2. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a
su Hijo único para que todo el que cree en
él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar
al mundo, sino para que el mundo se salve
por él.
El que cree en él, no es condenado; el que
no cree, ya está condenado, porque no ha
creído en el nombre del Hijo único de Dios.
5. Dio a su hijo único.
¿Qué ha hecho Dios por amor?, el regalo
más grande que puede hacer nadie, darse a
sí mismo, regalarse a la humanidad en la
persona de Jesucristo. La entrega de Jesús
incluye también el extremo al que llegó: dar
la vida por amor en la cruz. Es un regalo
gratuito de verdad, que no espera nada a
cambio.
6. ESTO ES UNA DE
LAS GRANDES
NOVEDADES DE
NUESTRA
RELIGIÓN: UN DIOS
HECHO CARNE,
PERSONA, DE
CARNE Y HUESO,
QUE CONOCE Y
SIENTE COMO EL
SER HUMANOS…
7.
Muchos grupos judíos del siglo I esperaban un Mesías enviado por
Dios. Algunos lo veían como el juez del final de los tiempos, que
dará a cada uno su merecido; el pueblo de Israel iba a ser
rescatado de la opresión, y los pueblos extranjeros serían
castigados.
Frente a esta idea que subrayaba la condena, el evangelio de Juan
quiere resaltar la libertad. Dios no envía a su Hijo para condenar;
Jesús no viene para fastidiar. Lo que Jesús nos trae no es un listado
de normas que nos hace infelices, que limita nuestras
posibilidades, que nos hace ser menos humanos. Todo lo
contrario, su mensaje nos permite entender de forma auténtica
qué significa ser humano: dar la vida por los amigos. Solo el amor
puede ser la respuesta a las aspiraciones del alma. Cualquier
sucedáneo, cualquier respuesta parcial, acabará volviéndose en
contra de la propia persona.
8. EL AMOR ES EL
MENSAJE
ESPECÍFICO QUE
NOS DEJÓ JESÚS.
NO SON LAS
NORMAS, QUE SON
NECESARIAS PARA
LA CONVIVENCIA,
PERO CON AMOR
TODO LO DEMÁS
SOBRA.