3. Basada en el conocimiento bíblico y la comprensión de la
realidad que nos rodea, la Iglesia Adventista del Séptimo Día
ha elaborado una declaración oficial en la que recoge la
posición de la Iglesia respecto al problema medioambiental.
En este documento se analizan estos tres aspectos
fundamentales:
1. Nuestra posición y responsabilidad como
administradores de lo que Dios creó.
2. Las causas de la actual degradación del medio ambiente.
3. La actitud que, como creyentes, debemos adoptar frente
al problema medioambiental.
4. Documento difundido en la sesión de la Asociación General de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día en Ultrecht, Holanda, del 29 de
junio al 6 de julio de 1995
Los adventistas creen
que la humanidad fue
creada a imagen de
Dios, y así representan
a Dios como
administradores, para
gobernar el ambiente en
forma fiel y fructífera.
5. Documento difundido en la sesión de la Asociación General de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día en Ultrecht, Holanda, del 29 de
junio al 6 de julio de 1995
Lamentablemente, la corrupción y la explotación
han entrado en la responsabilidad de la
administración del dominio humano. En forma
creciente, los hombres han estado involucrados en
una destrucción megalomaníaca de los recursos de
la Tierra, lo que resulta en sufrimientos
extendidos, desarreglos ambientales y la amenaza
de cambios en el clima. Aunque la investigación
científica debe continuar, resulta claro, por las
evidencias acumuladas, que el aumento de emisión
de gases destructivos, el agotamiento de la capa
protectora de ozono, la destrucción masiva de los
bosques americanos y el así llamado “efecto
invernadero”, todos amenazan el ecosistema de la
6. Documento difundido en la sesión de la Asociación General de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día en Ultrecht, Holanda, del 29 de
junio al 6 de julio de 1995
Estos problemas son principalmente debidos
al egoísmo humano y a la búsqueda
egocéntrica de tener más y más, mediante la
producción siempre creciente, el consumo
ilimitado y el agotamiento de los recursos
no renovables. La crisis ecológica está
arraigada en la avaricia de la humanidad y
en el rechazo de la práctica de una buena y
fiel administración dentro de los límites
divinos de la creación.
7. Documento difundido en la sesión de la Asociación General de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día en Ultrecht, Holanda, del 29 de
junio al 6 de julio de 1995
Los adventistas abogan por un estilo de
vida sencillo y saludable, en el que la gente
no participa de la rutina del consumismo
ilimitado, la búsqueda incesante de bienes
y la producción de basura. Llamamos a
respetar la creación, a restringir el uso de
los recursos del mundo, a evaluar de
nuevo las necesidades personales y a
reafirmar la dignidad de la vida creada.
8. “Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra” (Génesis, 1: 28)
Antes de la entrada del pecado, Dios puso al
hombre como señor de todo lo creado y le
ordenó sojuzgar (someter) la tierra.
El señorío sobre la creación implicaba tanto
proteger la creación como recibir de ella un
beneficio, como queda implícito en el texto de
Génesis 2: 15, “Tomó, pues, Jehová Dios al
hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para
que lo labrara y lo guardase”.
¿De qué manera afectaron los cambios que siguieron a la entrada del pecado en el
mundo a la relación del hombre con la creación?
9. En la historia de la Tierra se han producido tres alteraciones graves en el medio
ambiente con resultados desastrosos e irreversibles:
1. El pecado. Dios dijo a Adán: “maldita será la
tierra por tu causa; con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo”
(Génesis, 3: 17-18)
2. El diluvio. Origen de las grandes cordilleras y las
inmensas simas. La desviación del eje de la tierra
produjo el actual cambio brusco de temperaturas
entre el verano y el invierno.
3. La revolución industrial. Aunque mucho más
lenta que las anteriores, la degradación sufrida
por la tierra desde ese momento ha sufrido un
ascenso exponencial hasta el punto de hacernos
dudar de la capacidad de la tierra para sustentar a
su población en las próximas generaciones.
Todas estas causas tienen un denominador común: el pecado y la ambición del
hombre. “los ojos del hombre nunca están satisfechos” (Proverbios, 27: 20)
10. ¿Qué enseña la Biblia con respecto
al futuro de nuestro planeta?
“Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad
abajo a la tierra; porque los cielos serán
deshechos como humo, y la tierra se
envejecerá como ropa de vestir, y de la
misma manera perecerán sus moradores;
pero mi salvación será para siempre, mi
justicia no perecerá” (Isaías, 51: 6)
“Porque he aquí que yo crearé
nuevos cielos y nueva tierra; y de lo
primero no habrá memoria, ni más
vendrá al pensamiento”
(Isaías, 65: 17)
11. ¿Cuál debe ser la actitud del creyente
frente a la próxima destrucción de la
tierra, según el apóstol Pedro?
“Puesto que todas estas cosas han de ser
deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar
en santa y piadosa manera de
vivir, esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios, en el cual los
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los
elementos, siendo quemados, se fundirán!”
(2ª de Pedro, 3: 11-12)
La misión del creyente no es salvar una tierra condenada a
la destrucción. Nuestra misión es prepararnos para el
encuentro con nuestro Dios proclamando el Evangelio al
mundo.
No obstante, debemos plantearnos si es compatible “andar
en santa y piadosa manera de vivir” con una vida
irresponsable respecto al cuidado el medio ambiente.
12. En la declaración oficial que hemos leído, se nos indican diversos aspectos en
los que podemos ser útiles respecto al tema del medio ambiente:
Practicar un estilo de vida sencillo y
saludable.
No participar de la rutina del consumismo
ilimitado, la búsqueda incesante de
bienes y la producción de basura.
Respetar la creación.
Restringir el uso de los recursos del
mundo.
Evaluar las necesidades personales.
Reafirmar la dignidad de la vida creada.
A esta lista debemos añadir el impacto medioambiental
emanado de la observancia del sábado.
Elabora tu propia lista de los beneficios medioambientales
de guardar el sábado semana tras semana.