1. Selección
Al concluir la etapa de recría se debe seleccionar a los cuyes de mayor tamaño y
conformación para que se puedan reproducir. Para seleccionar los machos reproductores se
deben escoger los de mayor tamaño, los más
pesados y los de colores claros. No se deben
empadrar animales que tengan parentesco, es
decir padres e hijos, tampoco entre hermanos,
porque se pueden tener problemas de
consanguinidad y esto acarrea como
consecuencia:
1. Alta mortalidad en las crías.
2. Defectos congénitos en las crías.
3. Degeneración de la línea.
La consanguinidad se evita introduciendo reproductores al plantel cada dos años. También
se puede cambiar reproductores con otro productor que tenga cuyes de calidad y en
buen estado sanitario.
Los cuyes bien alimentados logran su edad reproductiva más rápidamente. Por tanto si se
les proporciona una buena alimentación, podrá empadrarlos más jóvenes (a las doce
semanas de edad.)
Se logra un mayor número de crías al parto y de mejor peso alimentando bien a los cuyes
hembras que han sido empadradas. Por lo tanto se mejora la prolificidad
Sexado
Este se lo realiza conjuntamente con el destete. Las hembras presentan la forma de una “Y” en la región
genital, los machos presentan una especie de “I” claramente diferenciable.
2. Vacunación
Es un preparado de antígenos que una ves dentro del organismo provoca la producción de anticuerpos y
con ella una respuestas de defensa ante microorganismos patógenos. Esta respuesta genera , en algunos
caso cierta menmoria inmunitaria produciendo inmunidad transcitoria frente al ataque patógeno
correspondiente