2. Educar en valores significa
enseñar a los niños y niñas a
valorarse adecuadamente, a
defender sus propios
derechos y los de los demás,
a potenciar relaciones
sociales positivas, a
establecer vínculos afectivos y
en definitiva a prepara un
futuro mejor para uno mismo
y para todos.
3. Los padres y madres tenemos
un papel fundamental en la
transmisión de valores de
nuestros hijos e hijas. Con
nuestra conducta
constituimos un ejemplo para
ellos y, especialmente durante
la infancia seremos sus
principales modelos
En la convivencia les enseñamos lo que es verdaderamente
importante y cómo comportarse
4. A medida que nuestros hij@s crecen, el aprendizaje de esos valores se verá
reforzado o debilitado, en función de sus experiencias y de un contacto más
extenso con la sociedad en general y con su grupo de iguales en particular.
También los hij@s establecen
comparaciones entre la conducta
de su familia y la de otras
personas, por lo que es frecuente
y natural que durante etapas de
cambio, como la adolescencia,
cuestionen los valores familiares
al confrontarlos con otras
experiencias.
No obstante, si han recibido una
sólida educación en valores
positivos durante la infancia, ésta
les permitirá sentirse orientados
cuando llegue la adolescencia.
5. La seguridad, confianza, amabilidad y cortesía que inculquemos en
nuestros hijos les ayudarán a relacionarse mejor con otras personas.
Propiciemos un ambiente cordial de comunicación y afecto en la casa, en
el cual se eviten las agresiones y se estimulen el respeto y la cortesía en
el trato con toda persona, y en especial la consideración y el cariño a la
gente mayor.
Los niños son muy sensibles a las
orientaciones de sus padres a propósito de
las consideraciones especiales que hay que
tener con la gente mayor y con quienes lo
necesitan. Si a esta edad aprenden a
colaborar y a ayudar, desarrollan su
generosidad y su espíritu de
cooperación.
6. Con los más pequeños el aprendizaje de la cortesía se inicia
enseñándolos a saludar con amabilidad a las personas con
quienes conviven.
También a temprana edad se
forman los hábitos de gratitud
hacia las personas que los cuidan y
los quieren; se aprende a pedir las
cosas por favor, de buen modo, y a
dar siempre las gracias cuando se
recibe algo.
Hay que enseñarles a no molestar
a las personas ni a burlarse de
ellas con apodos o con bromas
pesadas.
7. Es una cualidad personal que se define
como el respeto a las ideas, creencias o
prácticas de los demás, aunque sean
diferentes o contrarias a las nuestras.
Es admitir la diferencia o la diversidad.
La tolerancia nos ayuda a que tener
una buena integración en un grupo o
equipo.
El niño no nace tolerante. Su conducta natural
es que todo sea para sí, y que todos estén de
acuerdo con él, por lo que es indispensable
que el proceso de aprendizaje acerca de la
tolerancia empiece desde bien temprano.
8. Cuando sus padres también lo sean
A través de cuentos e historias
Por las actividades que desarrolla
A través de los juegos
En la convivencia con los demás niños
Aprendiendo a respetar las diferencias
Conociendo diferentes culturas
A través de los viajes en familia
Conociendo los beneficios de la conciliación, de
la paz
Compartiendo, sin pelear
Aprendiendo a no burlarse de los demás
El niño puede aprender a ser tolerante:
9. Tiene que ver con aceptar al otro tal como es, con sus
virtudes y defectos, reconociendo sus derechos y
necesidades. Decir las cosas educadamente, sin herir,
violentar o insultar a nadie, son muestras de respeto.
La educación en el respeto
empieza cuando nos
dirigimos a nuestros hijos
correctamente, de la misma
manera que esperamos que
ellos se dirijan a los demás.
10. La responsabilidad que tenemos los
padres y madres en la transmisión de
estos valores a nuestros hijos es
crucial. Los valores no se transmiten
vía genética, por eso es tan importante
tenerlos en cuenta en la educación.
Pero debemos saber que los valores no
se enseñan independientemente del
resto de cosas, ni a través de grandes
explicaciones o dando una lista con
aquello que consideramos correcto y lo
que no, esperando que nuestros hijos
la memoricen.
Los valores se transmiten a través
del ejemplo práctico, a través de la
cotidianidad, de nuestro
comportamiento en el día a día, en
aquello que los hijos observar hacer a
sus padres.
11. Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe
(CREFAL). (2000) La escuela y la Familia. Cap. 3 La importancia de la convivencia familiar.
México. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos en los talleres de Encuadernaciones
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