2. Títeres, muñecos de barro y trapo,
sonajas, dados, matracas,
papalotes, soldados de plomo,
trenes de madera, yoyos, trompos,
baleros, alcancías y trastecitos de
barro, lotería, sonajas, pequeños
muebles, víboras, boxeadores y
coches de madera son algunos
ejemplos de los diversos juguetes
tradicionales de nuestro país, y
quizá ya no le resulten familiares a
la mayoría de los niños de hoy,
pero con ellos crecieron sus
abuelos y quizá sus papás.
3. Los juegos tradicionales fueron
creados para brincar, rodar y
divertir a los niños y niñas, no
obstante, enseñan diversos
aspectos de la vida y la cultura de
un país, Juguetes tradicionales
como el trompo, la coca, casi son
piezas de museo en la actualidad,
ante el predominio de las nuevas
tecnologías.
4. Antes los niños si sabían
disfrutar de niñez, corrían,
brincaban, hacían
competencia con las canicas,
trompos y hasta los yoyos”.
Hoy se las pasan en la cama
acostados viendo la
televisión, pegados a la
computadora o a los
videojuegos
5. Las consolas, videojuegos,
ordenadores infantiles, televisión, etc.,
en sí, no hay niño que no los conozca y
la mayoría los utiliza en un momento de
ocio, y hasta los llegan a convertir en
sus juguetes favoritos. Jugar de esa
forma no implica desechar lo tradicional
como los trompos, las cuerdas; porque
cada actividad complementa a la otra y
aporta ciertos beneficios. Los mismos
pedagogos aseguran que la era virtual
ayuda al desarrollo de la parte motora
fina, es decir, los dedos, la vista y el
cerebro, pero deja de lado la
socialización, lo que hace a la persona
que los juega más individualista y
pasiva.
6. Los videojuegos pueden ser un recurso
para entretenerse y aprender distintas
habilidades y conceptos, siempre que
se usen de una manera adecuada y
sepamos escoger los juegos idóneos
para su edad e intereses. Mantener a
los hijos lejos de las pantallas no sólo
resultará un tarea infructuosa en
cuestión de tiempo, sino que puede ser
contraproducente y limitaríamos un
espacio cultural emergente en el que
van a desenvolverse durante toda su
vida, del mismo modo que lo hacemos
ya nosotros. La clave para que los
vídeo, juegos no acaparen a nuestros
hijos está en controlar el juego, el
tiempo y la compañía
7. Actualmente el aumento de los
elementos tecnológicos aísla cada
vez más a los niños y jóvenes del
mundo exterior. Hay un impacto en
la sociedad del enorme cambio en
la manera en que juegan los niños y
adolescentes; prácticamente están
dejando a un lado su infancia y
apresuradamente se están
convirtiendo “pequeños adultos”
siendo aún más visibles los efectos
en su crecimiento
8. Los carritos y avioncitos hechos de
lámina, empujados por una cuerda, hoy
tienen todo un mecanismo de arranque
y hasta control remoto. Los
tradicionales yoyos y trompos de
madera ahora son de plástico y hasta
tienen luces de colores. Una resortera
fabricada hasta por los propios
pequeños quedó a tras para dar paso a
las pistolas de dardos que venden en
las jugueterías. Sin embargo,
actualmente los niños prefieren la
tecnología para divertirse, las niñas
prefieren un celular y los niños optan
por una consola con juegos de video.
9. Es interesante tener en cuenta el dato
de que los juegos de Playstation o
computadora difieren de los viejos
divertimentos de los niños en su
soporte, pero no en su espíritu. Los
niños siguen jugando al futbol, a la
guerra, a policías y ladrones, pero lo
hacen a través de una pantalla. Su
cuerpo es reemplazado por un joystick
o un teclado, y sus amigos están
representados por las figuras que
aparecen en un monitor.
10. Cargados de nostalgia, muchos adultos
recuerdan sus modos de diversión en la
niñez. Añoran esos años felices en los que
se podía salir a jugar a la calle y siempre se
encontraba algún amigo para completar la
diversión. La situación actual de inseguridad
en nuestro país hace imposible pensar en
que esas libertades se reproduzcan con los
niños de hoy.
Armar un partido de futbol en la calle, andar
en bicicleta, jugar a las canicas frente a la
casa del vecino o a las escondidas con toda
la manzana como territorio a explorar, son
escenas de la vida cotidiana de los niños
que forman parte de un pasado que se
extraña. Hoy, en cambio, el entretenimiento
de los chicos se canaliza por vía virtual, sin
necesidad de salir de la casa.
GRACIAS