Erikson amplió la teoría psicoanalítica de Freud al profundizar en las etapas del desarrollo más allá de la niñez, otorgar más importancia al yo que al ello, y reconocer la influencia de factores culturales e históricos. Según Erikson, el desarrollo humano implica enfrentar una serie de crisis personales en ocho etapas a lo largo del ciclo vital, donde se debe lograr un equilibrio entre fuerzas opuestas para alcanzar una fortaleza psicosocial básica en cada etapa.