Se ha denunciado esta presentación.
Se está descargando tu SlideShare. ×

Estrategia y Visión de una Smart City

Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio

Eche un vistazo a continuación

1 de 4 Anuncio

Más Contenido Relacionado

Presentaciones para usted (18)

A los espectadores también les gustó (20)

Anuncio

Similares a Estrategia y Visión de una Smart City (20)

Más de JAIME CHINCHILLA GARCÍA (14)

Anuncio

Más reciente (20)

Estrategia y Visión de una Smart City

  1. 1. JAIME CHINCHILLA GARCÍA   Estrategia y visión en una Smart City En el contexto de las Smart Cities, la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), tiene como objetivo primordial servir como una plataforma institucional abierta para intercambiar experiencias y trabajar conjuntamente para el desarrollo de modelos homogéneos de crecimiento sostenible de las ciudades, incidiendo en aspectos como la movilidad, el medio ambiente, la energía o la administración abierta y electrónica. Se trata pues, de crear un lugar donde poner en común las estrategias de innovación y desarrollo urbano para hacer más amigables las ciudades, reducir gastos municipales haciendo más eficientes sus servicios urbanos y poner en valor las TICs como herramienta facilitadora para conseguir esos objetivos. La RECI por tanto, es la voluntad política y pública de todo lo dicho y un punto de encuentro para tomar iniciativas y poner en común la inteligencia colectiva compartiendo casos de éxito. Ahora bien sobre la base de las premisas y objetivos anteriores, para convertir las ciudades anteriores tradicionales en Smart Cities se deben ejecutar proyectos Smart para desplegar infraestructuras y servicios TICs de desarrollo e impulso a la Smart City. Para ello, cada municipio debe tener su propia estrategia y modelo de desarrollo urbano, la cual debe quedar identificada en su Plan Estratégico de Ciudad Inteligente o de Smart City. Éste, bajo el liderazgo de los gestores políticos y públicos municipales, debería contener una estrategia global consensuada de ciudad inteligente con una visión
  2. 2. JAIME CHINCHILLA GARCÍA   holística a medio y largo plazo, entiendo además que ahora los límites no son tanto geográficos o administrativos como tecnológicos y de competencias municipales. A partir de ahí se identificarán y priorizarán las iniciativas y proyectos SMART que la materialicen. Por tanto antes de desplegar proyectos smart, tenemos que tener planes estratégicos muy enfocados al impulso de la Smart City. Dichos planes además deberían plasmar de manera clara y a largo plazo su Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (e Integrador). Si se falla en la estrategia y visión de la ciudad, ya hay poco donde fallar, por mucha tecnología de la que sea capaz dotarse la ciudad. Una verdadera estrategia de smart city es la que tiene todos sus proyectos conectados entre si desde su diseño hasta sus resultados. Según lo anterior, para que una ciudad verdaderamente se considere una smart city debería tener de manera claramente identificados y verificados mediante las correspondientes métricas varios atributos, siendo quizás los tres principales los siguientes: lo primero de todo, una gobernanza de ciudad abierta, digital y transparente, por y para que el ciudadano, de modo que éste pueda participar del desarrollo de su ciudad inteligente. Cabe recordar que el ciudadano o la ciudadanía es el centro y foco del desarrollo de la ciudad, no al contrario. En segundo lugar una cultura de innovación y emprendimiento consistente y fuerte para desarrollar continuamente mejoras e innovaciones urbanas que impacten positivamente en el modelo de desarrollo de ciudad propuesto. En tercer lugar unas infraestructuras y servicios urbanos sostenibles y eficientes, integrados vertical y horizontalmente, de modo que podamos llegar a tener una plataforma de ciudad, desde la que hacer el seguimiento y control integrado a toda la misma. Las ciudades, por tanto, para que sean inteligentes deben tener antes una estrategia clara de modelo de ciudad, cada ciudad la suya ya que cada una tiene su propio ecosistema urbano y sus propias prioridades y capacidades, sobre la que construir proactivamente los sistemas y modelos
  3. 3. JAIME CHINCHILLA GARCÍA   de procesos sobre los que se fundamentan las Smart Cities. El camino para ello empieza con un liderazgo público proactivo de la gestión del cambio con una visión integradora a largo plazo, elaborando correctamente sus estrategias de desarrollo urbano sostenible e innovador, un modelo de gestión de la ciudad cuya cadena de valor esté basada en el big data municipal para una toma de decisiones bien fundada, objetiva y de impacto bien definido en su gobernanza. Por último financiación, la cual tiene que buscar cada vez más los modelos de colaboración público-privada y la compra innovadora. La administración pública por sí misma no puede generar una tasa de cambio suficiente sin la participación del sector privado más innovador y emprendedor. Las TICs deben ser un medio facilitador de la SMART CITY, no un fin en si mismas. La estrategia de las ciudades, como se ha dicho, ya no está tanto en su ordenación territorial como la ordenación de sus dimensiones o capas Smart (personas, ciudadanía, medio ambiente, movilidad, economía y gobernanza pública), una estrategia de visión amplia y a largo plazo, sin perjuicio que en el corto plazo la misma la podamos priorizar e ir dotando de tecnología para algunos servicios y hacerlos más eficientes y eficaces poco a poco. Al final el proceso de transformación de una ciudad a Smart City tendrá que conciliar las políticas de corto plazo (lo urgente) con las de medio y largo plazo (lo importante). Quizás las primeras se relacionan más con la necesidad de integrar o terminar de integrar verticalmente los servicios urbanos, y las segundas con las de la integración horizontal y conectividad de todos los servicios y dimensiones de la ciudad. El grado de madurez de esta integración, es decir, el de conectividad entre sistemas, es el que determinará el grado de verdadera inteligencia de la ciudad. Una ciudad no puede ser inteligente sin una buena estrategia basada en la orientación en las necesidades de la ciudadanía, en el big data municipal y
  4. 4. JAIME CHINCHILLA GARCÍA   en los sistemas y procesos abiertos y transparentes de toma de decisiones. Pero como todo proceso de cambio y transformación, no hay que olvidar que el de la ciudad tradicional a una smart city requiere inevitablemente cambiar los modelos de gestión y la cultura de sociedad a una más innovadora, abierta, transparente, participativa y colaborativa. Esta situación de cambio la debe reflejar las administraciones públicas y sus gobernantes respecto de una sociedad a la que, se entiende, representan. En tal sentido, pero a nivel más técnico y operativo, la trasformación digital de los procesos organizacionales son fundamentales para el impulso definitivo de una ciudad inteligente. Por tanto son necesarias y deben estar correctamente dimensionadas sus infraestructuras teniendo en cuenta no solo la demanda actual, sino la futura, así como la innovación y cambios tecnológicos en redes y formato o tipo de las comunicaciones, lo que obliga en muchas ocasiones a buscar la interoperabilidad de las redes, sistemas y plataformas verticales y multiservicio. Asimismo su velocidad o capacidad de transmisión y tratamiento de los datos con seguridad deben ser suficientes para las necesidades operativas en la gestión de los servicios digitalizados. Las Smart Cities tienen que buscar un desarrollo integrado por lo que las plataformas y redes deben desplegarse con la estrategia convergente de que alcancen la naturaleza de multiservicio unificado, siempre que se pueda. Cabe recordar que al final estas redes formadas por sensores, actuadores y comunicaciones fijas e inalámbricas se van a convertir en el principal Internet de las Cosas (IoT) de la ciudad, que junto al sensor ciudadano y otros sensores conforma lo que ha venido a denominarse el Internet of Everything (IoE), a través del cual fluirán los datos de la ciudad, que previo proceso de Big Data, se presentarán a los gestores públicos para una toma de decisiones responsable y a la ciudadanía para su rendición de cuentas y participación más directa en los cambios urbanos de su ciudad.

×