El Retrato de Inocencio X es un retrato del papa Inocencio X pintado por Diego Velázquez en 1650. Velázquez viajó a Italia donde el papa posó para él, y capturó su rostro de forma muy realista. La pintura se considera una obra maestra por su uso del color y la captura de la personalidad del papa.
2. El Retrato de Inocencio X es una pintura realizada al óleo sobre lienzo
por Diego Velázquez, en el verano de 1650. Actualmente se encuentra
en la Galería Doria Pamphili de Roma, también conocida como Palazzo
Doria-Pamphili
El cuadro se realizó durante el segundo viaje a Italia de Velázquez
entre principios de 1649 y mediados de 1651. Hay constancia
documental de que el papa posó para Velázquez en agosto de 1650.
El pontífice posó para Velázquez porque seguramente ya era consciente
de su maestría; hubieron de conocerse en 1625, cuando siendo nuncio
Inocencio viajó a Madrid.
3. Se cuenta que, cuando el papa vio terminada la obra, exclamó, un tanto
desconcertado: Troppo vero! («demasiado veraz»), aunque no pudo
negar la calidad del mismo. El pontífice obsequió a Velázquez con una
medalla y una cadena de oro, que figurarían entre los bienes del pintor
cuando éste falleció.
El cuadro se ha mantenido en manos del mismo linaje desde que se
pintó; primero en la familia Pamphili, y luego en la Doria-Pamphili
cuando ambas se unieron. El pintor Joshua Reynolds lo elogió como «el
mejor retrato de toda Roma», y un crítico comentó que «al lado hay
colgada una Virgen de Guido Reni, que por comparación parece de
pergamino». El historiador Hippolite Taine consideró este retrato como
«la obra maestra de todos los retratos» y que «una vez visto, es
imposible de olvidar».
4. Velázquez se autorretrató en
1656 en su cuadro más
emblemático, Las Meninas. Se
representó pintando. En las
mangas de su vestido y en su
mano derecha se aprecia su
estilo final rápido y abocetado.
En su paleta distinguimos los
pocos colores que utilizaba en
sus pinturas. La cruz de la
Orden de Santiago que lleva en
su pecho fue añadida al cuadro
posteriormente
5. Diego Rodríguez de Silva y Velázquez Sevilla, hacia el 5 de junio de 1599 –
Madrid, 6 de agosto de 1660.
Conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno
de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura
universal.
Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de
iluminación tenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores.
A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey
Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo
más importante entre los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto
de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey y de su
familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales.
La presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura
que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a Italia, donde conoció
tanto la pintura antigua como la que se hacía en su tiempo, fueron
influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran
luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas.
6. En su última década su estilo se hizo más esquemático y
abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz.
Este periodo se inauguró con el Retrato del papa Inocencio
X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus
dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las hilanderas.
Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El
reconocimiento como pintor universal se produjo
tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880
y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas
franceses, para los que fue un referente. Manet se sintió
maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de
pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido».
La parte fundamental de sus cuadros que integraban la
colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.
7. El retrato más aclamado en vida del pintor y que sigue hoy día
suscitando admiración, es el que realizó al papa Inocencio X.
Pintado en su segundo viaje a Italia, el artista estaba en la cima
de su fama y de su técnica.
No era fácil que el papa posase para un pintor, era un privilegio
que muy pocos conseguían. Para Enriqueta Harris las pinturas que
Velázquez le llevó como regalo del rey debieron poner a
Inocencio en buena disposición.
Se inspiró en el retrato de Julio II que Rafael pintó hacia 1511, y
en la interpretación que de éste hizo Tiziano en el retrato del
papa Paulo III, ambos muy célebres y copiados. Velázquez rindió
homenaje a su admirado maestro veneciano en este cuadro más
que en ningún otro, aunque se trata de una creación
independiente: la figura erguida en su sillón tiene mucha fuerza.
8. Con pinceladas sueltas varios tonos de rojos se combinan,
desde el más lejano al más cercano, al fondo el rojo oscuro de
la cortina, después el más claro del sillón, en primer plano el
impresionante rojo de la muceta con sus luminosos reflejos.
Sobre este ambiente domina la cabeza del pontífice de rasgos
fuertes y mirada severa.
Este retrato siempre ha sido muy admirado. Ha inspirado a
pintores de todas las épocas desde Neri a Francis Bacon con su
atormentada serie. Para Joshua Reynolds era este el mejor
cuadro de Roma y uno de los primeros retratos del mundo.
Palomino dijo que Velázquez llevó en su vuelta a Madrid una
réplica (copia autógrafa), que se considera que es la versión
del Museo Wellington (Apsley House, Londres). Wellington la
arrebató a los franceses tras la batalla de Vitoria, que a su vez
la habían expoliado en Madrid durante la Guerra de la
Independencia. Se trata de la única copia considerada
autógrafa de Velázquez de las muchas réplicas existentes.
9. Para mi lo que transmite la obra es el poder de un hombre, elegido
para ser papa y el poder que tiene sobre todo lo que se defina como fe
y religión , pudiendo mentir o desmentir las cosas que sean mas
convenientes para la iglesia.
También refleja la arrogancia del tiempo en el que desarrollo su vida y
la forma en la que debía actuar por su posición y lo imponente de su
presencia frente a las personas ante las que debía desarrollar su
posición.
También lo miserable de su vida por tener tan grande responsabilidad
y lo prepotente que debía ser al ver la adversidad de las personas
cuando el lo tenia todo, un hombre con expresión de desconfianza y
duda pero sumergido en el gran misterio de sus pensamientos .
Pero en la interpretación de la obra se sabe también que el pintor
hacia de su obra algo verdadero, no solo lo que se le ponía al frente
para pintar y reflejaba tanto la esencia que captaba dentro del cuadro
si no también la admiración que el pintor tenia por TIZIANO.
10. Podemos decir que la relación filosofía - arte se puede hacer de esta
manera :
Inocencio X - David Hume
Por que:
-Percibimos o conocemos la obra por el sentido principal al que estamos
sujetos para juzgar todo, la vista.
- los pensamientos que nos genera la vista, lo que puedo inferir de la obra de
arte o lo que de la obra esta en mi que es:
•como la interpreto
•su imagen hacia mi
•lo que esta representa
•lo que se puede inferir sin tener ningún conocimiento previo de la obra .
•la relaciono de la obra con todo lo que la rodea.
11. Esto conlleva a las ideas y pensamientos que nos surgen y
denominamos como principales y que se asocien a lo que
se conoce después de indagar sobre las inquietudes que la
obra nos genero.
Así terminamos analizando todo en conjunto como:
- el tiempo en el que se realizó.
- quien lo hizo.
- por que motivos .
- las causas y efectos de la obra que analizamos .
Así determinamos la relación causa – efecto, la causa fue el
ver una obra de arte y querer indagar sobre ella y el efecto
fue de lo que ella quedo en nosotros como que utilizo el
pintor, en que se baso, cual fue su inspiración, en si todo lo
que conllevo a la creación de la obra de arte y lo que esta
nos aporto que fue un poco de conocimiento de varios tipos o
de varia áreas.