El día comenzó mal para el narrador, resbalándose en las escaleras y quemándose la lengua con el café. Más tarde recibió una descarga eléctrica al sacar el pan tostado y recibió la noticia de un robo en su oficina. Decidió relajarse con una ducha caliente para reducir el estrés acumulado por los contratiempos de la mañana.
1. Hoy me he levantado temprano como todos los días. Cuando iba a desayunar me resbalé en las escaleras y me di una tremenda hostia en la cabeza. Para calmarme, mi mujer me dió un café que me quemó la lengua porque lo calentó demasiado. Puse mi rebanada de pan en la tostadora y al sacarlo me metió el enchufe un calambrazo que me sentó como una patada en los cojo... Sonó el teléfono, era de la oficina, sólo para avisarme del robo de la caja fuerte anoche. Decidí que era el momento para darme una ducha caliente y meditar un poco para bajar el estrés..., y fue entonces cuando sucedió...