1. LA CELESTINA
Gabriela Zayas De Lille
IES Leonardo da Vinci
Sant Cugat del Vallès
2007
2. Sobre su vida sabemos que pudo nacer hacia
1470 en la Puebla de Montalbán, provincia
de Toledo. Era estudiante de derecho civil y
canónico en Salamanca, y alcanzó el grado
de bachiller. Sus padres fueron Garci
González Ponce de Rojas y Catalina de
Rojas.‘Hernando de Roxas’ es un hidalgo
notorio y conocido, cristiano viejo, y no
Fernando de Rojas
judío converso como, por error, llegó a
afirmarse.
Residió en la Puebla hasta 1508
aproximadamente, pues en dicho año tomó
posesión de la alcaldía de Talavera de la
Reina, donde ocupó el cargo de alcalde
(cuya función era dictar sentencia en los
pleitos civiles) y también de letrado, oficio
que ejerció durante un periodo dilatado de
tiempo, al menos hasta 1538. Ahí se casó
con Leonor Álvarez, con la que tuvo varios
hijos, siendo su primogénito Francisco de
Rojas, a quien lega toda su biblioteca, el cual
también ejerció como letrado en dicho
Ayuntamiento. Murió en Talavera de la
Reina en 1547.
4. Rojas, según él mismo comenta en “El
Autor a un su amigo” y en “El Autor
escusándose de su yerro”, es el
continuador de un texto que encontró
en Salamanca:Yo vi en Salamanca la
obra presente.
Movíme a acabarla por estas razones:
la primera, que estó en vacaciones;
otra, que oý su inventor ser ciente...
de otras, avisos y consejos contra
Y, como mirasse su primor, su sotil
lisonjeros y malos sirvientes y falsas
artificio, su fuerte y claro metal, su
mugeres hechizeras. Vi que no tenía
modo y manera de lavor, su estilo
su firma del autor, y era la causa que
elegante, jamás en nuestra castellana
estava por acabar; pero quien quier
lengua visto ni oýdo, líelo tres o quatro
que fuesse, es digno de recordable
vezes, y tantas quantas más lo leýa,
memoria por la sotil invención, por
tanta más necesidad me ponía de
la gran copia de sentencias
releerlo y tanto más me agradava y en
entrexeridas, que so color de
su processo nuevas sentencias sentía.
donayres tiene. Gran filósofo era.
Vi no sólo ser dulce en su principal
(...) Y porque conozcáis dónde
historia o fición toda junta, pero aun
comiençan mis mal doladas razones
de algunas sus particularidades salían
y acaban las del antiguo actor, en la
delectables fontezicas de filosophía; de
margen hallaréys una cruz; y es en
otras, agradables donayres;
fin de la primera cena. Vale.
5. ¿Dos autores?
Gran parte de los estudiosos, viendo
los significativos cambios de estilo,
lengua, construcciones verbales,
fuentes, e incluso actitudes, se han
decantado por aceptar la veracidad de
la doble autoría, sin poder asignar el
primer Acto a un nombre concreto, ni
a los dos propuestos por el propio
Rojas: Mena o Cota. Aunque no falten
tampoco quienes afirmen una única
autoría con convincentes razones
(Miguel Martínez: 1996). Pero siguen
vigentes las palabras de D. Marcelino
Menéndez y Pelayo: “En absoluto
Aceptando como probable la doble
rigor crítico la cuestión del primer
autoría de la Celestina, Rojas, al
acto es insoluble, y a quien se atenga
haber continuado y acabado tan
estrictamente a las palabras del
perfectamente el primer Acto, ha
bachiller ha de ser muy difícil
dado a la luz una obra maestra
refutarle” (1910) y todo el siglo XVI
literaria universal y por tanto,
creyó en la veracidad de las palabras
hablaremos siempre de él como
de Rojas y aceptó la Celestina como
responsable final del texto que dio a
obra de dos autores” (1910).
la imprenta.
6. Obra
La obra presenta dos principales versiones: la Comedia
(1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). La
crítica tradicional ha debatido el género de La
Celestina, que no es una obra dramática (que duraría
unas 9 horas), ni una novela. La crítica actual coincide
en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción
como quot;diálogo puroquot;, quizá para ser recitado por un sólo
lector impostando las voces de los distintos personajes
ante un auditorio poco numeroso. Sus logros estéticos y
artísticos, la caracterización psicológica de los
personajes -especialmente la tercera, Celestina, cuyo
antecedente original se encuentra en Ovidio-, la
convierte en una comedia humanística.
La Celestina es una de las obras cumbre de la
literatura universal.
7. Contexto Histórico
La Celestina se escribe durante el reinado de los Reyes Católicos
(1469-1504).
En 1492 se produce el Descubrimiento de América, la conquista de
Granada y la expulsión de los judíos. Es también el año en que
Anonio de Nebrija publica la primera gramática de la lengua
castellana, publicación que, junto a la actividad docente del propio
Nebrija en Salamanca, propicia la irrupción del Humanismo en
España. Así, convencionalmente y a efectos didácticos, se sitúa en
Los Reyes Católicos
este año, 1492, el comienzo de la transición entre la Edad Media y
el Renacimiento. Es, precisamente, en la década de los noventa del
cuatrocientos cuando aparecen las primeras ediciones de la
Comedia de Calisto y Melibea (1499).
La unificación de todos los territorios de la que sería España, en un
único reino y en una única religión, la cristiana, se produce en este
periodo. Sánchez Albornoz resalta la importancia de ser cristiano
viejo, en una sociedad que está prevenida frente a los miembros de
las otras dos religiones: judíos y musulmanes, e incluso llega al
rechazo frontal. Se desconfía de los cristianos nuevos, que antes
eran judíos o con antepasados de esa religión, que serán
expulsados del reino y a los que la Inquisición perseguirá, incluso
hasta a la muerte.
La conquista de Granada
8. ARGUMENTO
La obra comienza cuando Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, adonde ha entrado
a buscar un halcón suyo, y la desea inmediatamente. Ella lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído
violentamente enamorado de Melibea.
Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional
llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de géneros diversos (peines, alfileres, ovillos,
afeites, hierbas e incluso oraciones, género este que es el que compra Melibea: una oración contra el
dolor de muelas), puede entrar en las casas y de esa manera puede actuar de casamentera o concertar
citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areusa y Elicia.
El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina
despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina
para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.
Mediante un pacto con el diablo, Celestina, consigue que Pármeno se ponga de su parte ya que hace que
una de sus pupilas lo enamore y que Melibea se enamore de Calisto por la misma magia y como premio
recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla
con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados.
Las prostitutas Elicia y Areusa que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón
Centurio asesine a Calisto, pero éste en realidad sólo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea
gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que asus criados están en peligro, Calisto
salta el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Desesperada, Melibea se suicida y la obra termina
con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien perdona a los amantes.
9. Fuentes:
http://www.cervantesvirtual.com/
bib_obra/Celestina/autor.shtml
GILMAN, Stephen, La España de Fernando de Rojas.
Panorama intelectual y social de “La Celestina”, Madrid,
Turus, 1978, pp. 486-493.
SALVADOR MIGUEL, Nicasio, “La identidad de Fernando de
Rojas”, en Celestina. La comedia de Calisto y Melibea, locos
enamorados. Coordinador Gonzalo Santonja, Madrid,
Sociedad Estatal España Nuevo Milenio, 2001, pp. 71-103.
VALLE LERSUNDI, F., “Testamento de Fernando de Rojas,
autor de La Celestina” Revista de Filología Española, XVI
(1929), pp. 366-88.
VALVERDE AZULA, I., “Documentos referentes a Fernando de
Rojas en el Archivo Municipal de Talavera de la Reina”,
Celestinesca, 16-2 (1992).
MIGUEL MARTÍNEZ, Emilio de, La Celestina de Rojas,
Madrid, Gredos, 1996.
MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino, Orígenes de la Novela, t.
III, Madrid, Ed. Bailly/Baillière, 1910.
http://es.wikipedia.org/wiki/La_Celestina