La escultura y pintura del Quattrocento en Italia se caracterizó por un renovado interés en la precisión anatómica y la perspectiva, influenciado por los principios del humanismo renacentista. Artistas como Donatello, Brunelleschi y Masaccio comenzaron a estudiar la anatomía humana y aplicar la perspectiva científica a sus obras, marcando el inicio del Renacimiento italiano y el naturalismo en el arte.