¿Por qué viaja Odiseo al Averno?
Recomendaciones de Circe
Sacrificio
Vaticinio de Tiresias
La desgracia de Odiseo
Palabras regaladas.
Como ya sabéis Odiseo
y sus compañeros viven
con La Maga Circe, el tiempo
trascurría plácidamente, pero
si querían regresar a Ítaca,
debían partir. Circe le dice
que debe
Descender al reino de los muertos e invocar el espíritu
del adivino Tiresias.
Ningún mortal regresa del Averno con vida.
La Maga Circe apiadándose de Odiseo,
le indica el camino para poder visitar al
adivino, además le entrega una oveja y un
carnero negro, ya que debe hacer una
ofrenda a los muertos para poder hablar
con Tiresias.
Odiseo viaja hasta el mar de los Cimerios,
allí se halla la entrada a la morada de los
muertos. Odiseo recuerda perfectamente
las recomendaciones de Circe.
Hace el sacrificio de los animales y empiezan a aparecer los espectros de
los muertos y entre ellos Tiresias el adivino ciego. El primero en beber
debe ser Tiresias, por eso Odiseo debe proteger la sangre hasta que
llegue el adivino.
Ancianos encorvados, novias que se lamentan, por haber perdido la vida
tan jóvenes, sombras de guerreros cubiertos de heridas... Todos estaban
deseosos de poder beber esa sangre caliente que ya no corría por sus
venas.
Pese a estar muerto de miedo, sacó su espada para impedir que ninguna
sombra se acercase a la sangre. Odiseo intenta no mirar demasiado, hay
demasiada gente conocida..., aunque no pudo evitar fijarse en una sombra
que le resultaba muy familiar.
En el Averno, Odiseo se encuentra muertos a su madre Anticlea, a Aquiles,
y guerreros muertos en Troya. La visión de su madre es especialmente
dura, pues se encuentra en el averno tras suicidarse por la tardanza de la
llegada de su hijo.
Por fin tras una larga espera, apareció un espíritu viejo y espectral, era Tiresías el profeta ciego que
habiendo reconocido a Odiseo le ruega que le deje beber. Odiseo enfunda su espada y se aparta
esperando las palabras del viejo adivino.
Después de beber, el adivino le vaticinó un regreso plagado de
dificultades ya que el Dios Poseidón no quería
que regresase vivo a Ítaca. El día que heriste el
único ojo del cíclope Polifemo conseguiste el odio de
su padre Poseidón. Es por ello que tu vuelta a casa
está siendo tan complicada y llena de obstáculos.
Tiresias le advirtió, vuestros viajes os llevarán a una isla
de nombre Trinacria donde pastan las vacas sagradas
del Dios Sol.
No dejes que tus hombres ni tan siquiera toquen dichas
vacas porque si les hacen daño la cólera del rey podría
ser terrible, perderás tus naves y a todos tus compañeros.
Si así fuese, probablemente tú escapes del desastre y
puedas volver a Ítaca pero te veo llegar solo a un lugar
lleno de dolor y de conflictos. Un lugar tomado por tus
enemigos que cortejan sin pudor a tu amada Penélope.
Tras tan duras palabras Tiresias se retira.
Odiseo acata todo lo escuchado pues sabe que ésta es la voluntad de
los dioses pero no puede sino lamentarse del destino incierto que le
espera.
En ese instante su madre muerta Anticlea se acerca a Odiseo, él le
pregunta por los suyos: por su padre, el viejo Laertes; por su
amada Penélope pues teme que ésta en su larga ausencia se haya
casado con otro; y por Telémaco, su hijo al que le ha dejado la difícil
tarea de mantener el trono libre de usurpadores.
Y su madre le da la mejor de las noticias
posibles:
Todos viven y esperan deseosos y con
gran pena tu regreso.
Cuando Odiseo oyó estas palabras se
levantó para abrazar a su madre, pero
no lo consiguió.
Averno: Infierno.
Apiadar: Tener piedad, lástima.
Vaticinar: Predecir el futuro.
Usurpador: Apoderarse de una propiedad
o de un derecho y usarlos como si fueran propios.