2. Isla de Ouessant
El Finisterre francés
ha sido durante
siglos una de las
zonas más
peligrosas para la
navegación.
Solo en 1896 el
mar se tragó a
250 personas.
3. La isla de Ouessant
está a 20 km
de la costa francesa.
La Jument
El faro de La Jument
se encuentra a su vez
a 300 m de la costa
de la isla, sobre una roca
también llamada Jument.
.
4. Faro de La Jument
Isla de Ouessant (Ile d'Ouessant)
10. Una historia sobre el faro
El Finisterre francés siempre ha sido peligrosísimo para la navegación.
No en vano, la concentración de faros en la zona es muy alta.
El más famoso es el conocido como "La Jument" (la Yegua).
(Está construido sobre la roca del mismo nombre que se encuentra a 300
metros de la costa de la pequeña isla de Ouessant. Se comenzó a construir
en 1904 y, tras penosos y complicadísimos trabajos, se finalizó en 1940. Mide
47 metros y su luz alcanza 39 km a la redonda. Se automatizó en 1991 (dos
años después que sucediera nuestra historia).
11. Antes de su automatización tuvo como farero de carne y hueso a Théodore
Malgorne.
Encender, apagar y vigilar, un ritual interminable de este vigía en medio de un
océano de soledad. “Ser farero no es un oficio, es una forma de vida”,
decía.
Cuentan que su mujer las noches de tormenta se las pasaba en vela y desde
su ventana en tierra firme no perdía de vista la luz del faro, esperando que no
dejara de lucir, lo que significaba que su marido seguía vivo.
12. Menos famoso que el faro, aunque no deja de serlo, sobre todo por las
fotografías que forman parte de este relato, es el fotógrafo Jean Guichard
(París 1952).
A Guichard siempre le gustó la mar y tras hacer el servicio militar en la Marina
francesa en 1971, durante una escala en Groenlandia se compró una cámara
Nikon que pagó vendiendo fotos a la tripulación del barco. A partir de entonces
y hasta los años 90, en que deja la profesión, aparte de diversos trabajos como
reportero en agencias, se dedicó a fotografiar el mar a lo largo y ancho de la
tierra.
El destino de ambos hombres chocaría aquel jueves 21 de diciembre de 1989.
13. Jean Guichard tenía entonces 35 años y se encontraba en un helicóptero desde
donde, cámara en mano, realizaba fotos en la Bretaña francesa para su
proyecto "Faros en la tempestad".
Y aquélla era de las buenas.
Durante días el mar azotaba sin clemencia el faro de La Jument. Su guardián,
Théodore, sabía que no era un temporal de rutina y no las tenía todas consigo.
El feroz oleaje movido por un viento de fuerza 10 hizo añicos los cristales de las
ventanas de la primera planta y dobló la balaustrada llevándose de paso
algunas de sus pertenencias. El agua anegaba ya la zona inferior del interior
del faro. La situación era peligrosa, por lo que él se había situado el la parte
alta.
14. Como náufrago que ve aparecer un barco, el farero, al oír las aspas del
helicóptero, entiende que llegan los servicios de rescate y baja corriendo
hacia la puerta del faro para hacerse ver.
En el instante que ve el helicóptero de Guichard comprende su error y es
consciente de la gigantesca ola que rompe y envuelve el faro. Su instinto le
hace retroceder, entra y cierra la puerta justo antes de que el mar se lo
trague.
Guichard le observa atónito y dispara su cámara...
La vida de un hombre ha estado al borde del abismo y ha sido fotografiado
por aquél que involuntariamente lo ha provocado.
La mar poco a poco deja de cooperar en la escena y se calma.
43. Alguna de sus fotos sobre faros son
hoy conocidos pósters que se venden
en grandes almacenes y que adornan
no pocas casas.
Una de ellas le valió a Jean Guichard
el segundo premio del World Press
Photo de 1989 y al farero Malgorne
convertirse en el protagonista de una
imagen icónica de una profesión que
ya no existe
44. La historia de Malgorne podría haber pasado sin pena
ni gloria, como la de tantos predecesores suyos,
guardianes y ermitaños de los mares, de no ser por la
coincidencia y el azar:
una feroz tormenta y un apasionado fotógrafo.