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C22-1_5_Reto demográfico, ruralidad, despoblación y cohesión territorial: Autoengaños y marcos políticos difusos

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C22-1_5_Reto demográfico, ruralidad, despoblación y cohesión territorial: Autoengaños y marcos políticos difusos

“Reto demográfico, ruralidad, despoblación y cohesión territorial: Autoengaños y marcos políticos difusos”.
José Manuel Gómez Giménez (UPM).

El I Seminario Nacional "Territorios Activos" fue organizado por el Instituto Universitario de Urbanística y el proyecto "Territorios Activos"* y tuvo lugar el 1 de abril de 2022 en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid.

El I Seminario nacional “Territorios Activos”* se orienta a conocer y compartir investigaciones y experiencias que guarden relación con esta visión de la innovación rural en un sentido territorial e integrado, y que se hayan desarrollado en cualquier lugar de la geografía estatal. La voluntad es que se convierta en un espacio de intercambio y debate, no sólo académico o institucional sino también para los protagonistas de experiencias de innovación social (ya sean grupos, entidades, empresas o personas a título individual), sobre la caracterización y el impulso de la innovación rural con un impacto positivo en términos sociales y ambientales sobre el territorio.

____________
*“Territorios Activos, diseño y desarrollo de un living lab para la caracterización e impulso sostenible de iniciativas innovadoras en el medio rural de Castilla y León”. Proyecto subvencionado por el Programa de apoyo a proyectos de investigación, de la Junta de Castilla y León (Órdenes de 05/05/2020 y 30/10/2020, de la Consejería de Educación), cofinanciado por el Fondo europeo de desarrollo regional (FEDER): Ref. VA200P20. Lo desarrolla el Grupo de Investigación Reconocido “Planificación territorial y urbanística” del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid.

“Reto demográfico, ruralidad, despoblación y cohesión territorial: Autoengaños y marcos políticos difusos”.
José Manuel Gómez Giménez (UPM).

El I Seminario Nacional "Territorios Activos" fue organizado por el Instituto Universitario de Urbanística y el proyecto "Territorios Activos"* y tuvo lugar el 1 de abril de 2022 en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid.

El I Seminario nacional “Territorios Activos”* se orienta a conocer y compartir investigaciones y experiencias que guarden relación con esta visión de la innovación rural en un sentido territorial e integrado, y que se hayan desarrollado en cualquier lugar de la geografía estatal. La voluntad es que se convierta en un espacio de intercambio y debate, no sólo académico o institucional sino también para los protagonistas de experiencias de innovación social (ya sean grupos, entidades, empresas o personas a título individual), sobre la caracterización y el impulso de la innovación rural con un impacto positivo en términos sociales y ambientales sobre el territorio.

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*“Territorios Activos, diseño y desarrollo de un living lab para la caracterización e impulso sostenible de iniciativas innovadoras en el medio rural de Castilla y León”. Proyecto subvencionado por el Programa de apoyo a proyectos de investigación, de la Junta de Castilla y León (Órdenes de 05/05/2020 y 30/10/2020, de la Consejería de Educación), cofinanciado por el Fondo europeo de desarrollo regional (FEDER): Ref. VA200P20. Lo desarrolla el Grupo de Investigación Reconocido “Planificación territorial y urbanística” del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid.

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C22-1_5_Reto demográfico, ruralidad, despoblación y cohesión territorial: Autoengaños y marcos políticos difusos

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  10. 10. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL G RIPE 1918 G UERRA C IVIL P OSGUERRA C OVID -19 C RACK DEL 29 C RISIS AUTÁRQUICAS
  11. 11. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL 4Cólera CS 1868 – IIIGC – 3C CS 1856 – GA - 2C CS 1847 - IIGC 1C GC GC BB GC
  12. 12. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL GRANDES RETOS + DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES -POLÍTICA- FRACTURAS SOCIO- ESPACIALES PROBLEMAS ECOLÓGICOS DESARROLLO ECONÓMICO DESIGUAL
  13. 13. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
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  15. 15. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  16. 16. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
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  18. 18. RURALIDAD[ES] RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  19. 19. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL 1900 - 1910 1910 - 1920 1920 - 1930 1930 - 1940 1940 - 1950 1950 - 1960 1960 - 1970 1970 - 1981 1981 - 1991 1991 - 2001 2001 - 2011 2011 - 2019 Centro de influencia comarcal en AInUrDi 8,2 6,5 7,4 4,6 1,3 2,2 -6,5 -4,3 1,3 2,4 9,1 -4,2 Centro de sostenibilidad territorial en AInUrDi 5,4 4,1 4,6 3,1 2,4 -2,6 -10,5 -8,5 -3,1 -3,4 1,7 -6,6 Resto de áreas de influencia urbana difusa 3,7 1,5 3,1 2,3 0,9 -5,7 -18,3 -15,7 -9,2 -10,5 -6,9 -9,9 4,8 3,0 4,2 2,9 1,4 -3,5 -14,0 -11,4 -5,1 -5,4 -0,3 -7,3 Centro de influencia comarcal en BorSIU 9,8 8,1 8,7 5,9 5,1 2,4 -12,6 -5,7 -1,5 -3,0 1,7 -6,6 Centro de sostenibilidad territorial en BorSIU 6,8 4,0 7,5 3,6 3,6 -3,3 -15,8 -13,0 -6,1 -4,1 -0,9 -8,9 Resto de bordes del sistema interurbano 5,3 1,9 4,1 2,3 2,0 -6,6 -21,7 -20,8 -10,2 -12,5 -10,0 -11,2 6,1 2,9 5,3 3,0 2,7 -4,9 -19,2 -16,9 -7,8 -8,8 -5,5 -9,7 5,4 3,0 4,7 2,9 2,0 -4,1 -16,3 -13,7 -6,2 -6,8 -2,3 -8,2 Subtotal bordes del sistema interurbano TOTAL MEDIO RURAL PENINSULAR Subtotal áreas de influencia urbana difusa FUNCIONES RURALES Y ANCLAJE URBANO Evolución demográfica (% población inicial)
  20. 20. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL 0 500.000 1.000.000 1.500.000 2.000.000 2.500.000 3.000.000 3.500.000 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2011 2019 Centro de influencia comarcal en AInUrDi Centro de influencia comarcal en BorSIU Centro de sostenibilidad territorial en AInUrDi Centro de sostenibilidad territorial en BorSIU Áreas de influencia urbana difusa Bordes del sistema interurbano
  21. 21. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  22. 22. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  23. 23. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  24. 24. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  25. 25. COHESIÓN TERRITORIAL RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  26. 26. 100 + 95-99 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 Grupos de edad Comparativa grupos 1 (coronas) H (coronas metropolitanas) M (coronas metropolitanas) H (total) M (total) 50‰ 40‰ 30‰ 20‰ 10‰ 0‰ 10‰ 20‰ 30‰ 40‰ 50‰ Población en tanto por mil sobre el total RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  27. 27. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  28. 28. 0 5 10 15 20 25 30 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2011 2019 2029 2039 Población (millones) Evoluciónde los grupos poblacionales (piramides) g1. Urbanidad de 1er y 2do nivel (4% sup.) g2. Resto de urbanidad e hiperconesión (16% sup.) g3. Interurbanidad y neorruralismo (6% sup.) g4. Ruralidad (74% sup.) RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  29. 29. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  30. 30. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  31. 31. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  32. 32. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  33. 33. 100 + 95-99 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 Grupos de edad Pirámide de población en 2018 y 2038 del grupo 1 (4% territorio) Hombres (2019) Mujeres (2019) Hombres (2039) Mujeres (2039) 50‰ 40‰ 30‰ 20‰ 10‰ 0‰ 10‰ 20‰ 30‰ 40‰ 50‰ Población en tanto por mil sobre el total RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  34. 34. 100 + 95-99 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 Grupos de edad Pirámide de población en 2018 y 2038 del grupo 4 (74% territorio) Hombres (2019) Mujeres (2019) Hombres (2039) Mujeres (2039) 50‰ 40‰ 30‰ 20‰ 10‰ 0‰ 10‰ 20‰ 30‰ 40‰ 50‰ Población en tanto por mil sobre el total RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  35. 35. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  36. 36. RETO DEMOGRÁFICO _ EMIGRACIÓN _ RURALIDADES _ COHESIÓN SOCIOESPACIAL
  37. 37. ¡GRACIAS! UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID JOSÉ MANUEL GÓMEZ GIMÉNEZ JM.GOMEZ@UPM.ES

Notas del editor

  • Sistema interurbano: Apunte sobre Madrid

    Factores determinantes en la conformación actual:
    los condicionantes geográficos,
    los productos socio-territoriales de ciclos históricos de larga duración
    las formas de la administración territorial
    una temprana especialización industrial de unos pocos territorios
    la última revolución urbana producto y consecuencia de otras transformaciones
    la expansión del modelo turístico desarrollista en el arco mediterráneo,
    los procesos de descentralización política
    la explosión de las redes del transporte y la urbanización extendida
  • Todos estos factores han supuesto aprovechamientos diferenciales de las sucesivas coyunturas sistémicas muy dispares entre territorios.
  • Todos estos factores han supuesto aprovechamientos diferenciales de las sucesivas coyunturas sistémicas muy dispares entre territorios.
  • Si a ello le sumamos el rol muchas veces perjudicador del policentrismo que han tenido los poderes públicos, el estallido hace más de una década de la burbuja inmobiliaria y el fin del crecimiento natural en la fase actual de la transición demográfica; estas circunstancias están generando un periodo sin precedentes en cuanto al incremento de la polarización territorial.

  • Los territorios de las ‘franjas’ y las ‘protorregiones interiores’ languidecen con una intensidad sin precedentes desde el periodo de mayor protagonismo del éxodo rural (las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado). Ante ello es fundamental rearticular el concepto y alcance de lo rural, así como, su papel en la cohesión territorial.
  • Podríamos calificar la transición demográfica como nuestro mayor éxito social como especie.

    Hemos pasado de estar en equilibrio con la naturaleza a través de la muerte, para estarlo a través de la vida.

    Si hace dos siglos necesitábamos tener un volumen ingente de nacimientos para mantener la población, ahora esto lo podemos conseguir con tasas mínimas. Incluso con cifras muy por debajo del nivel de reemplazo en esta última fase, gracias al aumento de la esperanza de vida. La disminución de la mortalidad, especialmente la infantil, y el alargamiento de la esperanza de vida (lo que algunos autores refieren como una revolución sociosanitaria) nos ha permitido una revolución reproductiva junto a otras tantas (tecnológica, ideológica, urbana…). Imputar causalidades y efectos entre ellas es complicado.

  • Evolución histórica de la tasa de fecundidad conyuntural
  • Aunque estemos habituados a estudiar la transición demográfica como algo del pasado, lo cierto es que acabamos de entrar en su última fase
  • Evolución de estructuras poblacionales
  • Pero este proceso también ha maximizado grandes retos (pero de forma muy desequilibrada):

    Mitigar el tremendo impacto sobre las capacidades bioproductivas de la biosfera que ha acompañado a este desarrollo y crecimiento, hasta el punto de poner en riesgo la viabilidad de las condiciones que nos permiten la vida.
    Enfrentar la presión hacer viables nuestros regímenes de bienestar en la última fase de la transición demográfica. Y sobre todo, para afianzar las ventajas de las revoluciones que lo han acompañado y llegar a consolidar efectivamente ese régimen demográfico moderno de forma sostenida. Los cambios sociopolíticos, económicos y tecnológicos serán esenciales. Tenemos que apostar por ellos de una forma tremendamente innovadora y optimista si queremos mantener los niveles de vida conseguidos, frente a unos riesgos de involución nada descartables.
    Corregir los grandes desequilibrios socioespaciales, porque los ritmos de estas revoluciones y sus beneficios han sido muy dispares. La desigualdad social y los desequilibrios territoriales no son nada nuevo en la historia de la humanidad. Pero como todo en esta era global, sus repercusiones son ahora de una magnitud inédita. Los cambios se han producido de forma muy diferencial en términos multiescalares, lo que introduce interdependencias de ajuste muy disruptivas en forma de flujos migratorios.
  • Esto añade gran complejidad a los modelos. Aquí tenemos otro gran reto, o conseguimos que las ventajas se universalicen en todos los territorios o los elementos disruptivos no dejarán de multiplicarse. Y aquí la única escala mínima es la planetaria, aunque de aquí en adelante me centraré en el marco de la Península Ibérica, y más concretamente en la España peninsular.

    (en realidad estos conjuntos no existen, las piramides son muy distintas)
  • ¿Por qué? El éxodo rural es consecuencia de unos procesos sistémicos de acumulación en torno a las grandes aglomeraciones.
  • Por ello, el crecimiento demográfico reciente sigue concentrándose alrededor de las grandes ciudades y las redes que colonizan sus regiones urbanas, incluyendo los subsiguientes procesos de urbanización extendida y deslocalización diferencial.

    Más allá, un amplio vacío demográfico circundante nos informa de una creciente situación de abandono y falta de perspectivas.
  • En total se han demarcado 173 centros de influencia comarcal (CIC) y 556 centros de sostenibilidad territorial (CST):
    729 centralidades que estructuran y jerarquizan el territorio más alejado de las dinámicas interurbanas.

    Por otro lado, se mantiene el criterio de afectación de la influencia urbana difusa.

    De esta forma, en esta área se encuentran situados 120 de los 173 CIC delimitados y 332 de los 556 CST.
    Y en los bordes del sistema interurbano, los restantes 53 y 224, respectivamente.
  • La clasificación del medio rural en base al doble factor de dependencia urbana y jerarquización interna nos permite acercarnos mejor a las dinámicas de reestructuración que ha experimentado.
    Estos espacios no han dejado de perder población desde 1950, pero el ritmo de este vaciamiento está relacionado con la intensidad del anclaje funcional a lo urbano y con su [re]estructuración. A mayor tamaño y mayor relación con lo urbano, mayor capacidad para retener población (ver Tabla 1 y Figura 2). Las mayores centralidades del territorio rural y las mejor interconectadas sí han experimentado décadas de ganancia poblacional desde la segunda mitad del siglo XX, y muy relevantes en la primera década del siglo XXI, aunque nunca haya supuesto una inversión de la dinámica general del conjunto.
  • Una complejización del análisis anterior evidencia que la dicotomía urbano-rural ha de ser entendida como un continuum que arroja diferentes horquillas de valor.

    Podemos considerar que los territorios urbanos representan entre el 6,6% del territorio niveles de urbanidad, stricto sensu y funcional y el 25,9% cuando le sumamos las áreas interurbanas y neorrurales conectadas.

    En términos demográficos, esta horquilla representaría al 75,1 - 93,8% de la población.

    Y lo mismo para los territorios rurales, en términos de extensión supondrían el 74,1 - 93,3% de la Península Ibérica, acogiendo a una población del 6,2 - 24,9 %.

    Tendencias:
    Terciarización constante, ‘contexto neorrural’ de amplificación de la influencia urbana funcional, aunque continuo vaciamiento demográfico
    zonas cercanas a las metrópolis, que han conseguido convertirse en lugares accesibles para la localización de residencias y otras actividades, ofreciendo un cuadro alternativo a lo urbano: la ‘suburbanización del campo’: alta dependencia con el territorio urbano inicial, externalidades negativas como el incremento de las distancias en los desplazamientos laborales diarios.
    aprovechamiento de los valores ecológicos del medio rural como reserva de recursos naturales. En la mayoría de las ocasiones, estos valores no han ido más allá de una mera clasificación para su preservación por vía normativa. Pero, en los casos a los que nos referimos, han supuesto una oportunidad para aprovechar la calidad ambiental como recurso generador de un nuevo modo de habitar que ha llegado a consolidarse de forma estacional y ha atraído la construcción de un buen número de segundas residencias, fácilmente transformables en habituales si aparece la coyuntura para ello. De nuevo, los pros y los contras son parecidos.
    A veces conectada territorialmente con la anterior y arrastrando sus mismas contradicciones, sobre todo en las inmediaciones de las grandes regiones urbanas, ha aparecido un fenómeno neorrural que reivindica la agroecología y la reactivación de redes de consumo de cercanía, que, sin embargo, solo son mantenidas gracias a un efectivo posicionamiento respecto al sistema interurbano.
    epicentros de turismo rural, gracias a la protección y divulgación de su patrimonio cultural. Sin embargo, en la mayoría de los casos, más allá de suponer una vía alternativa de ingresos, pernoctaciones hoteleras de corta duración y visibilidad para estos territorios; no ha conseguido trascender hacia una atracción económica de otros sectores que logre traducirse en crecimiento demográfico.
    agroindustrial y especialización para orientarse mejor al mercado. Entre ellos podríamos citar el litoral levantino o algunos valles y vegas fluviales.
    territorio rural aislado, allí donde los campos siguen anclados en el paradigma productivista de la PAC. Se trata de la mayor parte del territorio peninsular, aquel que se encuentra más aislado, sin la influencia de las áreas metropolitanas ni los grandes ejes de desarrollo. Tampoco se sitúa estratégicamente en los enlaces que conectan los flujos interregionales, ni posee atractivos ambientales altamente valorados por la población urbana. ¿Qué políticas e iniciativas pueden plantearse en estos casos?
     
    La tónica general en todos estos territorios es una limitación de su complejidad, destruyendo sus actividades tradicionales sujetas a la lógica de lo local y volcándolos exclusivamente hacia aquellos aspectos relevantes para el consumo, sea cual sea el sector de su especialización: la minería, la producción eléctrica, la ganadería o la agricultura intensivas y el turismo (Jiménez Romera, 2012, pp. 59-60). El beneficio a corto plazo se convierte en el único indicador relevante y más allá de su nicho diferenciado de especialización ‘inteligente’ se produce una convergencia hacia la homogenización de unos pocos modelos de ‘éxito’ a imitar, que son cada vez más limitados.
  • Existen motivos importantes que nos invitan a preocuparnos por el territorio rural.
    económicos. La agricultura, más allá del peso relativo que tiene como sector genera un importante efecto arrastre y supone solo el primer eslabón de una de las más importantes cadenas de distribución modernas, el sistema agroalimentario, que se ve completado más allá del sector propiamente agrario con los de la industria agroalimentaria y la distribución alimentaria. En conjunto, estos tres sectores representarían un 12,5% del PIB español (Sanz Cañada, 2009). Por no hablar de su importancia radical en términos de soberanía alimentaria.
    ecológicos. El papel de los habitantes del otrora medio rural es fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas agroforestales como la dehesa y en la limpieza de montes para mitigar los incendios. A ellos habría que añadir el cuidado y gestión de los ciclos del agua, así como, el mantenimiento de una cadena corta en la generación alimentaria que nos asegure un elemento estabilizador de los precios y unas redes de producción y consumo de cercanía. Un mandato claro si queremos apostar por unas cadenas de distribución con mayor sostenibilidad que disminuyan la huella de carbono de los insumos alimentarios.
    articuladores. La red de pequeñas ciudades y pueblos tiene un valor fundamental en la cohesión territorial, pues articula los espacios intersticiales entre unos sistemas urbanos regionales muy fragmentados. Asegura una cierta comunicación de continuidad entre ellos y vertebra la totalidad del territorio, actuando como nexos y enlaces sobre los que asentar la red infraestructural.
    patrimoniales. Desempeña un papel fundamental en el cuidado y la preservación de importantes recursos, arquitectónicos e históricos, pero también los relacionados con un modo de vida singular y el mantenimiento de un know-how ancestral que ha permitido el mantenimiento de los equilibrios ecosistémicos. En quinto lugar, políticos. Las teorías de la privación relativa y la gestación de zonas de malestar social en su seno pueden llegar a traducirse en un llamamiento al votante del descontento, que puede generar nuevos elementos de desestabilización democrática.
  • Existen motivos importantes que nos invitan a preocuparnos por el territorio rural.
    económicos. La agricultura, más allá del peso relativo que tiene como sector genera un importante efecto arrastre y supone solo el primer eslabón de una de las más importantes cadenas de distribución modernas, el sistema agroalimentario, que se ve completado más allá del sector propiamente agrario con los de la industria agroalimentaria y la distribución alimentaria. En conjunto, estos tres sectores representarían un 12,5% del PIB español (Sanz Cañada, 2009). Por no hablar de su importancia radical en términos de soberanía alimentaria.
    ecológicos. El papel de los habitantes del otrora medio rural es fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas agroforestales como la dehesa y en la limpieza de montes para mitigar los incendios. A ellos habría que añadir el cuidado y gestión de los ciclos del agua, así como, el mantenimiento de una cadena corta en la generación alimentaria que nos asegure un elemento estabilizador de los precios y unas redes de producción y consumo de cercanía. Un mandato claro si queremos apostar por unas cadenas de distribución con mayor sostenibilidad que disminuyan la huella de carbono de los insumos alimentarios.
    articuladores. La red de pequeñas ciudades y pueblos tiene un valor fundamental en la cohesión territorial, pues articula los espacios intersticiales entre unos sistemas urbanos regionales muy fragmentados. Asegura una cierta comunicación de continuidad entre ellos y vertebra la totalidad del territorio, actuando como nexos y enlaces sobre los que asentar la red infraestructural.
    patrimoniales. Desempeña un papel fundamental en el cuidado y la preservación de importantes recursos, arquitectónicos e históricos, pero también los relacionados con un modo de vida singular y el mantenimiento de un know-how ancestral que ha permitido el mantenimiento de los equilibrios ecosistémicos. En quinto lugar, políticos. Las teorías de la privación relativa y la gestación de zonas de malestar social en su seno pueden llegar a traducirse en un llamamiento al votante del descontento, que puede generar nuevos elementos de desestabilización democrática.
  • Con este escenario de fondo, ha estallado en España el debate sobre el vaciamiento demográfico de gran parte de su territorio y las consecuencias que ello ha conllevado sobre las personas que aún residen en él pérdida de servicios y conectividad, agudizadas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la merma en los recursos financieros locales uno de sus efectos más mediatizados ha sido el cierre generalizado de sucursales bancarias.

    La España vacia: Sergio del Molino

    La confluencia de estos factores coyunturales tras la crisis de 2008 ha tenido entre sus consecuencias la articulación de un movimiento de resistencia rural que cosechó su primer éxito electoral con la entrada de ‘Teruel Existe’ en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2019. Está por ver si se convertirá en un proceso tendencial,

    pero esa primera irrupción ya ha provocado una mayor presencia de lo rural en los medios y generado un borrador de 130 propuestas para luchar contra lo que se ha denominado el ‘reto demográfico’, aunque su contenido plantea serias dudas respecto a la innovación del enfoque.

    Si se desea que las políticas sean eficaces, es preciso hacer un balance de la problemática, establecer los objetivos deseables, conocer el impacto real de los instrumentos de actuación, la valoración de los recursos potenciales existentes, las dificultades del sistema productivo e infraestructural, y las políticas sectoriales que favorecen más eficazmente la reestructuración.

    En este sentido, la digitalización puede ser un ingrediente, pero la fijación de población ha de pasar por potenciar las capacidades endógenas, por los circuitos de proximidad (bioeconomía circular) y por la generación de empleo.

    También hay que sobrepasar las lógicas administrativas actuales: es primordial el fomento de una mayor cooperación transfronteriza entre España y Portugal, así como, entre las diferentes regiones políticas.

    A ello ha de sumarle un mayor apoyo en la construcción de corredores de desarrollo entre las diferentes regiones urbanas, más allá de los considerados a nivel europeo como prioritarios.

    Necesitamos una auténtica política de país, que traslade recursos de unos lugares a otros, que redistribuya territorialmente. Para ello, la autonomía tributaria no puede ser un derecho de las regiones, porque esto enmendará cualquier intento de reequilibrio territorial. Y este inevitablemente requerirá de unos volúmenes notables de inversión diferencial, en caso de querer acometerse.

    Lo meramente paliativo no va a producir convergencia, se necesita una discriminación positiva a lo rural (y a los sistemas urbanos más desfavorecidos): ya sea con nuevas funciones institucionales o con una política fiscal específica, pero ello tiene que comportar que los territorios mejor posicionados se abstengan de competir.
     
    La primera cuestión que nos plantearía este abordaje sería la conciliación de una necesaria visión jerárquica con un posible efecto diseminador. Hay que atender ambas escalas, porque es complicado que un mero esquema diseminador (la ‘lluvia fina’) tenga incidencia real sobre un territorio tan amplio y diverso. Las centralidades del comercio, los servicios y la ubicación del empleo surgen como elementos fundamentales en la organización de los territorios rurales, por las movilidades cotidianas que determinan, por la diferenciación socioeconómica que arrastran y por las dinámicas que promueven (Sá Marques, 2004).
  • Pirámide de las áreas suburbanas
  • Pirámide del medio rural: 80% de los municipios de castilla y león: 4% población
  • Respecto al abordaje diseminador, en el tratamiento de posibles soluciones a estos desequilibrios han aparecido también algunas perspectivas.

    fiscalidad diferenciada para estas áreas. Evitando producir efectos frontera y excesivas externalidades en forma de movilidad netamente pendular.
    Superar el sesgo agrario de sus políticas.
    inmigración transnacional: retos de arraigo y convivencia intercultural. Emergencia de necesidades de cuidados a nuestros
    políticas de formación de recursos humanos acordes a las especificidades del mundo rural, ni la densificación de la red institucional de dotaciones culturales, sanitarias y educativas, que aún hoy presenta deficiencias
    es urgente la necesidad de articular propuestas de desarrollo comunes para los territorios peninsulares que se encuentran a un lado y otro de la raia hispano-lusa
  • Las centralidades rurales deben tener un rol fundamental para generar nuevas oportunidades y escapar definitivamente del sesgo agrícola productivista que ha guiado las políticas del desarrollo rural hasta la fecha.

    Por sí solas, la mecanización, la extensión del regadío, la mejora de la productividad y la concentración de la propiedad rara vez ayudan a fijar población. Tampoco valen las ‘lluvias finas’ sobre todo el territorio rural (como enuncian algunos discursos políticos), esto es inviable.
  • Dada la amplia magnitud territorial del problema y nuestras actuales capacidades demográficas, simplemente no es factible que unos tímidos fondos generales y homogéneamente repartidos vayan a resolver nada.

    Ley para el Desarrollo Rural Sostenible de 2007 también se tradujo en un primer programa que compartimentaba el territorio rural según la caracterización de sus especificidades y necesidades.
  • El principal problema que hoy enfrenta el medio rural es la ausencia de actores institucionales específicos, con capacidad, representatividad y legitimidad para articular sus demandas.

    Este se muestra como el principal obstáculo para solicitar medidas que detengan su declive demográfico y puedan contener la pérdida de servicios y equipamientos, que son en última instancia, las bases para el desarrollo de las oportunidades vitales que ofrecer a sus habitantes, actuales y futuros.

    La generación de estos actores desde lo institucional debería ser una prioridad si queremos abordar los problemas específicos de la despoblación y la desigualdad espacial.

    Sin embargo, tanto la centralización del poder territorial en las CCAA como el localismo municipal y su excesivo celo por intereses supuestamente locales son los principales frenos a las iniciativas para paliar este déficit representativo de unos territorios que verdaderamente padecen una brecha social y un desagravio institucional.
  • La reciente pandemia y la extensión del teletrabajo pareció abrir una oportunidad para estos territorios. La COVID-19 ha magnificado el debate público sobre las posibilidades de una repoblación en el medio rural, pero todo parece indicar que se ha tratado de un nuevo espejismo en la mayor parte del territorio. Un análisis real de sus repercusiones parece apuntar a que los desplazamientos residenciales se han circunscrito sobre todo a las periferias suburbanas y metropolitanas como consecuencia de una transformación de segundas residencias preexistentes en vivienda habitual. Es obvio que esto acabará produciendo más movilidad pendular, sobre todo, si no se consolidan los modelos del teletrabajo.

    Frente a estos retos, habrá que medir correctamente las fuerzas si se quiere tener éxito en darles alguna solución. El aumento de las desigualdades, los problemas de acceso a la vivienda y la segregación residencial en los grandes territorios urbanos son el anverso de la misma moneda que opera vaciando los vastos territorios de la rurales, debilitando con ello la cohesión territorial a gran escala. Esta moneda son las dinámicas del desarrollo económico contemporáneo que en gran medida inducen efectos y contraefectos de suma cero, evidenciando que la teoría de la dependencia, complejizada, nunca ha sido superada. Detrás de estas dinámicas se esconden unos procesos inevitables de urbanización que no han sido adecuadamente guiados. En todo caso, más allá de los innumerables errores cometidos, muchas de sus derivadas son explicables debido a la gran rapidez en que se han producido en el territorio peninsular.

  • La prospectiva actual nos remite además a una muy previsible intensificación de los retos a enfrentar. En los territorios del medio rural tendremos una tasa de dependencia de mayores del 85% en solo dos décadas. Se trata de una situación social insostenible que de una forma u otra será corregida.
  • Y las perspectivas en ausencia de inmigración internacional no son mucho mejores en los territorios urbanos: una tasa de dependencia de mayores del 55% en 2039.

  • Previsiones INE

    Es necesario y urgente asegurar unas mejores condiciones de estabilidad y calidad sociolaboral para las cohortes más jóvenes de nuestra sociedad. Se trata del único mecanismo efectivo socialmente asumible para mejorar la conciliación familiar y acercar la fecundidad real a la deseada por las mujeres.

  • Desgraciadamente, todo está interrelacionado. Hemos compartimentado el conocimiento y las políticas públicas para hacer frente a problemas que presentan retos contradictorios. Unas de las mejores políticas para paliar las desigualdades que se producen en el acceso a la vivienda de los grandes territorios metropolitanos, pasa por asegurar unas oportunidades sociolaborales y vitales que disminuyan el éxodo rural no elegido y reviertan la dirección de los flujos migratorios. Y esto necesariamente requerirá de un cambio profundo en el destino de las inversiones públicas ¿Estarán dispuestos a ello los grandes territorios urbanos?

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