1.
Una articulación es el conjunto de
elementos que une dos huesos
vecinos permitiéndoles moverse.
Una articulación común se compone
de:
Los CARTÍLAGOS que revisten las
superficies articulares de los
huesos.
La MEMBRANA SINOVIAL que
produce el líquido sinovial para la
lubricación de la articulación.
La CÁPSULA ARTICULAR que une
los huesos y está tapizada
interiormente por la membrana
sinovial.

2.
Enfermedad degenerativa progresiva de
las articulaciones, que provoca la
destrucción de los cartílagos articulares: la
parte del hueso que se articula con otro
hueso.
Generalmente el primer síntoma es la
rigidez después del reposo, posteriormente
aparece dolor al movilizar la articulación.
En fases más avanzadas, el dolor puede
estar presente incluso en reposo y se
deforma la articulación provocando
limitación de la movilidad. En la fase final
hay pérdida de la función.

3.
Las articulaciones más
afectadas son las de las
últimas falanges de los
dedos, el pulgar, las
rodillas, las caderas, los
tobillos y el raquis.
Los principales factores de
riesgo son: el sobrepeso, el
tabaquismo, el sexo
femenino y el
envejecimiento.
MANOS CON ATROSIS

4.
El sobrepeso se asocia a una
mayor carga de las articulaciones,
especialmente en la cadera y las
rodillas. El aumento de la fricción
entre los cartílagos articulares, va
“ablandando” el cartílago,
adelgazándolo hasta formar fisuras
y dejando descubierto el hueso.
El hueso no está preparado para
afrontar la fricción articular, de tal
manera que se genera una reacción
parecida a la reconstrucción de una
fractura, que al cabo del tiempo
termina uniendo ambos huesos y
provocando la pérdida de
movimiento.

5.
El envejecimiento juega un papel
importante en cualquier
enfermedad degenerativa porque
nuestro organismo va perdiendo
gradualmente la capacidad de
autocurarse y defenderse de las
agresiones y en el caso de la
artrosis, acelera el proceso de
degeneración articular.
El 15% de la población padece
artrosis después de los 50 años y
1 de cada 4 personas después de
los 70 años

6.
Está probado científicamente que algunas de
las sustancias contenidas en el tabaco, inhiben
la absorción del calcio indispensable para la
regeneración del hueso y los cartílagos.
El hábito de fumar podría tener efectos
directos en otras estructuras
articulares involucradas en el dolor de rodilla
o podría modificar el umbral del dolor
musculoesquelético de los consumidores

7.
Durante la menopausia, el declive
de los estrógeno favorece la
pérdida de cartílago articular y
hueso subcondral. Esto ocurre
porque existe una dificultad en la
absorción y aprovechamiento tanto
del calcio como de la vitamina D.
Además existe una estrecha
relación de entre los estrógenos y
la hormona que regula el
crecimiento y regeneración de los
tejidos.

8.
La hiperpermeabilidad intestinal está relacionada con la
artrosis porque este estado disminuye la absorción de
nutrientes, conduciendo a deficiencias potencialmente
peligrosas para los huesos y cartílagos.
Cuando la mucosa intestinal es demasiado permeable se
intoxica el organismo, generando inflamación y
provocando depósito de toxinas y radicales libres dentro
de la articulación favoreciendo su degeneración.
Muchas de estas toxinas acidifican la sangre y el
organismo utiliza las bases minerales de los huesos y los
cartílagos para reestablecer el pH sanguíneo. Las
constantes extracciones de calcio, magnesio, sodio y
potasio conducen a una desmineralización propiciando o
empeorando la artrosis.

9.
La artritis es la inflamación crónica del tejido que cubre las
articulaciones o coyunturas, destruyendo la articulación hasta
llegar a deformarla.
Afecta preferentemente a mujeres (2:1) jóvenes (20-45 años)
Dentro de las causas de esta enfermedad figuran los
traumatismos, las infecciones víricas o bacterianas y el estrés.

10.
La artritis provoca la degradación del cartílago,
estructura que normalmente protege una articulación,
permitiendo que ésta se mueva de forma suave. El
cartílago también absorbe el golpe cuando se ejerce
presión sobre la articulación, como sucede cuando uno
camina. Cuando el cartílago se deteriora, los huesos se
rozan causando inflamación, que se manifiesta con dolor,
hinchazón y rigidez.
La inflamación de la articulación puede resultar de:
Una enfermedad autoinmunitaria (el sistema inmunitario del
cuerpo ataca por error al tejido sano).
Fractura ósea.
"Desgaste y deterioro" general de las articulaciones.
Infección, generalmente por bacterias o virus.

11.
Carencias alimentarias.
Hiperpermeabilidad intestinal, modificaciones
de la mucosa gástrica y la sequedad de las
mucosas del tracto digestivo pueden producir
malabsorción y deficiencia en la regulación del
sistema inmune (auto-anticuerpos).
Producción aumentada de mediadores
inflamatorios los cuales reducen los niveles de
los micronutrientes necesarios metabolismo
óseo.

12.
Existen más de 100 tipos, pero
los más comunes son:
La osteoartritis es el tipo más
común de artritis. Se conoce
también como enfermedad de
“desgaste y rotura” de todos los
componentes de la articulación.
Usualmente comienza con la
edad y afecta los dedos, rodillas
y caderas. A veces este tipo de
artritis se desarrolla en el lugar
donde ha habido una lesión o
traumatismo. Este cuadro se
agrava con la obesidad.

13.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune,
que se produce porque el sistema inmunitario ataca por
equivocación a células o tejidos sanos del propio cuerpo.
Afecta a las articulaciones y a los huesos (especialmente a
los huesos de las manos y de los pies) y puede dañar
también los órganos y sistemas internos. Además del dolor,
se puede acompañar de fiebre y cansancio, incluso fatiga
crónica.
Afecta a adultos más jóvenes y no está asociada a la
obesidad.

14.
La gota. Esta condición
resulta cuando los
cristales de ácido úrico se
acumulan en las
articulaciones, que se
irritan e inflaman.
Usualmente afecta el dedo
gordo del pie, pero
muchas otras
articulaciones pueden
verse afectadas.
1. Cristales de ac. Úrico
2. Erosión ósea
3. Sinovitis (inflamación
articular)

15.
Homepatía: Aporta remedios para las diferentes enfermedades reumáticas
Fitoterapia: Las plantas antireumáticas se distinguen por sus propiedades
remineralizantes, antiinflamatorias y analgésicas.
Terapia ortomolecular: Investigaciones científicas han constado la eficacia de
los suplementos nutricionales (vitaminas, minerales, ácidos grasos…) para
mejorar la función articular.
Dietoterapia: El exceso de peso y una dieta acidificante y tóxica son factores
determinantes para el deterioro de las articulaciones.
Auriculoterapia: En la oreja existen puntos que se pueden manipular para
aliviar los dolores osteo-articulares.
Flores de Bach: Algunos remedios florales están vinculados a estos
padecimientos más prevalentes en personalidades rígidas.
Oligoterapia catalítica: Hay una serie de oligoelementos indispensables para
la reconstruir la articulación dañada.