8. BUEN HUMOR
Reportaje a Gonzalo Colombres: Landrú, más de 60
años contando la historia en clave de humor
Nos encontramos vía Skype con Gonzalo Colombres, nieto del
histórico Juan Carlos Colombres, más conocido como “Landrú”,
y actual director de la Fundación Landrú que busca recopilar su
vasta obra. Charlamos sobre todo: la vida, los vaivenes
políticos, la censura y cómo es hacer humor en la Argentina a
través de los tiempos. ¿Me acompañás?
Juan Carlos “Landrú” Colombres nació en 1923, dentro de poco se van a cumplir cien
años de su nacimiento, fue contemporáneo a Quino, y otros dibujantes destacados. Al
principio trabajaba en Tribunales y después de terminar su turno de trabajo a él le
gustaba dibujar. Empezó a mandar sus dibujos a diferentes editoriales. En esa época, en
los años 40, 50, los medios de comunicación principales eran las revistas y la radio. Tuvo
la suerte de que lo contactaran en varias revistas y ahí empezó a publicar sus chistes de
humor absurdo, disparatado. Tuvo mucho éxito desde el comienzo.
ENTREVISTAS Por Elízabet Aleo
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
MAY DE 2021 7
9. BUEN HUMOR
A él le interesaba el tema de la política, porque justamente en esa época estaba
proscripto nombrar a Perón y hacer humor sobre él. Entonces no se podía hacer humor
político, y a él era justamente lo que le interesaba. Porque… ¿por qué no se puede?
Con el tiempo consiguió lanzar su propia revista que se llamó Tía Vicenta, y ahí tuvo la
importancia del resurgimiento del humor político a partir del ’57.
Como Perón estaba prohibido, él encontró con ingenio poder seguir hablando del tema:
lo caracterizó como una pera gigante, y la gente lo entendía y le hacía gracia eso. Hacía
una crítica humorística de lo que estaba pasando en las diferentes épocas. Él decía que
no hacía humor contra alguien, sino que hacía humor sobre lo que estaba sucediendo.
Esa fue la que yo llamo “la fórmula de Landrú”, que de alguna manera contaba un chiste
sobre lo que sucedía con un político oficialista y al otro día sobre un político opositor.
Siempre buscó un balance, y así se mantuvo vigente durante tantos años, hasta el 2008
publicó. Fueron más de 60 años en los que jugó y se divirtió contando la historia en clave
de humor.
A comienzos del siglo XX, con Caras y Caretas se solían poner apodos de animales a los
presidentes. A Yrigoyen le decían el Peludo, a Roca el Zorro, y lo que hizo Landrú fue
rescatar esa modalidad. Así, Illia era conocido como “la Tortuga” y Onganía como “la
Morsa”… eso le costó el cierre de su revista Tía Vicenta en el ’66.
MAY DE 2021 8
10. BUEN HUMOR
A Alsogaray, el ministro de economía de Frondizi, le puso “el Chanchito”, porque él
alentaba a comer más carne de cerdo y a Landrú le hizo mucha gracia, se imaginó que era
un chanchito que le guiñaba el ojo…y le quedó. Y eso continuó en la historia, lo de
ponerle seudónimos de animales, como “Macri Gato”.
El caso de Onganía
Onganía no tenía buen sentido del
humor. Era bastante serio y parece
que no le gustó una publicación (ya
venía haciendo chistes sobre esto),
pero puntualmente esa publicación
no le hizo gracia, fueron a buscar a
Landrú a su casa, lo llevaron a un
lugar y le dijeron que “a Onganía no
le gusta la revista tía Vicenta”. Landrú les dijo que si no le gusta la revista, que no la
compre. Así que inmediatamente le clausuraron todo y esto le ocasionó un gran
problema porque tenía toda una estructura de dibujantes, humoristas, redactores, y fue
un periodo complicado. Sin embargo, a los 15 días, esto fue el 17 de julio del 66, justo
para la época de los “bastones largos”, una época bastante complicada, sacó la revista
María Belén, que en vez de estar enfocada hacia el humor político, decidió enfocarla
hacia el humor social. En otras palabras, era la Tía Vicenta que habían preparado para la
semana anterior, pero le cambiaron un poco la fachada, la suavizaron un poco porque la
verdad que generó un poco de temor… que te vengan a censurar la revista por hacer
chistes es preocupante.
Landrú siempre fue un abanderado de la libertad de expresión y siempre estuvo en
contra de la censura. En el humor social, se volcaba a hacer “campeonatos de mersas”,
“de caqueros”, y el inventaba cosas pero con nombre de verdad, y la gente se lo tomaba
con humor. Clasificaba qué cosas eran clase A, clase B y clase C y hacía chistes sobre los
estereotipos.
Era muy observador. Recopilaba, tomaba las conductas de ciertos sectores y al
agruparlos, unirlos, hacía gracia, estés donde estés, sin ser despectivo. Simplemente
recopilaba sus observaciones: “Suelen hacer esto, se reúnen en tan lugar, dicen o no
dicen tal cosa, se visten de tal manera, se visten de otra”. Al verlos en listas o
clasificaciones, causaba gracia. Lo in y lo out, él lo hacía desde ese entonces.
MAY DE 2021 9
16. Relatos Por Gustavo da Silva
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
Mis dos encuentros con CALOI
Nuestro director, Gustavo da Silva, nos comparte este ameno relato de hace unos
“añitos” atrás. Uno –mejor dicho, dos- encuentros con un ENORME del humor como lo
es Caloi, que fue vecino de la zona sur algún tiempo. La segunda y última parte, aquí.
Me puse a caminar por aquellas calles de José Mármol y
Adrogué, y toqué el portero eléctrico del caserón.
No fue tarea fácil. Yo fui de tarde y el ya no estaba a esa
hora. Me acercaron desde adentro del caserón un papel
con el teléfono particular y yo debía llamar desde el
honguito de Entel que había en mi barrio, justo frente a
la estación de Rafael Calzada, previo hacer cola y
rezando conseguir fichas –carísimas-, y rezando que
funcionara cuando te tocaba hablar.
Tras varios llamados y visitas al lugar, me citaron para un
sábado, en las cercanías del mediodía -me enteré luego
que el hombre dormía hasta muy tarde, era un artista-. Yo para ese día me había
levantado temprano, había ido movilizado con mi rodado 20 de color verde claro,
muy desvencijada. Y después de esperar una hora en la esquina, "porque no se
había levantado", finalmente vuelvo a tocar timbre y se aparece en el jardín, con su
perra "Daisy", con orejas de cocker, pero mucho más grande, que se me abalanzó
para saludarme cuando me hizo pasar, y me permitió pasar con la bicicleta, la que
estacioné del lado interno de la frondosa ligustrina.
Si el caserón era grandioso por fuera, adentro no se quedaba atrás. Ingresé por una
puerta enorme, y pasamos un living con sillones de corderoy marrón, de esos que
cuando uno se sienta tiene la sensación de terminar en las baldosas; un gran hogar a
leña que en ese momento del año estaba apagado. Una gran colección de llaves
antigua colgadas en una pared. Y el mismo Caloi, de puño y letra, contestó el
cuestionario que me había dado la maestra (cosa que luego la asombrara). Hablé
poco con él, le conté que hacía historietas desde hacía dos años; quiso verlas, pero
yo desafortunadamente no había llevado -en realidad mis padres no me permitían
llevarlas a las calles, quizá por vergüenza a que su hijo quisiera ser dibujante-, luego
le llevé ese poster de la TV Guía de la carpeta y le pedí un autógrafo, y luego de un
apretón de manos, me volví a mi casa, tras tamaña hazaña, la de encontrar a mi
ídolo, de poder hablar con él, y más allá de que traía el reportaje para el colegio, del
cual saque diez, lo más importante, de traer el autógrafo, de su puño y letra, escrito
en birome, un Clemente que decía "Viva Gustavo!!".
15
17. BUEN HUMOR
A todo esto, la familia o "el clan", lo tomó como aquel incidente de las Trillizas de
Oro, se guardaron a silencio aunque, cuando aparecía Caloi por la televisión y le
hacían un reportaje, me decían, "¡ahí está tu amigo!".
Tres años más tarde, en 1985, en la secundaria, para la materia Lengua y literatura -
ex Castellano-, la profesora nos dijo de hacer un reportaje, ya que nos estaba
enseñando las diferencias entre la lengua objetiva y la subjetiva. Entonces nos
determinó hacer un trabajo práctico en forma individual o en equipo. Intenté
realizarlo en equipo, pero ante el "veddettismo" de algunos de los integrantes,
decidí hacerlo por mi lado. Fue así que volví al caserón de José Mármol, toqué el
portero eléctrico, se apersonó la esposa de Caloi y me acercó el teléfono en un
papel, y sabiendo algunas de las características de mi ídolo, logré rápidamente mi
cometido. En este caso me vino a abrir la puerta en bata -no la de Sandro-, sino algo
más modesto, se puede decir como una salida de la cama, yo iba sin bicicleta, pero
esta vez Caloi fue respondiendo mis preguntas y yo las iba anotando en papel. La
reacción de los ex compañeros de equipo, a pesar que yo solo saqué un ocho, fue de
indignación. Lo había hecho rápido y ya estaba calificado.
Fue ahí donde, tras mentar una propuesta superadora, lograron conseguir a Caloi,
llevaron esos radiograbadores gigantes donde pudieron grabar la entrevista.
Lograron que Caloi les firmara autógrafos para la profesora, el rector, la portera,
cosa que poco tenía que ver con el trabajo práctico en sí, ya que se los calificaría por
el reportaje y no por el cholulismo.
He aquí que cayeron al colegio con el radiograbador gigante, el cual hacía que se
escuchara hasta en el piso de arriba y abajo sin pagar entrada,
y de paso interrumpir a los curas cuando daban misa muy
cerca de allí -el colegio era de curas-, de paso todos felices con
su autógrafo en mano. Prácticamente creyeron que iban a
recibir la Orden del Libertador, o algo así. Y en el transcurso del
reportaje le hicieron una pregunta al entrevistado que hizo que
aquel clima de "La Laguna Dorada" se convirtiera en un
infierno.
-¿Dónde estaba cuando inventó a Clemente?
-¡En el baño!-, contestó Caloi.
Dicha ocurrencia del genio provocó carcajadas interminables, mientras la profesora
aullaba de indignación. "¿Pero cómo se les ocurre preguntarle semejante cosa a un
humorista?" "¿No saben que aprovechan cualquier oportunidad para hacen
chistes?" Y aquella superproducción creo que tuvo siete u ocho. Lo cual en lo que a
mi humilde trabajo presentado llegó a una muy buena calificación, y esa profesora,
que no era de mi agrado, no me reprochó nada por el estilo. Solo me calificó. Los
odios personales con mis ex compañeros de equipo siguieron, no era para menos,
quedaron humillados luego de la presentación. Pero desde luego no había sido culpa
mía. Quizá un poco de culpa propia, inexperiencia, y un poco por la pincelada sabia
de "mi amigo Caloi".
MAY DE 2021 16
18. Cohete a la LUNA
DARRY, El Bacano
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
Mariano Luna
MAY DE 2021 17
22. EL TANO BELÓ
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
MAY DE 2021 21
23. Cuentos BITZ
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
Las anécdotas de Don Juan M (Un paisano difícil)
GUALICHO INDIO
Dicen que a los gauchos les gusta lucirse mostrando sus habilidades, pero los paisanos de los
pagos de don Juan M eran exhibicionistas de puro vicio nomás. El ridículo comenzó a merodear
en el templo del chupe, cuando una guerrera india se apersonó en la pulpería.
Las hierbas buscaban la horizontalidad reverenciando al viento, quien al soplar le acariciaba el
rostro jugando con los cabellos de Juan M. El gaucho se sacudió ante ese mundo natural de
todos los días, y su figura colorinche se deslizó por el paisaje como una pincelada de Van Gogh.
Inflaba su bombacha, la primavera en flor. Cuando llegó a la pulpería tiró suavemente las
riendas, y su cabalgadura frenada, corrió por el suelo dejando el aire embarazado de olor a
herradura quemada. Aprovechando el envión se apeó y dio tantas vueltas en el aire, que al
frenarlo el mostrador, sus ropas habían pasado de moda. Giró la cabeza junto a su anatomía, se
acodó, y reojeando a los presentes descubrió entre unos brillosos lomos a una llamativa india.
Don Juan M le clavó la mirada hasta la última pestaña y le sonrió, la mujer tentada bajó la
cabeza y se acomodó entre los de su raza.
La presencia femenina había alborotado a los paisanos, quienes se empujaban por demostrar
sus habilidades, dejando el ambiente espeso con olor a verijas transpiradas. Don Agenésico gritó
un sapucay, y al coronarlo con una bellaqueada, se le escapó un pedo; Don Eunuco dividió a los
indios instalándose desfachatadamente entre ellos, ignorando a la indígena; don Contumaz
Vageo la miró, y agachando la cabeza, dejó escapar un aliento que le quemó hasta la bragueta;
don Yapay adivinó su turno para sobresalir, y se mandó un fondo blanco creando una presión
interior que al salir, se despeinó hasta los pelos de las orejas; el petiso Tacuarex dio una vuelta
cambota en el aire, pero nadie se enteró; don Ptialina sacó el facón y lo afiló en la palma de su
mano, los tientos se amontonaron a sus pies como tallarines de carne, y cuando le echaron caña
quemada para cortar la hemorragia, conoció la pulpería desde arriba. Don Juan M,
aprovechando el descontrol general, se acercó a la india haciendo dibujos en el piso de tierra
con la punta de su alpargata, hizo un girito mostrando pilchas y trastabilló:
-¿Fuereña? -preguntó desde abajo, con un hilo de voz.
-Mi origen es aleutiano
MAY DE 2021 22
24. BUEN HUMOR
-contestó la mujer y complicó- pero soy squaw apache con rasgos
mayas y un acento al hablar de los xavantes del Amazonas…
-¿Y qué la trae bajando el mapa? -interrogó don Juan M tratando
de reponerse.
-Busco un brujo que cure mi mal -respondió la apache, apartando
al resto de sus acompañantes.
-Para los amores tengo algunos conocimientos -fantaseó el gaucho.
-Tener que curarme antes que llegar Yunque-Lo y llevarme a visitar
a Ktu, el Padre Oso…
-Ahjá -dijo confundido y preguntó- ¿Cuál es su mal?
-Hemorroides -contestó secamente la squaw. -Parece exigente el Oso con lo que arrima a su
falda -carraspeó don Juan M.
-¿Cómo salir entonces a cabalgar día y noche de cacerías, en las praderas de Manitú?
-Puede salir de safari en Jeep!
La boca de la aborigen parecía un higo maduro a punto de reventar, y el gaucho se perdió en las
ramas de ese lechoso árbol.
Flotaba sobre un bosque de pasitas, cuando un telón imaginario cayó sobre el escenario de la
pulpería: -¡Otra! ¡Bis! ¡Bis! -gritó la paisanada volviéndolos a la realidad.
-¡Que saluden los actores! -exclamó Polixera con los ojos descosidos por las lágrimas.
Don Juan y la originaria se inclinaron agradeciendo y buscaron en la puerta los camarines del
campo, mientras el pulpero los perseguía con un contrato para actuar toda la temporada. Los
aplausos que salían del rancho de la pulpería, les recorrían las espaldas hasta hacerles cosquillas
en los oídos.
A campo traviesa, el viento se enredaba entre los árboles hamacándolos en toda su estatura,
mientras estrellas curiosas llenaban de pecas el firmamento. Un cometa mostró su cola en el
cielo desatando deseos. Ktu se refregó las manos porque abajo -en la intimidad de los
matorrales-, la mirada de la squaw acarició los ojos del paisano, los cuales despidieron como
tapón de sidra un brillo de intenciones más viejo que el tiempo. El corazón desprotegido del
gaucho, pegó un bellaco como pie descalzo pisando brasas.
23
MAY DE 2021
31. Cuento costumbrista ALCIDES
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
Los cuentos de don Barriga: Curando males ajenos
- ¡Güenas y Santas!
Ataliva Galarza, sofrenó el Malacara cuasi en la puerta d’el rancho de doña Amauta Segovia.
- ¡Sin pecao, concebida! – contestó la vieja dende adentro. ¿Qué lo trujo po acá, don?- prieguntó la dueña e casa.
- ¡El matungo! – jué la certera contestación de don Ataliva.
- Ya sé, quiero decir ¿en qué anda?
- A caballo, ¿no ve?
- No me entiende, don. Quiero decir si le pasa algo.
Doña Amauta, era conocida como curandera vieja en n’el pago, a diez leguas a la redonda. Santiguaba, empacho, paletilla
caída, mal di ojo y hasta mal di amores. Tuitos requerían sus servicios. No cobraba nada, pero la mesma gente, se
encargaba de llevarle siempre alguna cosa. Una docena de güevos, un lechón, alguna gallinita, cuero di oveja y en tiempos
de carniadas, alguna butifarra, chorizos y panceta ahumada. En fin la vieja con los santiguaos, comía. Era viuda y la pensión
que le daban por el finao, no le alcanzaba pa’ nada, pero con las curaciones d´iba tirando.
- Creo que tengo la paletilla caída, - dijo el viejo – y ando medio empachao tamien, doña.
- ¿Y que li hace pensar eso?, - prieguntó la doña.- ¿Come bien o anda desganao?
- Más o menos –respondió el viejo mirándola a los ojos- Más bien poco. Dende que me comí tres yuntas e´chorizos,
un guiso e´porotos negros y dos kilos e´muñatos sancochaos y un litro e´leche arriba, ando medio mal.
- ¡Santo dios! – exclamó doña Amauta- Se habera tirao cada pedo que ya le digo.
- ¡Salga di ahí! – respondió don Galarza.
- ¿Anda seco e´vientre?
- Más o menos, pero tomo vino pa mojarlo.
- ¿Y cómo caga?
- ¡Agachao entre las chircas!
- Quiero decir, si duro o blando.
- Más o menos – del más o menos no lo sacaban al viejo. –Más bien, chirlito, doña.
- ¿Color?
- Siempre jui colorao como sangre e´toro.
MAY DE 2021 30
32. BUEN HUMOR
- No le priegunto el color político, sino el de la materia.
- ¿Materia? ¿Qué materia? – Esta vez el viejo abrió los ojos como lechuza.
- De la mierda- gritó la vieja ya cansada.
- Se enojó la vieja –murmuró entre dientes el visitante.
- Quiero dicir, cuando hace dil cuerpo. ¿No si ha fijao?
- ¡Ahhh! la verdá, no soy lechuza pa´dar guelta la cabeza en rididor. Pero me parece que como dulce e´leche.
- Tonce ta empachao. Gueno, lo voy a medir. Lo veo muy mal. Con la de tre metros no me va a alcanzar. Voy a tener
que medirlo con la de quince.
- Usté ve, doña.
- Güeno, tonce con la de quince.
La vieja curandera reculó hasta salir del rancho, mientras don Galarza sostenía entre sus dedos y apretada contra la boca
del estómago, la cinta colorada. La vieja se persignó, dijo una oración pa´si y se jué acercando al paciente. Este comenzó a
sudar frío. Así tres veces. Cuando terminó, la curandera prieguntó:
- Y ahura, ¿cómo se siente? ¿Se le mueve algo?
- ¿Tiene algún diario por ahí, doña?
- Tengo, pero de la semana pasada.
- No importa si pa’ leer no lo quiero.- Y salió a la disparada rumbo a las cañas. Al rato golvió más animao.
- Tiene que golver dos días más. Mañana y pasao y lo dejo como nuevo. -retrucó la curandera.
- Dios la oiga. Güeno, tonce hasta mañana, doña.
- Hasta mañana. Ah!... y no se olvide de trair diario! Jua…jua….jua….
MAY DE 2021 31
37. BUEN HUMOR
El Humor del Licenciado GUSTAVO DA SILVA
LAMPARITA
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
MAY DE 2021 36
38. Los retratos de MASKA
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
MAY DE 2021 37
39. Homenaje Gustavo da Silva
Por LAMPARITA
Por LAMPARITA
BUEN HUMOR
EL ADIÓS A MANUEL ARANDA
Despedir a un dibujante no es nada grato. Generalmente
como director me tocó hacerlo en más de una ocasión. Es por
eso que más allá de la envergadura que ha tenido cada colega
que se va, se destaca su paso por la revista, el trato que tuvo
hacia nosotros, y su dimensión como persona.
Manuel Aranda llega a Buen Humor de la mano de su
fundador, don Néstor Romano, un gran soñador que nunca se
cansa de recorrer páginas de humor gráfico y que no se
conforma nunca con los humoristas que podamos tener,
siempre busca más, de ser posible. Es por ello que tuve una charla vía chat con don Manuel,
hombre conocedor de medios como ninguno, ya que, en los mismos, supo trabajar "de los dos
lados del mostrador", cosa que pocos han podido lograr, y sobrevivir con éxito. Hacedor de
éxitos gráficos multitudinarios en su provincia, Santa Fe, hizo su debut en la revista en el
número 18, del mes de marzo del corriente, y fue muy bien recibido por los lectores, como así
también por muchos de sus pares, algunos coprovincianos, que nos contaban con orgullo las
"hazañas" de este hombre, que hizo pie en nuestra humilde publicación.
Lamentablemente su corazón no resistió, y se fue apenas un par de días antes que apareciera
sus dibujos por segunda vez en nuestra revista, la cual, al estar ya culminada, nos fuera
imposible modificar para anunciar la desafortunada nueva. Pero, suponemos que desde el cielo,
Manuel Aranda no hubiera querido que esos
dibujos no fueran publicados, por lo cual, ese
hecho es el mejor homenaje que le pudimos
dar.
Hoy lo despedimos como se merece un
verdadero grande, por su humildad, su don de
gente, y por compartir sus grandiosos trabajos
hasta el último momento.
¡¡Hasta siempre, maestro!!
MAY DE 2021 38