La ley de la siembra y la cosecha establece que lo que se siembra se recoge. Jesús es el mejor ejemplo de esto al darse a sí mismo para salvarnos. Para obtener una buena cosecha, es necesario preparar bien el terreno del corazón, elegir qué y cuánto se siembra, asegurarse de la calidad de la semilla, tener paciencia hasta la cosecha, y cuidar lo sembrado. Al cosechar, es importante guardar parte de la cosecha para volver a sembrar y así continuar el ciclo
5. JESUS EL MEJOR EJEMPLO
DE SIEMBRA
• Por esencia Dios es un Dios dador, por amor sembró
a su hijo Jesús para salvar a la humanidad (Juan
3:16),
• Jesús es la semilla que Dios plantó y a través de El
concibió a cada persona llegando a ser una nueva
persona. Génesis 3:15
• El se dio a sí mismo; dio su amor, su paz, su
poder, su misericordia, su justicia, su tiempo, su
cansancio, su vida y su sangre. Se dio todo y nos
enseñó a dar. Lucas 6:38
6. CONSEJOS PARA OBTENER UNA BUENA COSECHA
1. ESCOJA Y PREPARE BIEN EL TERRENO EN EL QUE
VA A SEMBRAR.
• En Mateo 13:1-9 encontramos la parábola del sembrador y se
ve claramente la importancia que tiene el terreno para que la
semilla pueda crecer y dar fruto. El terreno es el corazón. Por
tanto lo primero que hay que hacer es preparar nuestro
corazón. También el terreno equivale al lugar donde vamos a
sembrar, ( congregación, ministerio, familia etc.)
• Antes de sembrar el terreno debe estar preparado:
• Se debe remover la tierra y sacar las piedras y la maleza que
haya en ella. (El pecado, malas actitudes, etc)
• Se debe remojar o humedecer para quitar la aridez. (disponer
el corazón y humillarse en oración)
• Se le deben colocar los nutrientes adecuados para la semilla
que vamos a sembrar. ( la palabra de Dios es alimento)
7. ESCOJA LO QUE VA A SEMBRAR
• Lo que sembramos recogemos. No se puede
sembrar manzanas y recoger naranjas, cada
semilla se reproduce a si misma.
• Si usted quiere bendiciones siembre
bendiciones, si usted quiere amistad siembre
amistad, si usted quiere que las personas sean
amables con usted, sea amable con ellas.
• “y como queréis que hagan los hombres con
vosotros, así también haced vosotros con
ellos”. ( Luc 6:31)
• Si usted quiere amor, siembre amor, si quiere
dinero siembre dinero.
8. ESCOJA LA CANTIDAD QUE VA A SEMBRAR,
A MAYOR CANTIDAD MAYOR COSECHA
• 2 Cor 9:6 “Pero esto digo: El que siembra
escasamente, escasamente también segará; y
el que siembra
abundantemente, abundantemente también
segará”.
• Lo que recogemos es directamente
proporcional a lo que sembramos, si
sembramos poco, recogeremos poco, si
sembramos mucho recogeremos en
abundancia.
9. ASEGURESE DE LA CALIDAD DE LA SEMILLA
QUE VA A SEMBRAR.
• Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el
árbol malo da frutos malos”. Mat 7:17
• Es importante la calidad de la semilla que
sembremos, y esto depende de la actitud del
corazón. Lo que se da representa al que da.
• Abel ofrece lo primero y lo mejor de El y de
todo lo que tenía a Dios (Gen 4:1-5)
• Dios mira nuestro corazón.
• A Dios le ofrecemos lo mejor.
10. RECUERDE QUE SIEMPRE SE COSECHA
MAS DE LO QUE SE SIEMBRA.
• Se siembra un grano de frijol y este produce
una plantita que eventualmente echará vainas
cargadas de varios frijoles. Se siembra un
grano de maíz y la planta produce las
mazorcas cada una con una cantidad
abundante de granos. Un grano de frijol se
multiplica en varios, un grano de maíz.
• También, lo mismo ocurre en el terreno
espiritual.
11. NO SE DESESPERE… PARA COSECHAR HAY
QUE ESPERAR EL TIEMPO PRECISO DE
RECOGER.
• Hay que dejar a la semilla el tiempo necesario para germinar y
crecer. No pretendamos recoger antes de que esté listo el
fruto.
• El sembrar es un asunto de perseverancia y de fe. No
podemos cansarnos de sembrar porque llegará el momento de
cosechar con alegría.
• “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá
andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas
volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. Salmo 126:
5-6
• “Por tanto, no nos cansemos de hacer el bien, porque a su
tiempo segaremos, si no desmayamos.” Gal 6:9
12. SI QUERE VER EL FRUTO DEBE CUIDAR
LO SEMBRADO
• Cuando el tiempo de la siembra a pasado toca cuidar lo
sembrado: regar y abonar, para que cuando llegue el momento
de la cosecha se puedan recolectar estupendos frutos. No nos
podemos dejar llevar de la apatía, el olvido o la desidia y
abandonarán la siembra, debemos permanecer creyendo y no
permitir que crezca maleza alrededor de ella. Cuando hemos
hecho compromisos de siembra no podemos abandonarlos.
• (Marcos 4.19) “pero los afanes de este siglo y el engaño de las
riquezas y las codicias de otras cosas entran y ahogan la
palabra y se hacen infructuosa”.
• Jesús habló de la cosecha gradual en (Marcos 4:28) cuando
dice “la tierra lleva fruto de si, primero el tallo, después el
grano lleno en la espiga” antes que ver el tremendo milagro de
su cosecha, probablemente primero aparecerá una firme
corriente de bendición en su vida a medida que su cosecha
crece hacia la madurez.
13. CUANDO LLEGUE LA COSECHA NO SE LA
COMA TODA
(2 Corintios 9:10) dice “y el que da semilla al que siembra y pan
al que come, proveerá y multiplicara vuestra sementera y
aumentara los frutos de vuestra justicia”.
Dios pone la cosecha en nuestras manos por dos razones:
• Para tener pan para comer, es decir para suplir las
necesidades diarias.
• Para tener semilla para sembrar lo que significa semilla para
invertir en su reino.
Si eligiésemos comer todas nuestras semillas, no dejaríamos
nada para sembrar y así tener futuras cosechas. Así por
ejemplo cuando usted coseche financieramente asegúrese de
diezmar sin demora pues esa es la semilla para volver a
sembrar y volver recoger.
14. APLICACION TEOTERAPICA
A Toda oportunidad que tengamos para dar y
sembrar, le debemos añadir la fe y convertirla en una
semilla que lanzamos hacia Dios para que nos
devuelva multiplicado en la forma de nuestra
necesidad.
Nunca debemos cansarnos de dar y de
sembrar, debemos dar lo primero y lo mejor a Dios y a
los demás y debemos hacerlo con amor, así
podremos esperar lo mejor de Dios para nosotros.
Lo normal es que veamos milagros todos los días si
aprendemos a desarrollar nuestra fe aplicando la ley
de la siembra y la cosecha.