La política de Gorbachev para Europa Oriental permitió que los estados satélites de la Unión Soviética siguieran su propio camino e independizarse, marcando una ruptura con la doctrina anterior de intervención. Gorbachev tomó esta decisión para mejorar la economía soviética al eliminar los costos de subsidiar a otros países, y su retirada de Afganistán reforzó su nueva política de no intervención.