El cáncer infantil es cualquiera de varias
formas de cáncer que afecta a los pacientes en
edad pediátrica, afectando a distintas partes
del cuerpo, y con tratamientos y tasas de
curación diferentes.
muchas enfermedades de cáncer
infantil se pueden confundir o
simular con otras enfermedades,
los niños pueden tener síntomas
como fiebre o ganglios
inflamados, pero eso todas las
enfermedades lo tienen, entonces
pueden simular otras cosas y el
médico que no está capacitado o si
los papás no atienden
adecuadamente a sus niños, pues
avanza la enfermedad”.
Los niños pueden tener cáncer en las mismas
partes del cuerpo que los adultos, pero existen
diferencias. Los cánceres de la niñez pueden
ocurrir repentinamente, sin síntomas precoces,
y tienen un índice de curación elevado.
El cáncer infantil se desarrollan a raíz
de mutaciones (o cambios) no heredadas en
los genes de unas células que todavía están en
proceso de crecimiento.
Una vez diagnosticado, es importante que los
padres busquen ayuda para su hijo en un
centro médico especializado en oncología
pediátrica (tratamiento de cáncer infantil).
El tratamiento del cáncer en los niños
puede incluir la quimioterapia (el uso
de medicamentos para matar a las
células cancerosas), la radioterapia (el
uso de radiaciones para matar a las
células cancerosas) y la cirugía (para
extirpar las células cancerosas o
tumores). El programa de tratamiento
necesario en cada caso dependerá del
tipo de cáncer, así como de su
agresividad, lo extendido que esté y
la edad del niño.
Cirugía
aquellos niños que tienen tumores sólidos y
aislados, que afectan a zonas reducidas de la
anatomía y no se han extendido a otras partes
del cuerpo, la cirugía suele ser un arma eficaz
para combatir el cáncer cuando se combina
con quimioterapia y/o radioterapia.
Quimioterapia
La quimioterapia es una medicación que se
utiliza como herramienta para eliminar las
células cancerosas del cuerpo. Se
administra vía intravenosa (a través de una
vena) u oral (por boca). Algunas formas de
quimioterapia se pueden administrar por
vía intratecal, a través del líquido
cefalorraquídeo.
Entre otras como:
• Transplante de medula osea.
• La radioterapia.
La leucemia es un cáncer de los glóbulos
blancos (leucocitos). Es el tipo más común
en niños. Las células sanguíneas se forman en la
médula ósea. Los glóbulos blancos ayudan a su
organismo a combatir las infecciones; sin embargo,
en los casos de leucemia, la médula
ósea produce glóbulos blancos anormales.
Los tumores cerebrales son abultamientos dentro
del cráneo. Se encuentran entre los tipos más
comunes de cánceres en niños. Algunos
son tumores benignos, que no son cancerosos.
Aún así, pueden ser serios. Los tumores
malignos son cancerosos.
El linfoma aparece cuando un linfocito, un tipo
de glóbulo blanco, comienza a multiplicarse y deja
sin espacio a las células sanas. Los
linfocitos cancerosos crean tumores que agrandan
los ganglios linfáticos.
Por lo general, los factores que
desencadenan el cáncer en los niños
no suelen coincidir con los que lo
desencadenan en los adultos, como el
hábito de fumar o la exposición a
toxinas medioambientales. En
contadas ocasiones, los niños que
padecen determinadas afecciones de
origen genético, como el síndrome de
Down, tienen un riesgo incrementado
de desarrollar cáncer. Asimismo, los
niños que se han sometido a
quimioterapia o radioterapia a raíz de
un cáncer previo también tienen un
riesgo incrementado de presentar otro
cáncer en el futuro.
Muchos niños pueden
culpabilizarse, como si el hecho
de padecer cáncer fuera, en cierto
modo, por su culpa. Psicólogos,
trabajadores sociales y otros
miembros del equipo de
oncología pueden ser de gran
ayuda para tranquilizarlos,
apoyarlos y ayudarles a expresar
y a afrontar sus sentimientos.
El diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil es
un proceso largo que se asocia a efectos
secundarios, tanto a corto como a largo plazo. Pero,
gracias a los avances médicos, cada vez hay más
niños con cáncer que completan el tratamiento con
éxito y que pueden abandonar el medio
hospitalario y crecer como cualquier otro niño. En
la actualidad, hasta el 70% de todos los niños con
cáncer se pueden curar.