4. 4
INDICE
PRÓLOGO
Luis Weinstein………………………………. 9
RELATOS
Canadá
Alejandro Galo Illanes Mora.………….. 16
Petronila Neira
Nora Rodríguez Decap………………….. 21
El reloj
Nora Rodríguez Decap………………… 27
¡Hola! ¡Soy carolina!
Carolina Reyes......................................... 40
El reloj del abuelo Pancho
Gabriela Tanner Adasme…………....…... 42
5. 5
El escarabajo verde
María Alejandra Vidal Bracho……………. 46
El señor Cubrik
Alejandro Galo Illanes……………………. 53
Maestro de ceremonia
Alejandro Galo Illanes…….……………. 57
TELEKINESIS
Un recuerdo
Alejandro Galo Illanes………………………. 71
El reloj mural
Alejandro Galo Illanes………………….. 73
6. 6
BILOCACIÓN
El Jefe
Isabel Gallardo……………………………. 77
TRANSPOESÍA
Lucy y yo, Etiopía 3.3
André Barré (S)……………..…………….. 81
Miedo
André Barré (S)……………………………. 84
La pregunta es libertad
Luis Weinstein…………………………….. 86
Desde el umbral de un sueño me llamaron
Antonio Machado……….……………….. 92
7. 7
Tú, mariposa
André Barré (S) ………………………. 93
Mariposa de primavera
Luis Weinstein…………………..……… 95
Así me habló Zarathustra
María Alicia Pino (Malicia)…………..… 99
LAS COINCIDENCIAS O SINCRONÍAS
Luis Weinstein
Cuatro coincidencias significativas y 66 notas
de un diario rondando por esos lados ………. 106
Selección de notas jíbaras de un diario…….. 115
CARTAS Y CORREOS…………………… 144
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PRÓLOGO
UNA PARANORMALIDAD
CÁLIDA E INTEGRATIVA
Luis Weinstein
El proyecto de Alejandro Illanes y André
Barré se hizo realidad, sin dejar de ser poesía. Han
predicado con el ejemplo. Su amistad se entrevera
con la apertura a una conciencia más amplia en que
la certeza abraza la creación, el fulgor de la belleza
y el coraje de asumir la verdad de que el universo
9. 9
es también un multiverso y la normalidad está, al
mismo tiempo, unida y es distinta, de la llamada
paranormalidad.
La verdad es un gran valor. Comparte altura
y centralidad con el bien y la belleza y, de algún
modo, aunque no sea ostensible, es la hermana
mayor. Defendiéndonos de la vivencia abisal del
misterio, de las complejidades de lo que va más
allá de la lógica clásica, y de la ciencia que va
integrando el mundo asomándose al espacio y
convenciendo al homo erectus habilis de que es
sapiens, el sentido común ciñe la noción de verdad
a una parte de lo perteneciente a las vivencias
humanas.
El sentido común moderno y post moderno,
amparándose en una versión de la lógica y la
ciencia, confunde la verdad con la certeza, la
individual y la del sentido común. La certeza se
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nutre de la prosa diaria, del quehacer fructífero, de
lo que corresponde a lo previsible, a lo consensual.
Lo reconozca o no lo reconozca, la certeza es
siempre parcial.
En la separación de aguas de lo propio y
ajeno, la certeza asume como propia la bandera de
la verdad y deja fuera de su territorio, no sólo la
ignorancia, el error, el problema psiquiátrico, si no,
también, el dominio de los sueños y el del
inconsciente, lo que ocurre en la intimidad del
átomo y los vuelos y devaneos poéticos, las
experiencias místicas, el corazón de la afectividad
y el del encuentro, las sincronías y el mundo de
percepciones extrasensoriales.
Este libro expresa una inquietud, un deseo, un
proyecto. Se trata de un modesto aporte a la
búsqueda de una aproximación a la verdad, abierta
a asumir, dentro de la complejidad de la situación
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humana, el coraje de compartir lo positivo y lo
bello de una visión de lo normal más amplia que la
del sentido común actual.
Es la mirada a la realidad que integra lo
llamado paranormal. Lo integra, considerándolo
parte del complejo misterio–certeza en que
vivimos. Lo integra con poemas, con narraciones,
con descripciones de experiencias.
Para el Diccionario de la Real Academia,
“Paranormal se dice de fenómenos científicamente
inexplicables, estudiados por la parapsicología”.
Serían fenómenos científicamente “inexplicables”
estudiados por una rama de la ciencia… En
realidad, el primer esfuerzo sistemático de abordar
este campo, el de la Society for Psiquical
Research, se originó como una iniciativa para
combatir las “supercherías” de lo que después se
llamó paranormalidad. Gran parte de los centros
académicos han mantenido esa “postura
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defensiva”, al centrar sus tareas en la búsqueda de
las pruebas de que existen estos fenómenos,
tendiendo a legitimar sólo cuatro de ellos (telepatía,
clarividencia, precognición y telequinesia) y dando
como condición para aceptar que existan, el que
sean susceptibles de ser reproducidos.
Lo cierto es que se dan casos como los de la
bilocación y de la materialización, de las casas
encantadas… susceptibles de ser observados, pero
no reproducidos a voluntad.
Se trata del mundo acausal. Se está frente a la
evidencia de que habitamos un multiverso con
dimensiones de la realidad en algunas de las cuales
no rigen las leyes de nuestro universo.
Es decir, tenemos por delante la invitación a
leer un trabajo colectivo donde se discurre por el
tercer camino de lo constitutivo de la realidad a la
escala humana, entre lo inexplicable, misterioso,
que es el ser y el ser humano humano, y el gran
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paréntesis donde se mueven la razón, la ciencia y
el sentido pragmático de la vida.
Camino en que se integran los hermanos
Bien, Verdad y Belleza.
Camino en que hay que sobrepasar miedos y
supercherías.
Camino de fraternidad en el asombro y la
admiración.
Camino para liberar, para crear, para
dialogar, para investigar, para integrar con la razón
y con el misterio, para contagiar con salud, con
salud integral.
15. 15
CANADÁ
Alejandro Galo Illanes Mora
Corría el año 1992 y ocupaba mi año sabático
aprobado por la Universidad de Oriente,
Venezuela, en la Facultad de
Medicina, Universidad de Chile.
Empleaba mi tiempo libre en atender
a actos culturales en Santiago. Así
fue como decidí ir al lanzamiento de
una obra poética, cuyo nombre no recuerdo, que se
iba a realizar en “La Chascona”, casa de Pablo
Neruda, en el barrio Bellavista. Terminado el
evento literario, sirvieron un modesto cóctel. En
ese momento decidí abandonar el local para evitar
la aglomeración que se produciría al levantar el
acto.
La puerta de calle daba a un pasaje que
serpenteaba para desembocar en la calle
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Constitución. No bien recorrí unos treinta metros,
puesto el sol y en una semi oscuridad, recordé que
había olvidado mi jockey en el lugar y volví sobre
mis pasos. Al retornar, cuál no sería mi sorpresa al
encontrarme con una figura delgada y alta, vestida
con un abrigo marrón y sombrero que ocultaba
parcialmente su rostro fino y ojos verdosos que me
miraban con afecto. Al saludarnos, estrechándonos
las manos, pude distinguir a mi colega y conocido
de largos años, Juanito Borzone, a quien había
dejado atrás en el recuerdo de mi estadía en la
Universidad de Manitoba, Winnipeg, Canadá, en el
año 1976. Sin mayores explicaciones, le dije,
alejándome, “vuelvo por mi sombrero”. Y Juanito,
rápido, se perdió en un recodo de la oscuridad.
Después pensé, qué diablos hacía Borzone en ese
callejón oscuro; por cierto que asistía también al
lanzamiento, pero estando allí no lo vi. Mas, ¿por
qué no lo había visto, ni oído hablar de él en la
Escuela de Medicina, donde yo, temporalmente,
17. 17
laboraba? A sabiendas que él buscaba regresar a
Chile, lo había recomendado, como buen
anatomista, a las autoridades de la Facultad de ese
período, sin obtener respuesta. Lo mismo había
hecho, con anterioridad, en la Universidad
Venezolana donde formé parte del cuerpo
profesoral y había hecho buenos amigos. Según
recuerdo de ese entonces, estando Juanito en
Canadá, la Escuela de Medicina venezolana le hizo
un ofrecimiento de trabajo en su especialidad, no
obstante, este colega rechazó la oferta por
insuficiente. Y permaneció en el país del hielo.
Regresé definitivamente a mi país natal, en el
año 2000 y me incorporé a diversos grupos
interesados en la Literatura y en escribir. Así fue
como no supe más del destino de Juanito, quien
siendo aproximadamente una década mayor, podría
haber fallecido en el ínterin.
18. 18
El 26 de septiembre de este año, 2015,
concurrí a visitar una amistad que vive en el barrio
Las Condes, en un edificio de unos 20 pisos.
Estacioné mi camioneta en el subterráneo de la
construcción y procedí a acercarme al área de
ascensores para subir al piso que iba a visitar, a eso
de las doce del día. Al abrirse las puertas del
elevador, salió de su interior un señor vestido de
riguroso color marrón, abrigo, sombrero, alto,
delgado que me miró rectamente a los ojos con los
suyos color verdoso, de actitud afable, ágil,
mientras me daba paso diciendo: “gusto de
encontrarte aquí”, y desapareció en las
instalaciones del subterráneo.
Quedé impactado, por no reconocer a la
persona que me saludó con cariño y que, justo en el
instante, no logré recordar su identidad, y su
“aquí”, que me reverberaba en la conciencia.
19. 19
Después de algunas horas, y de repetirme la
imagen y su forma de decir “aquí”, repentinamente,
vino a mí la figura de: Juanito Borzone, dejando el
“aquí” para ser resuelto por la lectora o el lector.
21. 21
UN RECUERDO
Alejandro Galo Illanes
Hacía varios años que no me veía
con Eliana Muñoz. Cuando ella me
llamó por teléfono, me comentó que
pasaría por Santiago y me haría una
visita en mi nuevo departamento, esa
tarde de otoño. Ella llegó como siempre
muy jovial y dinámica a pesar de sus
valientes años, acompañada por un
sobrino de unos 20, quien mostró gran curiosidad
por conocer al asociado de su madrina.
Permanecieron conmigo una tarde completa en que
se hicieron recuerdos alrededor de la mesa
adornada con flores y servida de tazas de té y
panecillos, muy bien atendidos por la ayudante del
hogar, Isabel, y observados con curiosidad por mi
nieta Angélica.
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Avanzada la hora, se iniciaron las cordiales
despedidas. El sobrino seguido por su tía, se
acercaron a la puerta principal del departamento,
con gestos y palabras de adiós. Isabel en el umbral
de la cocina y Angélica en el pasillo hacia los
dormitorios, yo de pie a la salida del living, alejado
de mi bergere favorito.
En ese momento, de intensidad afectiva, por
la nueva separación de la amiga por tiempo
indeterminado, en un instante, con estupefacción
escuchamos el fuerte sonido de estrellarse algo
contra el piso de la sala ¡¡¡paff!!! Eliana, regresó
sobre sus pasos y me dijo con voz cálida: “esa
figurita que está ahí en el suelo que salto del sofá,
es una llamita metálica, que había
olvidado entregarte, y que te traje
como un recuerdo de nuestro, quizás,
último encuentro.
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LA PREGUNTA ES LIBERTAD
Luis Weinstein
En toda estación,
Pregunta.
Con viento y estrellas y fuego,
con miedo,
cuando viajan las hojas,
pregunta
si hay destierro helado,
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si sueña el sol silvestre,
si tu desapareces,
pregunta.
Si tengo el nudo inmenso,
Dime que pregunte.
Si la marea regala mirar íntimo de sus ojos,
Si silencian los fulgores del amor,
Pregunta,
En los brotes plenos humeando poesía,
En la muerte nieve nada,
Pregunta.
La pregunta es libertad.
Es la estación del niño
Cuando asombran sus preguntas:
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Por qué, rítmico, insistente,
De dónde vienes tú, redondo,
Que hay más allá, más allá, más allá…
Pregunta en ola interminable,
Por qué,
Después,
De dónde,
Tú,
Yo,
Qué hay más allá, más allá, después,
Sencillo preguntar.
Y tú huyes,
Pides ayuda,
Te rindes, transas, mientes, hieres,
Por qué
No das la mano a estas preguntas
Y las acercas a las tuyas,
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Como el río al mar.
Cuando llega la estación del amor,
Con todos sus colores,
Pregunta,
Con asombro, con tu miedo,
Por qué nosotros,
Por qué no el otro, por qué él,
Por qué nosotros y no todos los otros.
Cuando respiras grande y pequeño,
Cuando se acerquen a la poesía,
Cuando empiece el huracán del cosmos,
Si el cuerpo se transforma en mirada,
Cuando el tercero acecha peligroso, implacable,
Si el nudo duele desde la sombra y antaño,
Pregunta,
Aunque abrume como tajo brutal de amapolas,
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Pregunta hasta las primeras vertientes
Donde siega la luz por que nace tu certeza.
Colectivos, hermanos, amigos, compañeros,
Con números y sitios,
No ahoguen la pregunta con órdenes y letras,
Con grandes y pequeños.
Vamos a jugar y preguntemos,
Tomemos la pala y preguntemos,
Busquemos la verdad y preguntemos,
Vamos a la lucha y preguntemos.
Preguntas a la tierra y al amigo.
Preguntas a la ciudad y al compañero.
Pregunta, y no vaciles, a tu hermano,
Con preguntas se hace el colectivo,
La libertad pregunta su camino.
28. 28
Pregunta, en la estación del miedo,
Cuando el miedo recorre hasta las últimas galerías
donde
Quieren apresar al infinito.
Si hay furor de relámpagos en acantilados
surgentes,
Cuando el pesar estalla como el más obscuro de los
astros,
Pregunta.
Pregunta, por ejemplo,
Por las palabras vivas de los amigos muertos,
Pregunta, donde están,
Las más queridas, las últimas,
Las más de ellos,
El gesto luminoso,
La pregunta que nunca le hiciste,
La melodía única en sus ojos,
Pregunta,
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Desde tu raíz trisada,
Desde tus inmensas tormentas, pregunta,
La pregunta para darle nuevos amigos,
Pregunta la pregunta que pueden sembrar.