2.
Romanización es el proceso de aculturación que experimentaron las diversas
regiones conquistadas por Roma, por el que dichos territorios incorporaron los
modos de organización político-sociales, las costumbres y las formas culturales
emanadas de Roma o adoptadas por ella. En el caso correspondiente a la
península Ibérica, fue de diferente intensidad según las zonas mayor en el sur y
este peninsulares y se produjo en distintos momentos (más tardío en el oeste y
norte).
La Romanización de España por Roma empezó en el 218 a. C. Aníbal
(cartaginés) destruyó la ciudad de Sagunto, aliada de Roma, y al frente de un
poderoso ejército cruzó el río Ebro y los Pirineos y emprendió la marcha hacia
Italia. Entonces los romanos planearon hacer una guerra contra los cartagineses
en España. Los romanos, con una extraordinaria visión de la estrategia militar,
mandaron a España un ejército bajo el mando de Cornelio Escipión
CONCEPTO DE
ROMANIZACIÓN
3. El comienzo de este proceso data del año 218 a.C., cuando las legiones romanas de Cneo
Cornelio Escipión desembarcaron en Ampurias, en la costa catalana, para enfrentarse con sus
enemigos cartagineses, ocupantes de las zonas costeras y de parte del interior.
En una primera fase se procedió a la conquista militar —de la zona cartaginesa hasta el 206
a.C., de la zona interior durante el siglo II a.C. y del resto en el siglo I a.C.—, no exenta de
dificultades debido al valor y ansia de independencia de los indígenas, con continuas
rebeliones.
En una segunda fase, iniciada cuando aún gran parte de lo que será Hispania no había sido
conquistada, se procedió a una asimilación cultural del territorio. Esta no fue total en las últimas
regiones sometidas (área cantábrica) ni siquiera en el siglo V cuando se debilitó la presencia
romana presa de las invasiones bárbaras, a pesar de llevar 500 años de dominación —muchas
veces más nominal que efectiva—, debido al escaso interés por controlar y poblar zonas
deprimidas y marginales. Allí pervivieron estructuras gentilicias (clanes) e idiomas (por
ejemplo el euskera), así como el sentimiento de identidad que permitiría su supervivencia frente
a los visigodos y el islam, posibilitando el nacimiento de los futuros reinos y condados
cristianos. Una de las consecuencias del prestigio de Roma y de lo romano será la aspiración a
la ciudadanía, conseguida a duras penas por los indígenas a base de dinero o en premio a su
fidelidad.
FASES DE LA
ROMANIZACIÓN
4.
FACTORES DE LA
ROMANIZACIÓN
El derecho romano. De forma progresiva
e irregular, es decir, manteniendo
privilegios y acuerdos distintos con las
diferentes poblaciones conquistadas,
Roma fue extendiendo por todo el
territorio dominado su organización
administrativa y legal. Así, el corpus
jurídico romano sobrevivió a la caída del
Imperio Romano
El ejército. El ejército fue un factor
decisivo en la difusión de la cultura
romana. El contacto de los soldados con
la población indígena sirvió para
difundir la lengua y la civilización de
Roma
5.
FACTORES DE LA
ROMANIZACIÓN
El idioma.
El idioma común, el latín, sirvió como
vehículo, que facilitó las relaciones
comerciales y el progreso individual de
la población indígena. Fue un factor
esencial en la expansión de la cultura
latina. En parte del Imperio (zona
oriental) convivió con el griego, de tal
forma que su población era bilingüe en
estas dos lenguas. En los territorios
pertenecientes a Andalucía, el latín era
la lengua comúnmente hablada, junto
con la lengua autóctona de la zona.
6.
LA ACULTURACIÓN
La romanización se mostró también en
la penetración de la religión romana y,
sobre todo, de las religiones orientales
importadas por Roma —culto de
Cibeles, Mitra, cristianismo— en el uso
de vestimentas y ajuares; en los tipos
constructivos, ya en obras públicas, ya
en vivienda privada; en el uso de los
nombres romanos con su praenomen,
nomen y cognomen; en el uso de la
moneda y métrica romanas; en la
aceptación del Derecho Romano frente a
las costumbres tribales; en las prácticas
comerciales y asociacionistas (collegia);
en la llegada de hispanos a Roma como
emperadores, magistrados o literatos; o
en la presencia de hispanos como
legionarios desde Britania a
Mesopotamia.
7.
DIVISIÓN ADMINISTRATIVA Y
POLÍTICA EN LA ESPAÑA ROMANA
El territorio fue dividido en 2
provincias: España Citerior e España
Ulterior . Durante doscientos años no se
cambió, excepto en los límites
geográficos, acrecentados por las .Sin
embargo, Augusto en el 27 a.C. dividió
la Ulterior en dos nuevas provincias
Lusitana, Bética y llamó Tarraconense a
la Citerior.
El emperador Caracalla a comienzos del
siglo III desgajó de la Tarraconense la
provincia España Nova Citerior
Antoniniana futura Gallaecia, que
comprendía el noroeste peninsular. Su
sucesor de principios del siglo IV,
Diocleciano, creó la Cartaginense
(centro y este peninsulares, más las islas
Baleares) desgajada también de la
Tarraconense.
8.
Lusitania
Lusitania es la antigua región que formó
la provincia romana creada por el
emperador Augusto en la península
Ibérica el año 27 a.C., con capital en
Emerita Augusta (hoy Mérida, España).
Las constantes rebeliones contra el poder
romano finalizaron en el 72 a.C., fecha
del inicio de la definitiva romanización
en la región. Su principal figura como
héroe de la resistencia fue la de Viriato.
Fue ocupada por los alanos (411) y,
posteriormente, por los suevos (439). En
el 582 fue sometida por el rey visigodo
Leovigildo
9.
Bética
Bética es la provincia romana de
la península Ibérica creada por
Augusto en el 27 a.C., que toma
su nombre del río Baetis (actual
Guadalquivir) y cuya capital fue
Hispalis, hoy Sevilla.
Era una de las zonas más
romanizadas de Hispania y su
administración correspondía al
Senado, si bien a finales del
Imperio la autoridad imperial se
hizo preponderante. Tuvo 4
distritos con capitales en Hispalis,
Gades (Cádiz), Astigi (Écija) y
Corduba (Córdoba
10.
Tarraconense
Tarraconense es la provincia romana
establecida por Augusto en la península
Ibérica el año 27 a.C. y con capital en
Tarraco . Su nombre latino completo era
Provincia Hispania Citerior
Tarraconensis
). Era provincia imperial, sometida a la
autoridad directa del emperador sin
intervención del Senado, debido a la
necesidad de mantener tropas para
controlar los focos rebeldes del norte y
a la rica producción minera. Tuvo siete
distritos con capitales en Lucus,
Bracara, Asturica, Clunia,
Caesaraugusta, CartagoNova y
Tarraco.
11.
En el marco económico. El marco económico ha dejado huella en el
territorio de la actual Andalucía. Ya en época romana se cultivaba el cereal,
olivo y vid. La industria de la salazón y confección del garum, salsa
picante muy apreciada en Roma, dejaron restos en el territorio andaluz,
como son las fábricas de salazón y los acueductos para llevar a ellas el
agua.
Personalidades importantes. El territorio de la actual Andalucía dio
personajes importantes a Roma, como el filósofo Séneca, los emperadores
Trajano y Adriano
En la religión. Fue una de las aportaciones más importantes e influyentes
de la romanización. La Bética adoptó las creencias y el culto a las
divinidades propias del panteón oficial romano y, también, el culto al
emperador.
En los topónimos y en los vestigios de las ciudades. Tenemos vestigios de
las ciudades romanas en los gentilicios y en los nombres de las ciudades:
onubense, hispalense, astigitano, etc., así como en los restos arqueológicos.
HUELLAS DE LA
ROMANIZACIÓN