EL SACRAMENTO DEL ORDEN
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Catequesis sobre la fe
Mons. Esteban Escudero
Obispo de Palencia
Abordaremos estos temas:
La misión confiada por Cristo a sus Apóstoles
El ministerio de los obispos
El ministerio de los presbíteros
La misión de los diácono
La misión confiada por Cristo a
sus Apóstoles
Cristo, el Señor, para
conducir al Pueblo de
Dios y hacer que
todos sus miembros
lleguen a la
salvación, instituyó
en su Iglesia diversos
ministerios, dándoles
una potestad sagrada
al servicio de sus
hermanos.
Trasmisión a través del sacramento
Los Apóstoles recibieron
directamente del Señor:
El poder de
enseñar, santificar y
gobernar en su
propio nombre y
autoridad
Y, antes de morir, lo
transmitieron a
quienes les
sucedieron
A través del
sacramento del
Orden.
“El Orden es el
sacramento gracias al
cual la misión confiada
por Cristo a sus
Apóstoles
Sigue siendo
ejercida en la
Iglesia hasta el fin
de los tiempos:
Es, pues, el
sacramento del
ministerio
apostólico.
Comprende tres grados:
El episcopado,
El presbiterado
Y el diaconado”.
Oración según los grados
El sacramento del Orden
se confiere por la
imposición de manos
sobre el candidato y la
oración de consagración,
distinta según los grados.
Los obispos y los
presbíteros representan a
Cristo y participan de su
sacerdocio.
Los diáconos son
ordenados para el
ejercicio de la caridad.
Diferencias esenciales
Los sacerdotes ordenados, en el
ejercicio del ministerio sagrado,
• No hablan ni actúan por su propia autoridad,
• Ni tampoco por mandato o delegación de la
comunidad,
• Sino en la Persona de Cristo Cabeza y en
nombre de la Iglesia.
Por tanto, el sacerdocio ministerial se
diferencia esencialmente, y no sólo
en grado, del sacerdocio común de
los fieles, al servicio del cual lo
instituyó Cristo.
En nombre de Cristo
La presencia de Cristo en sus
sacerdotes no debe ser entendida:
• Como si éstos estuviesen exentos de
todas las flaquezas humanas, del afán
de poder, de errores, es decir, del
pecado.
Ahora bien, al actuar en nombre de
Cristo, representan al Señor en la
comunidad eclesial
• Y confieren la gracia santificante a
través de los sacramentos.
Llamados a la santidad
Si bien todos los fieles
cristianos están llamados a la
santidad, los sacerdotes –
obispo y presbíteros:
• En virtud de la especial
consagración que reciben por el
sacramento del Orden, están
llamados especialmente a alcanzar
la perfección evangélica.
Aunque el Señor puede
conceder su gracia incluso a
través de ministros indignos,
• La eficacia del apostolado de los
sacerdotes depende ordinariamente
del ejemplo de su vida ante sus
feligreses.
El ministerio de los obispos
El concilio Vaticano II enseña que los
obispos reciben la plenitud del
sacramento del Orden.
Los obispos, en comunión con el Papa y
siempre bajo su autoridad, forman el
colegio episcopal, en el cual se continúa
la misión que Cristo encomendó a los
doce Apóstoles.
El obispo de Roma es el Vicario de Cristo
en la tierra, en cuanto sucesor de San
Pedro.
Cada obispo por su parte es sucesor de
los Apóstoles.
Principio de unidad y comunión
El obispo es el
principio de unidad y
de comunión de los
fieles en su diócesis.
Su misión principal, por
consiguiente es:
Reunir en la comunión
de la Iglesia las
distintas comunidades
cristianas:
Parroquias,
congregaciones
religiosas, movimientos
laicales, etc.
Para formar una
diócesis o Iglesia
particular.
Representante de Cristo
Como representante principal de
Cristo en ella, ejerce en nombre del
Señor las funciones de enseñar, de
santificar y de regir a sus diocesanos.
Además, en cuanto transmisor
cualificado de la tradición de la
Iglesia,
• Es el maestro de la fe del pueblo de Dios.
En cuanto sumo sacerdote,
• Santifica al pueblo celebrando las funciones
litúrgicas más solemnes
• Y administrando todos los sacramentos.
Igualmente, el obispo como
representante de Cristo, gobierna la
Iglesia particular que se le ha confiado
• A través de sus enseñanzas,
• El ejemplo de su vida
• Y la autoridad recibida del Señor para servicio de
su pueblo.
El ministerio de los presbíteros
Los presbíteros, cooperadores
necesarios y ayuda imprescindible del
orden episcopal, forman, junto con su
obispo, un solo presbiterio, dedicado a
diversas tareas pastorales.
Los presbíteros participan igualmente de
la misión de enseñar, de santificar y de
regir al Pueblo de Dios.
• Por el Bautismo introducen a los hombres en la
Iglesia de Cristo;
• Por el Sacramento de la Penitencia reconcilian a
los pecadores con Dios y con la Iglesia;
• Con el sacramento de la Unción alivian a los
enfermos;
• Con la celebración, sobre todo, de la misa ofrecen
sacramentalmente el Sacrificio de Cristo.
En la administración de todos los
sacramentos, los presbíteros participan
del ministerio del obispo, y así lo hacen
presente en cierto modo en cada una de
las asambleas de los fieles.
La misión de los diáconos
Los diáconos reciben el
sacramento del Orden a fin de
ayudar al obispo principalmente
en las funciones de caridad para
con los más necesitados.
En las funciones litúrgicas, el
diácono puede leer y explicar el
evangelio, presidir matrimonios
y exequias y distribuir la
comunión a los fieles.
Diáconos condiciones
Con determinadas
condiciones pueden
estar casados y ejercer
las funciones propias
del diaconado de modo
permanente durante
toda su vida.
Para el episcopado
se exige siempre el
celibato.
Para el presbiterado, en la
Iglesia latina, son
ordinariamente elegidos
hombres creyentes que
viven como célibes y tienen
la voluntad de guardar el
celibato «por el reino de los
cielos» (Mt 19, 12);
En las Iglesias
orientales no está
permitido contraer
matrimonio después
de haber recibido la
ordenación.
Al diaconado
permanente
pueden acceder
también hombres
casados.
ORACIÓN
Oh Dios, que para gloria tuya
y salvación del género
humano constituiste a tu Hijo
único sumo y eterno
sacerdote, concede a quienes
él eligió para ministros y
dispensadores de sus
misterios la gracia de ser
fieles en el cumplimiento del
ministerio recibido. Por N.S.J.
Amén.