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15 formación permanente diciembre 2014

JUBILADO en PASIONISTAS
29 de Nov de 2014
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  1. CORAZON COMPARTIDO CON LOS LAICOS (LAICOS) Al mirar la realidad, descubrimos un progresivo crecimiento en nuestra colaboración con los laicos, manifestado por: la reflexión sobre el carisma, la oración compartida, la celebración de nuestras fiestas pasionistas. Con satisfacción, constatamos que se sienten atraídos e ilusionados con el carisma de San Pablo de la Cruz. Ellos mismos requieren nuestra ayuda, para prepararse en nuestra espiritualidad y poder participar en nuestra vida y misión. Reconocemos, asimismo, que todos los religiosos deberíamos tomar conciencia de que este compromiso ha de ser comunitario. RETO: Encontrar cauces realistas para compartir el carisma pasionista con los laicos. UN LAICADO EN BUSCA DE HOGAR Y DE TAREA (Manuel Regal Ledo –Selecciones de Teología 212) I.- UNA HISTORIA QUE TERMINA EN INCERTIDUMBRE ¿Qué queremos decir con que “éste es el momento para un laicado maduro en la Iglesia”? A) Un laicado maduro: Consciente de su bautismo, se incorpora activamente a la Iglesia. Participa desde su peculiaridad: Don para la Comunidad. Conocedor de sus límites. B) A paso lento. Podemos distinguir tres momentos de historia del laicado: 1- El que corresponde a los tres o cuatro primeros siglos. En este tiempo ejercieron sus funciones. 2- Desde el siglo IV hasta prácticamente el siglo veinte. En éste son empujados a aprender y practicar supeditados a la Jerarquía; aunque hubo excepciones personales o momentos de conflicto. 3- Última época o del despertar de un laicado maduro y consciente. Ésta ha tenido etapas.. Muy significativa en torno a Acción Católica nacida con Pío XI (1922-1939). Con momentos de enfrentamientos en su interior y con la Jerarquía; con distintas perspectivas: JOC, HOAC, JEC. Orientada desde el Vaticano II como cooperación con la Jerarquía en el apostolado. 15 FORMACIÓN PERMANENTE Pasionistas SCOR, diciembre 2014
  2. Se definió con cuatro notas: * Su objetivo es el mismo fin que la Iglesia: la Evangelización, el evangelio en comunidades y ambientes * Ofrecer Experiencias y asumir responsabilidades. * Trabajar unidos como cuerpo orgánico. * Cooperar con la Jerarquía y asumir sus decisiones finales. Y vertebrada con su “método de revisión de vida”. Con la Acción Católica aparecen otros movimientos: Opus Dei, Comunión y Liberación, Grupos Catecumenales, Regnum Christi…A la vez, Órdenes Religiosas y Parroquias han dado lugar a un laicado más vivo y participativo. II.- EL SENTIDO DEL LAICADO Hay una sospecha: demanda de laicado por falta de clero; sería un clero disminuido; el problema es de otro nivel. Su razón de ser es su desarrollo e identificación. Tiene su propio papel en la tarea y misión en la Iglesia. El por qué se apagaron puede dar pistas de revitalización. El Apóstol Pablo describió la realidad de los distintos miembros de un cuerpo. Se necesitan todas las partes, todas las fichas. Los Evangelios presentan una comunidad de hermanos; el primero que sirva (Mt.23,8-12). Pero una parte fue acaparando funciones; y el modelo eclesiástico se prolongó. Los laicos así pierden su sentido; los consagrados eran los clérigos. No se valora la consagración del Bautismo como igual para todos. Incluso se habla de Iglesia referida sólo al clero. Al concentrar en el clero la función cultual, el laicado queda huérfano de tarea misional. Este proceso lleva a hacer que la función de la Iglesia se realice en ella misma. Cuando se pierde la clase obrera en el XIX, se empieza a ver la necesidad de laicos. La función de la Iglesia está fuera de sí misma; la Iglesia es para el mundo, está al servicio de la evangelización y la caridad. Nunca habrá una restitución seria de los laicos en la comunidad cristiana si no se ubican todos los carismas y servicios en el fondo común de la consagración bautismal. Un laicado tiene una importancia fundamental para que las comunidades cristianas sean en el mundo comunidades de vida, de evangelización. Sigue habiendo sumisión, como de un laicado en minoría de edad. III.- POR UN LIDERAZGO HORIZONTAL Lucas 7,36-50 narra el encuentro de Jesús con la pecadora y cierra con estas palabras: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”. También en otras ocasiones: el centurión, la hemorroisa, el ciego, los paralíticos, la cananea… Esta fe “es un impulso de confianza y de abandono por la cual la persona renuncia a apoyarse en sus pensamientos y sus fuerzas para abandonarse a la palabra y al poder de Aquel en quien cree”. A esta confianza Jesús devuelve el “tu fe te ha salvado”. Esa fe refuerza y revitaliza.
  3. La propuesta de Jesús es formar una comunidad de hermanos y modelo de funcionamiento social (Mc.9,33-37; Jn.13,1-20). Requiere que comunidad, personas de la comunidad y líderes se condicionen mutuamente. No tiene que ver con el que se da en la sociedad (Mc.10,42). Se pide un liderazgo movido por el Espíritu, liberador, dinamizado por vivir en comunión con el Padre. ¿Qué dirección podría mejorar el liderazgo de nuestra Iglesia? Extraña la palabra “jerarquía” cuando Jesús prefirió “servicio”. Extraña el “control” en vez de “fraternidad”. Comunidad se identifica más con el “todos” que con “algunas funciones”.Parece positivo la búsqueda de nueva práctica de autoridad liberándola de sacralizaciones incomprensibles en la práctica de Jesús y en la sociedad. Dos propuestas sobre esto: + La primera, tradicional: colocar el poder donde Jesús lo situó, en la Cruz. Desde la Cruz la realidad siempre se ve apasionadamente. + El segundo, que la Cruz lleva a la compasión, a la ternura para enderezar, para la justicia. La Cruz hace distinguir lo que es inhumano y qué maneras de la vida, de la religión, de la política y de la sociedad son humanizadoras. Hay patologías a evitar: Ejercer el liderazgo en solitario; impregnarlo de lenguaje dogmático y moral más que de la experiencia de Dios; tentación de sentirse preferente; tentación de hablar y dogmatizar más que escuchar. IV.- DECÁLOGO PARA UN LAICADO FRATERNO 1º - AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Al que te ama y te hizo su hijo y os hizo hermanos. Ama a los hermanos con la mirada del Padre. Mira toda la creación con ojos de hermano y contento con serlo. Que nadie te prive de ser hijo de Dios y hermano de todos. 2º - NO TOMARÁS EL HOMBRE DE DIOS EN VANO No juegues con las cosas de Dios. No sientas que le posees sino que le buscas. Humilde ante su Palabra y su Misterio. Que no sea en vano que Jesús cuente contigo para que seas su testigo. 3º - SANTIFICARÁS LAS FIESTAS Pon alegría y fiesta en tu vida. Y en tu entorno y comunidad: familia, trabajo, participación ciudadana, naturaleza, enfermedad, desempleo… La Eucaristía es centro de la celebración: Participa y sé protagonista.
  4. 4º - HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE Honra a quienes te transmitieron la fe. Ama a los tuyos y que sean tuyos los humildes. Que no te hagan niño, pide explicación de la fe, de la experiencia de Dios en forma no magisterial sino fraterna. Escucha a los que critican tu comunidad. Supera que “la Iglesia tiene respuesta para la infancia pero no para la edad adulta” (Papa Francisco). V - NO MATARÁS Evita todo lo que sea contra alguien. Se constructivo. Promueve la vida y el bienestar de las personas. Sobre todo de los más débiles e inocentes. Cuida la vida en sus expresiones y momentos. Evita la violencia. Comparte la vida y agradécela. Y en la muerte reposa en las manos de Dios. VI – NOCOMETERÁS ACTOS IMPUROS Aprecia tu sexualidad, tu mundo interior, tu ser hombre o mujer y úsalo como expresión de tu cuerpo. Respeta por igual hombre y mujeres y homosexuales. Acoge a solteros, matrimonios, separados, divorciados sin discriminación alguna. Utiliza un lenguaje no sexista. Trabaja por el puesto de la mujer en la Iglesia. Valora y cuida la decisión de quienes eligen ser célibes por el Reino. VII - NO ROBARÁS Utiliza los bienes para el bien, por amor de la comunidad y su misión en el mundo. No permitas el expolio de bienes y menos de los espirituales en tu comunidad. Se humilde y valiente. Respeta los dones de otros en su cultura y religión. Suma, no restes nunca; lleva a los otros la riqueza de conocer a Jesús. VIII – NO DARAS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS Comparte tu experiencia de la vida con la verdad y con transparencia. Ni murmures ni consientas que se haga. Sé claro y transparente y ayuda a que la comunidad lo sea; ante Dios y ante los demás; y más especialmente ante los más débiles y marginados. Que no sea falso tu testimonio de Jesús; y esto referido a la doctrina y sobre todo a la vida. IX – NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS No estés obsesionado con el sexo y procura que nadie lo esté. Clarifica tu mundo afectivo y sexual. La impureza en los pensamientos tiene que ver con cualquier aspecto de la realidad personal y humana. Cuida tu mente y pensamientos. Déjate conmover por los caminos de Jesús: no juzgues ni condenes ni siquiera en tu interior. Relaciónate con la mente limpia, sin rodeos. Trabaja para que la política sea limpia y clara. X – NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS Conténtate con lo necesario y acepta el decrecimiento solidario. Trabaja para que nadie acapare a costa de los débiles. No aspires a tener poder sino a ejercer servicio. No busques “puestos” ni en la Iglesia y huye de adular para ello. Vive la pobreza a fondo, el servicio a fondo, la fraternidad a fondo. Siéntete orgulloso de Jesús y “éste crucificado”, apasionado, siervo amoroso hasta el extremo. Aprende a ser persona de oración, persona viva en la comunidad cristiana y en el mundo.
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