REVOLVIENDO EN LA HISTORIA…
LA LLEGADA DE LAS MERCEDARIAS AL CONGO
La llegada de las Hermanas Mercedarias Misioneras de Berriz se produjo bajo el
mandato episcopal del obispo Cornelis. De hecho, el crecimiento de la población y la
necesidad de desarrollar el mundo femenino obligaron a la Iglesia a lanzarse a la labor
filantrópica y a buscar colaboradores misioneros para la Iglesia de Elizabethville. Fue
durante su estancia en Roma, durante la celebración del Concilio Vaticano II, cuando
mantuvo correspondencia con el Superior General de las Mercedarias sobre su fundación
en Katanga. La respuesta de las hermanas fue positiva y Monseñor pensó en enviarlas a
la misión de Kilela Balanda que acababa de abrirse para asegurar la formación de la
joven.
En 1962 tuvo lugar la primera visita de las Misioneras Mercedarias de Berriz,
realizada por la Madre General Juana Lasarte y su asesora María Aranzadi. Mientras
tanto, las Hermanas Benedictinas de Jadotville (Likasi) tenían dificultades de personal
para llevar a cabo la labor que habían iniciado en las escuelas y querían seguir siendo
fieles a su carisma inicial, la vida monástica. Dejaron en manos del obispo Cornelis la
labor de enseñanza, la escuela primaria y post primaria para niñas que tenían en la
comuna de Kikula. Propuso a una hermana como técnica en la escuela primaria de San
Benito para ayudar al director y a los profesores; otra fue propuesta para enseñar religión
y catequesis. Se nombraron otras dos hermanas, una para enseñar religión y la otra para
cuidar a las internas que vivían en el Hogar, no lejos del convento. El apostolado de las
Mercenarias al principio fue la escuela, la educación de las jóvenes en una región
bastante desfavorecida, prisionera de la cultura que decidiría la mujer. Se trata de un
nuevo campo de acción para las Hermanas que supone la concreción de sus tareas de
compromiso con los marginados de la sociedad.
La primera expedición llegó a Katanga el 17 de junio de 1964. Fueron: María Luisa
López, María Rosa Botey Area y Ana María Castiella. Fueron acogidos por el arzobispo y
llevados por él a Jadiville, donde fueron recibidos por la comunidad de hermanas
benedictinas. A esta expedición le siguió una segunda en el mes de agosto de 1964 para
reforzar la comunidad y la obra. Las hermanas fueron Felicidad Fernández de Landa y
María Begoña Bengoechea, acompañadas por una laica, Carmen Aquayo. Comenzaron
su labor en septiembre de 1964 en la escuela de San Benedetto. Fue una buena
coincidencia, porque en ese momento el Ministerio de Educación estaba introduciendo el
ciclo de orientación, que consistía en seleccionar a los estudiantes para la escuela
secundaria y abrir sus horizontes para la universidad. Con la llegada de las Mercedarias,
se inauguró este nuevo sistema que abrió horizontes a las jóvenes. Se abrió un internado
para los alumnos de Jadoville y los de las zonas rurales. Es en esta misma perspectiva
que las Mercedarias fueron invitadas por las mismas hermanas benedictinas a trabajar en
la zona rural de Lubudi y posteriormente extendieron su apostolado a los pueblos de los
alrededores.
En 1983 se reunieron en la diócesis de Sakania-Kipushi con el objetivo de iniciar
una casa de formación para las jóvenes que quisieran compartir el carisma de búsqueda
de la misericordia en esta comunidad religiosa. En esta diócesis, el obispo les confió la
gestión del dispensario de San Carlos.
Subrayemos que en el corazón del apostolado de las Mercedarias en el Congo está
la formación de la joven y de la mujer en general. Es una obra de liberación que se inicia
porque no sólo las hermanas dan instrucción, sino que sobre todo ayudan a las mujeres a
tomar conciencia de su propia persona, para ayudarlas a saber cómo afrontar los diversos
problemas que encuentran en la vida. Se trata de una tarea noble, pero también difícil, ya
que las hermanas se enfrentaron a varios obstáculos: los padres no veían la importancia
de enviar a las niñas a la escuela; las propias niñas estaban poco motivadas,
influenciadas por la sociedad, y no les parecía interesante aprender; era necesario un
gran trabajo de sensibilización y de lucha contra los prejuicios culturales montados contra
la mujer en la sociedad tradicional.
Además de enseñar en la escuela Saint Benoit, las hermanas abrieron más tarde
una escuela de formación profesional DARAKA para las niñas y las madres que no podían
ser acogidas en las escuelas secundarias. Se puso a su disposición una sección de corte
y confección.
Las hermanas también colaboraron durante mucho tiempo en el servicio educativo
de la coordinación de las escuelas católicas como jefas de personal. A petición del
arzobispo, también empezaron a trabajar en centros de educación sanitaria y nutricional
para combatir la elevada tasa de mortalidad infantil que existía en aquella época, y
también se implicaron en la pastoral juvenil.
Actualmente estamos en Kipushi trabajando en el dispensario de la diócesis, el
obispo nos pidió el favor de gestionarlo desde que llegamos a Kipushi y hace ya más de
treinta años que nos encargamos de todo, es un centro de salud bastante grande y donde
hay muchos servicios: salud, maternidad, el centro nutricional para seguir el proceso de
crecimiento de los niños y dar formación a las mamás para cuidar bien a sus niños, a
veces se da papilla de soja o más cosas para los niños malnutridos, el seguimientos de
las personas que viven con el VIH SIDA... Colaboramos también en la cárcel dando
comida a los presos dos o tres veces al mes hacemos también la pastoral en la parroquia
y sobre todo en una capilla que está en un pueblo a unos quince kilómetros de Kipushi...
En Lubumbashi colaboramos en el apostolado de la cárcel Kasapa donde las
hermanas con un grupo de nuestros laicos van cada Domingo para consultar y dar
medicina a los presos enfermos. Colaboramos también en dos parroquias de la periferia.
En Likasi trabajamos en nuestro colegio secundario MUSOFI donde nos
encargamos de todo y que es una muy buena plataforma para la educación e instrucción
de las jóvenes, allí tenemos cada año por lo menos mil alumnos la mayoría chicas y entre
veinte o treinta chicos. Acabamos de empezar hace un año y pico con una escuela
primaria donde tenemos solamente clase de primero y segundo. Nos encargamos también
de la formación de unas mamás y chicas solteras que no tuvieron la posibilidad de
terminar sus estudios por haber quedado embarazadas... aprenden en nuestra comunidad
misma a cortar, coser y hacer punto y vienen con sus bebés.
Homenaje a Xabier Goicouria en R.D. Congo
8 DICIEMBRE 2021 (MISIONES DIOCESANAS VASCAS)
El misionero vizcaino Xabier Goicouria, que lleva
55 años en la R.D. del Congo recibió el pasado
viernes, festividad de San Francisco Javier,
patrono de los misioneros y misioneras, un
homenaje en el país africano, en el centro al que
dedicando sus fuerzas y energía, dirigido a
acompañar discapacitados físicos “tal vez al verles
tan desamparados y tan sin esperanza de una vida
digna, porque estaban totalmente abandonados a su
suerte”, explicaba Goicouria en una entrevista hace
diez años. En el homenaje, que estuvo preparado por
chicos y chicas con discapacidad que han pasado por
el centro, se inauguró una escultura dedicada a él.
El día 3 de diciembre, San Francisco Javier,
también es el Día Internacional de la Discapacidad
«y este año celebramos –explica Javier– el 50
aniversario de mi comienzo con ellos. Todos los años
tenemos fiesta ese día y se celebra una misa, luego
hay cantos, danzas, teatros, para terminar al final
con una comida».
SORPRESA
Xabier explica que le dijeron que este año lo querían celebrar
de forma especial y habían hablado con los antiguos alumnos
que están en el extranjero contándoles lo que querían hacer y
pidiendo su contribución. «Yo no sabía nada, -dice- Yo vi que
estaban haciendo una obra en el patio de casa pero no
quisieron que supiera de qué se trataba, por eso, estaba
siempre tapado con sacos y cuando terminaban de trabajar
ponían los vehículos de casa junto a la ‘obra’ para que no se
notara de qué se trataba. (Eso aparece en una de las fotos)
Luego me enteré que querían hacerme un ‘monumento’. En un
principio pensaba que las monjas andaban metidas en este
asunto y les dije que si era así, que pararan en su empeño, pero
me dijeron que no eran ella sino los minusválidos y entonces,
no quise poner obstáculos a sus ilusiones».
Las religiosas se encargaron de alquilar las tiendas de campaña a los militares para poner a cubierto
a los invitados, «porque estos días el sol aprieta de lo lindo, y después de la misa del día tuvo lugar
la bendición del monumento, que yo no había visto todavía. Lo descubrieron en el momento de la
bendición y me quedé atónito, impresionado, avergonzado, de que expresaran su agradecimiento de
manera tan solemne. En el bajo de la estatua se lee una frase que dicen que la dije: ´Yo fui como
golpeado en lo más profundo de mi ser y Dios me señaló con el dedo para que realizara esa obra en
favor de los más pobres'».
La víspera, le regalaron una camisa cosida por ellos en la que aparece un medallón en el bolsillo con
su cara y una frase: “Los antiguos del Centro y Este hombre es según su corazón” y también en la
espalda hay un círculo mayor con su figura y la misma frase. En el acto estuvo presente el
embajador, acompañado de su esposa y de una pareja formada por un asturiano, que lleva 18 años en
Lubumbashi y una belga. ZORIONAK XABIER!
Encuentro Fundación Amigos de Mufunga
El jueves, 25 de noviembre, se reunió una
veintena de personas para compartir las
últimas noticias de la Fundación Amigos de
Mufunga y de la provincia de Katanga (R.D.
del Congo). Además, el encuentro sirvió para
visualizar el compromiso de las personas con
el proyecto. Hubo presencia de parroquias y
asociaciones de Abando, Algorta, Casco Viejo,
Erandio, Indautxu, Retuerto…
El proyecto principal de la fundación es el educativo,
con las becas universitarias para 45 jóvenes (chicos y
chicas) que son seleccionados por un comité local.
Asimismo, se apoya la educación primaria becando a
30 niños y niñas.
Además, tienen proyectos de sanidad, con envío de
medicinas y material médico. Respecto a los
proyectos de infraestructuras, se mantienen 5 puentes y un tramo de carretera de 32 kilómetros.
Una parte muy importante de la fundación es el envío de ocho cajones de un metro cúbico cada tres
meses. Los cajones recorren miles de kilómetros para llegar desde Bilbao a Mufunga, ya que pasan
por Amberes y, a través del Canal de Suez, llegan por mar a Dar Es Salaam (Tanzania). Desde allí,
llegan en camiones hasta Mufunga, donde el comité local (más de 60 personas) distribuye todo el
material enviado.
CAMPAÑA DE LA AZADA
La campaña “Una azada para África” se puso en marcha en enero de 2020 con el encargo a la
empresa vasca Bellota de 5.000 azadas para que las personas de Katanga puedan sembrar la tierra.
El último envío en abril de 2020 llevaba 1800 azadas. Y cada envío tarda entre 4 y 6 meses en llegar
a su destino. Además, la empresa Bellota donó más de 2.000 herramientas especiales para poder
cultivar la tierra.
Se ha conseguido cubrir el proyecto completo,
gracias a los más de 43.000€ percibidos en todo
este tiempo (donativos particulares, parroquias de
Begoña y San Vicente, conciertos, feligreses de
Las Mercedes, Retuerto, Santa Ana, Fundación
Matia-Pardo, comunidad de La Peña…).
Momento de la entrega del «Amigo incondicional»
a la Cofradía de la Pasión.
AMIGO INCONDICIONAL
Por último, el encuentro finalizó con la entrega a la Cofradía de la Pasión, radicada en la misma
parroquia, del reconocimiento “Amigo incondicional” por su colaboración, disponibilidad y
generosidad durante muchos años a favor del desarrollo de la Misión de Mufunga. Gracias a todos los
colaboradores institucionales y particulares. ¡TWASANTA!
“Mucha gente pequeña en
lugares pequeños, haciendo
cosas pequeñas pueden
cambiar el mundo”
(Eduardo Galeano)