SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 5
Descargar para leer sin conexión
El Hombre que Calculaba                                                                  Malba Tahan




                                        CAPÍTULO IX
    En el cual recibimos la visita del sheik Iezid. Extraña consecuencia de la
  previsión de un astrólogo. La mujer y la Matemática. Beremís es invitado a
 enseñar Matemática a una joven. Situación singular de la misteriosa alumna.
                Beremís habla de su antiguo maestro, el sabio No-Elin.




                       n el último día de Moharran, al caer la noche, fuimos sorprendidos por la
                       presencia, en la posada, del gran Iezid-Abul-Hamid, amigo y confidente
                       del califa.
                       - ¿Algún nuevo problema que resolver? – preguntó Beremís.
                       - ¡Adivinó!... –respondió Iezid- . Me hallo en la necesidad de resolver un
                       grave problema. Tengo una hija llamada Telassim1, dotada de gran
                       inteligencia y marcada de inclinación para los estudios. Cuando nació
Telassim, consulté a un astrólogo famoso que sabía revelar el futuro por la observación de
las nubes y las estrellas. Ese mago afirmó que mi hija viviría feliz hasta los 18 años; a partir
de esa edad se vería amenazada por un cúmulo de desgracias lamentables. Había, no
obstante, un medio de evitar que la desdicha cayese sobre ella. Telassim –añadió el mago-
debía aprender las propiedades de los números y todas las operaciones que con ellos se
hacen. Ahora bien: para dominar los números y hacer cálculos es necesario conocer la
ciencia de Al-Carismi, es decir, la Matemática. Resolví, pues, asegurar a Telassim un futuro
feliz haciendo que estudiase los misterios del Cálculo. Busqué varios “Ulemas”2 de la Corte,
mas no logré hallar uno solo que se sintiese capaz de enseñar Matemática a una joven de 17
años. Uno de ellos, dotado de gran talento, intentó disuadirme de tal propósito. Quien
quisiese enseñar canto a una jirafa, cuyas cuerdas vocales no pueden producir el menor
sonido, perdería el tiempo trabajando inútilmente. La jirafa, por su propia naturaleza, no
podría cantar. Del mismo modo, el cerebro femenino (explicó el monje mahometano) es
incompatible con las nociones más simples de Matemática. Se basa esa incomparable
ciencia en el raciocinio, en el empleo de fórmulas y principios demostrables con los
Colaboración de Guillermo Mejía                   1                      Preparado por Patricio Barros
                                                                                       Antonio Bravo
El Hombre que Calculaba                                                                        Malba Tahan


poderosos recursos de la Lógica y de las Proporciones. ¿Cómo podrá una pequeña,
encerrada en el “harem”3 de su padre, aprender fórmulas de Álgebra y teoremas de
Geometría? ¡Nunca! Es más fácil que una ballena vaya a la Meca en peregrinación, que una
mujer aprenda Matemática. ¿Para qué luchar contra lo imposible? ¡Mactub!4. Si la desgracia
debe caer sobre nosotros, ¡que se haga la voluntad de Alah! El mayor de los desánimos se
apoderó de mí al oír aquellas palabras. Sin embargo, yendo cierta vez a visitar a mi amigo
Salen Nasair, el mercader, oí referencias elogiosas del nuevo calculista persa que llegara a
Bagdad. Hablóme del episodio de los ocho panes, y ese caso, narrado minuciosamente, me
impresionó. Procuré conocer al talentoso matemático y fui con ese fin a la casa del visir
Maluf, quedando asombrado con la solución dada al problema de los 257 camellos reducidos
luego a 256.




 La Geometría, dijo Platón, existe en todas partes. En el disco del sol, en la forma del datilero, en el
 arco iris, en el diamante, en la estrella de mar, en la tela de la araña y hasta en un pequeño granno
    de arena. En la figura de arriba vemos la forma perfecta que presenta la flor del maracuyá. Es
  admirable la simetría pentagonal con que están dispuestos los elementos de esa flor. Llamamos la
atención del lector para una observación realmente extraordinaria: “Las simetrías de orden impar sólo
    se encuentran en los seres dotados de vida. La materia inorgánica sólo presenta simetría par”


El jefe Iezid, irguiendo la cabeza, miró fija y solemnemente al calculista, y añadió:
- ¿Será capaz, el hermano de los árabes, de enseñar los artificios del cálculo a mi hija
Telassim? Pagaré por las lecciones el precio que me indique, pudiendo, como ahora, seguir
en el cargo de secretario del visir Maluf.

Colaboración de Guillermo Mejía                     2                          Preparado por Patricio Barros
                                                                                             Antonio Bravo
El Hombre que Calculaba                                                                Malba Tahan


- ¡Generoso sheik! –exclamó Beremís-. No encuentro motivo para rechazar vuestra
invitación. En pocos meses podré enseñar a vuestra hija todas las operaciones algebraicas y
el secreto de la Geometría. Se equivocan dos veces los filósofos cuando intentan medir con
unidades negativas la capacidad intelectual de la mujer. La inteligencia femenina, cuando es
bien orientada, puede acoger perfectamente las bellezas y secretos de la ciencia. Tarea fácil
sería desmentir los conceptos injustos formulados por el sacerdote. Los historiadores citan
varios ejemplos de mujeres que se hicieron célebres por su cultura matemática. En
Alejandría, por ejemplo, vivió Hipatia, que enseñó la ciencia del cálculo a centenares de
personas, comentó las obras de Diofanto, analizó los dificilísimos trabajos de Apolonio y
rectificó todas las tablas astronómicas usadas hasta entonces. No hay motivo, oh sheik, para
afligirse ni dudar. Vuestra hija aprenderá fácilmente la ciencia de Pitágoras. Deseo
solamente que determinéis el día y hora en que deberá iniciar las lecciones.
Respondió el noble:
- Lo más de prisa posible. Telassim cumplió ya 17 años, y estoy ansioso por librarla de las
tristes previsiones del astrólogo.
Y añadió:
- Debo advertirlo de una particularidad que no deja de tener importancia en este caso. Mi
hija vive encerrada en el “harem” y nunca fue vista por hombres extraños a nuestra familia.
Solo podrá, por lo tanto, oír sus lecciones de Matemática, oculta por una espesa cortina, con
el rostro cubierto por un “jaique” y vigilada por dos esclavas de confianza. ¿Acepta, aún así,
mi propuesta?
- Acepto con gran satisfacción –respondió Beremís-. Es evidente que el recato y pudor de
una joven valen mucho más que los cálculos y las fórmulas algebraicas. Platón, filósofo y
matemático, mandó colocar la leyenda siguiente en la puerta de su escuela:


                                  “No entre si no es geómetra”.


Presentóse un día un joven de costumbres libertinas y manifestó deseos de frecuentar la
academia. El maestro, sin embargo, no lo admitió, diciendo: “La Geometría es pureza y
simplicidad; tu impudicia ofende a tan pura ciencia”. El célebre discípulo de Sócrates
procuraba, de ese modo, demostrar que la Matemática no armoniza con la depravación y
con las torpes indignidades de los espíritus inmorales. Serán, pues, encantadoras las
lecciones dadas a esa joven que no conozco y cuyo rostro candoroso jamás tendré la
ventura de admirar. Queriéndolo usted, podré iniciar mañana las lecciones.
- Perfectamente –asintió el jefe-. Uno de mis siervos vendrá mañana a buscarlo (¡queriendo
Alá!), poco después de la segunda oración. ¡Uassalam!
Colaboración de Guillermo Mejía                 3                     Preparado por Patricio Barros
                                                                                    Antonio Bravo
El Hombre que Calculaba                                                               Malba Tahan


Después que el jefe Iezid dejó la posada, interrogué al calculista:
- Escucha, Beremís. Hay en todo eso un punto oscuro para mí. ¿Cómo podrás enseñar
Matemática a una joven, cuando, en verdad, nunca estudiaste esa ciencia en los libros, ni
tomaste lecciones de los “ulemas”? ¿Cómo aprendiste el cálculo, que aplicas con tanto brillo
y oportunidad? Bien lo sé, calculista: entre pastores persas, contando ovejas, dátiles y
bandadas de pájaros en vuelo por el cielo.
- Estás equivocado, “bagdalí” –replicó con serenidad el calculista-. En el tiempo en que
vigilaba los rebaños de mi amo, en Persia, conocí a un viejo derviche llamado No-Elin, a
quien, durante una tempestad de arena, salvé de la muerte. Desde ese día, el bondadoso
anciano fue mi amigo. Era un gran sabio y me enseñó muchas cosas útiles y maravillosas.
Fue con él que aprendí las reglas que permiten efectuar los cálculos con precisión y rapidez.
El prudente derviche me decía: “la Matemática se funda únicamente en la verdad, sin tener
en cuenta ninguna autoridad, tradición, interés o preconcepto. Lo mismo ocurre con
cualquier ciencia, peor no de una manera tan clara como en la Matemática, pues, en mayor
o menor grado, hay en las otras ciencias alguna cosa que se basa en la autoridad de los
investigadores.” Me habló muchas veces de los grandes trabajos que los geómetras de la
antigüedad habían realizado. Gracias al auxilio de ese derviche, llegaron a mi conocimiento
las obras de Euclides, Thales, Pitágoras, del gran Arquímedes y de muchos otros sabios de la
antigua Grecia.
Después de hacer una pequeña pausa, concluyó Beremís:
- No-Elin me enseñaba Matemáticas haciendo curiosas figuras en la arena o rayando, con la
punta de una aguja, las hojas de una planta llamada “idomeg”5. Verás como podré enseñar
Matemática lo mismo, sin ver el rostro de la que va a ser mi discípula.




1
    Telassim – Talismán.
2
    Ulema – hombre dotado de gran cultura. Sabio.
3
    Harem – parte de la casa en que viven encerradas las mujeres.



Colaboración de Guillermo Mejía                           4           Preparado por Patricio Barros
                                                                                    Antonio Bravo
El Hombre que Calculaba                                                                                  Malba Tahan



4
  Mactub (estaba escrito). Participio pasivo del verbo catab (escribir). Expresión que traduce bien el fatalismo
musulmán.
5
  “Idomeg” – planta de hojas largas y lisas.




Colaboración de Guillermo Mejía                           5                             Preparado por Patricio Barros
                                                                                                      Antonio Bravo

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Antoine de saint exupéry - el principito
Antoine de saint exupéry - el principitoAntoine de saint exupéry - el principito
Antoine de saint exupéry - el principitoDavid Rodriguez
 
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@rAlex de Palermo
 
Paulo cohelo el alquimista
Paulo cohelo   el alquimistaPaulo cohelo   el alquimista
Paulo cohelo el alquimistaGustavo Quiroz
 
Poesía modernismo
Poesía modernismoPoesía modernismo
Poesía modernismoSara Flores
 
BéCquer Historia De Una Mariposa Y Una ArañA
BéCquer   Historia De Una Mariposa Y Una ArañABéCquer   Historia De Una Mariposa Y Una ArañA
BéCquer Historia De Una Mariposa Y Una ArañAPalau Lax
 
El gran grimorio
El gran grimorioEl gran grimorio
El gran grimorioSelenaDraco
 
Cruz, Camilo La Vaca (Motivacion)(3)
Cruz, Camilo   La Vaca (Motivacion)(3)Cruz, Camilo   La Vaca (Motivacion)(3)
Cruz, Camilo La Vaca (Motivacion)(3)Olga López
 
BéCquer La CreacióN
BéCquer   La CreacióNBéCquer   La CreacióN
BéCquer La CreacióNPalau Lax
 
Claves mayores y claviculas del rey salomoni eliphas levi
Claves mayores y claviculas del rey salomoni   eliphas leviClaves mayores y claviculas del rey salomoni   eliphas levi
Claves mayores y claviculas del rey salomoni eliphas leviSelenaDraco
 

La actualidad más candente (14)

Antoine de saint exupéry - el principito
Antoine de saint exupéry - el principitoAntoine de saint exupéry - el principito
Antoine de saint exupéry - el principito
 
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r
@L3x d3 p@l3r m0 y g@g0 d3 v1ll@ 0r7uz@r
 
Caballo de troya v j. j. benitez
Caballo de troya v    j. j. benitezCaballo de troya v    j. j. benitez
Caballo de troya v j. j. benitez
 
J.j.benitez caballo de troya 5
J.j.benitez   caballo de troya 5J.j.benitez   caballo de troya 5
J.j.benitez caballo de troya 5
 
Paulo cohelo el alquimista
Paulo cohelo   el alquimistaPaulo cohelo   el alquimista
Paulo cohelo el alquimista
 
Poesía modernismo
Poesía modernismoPoesía modernismo
Poesía modernismo
 
BéCquer Historia De Una Mariposa Y Una ArañA
BéCquer   Historia De Una Mariposa Y Una ArañABéCquer   Historia De Una Mariposa Y Una ArañA
BéCquer Historia De Una Mariposa Y Una ArañA
 
El gran grimorio
El gran grimorioEl gran grimorio
El gran grimorio
 
1 2 ejemplos_ensayo_cobaq2013
1 2 ejemplos_ensayo_cobaq20131 2 ejemplos_ensayo_cobaq2013
1 2 ejemplos_ensayo_cobaq2013
 
Cruz, Camilo La Vaca (Motivacion)(3)
Cruz, Camilo   La Vaca (Motivacion)(3)Cruz, Camilo   La Vaca (Motivacion)(3)
Cruz, Camilo La Vaca (Motivacion)(3)
 
Comprensión de textos escritos 1
Comprensión de textos escritos 1Comprensión de textos escritos 1
Comprensión de textos escritos 1
 
BéCquer La CreacióN
BéCquer   La CreacióNBéCquer   La CreacióN
BéCquer La CreacióN
 
Viskovitz
ViskovitzViskovitz
Viskovitz
 
Claves mayores y claviculas del rey salomoni eliphas levi
Claves mayores y claviculas del rey salomoni   eliphas leviClaves mayores y claviculas del rey salomoni   eliphas levi
Claves mayores y claviculas del rey salomoni eliphas levi
 

Similar a Capitulo09 (20)

Capitulo14
Capitulo14Capitulo14
Capitulo14
 
Lectura Comprensiva - Anexo 9
Lectura Comprensiva - Anexo 9Lectura Comprensiva - Anexo 9
Lectura Comprensiva - Anexo 9
 
Sintesis 2 hc
Sintesis 2 hcSintesis 2 hc
Sintesis 2 hc
 
Sintesis 2 hc Perez Jimenez
Sintesis 2 hc Perez JimenezSintesis 2 hc Perez Jimenez
Sintesis 2 hc Perez Jimenez
 
El hombre que calculaba (2)
El hombre que calculaba (2)El hombre que calculaba (2)
El hombre que calculaba (2)
 
El hombre que calculaba (3)
El hombre que calculaba (3)El hombre que calculaba (3)
El hombre que calculaba (3)
 
Capitulo02
Capitulo02Capitulo02
Capitulo02
 
Capitulo02
Capitulo02Capitulo02
Capitulo02
 
Lectura Comprensiva - Anexo 13
Lectura Comprensiva - Anexo 13Lectura Comprensiva - Anexo 13
Lectura Comprensiva - Anexo 13
 
Síntesis 2 hc
Síntesis 2 hcSíntesis 2 hc
Síntesis 2 hc
 
Sintesis 2 (3)
Sintesis 2 (3)Sintesis 2 (3)
Sintesis 2 (3)
 
Cuento1 Oráculo Matemágico
Cuento1 Oráculo MatemágicoCuento1 Oráculo Matemágico
Cuento1 Oráculo Matemágico
 
1 el hombre que calculba
1 el hombre que calculba1 el hombre que calculba
1 el hombre que calculba
 
Alonso galvan cruz y garcia uribe itzel
Alonso galvan cruz y garcia uribe itzelAlonso galvan cruz y garcia uribe itzel
Alonso galvan cruz y garcia uribe itzel
 
Resumen de el hombre que calculaba
Resumen de el hombre que calculabaResumen de el hombre que calculaba
Resumen de el hombre que calculaba
 
Jonathan ruiz mino
Jonathan ruiz minoJonathan ruiz mino
Jonathan ruiz mino
 
GARCIA GUZMAN AXEL
GARCIA GUZMAN AXELGARCIA GUZMAN AXEL
GARCIA GUZMAN AXEL
 
Sintesis 2 del hombre que calculaba
Sintesis 2 del hombre que calculabaSintesis 2 del hombre que calculaba
Sintesis 2 del hombre que calculaba
 
Sintesis 2
Sintesis 2Sintesis 2
Sintesis 2
 
Tiempos difíciles - Charles Dickens
Tiempos difíciles - Charles DickensTiempos difíciles - Charles Dickens
Tiempos difíciles - Charles Dickens
 

Más de leo mantilla

Más de leo mantilla (20)

Horario_Acumulativas_sede_B_TERCER_periodo.pdf
Horario_Acumulativas_sede_B_TERCER_periodo.pdfHorario_Acumulativas_sede_B_TERCER_periodo.pdf
Horario_Acumulativas_sede_B_TERCER_periodo.pdf
 
Teatro
TeatroTeatro
Teatro
 
Manual de convivencia ii (1)
Manual de convivencia ii (1)Manual de convivencia ii (1)
Manual de convivencia ii (1)
 
Interclases
InterclasesInterclases
Interclases
 
Manual de convivencia laureles comunitario
Manual de convivencia laureles comunitarioManual de convivencia laureles comunitario
Manual de convivencia laureles comunitario
 
Guia1geometríasexto
Guia1geometríasextoGuia1geometríasexto
Guia1geometríasexto
 
Guia
GuiaGuia
Guia
 
Guia2aritmeticasextoinstenalco
Guia2aritmeticasextoinstenalcoGuia2aritmeticasextoinstenalco
Guia2aritmeticasextoinstenalco
 
Guia1logica
Guia1logicaGuia1logica
Guia1logica
 
Guiadiagnostica
GuiadiagnosticaGuiadiagnostica
Guiadiagnostica
 
Mapa
MapaMapa
Mapa
 
Mantilla leonardo mapaconceptual
Mantilla leonardo mapaconceptualMantilla leonardo mapaconceptual
Mantilla leonardo mapaconceptual
 
El hombrequecalculaba
El hombrequecalculabaEl hombrequecalculaba
El hombrequecalculaba
 
Presentación1
Presentación1Presentación1
Presentación1
 
Presentación1
Presentación1Presentación1
Presentación1
 
Dia pi
Dia piDia pi
Dia pi
 
23790
2379023790
23790
 
Encuesta
EncuestaEncuesta
Encuesta
 
Evaluaciones finales 2010[2]
Evaluaciones finales 2010[2]Evaluaciones finales 2010[2]
Evaluaciones finales 2010[2]
 
Capitulo11
Capitulo11Capitulo11
Capitulo11
 

Capitulo09

  • 1. El Hombre que Calculaba Malba Tahan CAPÍTULO IX En el cual recibimos la visita del sheik Iezid. Extraña consecuencia de la previsión de un astrólogo. La mujer y la Matemática. Beremís es invitado a enseñar Matemática a una joven. Situación singular de la misteriosa alumna. Beremís habla de su antiguo maestro, el sabio No-Elin. n el último día de Moharran, al caer la noche, fuimos sorprendidos por la presencia, en la posada, del gran Iezid-Abul-Hamid, amigo y confidente del califa. - ¿Algún nuevo problema que resolver? – preguntó Beremís. - ¡Adivinó!... –respondió Iezid- . Me hallo en la necesidad de resolver un grave problema. Tengo una hija llamada Telassim1, dotada de gran inteligencia y marcada de inclinación para los estudios. Cuando nació Telassim, consulté a un astrólogo famoso que sabía revelar el futuro por la observación de las nubes y las estrellas. Ese mago afirmó que mi hija viviría feliz hasta los 18 años; a partir de esa edad se vería amenazada por un cúmulo de desgracias lamentables. Había, no obstante, un medio de evitar que la desdicha cayese sobre ella. Telassim –añadió el mago- debía aprender las propiedades de los números y todas las operaciones que con ellos se hacen. Ahora bien: para dominar los números y hacer cálculos es necesario conocer la ciencia de Al-Carismi, es decir, la Matemática. Resolví, pues, asegurar a Telassim un futuro feliz haciendo que estudiase los misterios del Cálculo. Busqué varios “Ulemas”2 de la Corte, mas no logré hallar uno solo que se sintiese capaz de enseñar Matemática a una joven de 17 años. Uno de ellos, dotado de gran talento, intentó disuadirme de tal propósito. Quien quisiese enseñar canto a una jirafa, cuyas cuerdas vocales no pueden producir el menor sonido, perdería el tiempo trabajando inútilmente. La jirafa, por su propia naturaleza, no podría cantar. Del mismo modo, el cerebro femenino (explicó el monje mahometano) es incompatible con las nociones más simples de Matemática. Se basa esa incomparable ciencia en el raciocinio, en el empleo de fórmulas y principios demostrables con los Colaboración de Guillermo Mejía 1 Preparado por Patricio Barros Antonio Bravo
  • 2. El Hombre que Calculaba Malba Tahan poderosos recursos de la Lógica y de las Proporciones. ¿Cómo podrá una pequeña, encerrada en el “harem”3 de su padre, aprender fórmulas de Álgebra y teoremas de Geometría? ¡Nunca! Es más fácil que una ballena vaya a la Meca en peregrinación, que una mujer aprenda Matemática. ¿Para qué luchar contra lo imposible? ¡Mactub!4. Si la desgracia debe caer sobre nosotros, ¡que se haga la voluntad de Alah! El mayor de los desánimos se apoderó de mí al oír aquellas palabras. Sin embargo, yendo cierta vez a visitar a mi amigo Salen Nasair, el mercader, oí referencias elogiosas del nuevo calculista persa que llegara a Bagdad. Hablóme del episodio de los ocho panes, y ese caso, narrado minuciosamente, me impresionó. Procuré conocer al talentoso matemático y fui con ese fin a la casa del visir Maluf, quedando asombrado con la solución dada al problema de los 257 camellos reducidos luego a 256. La Geometría, dijo Platón, existe en todas partes. En el disco del sol, en la forma del datilero, en el arco iris, en el diamante, en la estrella de mar, en la tela de la araña y hasta en un pequeño granno de arena. En la figura de arriba vemos la forma perfecta que presenta la flor del maracuyá. Es admirable la simetría pentagonal con que están dispuestos los elementos de esa flor. Llamamos la atención del lector para una observación realmente extraordinaria: “Las simetrías de orden impar sólo se encuentran en los seres dotados de vida. La materia inorgánica sólo presenta simetría par” El jefe Iezid, irguiendo la cabeza, miró fija y solemnemente al calculista, y añadió: - ¿Será capaz, el hermano de los árabes, de enseñar los artificios del cálculo a mi hija Telassim? Pagaré por las lecciones el precio que me indique, pudiendo, como ahora, seguir en el cargo de secretario del visir Maluf. Colaboración de Guillermo Mejía 2 Preparado por Patricio Barros Antonio Bravo
  • 3. El Hombre que Calculaba Malba Tahan - ¡Generoso sheik! –exclamó Beremís-. No encuentro motivo para rechazar vuestra invitación. En pocos meses podré enseñar a vuestra hija todas las operaciones algebraicas y el secreto de la Geometría. Se equivocan dos veces los filósofos cuando intentan medir con unidades negativas la capacidad intelectual de la mujer. La inteligencia femenina, cuando es bien orientada, puede acoger perfectamente las bellezas y secretos de la ciencia. Tarea fácil sería desmentir los conceptos injustos formulados por el sacerdote. Los historiadores citan varios ejemplos de mujeres que se hicieron célebres por su cultura matemática. En Alejandría, por ejemplo, vivió Hipatia, que enseñó la ciencia del cálculo a centenares de personas, comentó las obras de Diofanto, analizó los dificilísimos trabajos de Apolonio y rectificó todas las tablas astronómicas usadas hasta entonces. No hay motivo, oh sheik, para afligirse ni dudar. Vuestra hija aprenderá fácilmente la ciencia de Pitágoras. Deseo solamente que determinéis el día y hora en que deberá iniciar las lecciones. Respondió el noble: - Lo más de prisa posible. Telassim cumplió ya 17 años, y estoy ansioso por librarla de las tristes previsiones del astrólogo. Y añadió: - Debo advertirlo de una particularidad que no deja de tener importancia en este caso. Mi hija vive encerrada en el “harem” y nunca fue vista por hombres extraños a nuestra familia. Solo podrá, por lo tanto, oír sus lecciones de Matemática, oculta por una espesa cortina, con el rostro cubierto por un “jaique” y vigilada por dos esclavas de confianza. ¿Acepta, aún así, mi propuesta? - Acepto con gran satisfacción –respondió Beremís-. Es evidente que el recato y pudor de una joven valen mucho más que los cálculos y las fórmulas algebraicas. Platón, filósofo y matemático, mandó colocar la leyenda siguiente en la puerta de su escuela: “No entre si no es geómetra”. Presentóse un día un joven de costumbres libertinas y manifestó deseos de frecuentar la academia. El maestro, sin embargo, no lo admitió, diciendo: “La Geometría es pureza y simplicidad; tu impudicia ofende a tan pura ciencia”. El célebre discípulo de Sócrates procuraba, de ese modo, demostrar que la Matemática no armoniza con la depravación y con las torpes indignidades de los espíritus inmorales. Serán, pues, encantadoras las lecciones dadas a esa joven que no conozco y cuyo rostro candoroso jamás tendré la ventura de admirar. Queriéndolo usted, podré iniciar mañana las lecciones. - Perfectamente –asintió el jefe-. Uno de mis siervos vendrá mañana a buscarlo (¡queriendo Alá!), poco después de la segunda oración. ¡Uassalam! Colaboración de Guillermo Mejía 3 Preparado por Patricio Barros Antonio Bravo
  • 4. El Hombre que Calculaba Malba Tahan Después que el jefe Iezid dejó la posada, interrogué al calculista: - Escucha, Beremís. Hay en todo eso un punto oscuro para mí. ¿Cómo podrás enseñar Matemática a una joven, cuando, en verdad, nunca estudiaste esa ciencia en los libros, ni tomaste lecciones de los “ulemas”? ¿Cómo aprendiste el cálculo, que aplicas con tanto brillo y oportunidad? Bien lo sé, calculista: entre pastores persas, contando ovejas, dátiles y bandadas de pájaros en vuelo por el cielo. - Estás equivocado, “bagdalí” –replicó con serenidad el calculista-. En el tiempo en que vigilaba los rebaños de mi amo, en Persia, conocí a un viejo derviche llamado No-Elin, a quien, durante una tempestad de arena, salvé de la muerte. Desde ese día, el bondadoso anciano fue mi amigo. Era un gran sabio y me enseñó muchas cosas útiles y maravillosas. Fue con él que aprendí las reglas que permiten efectuar los cálculos con precisión y rapidez. El prudente derviche me decía: “la Matemática se funda únicamente en la verdad, sin tener en cuenta ninguna autoridad, tradición, interés o preconcepto. Lo mismo ocurre con cualquier ciencia, peor no de una manera tan clara como en la Matemática, pues, en mayor o menor grado, hay en las otras ciencias alguna cosa que se basa en la autoridad de los investigadores.” Me habló muchas veces de los grandes trabajos que los geómetras de la antigüedad habían realizado. Gracias al auxilio de ese derviche, llegaron a mi conocimiento las obras de Euclides, Thales, Pitágoras, del gran Arquímedes y de muchos otros sabios de la antigua Grecia. Después de hacer una pequeña pausa, concluyó Beremís: - No-Elin me enseñaba Matemáticas haciendo curiosas figuras en la arena o rayando, con la punta de una aguja, las hojas de una planta llamada “idomeg”5. Verás como podré enseñar Matemática lo mismo, sin ver el rostro de la que va a ser mi discípula. 1 Telassim – Talismán. 2 Ulema – hombre dotado de gran cultura. Sabio. 3 Harem – parte de la casa en que viven encerradas las mujeres. Colaboración de Guillermo Mejía 4 Preparado por Patricio Barros Antonio Bravo
  • 5. El Hombre que Calculaba Malba Tahan 4 Mactub (estaba escrito). Participio pasivo del verbo catab (escribir). Expresión que traduce bien el fatalismo musulmán. 5 “Idomeg” – planta de hojas largas y lisas. Colaboración de Guillermo Mejía 5 Preparado por Patricio Barros Antonio Bravo