1. ANDAMIOS Y CONSTRUCCIONES
Al lado de la casa donde vivo está surgiendo un edificio. Hace casi un año que un
puñado de valientes obreros trabajan día a día hasta el anochecer. El edificio sube
poco a poco, palmo a palmo, metro a metro.
Nunca había reparado, de cerca, en el complejo y lento ritual de un gran edificio en
construcción desde su hace inicial.
Inicialmente me he fijado en un detalle: en los andamios del edificio que se está
levantando. Los andamios suben a medida que el edificio se eleva. Andamios
modernos, con todas las condiciones de seguridad. Amontonar ladrillos, instalar
ventanas y levantar paredes a 50, 80 ó 130 metros de altura, tiene sus riesgos, sus
vértigos, sus peligros constantes. ¡Son unos valientes esos obreros de las grandes
alturas!
El edificio que he visto desde sus fundamentos, está casi terminado: 32 pisos, y los
andamios van desapareciendo gradualmente. Fueron utilizados pero ya no se
necesitan. Cumplieron su tarea. La parte externa del edificio ya se terminó. En el
acabado interno, donde los obreros trabajaban a horas, no se necesitan andamios.
Andamios y construcciones…
Acompañando de cerca el nacimiento de aquel gran edificio de 32 pisos, la relación
brotó espontáneamente.
2.
3. CONCLUSIONES.
El joven queda admirado por la belleza del trabajo que realizan día a día los
obreros.
El edificio es muy alto y consta de 130 metros.
El edificio que el observa desde sus fundamentos, está casi terminado en 32
pisos.
Hace casi un año que un puñado de valientes obreros trabajan junto de la casa
del joven hasta el anochecer.
El joven es testigo de la mano de obra de los trabajadores.