El helado se originó en Oriente como una mezcla de frutas, hielo y azúcar. Llegó a Europa a través de Italia, donde se enriqueció con miel y se le llamó "sorbete". Un inventor italiano creó una máquina para hacer helados tal como los conocemos hoy. La publicidad de helados intenta ser sensual para hacerlos ver como una tentación, mientras que los anuncios de polos se enfocan en la diversión y el frescor del verano. El material y color de los helados depende del público objetivo