejan un colorido similar al de estas estrías.
7. El calor necesario para que el océano interior
de Europa se mantenga líquido, proviene de la
relación orbital que mantiene tanto con su
plantea “padre” Júpiter, como con el resto de
lunas que la rodean. La órbita (diagrama
inferior) de Europa hace que con frecuencia,
tenga alineaciones con Io y Ganímedes, lo que
provoca que su superficie sea sometida
regularmente a tensiones estructurales
(resonancia orbital), lo que genera calor en el
núcleo del satélite (su superficie se expande y
se comprime regularmente) que consigue que
el océano interior se mantenga en estado
líquido.
Debido a estas tensiones gravitacionales, la
superficie se quiebra y de forma casi
inmediata, se vuelve a congelar, motivo por el
cual la superficie de Europa carece casi por
completo de accidentes geográficos, dando un
paisaje similar al hielo de nuestros casquetes
polares.
8. Acostumbrados a llamar a nuestro planeta, “el
planeta azul”, Europa marca records y nos
ofrece el dato concluyente de que posee más
agua en estado líquido que la Tierra. Si
pudiésemos juntar el agua de todos los
océanos, glaciares, ríos y lagos de la Tierra
tendríamos una esfera de apenas 1385
kilómetros de diámetro. Si hacemos lo mismo
en Europa, tendríamos una esfera de unos
1754 kilómetros, gran parte de ella en estado
líquido. A pesar de que el tamaño de Europa es
incluso ligeramente inferior que el de nuestra
Luna.
Europa tiene una atmósfera tenue compuesta
fundamentalmente por oxígeno, de origen no
biológico y generado por la descomposición del
vapor de agua, generado por el choque de la
superficie helada al romperse, en hidrógeno y
oxígeno. El hidrógeno escapa de la tenue
gravedad del satélite pero no así el oxígeno que
permanece en altas concentraciones.
9. Más allá de divagaciones, más o menos románticas.
La estructura de Europa hace pensar que pueda
haber vida en ella.
Las oportunidades de encontrar alguna forma de
vida en Europa resultaban inciertas, ya que el
océano del satélite descansa bajo varios kilómetros
de hielo que lo separaban de la producción de
oxígeno en la superficie. Sin este elemento
fundamental, la vida sólo podría formarse sobre
una base de azufre o metano, unas condiciones
demasiado exóticas que ni siquiera sabemos si
existen en el fondo de las aguas. La respuesta llegó
al considerar la juventud de la superficie helada de
Europa. Su geología y la escasez de cráteres
sugieren que el hielo se renueva continuamente.
Algunos científicos creen que las concentraciones
de oxígeno son suficientemente grandes como para
albergar microorganismos e incluso una
«macrofauna», animales más complejos que tienen
una demanda mayor de oxígeno. A su juicio, en
esas aguas podrían respirar 3.000 millones de kilos
de «macrofauna», que demandan el mismo
oxígeno que los peces terrestres.
10. Las condiciones básicas para que pueda
haber vida son que haya agua, calor y
energía. Descubrimientos en nuestro propio
planeta, demuestran que existe y florece la
vida a kilómetros de profundidad en los
océanos alrededor de fuentes volcánicas del
lecho marino. Lugares donde el Sol no tiene
acceso y la “sopa” química formada por los
escapes volcánicos es de niveles extremos de
toxicidad para la vida que se da en la
superficie.
La importancia de la posibilidad de vida en
Europa, no es si hay unas bacterias o
microorganismos, más o menos desarrollados. La
importancia es que si con los mismos elementos
que en nuestro planeta, hay vida, eso demostrará
que la vida es algo común en el vasto ámbito
espacial.
11. Las expediciones previstas para el estudio exhaustivo de Europa JEO (Jupiter Europa
Orbiter), que se iba a realizar en esta década, ha sido cancelada por su elevado coste.
Existen alternativas. Los científicos no tiran la toalla y la NASA y el JPL llevan más de un año
proponiendo misiones más simples que no superen los 2500 millones de dólares. Las
misiones finalistas, conocidas genéricamente como Europa Habitability Mission (EHM), eran
tres: un orbitador de Europa (Europa Habitability Mission Orbiter), una sonda de aterrizaje
(Europa Lander Mission) y una sonda de múltiples sobrevuelos (Europa Multiple Fly-by
Mission). Como se esperaba la ganadora ha sido la sonda de múltiples sobrevuelos, la
menos arriesgada tecnológicamente.
12. La conclusión es evidente:
Por sus océanos de agua líquida
Por la energía y calor generada por la resonancia orbital
Hay que volver a Europa y descubrir si la vida es algo común en la vastedad espacial
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