2. “El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno:
Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le
dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás.
No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás
a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19:17-19)
Toda la ley, tanto los 10
mandamientos como
otras partes de la Toráh
(Lev. 19:18)
Jesús espera que
aquellos que compartan
con Él la vida eterna
guarden la ley de Dios en
esta vida.
¿Acaso no querremos
hacer la voluntad de Dios
en la Tierra Nueva?
¿Qué mandamientos debía guardar el joven rico?
3. “De estos dos mandamientos depende toda la ley
y los profetas” (Mateo 22:40)
“Y amarás a Jehová
tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu
alma, y con todas tus
fuerzas” (Deuteronomio 6:5)
“No te vengarás, ni
guardarás rencor a
los hijos de tu
pueblo, sino amarás
a tu prójimo como a
ti mismo. Yo Jehová”
(Levítico 19:18)
La Ley de Dios, los 10 mandamientos (Éxodo 20:3-17), se basa en
estos dos mandamientos: Amar a Dios (mandamientos 1 al 4) y
amar al prójimo (mandamientos 5 al 10)
“Toda la ley” [El Pentateuco, de Génesis a Deuteronomio], se basa
en los 10 mandamientos.
“Los profetas” [de Josué a Malaquías] se basan en la ley, y la
explican.
¿Cuáles son estos dos mandamientos y qué relación tienen
con la ley y los profetas (Mateo 22:35-40)?
Si con su muerte Jesús hubiese
anulado la ley, también estos dos
mandamientos (incluidos en la
ley) habrían sido anulados.
Por el contrario, Él nos enseñó a
cumplir TODA la ley de Dios.
4. “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en
mi amor; así como yo he guardado los mandamientos
de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10)
Honró a sus padres (Luc. 2:51)
Se negó a Adorar a Satanás (Luc. 4:8)
Guardó el sábado (Luc. 4:16)
Nunca pecó (Heb. 4:15)
Fue obediente toda su vida (Fil. 2:5-11)
¿De qué manera guardó Jesús
los mandamientos de Dios?
“y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz” (Filipenses 2:8)
Si queremos permanecer en el amor de Jesús,
debemos obedecerle como Él obedeció a su
Padre y permaneció en su amor.
5. “El no guardar los mandamientos de Dios
implica no amarlo. Nadie guardará la ley
de Dios a menos que ame al Unigénito del
Padre. Y con no menos seguridad, si
alguien lo ama, expresará su amor
mediante su obediencia. Todos los que
amen a Cristo serán amados por el Padre, y
él se les manifestará. En todas sus
emergencias y perplejidades tendrán el
auxilio de Jesucristo”
E.G.W. (Cada día con Dios, 13 de mayo)
6. “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que también os améis unos a otros”
(Juan 13:34)
Jesús ya había enseñado muchas
veces, basándose en enseñanzas del
Antiguo Testamento, que debemos
amar a amigos y a enemigos.
¿En qué aspecto, pues, el amarse
unos a otros era un mandamiento
NUEVO?
El matiz que lo hace nuevo es éste:
Debemos amarnos como Jesús
nos amó.
“Nosotros le amamos a él, porque él nos
amó primero… Y nosotros tenemos este
mandamiento de él: El que ama a Dios,
ame también a su hermano.” (1ª de Juan 4:19, 21)
7. “a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no
estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo),
para ganar a los que están sin ley” (1ª de Corintios 9:21)
En su intento por salvar a todos, Pablo
entablaba relación con los gentiles sin
usar, inicialmente, la ley de Dios, sino
buscando temas afines a través de los
cuales pudiera enseñarles el amor de Dios.
En su carta a los Corintios, él quiso dejar
claro que –aunque no iba con la Ley por
delante cuando predicaba a los gentiles-
respetaba y obedecía la ley de Dios.
Esta obediencia, según Pablo, estaba
basada en la obediencia a la ley de Cristo
(Juan 13:34)
“Al hablar a los gentiles, Pablo ensalzaba a Cristo, presentándoles luego las
imposiciones vigentes de la ley. Demostraba cómo la luz reflejada por la
cruz del Calvario daba significado y gloria a toda la dispensación judaica”
E.G.W. (Obreros evangélicos, pg. 124)
8. La ley de Cristo es impulsada por la
misericordia.
Si no hubiera sido por su muerte
expiatoria, no habría razón para
guardar la Ley de Dios. Sin embargo,
porque Cristo hizo posible la vida
eterna, hay un incentivo para ser
fiel y reanudar la observancia de la
Ley de Dios después de momentos
de debilidad.
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros,
y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2)
Los cristianos deberían usar la Ley de Cristo como
un vehículo para transportar al pecador arrepentido
de regreso al ámbito de la Ley de amor de Dios.
9. “Porque el Padre a nadie juzga, sino
que todo el juicio dio al Hijo” (Juan 5:22)
Ser juzgados por Aquel que ha pasado
por las mismas experiencias que
nosotros, y cuya ley es el amor, es
reconfortante.
Cumplir la Ley no se limita a obedecerla
a fin de ganar el favor de Dios, sino que
nos llama a compartir el amor de Dios
con aquellos que lo necesitan.
Como norma del Juicio, la Ley mide el
nivel de amor que la persona ha
compartido con Dios y la humanidad.
Cuando Cristo presida el Juicio Final,
usará la Ley de amor de Dios, que es
invariable, como la norma según la cual
pronunciará las sentencias (Sant. 2:12)