Una bruja hechicera vivía en un castillo y asustaba a la gente con sus risas y búsqueda de ratas para hacer hechizos. Un mago encontró el castillo y escuchó a la bruja decir que mataría a la gente, pero el mago la detuvo haciendo desaparecer a la bruja y a la gente del pueblo a otro país, aunque luego los regresó. El mago aseguró que la bruja nunca volvería a hacer hechizos en el castillo, y todos vivieron felices para siempre.