2. Colección «EL POZO DE SIQUEM»
174
Mohandas K. Gandhi
«La Verdad es Dios»
Escritos desde mi experiencia de Dios
Edición de R.K. Prabhu
Editorial SAL TERRAE
Santander
4. 18. El valor del silencio 87
19. Igualdad de las religiones 90
20. Tolerancia 94
21. Conversión 97
22. Por qué soy hindú 106
23. Budismo, cristianismo e islam 110
24. Dios y dioses 115
25. Templos e ídolos 121
26. Culto a los árboles 126
27. Razón y fe 129
28. Escrituras 132
29. El mensaje del Gita 137
30. La belleza de la Verdad 148
31. Ramanama 153
32. Naturopatía 157
33. La unidad de toda vida 162
34. Qué es el brahmacharya 168
35. Pasos hacia el brahmacharya 173
36. El matrimonio, un sacramento 178
37. El evangelio de la no posesión 182
38. El trabajo como culto 186
39. Sarvodaya 191
40. Ética de la bomba atómica 195
41. Paz en la tierra 198
42. Obiter dicta 202
Glosario 215
Fuentes 225
índice analítico y onomástico 227
6
Prólogo
< * *
El director de la editorial Navajivan ha sido víctima de una
costumbre que se está imponiendo por todas partes: quiere
que escriba un prólogo para una antología de textos de
Gandhi sobre la religión y sobre Dios. Tanto el tema como
el autor tendrían que haber bastado para que Shri Jivanji no
hubiera sido víctima de esta moda. Pero ésta es tan fuerte
que, a pesar de todo, ha actuado como los demás y quiere
que escriba un prólogo que es totalmente innecesario.
Dios y, por tanto, la religión son necesidades fundamentales
para una vida normal y sana -tanto del individuo
como de las naciones-. En este libro el lector escuchará a
Gandhi hablando desde el corazón en diversas ocasiones a
lo largo de treinta años del periodo más maduro de su vida.
Lo que un hombre de nuestro tiempo, que realizó obras
magníficas, pensó sobre el tema de Dios y de la religión
no dejará de ser instructivo, en estos días difíciles, para los
hombres y las mujeres instruidos.
«Los miembros de la familia humana no somos todos
filósofos. De un modo u otro, queremos algo que podamos
tocar, algo que podamos ver, algo ante lo cual podamos
7
5. arrodillarnos. No importa si es un libro, un edificio de piedra
vacío o un edificio de piedra habitado por muchas imágenes
», escribió Gandhi para defender el culto en los templos,
teniendo como trasfondo otras grandes religiones.
«El dharma"] hindú es como un océano sin límites repleto
de joyas inestimables. Cuanto más profundamente se
sumerge uno, tantos más tesoros encuentra», dijo Gandhi.
Quien desee entender qué clase de hombre fue el Padre
de la Nación tiene que leer este libro. Es posible que algunas
personas no quieran saber acerca de la religión nada
que no se encuentre en nuestros Shastras* o en las escrituras
de otras religiones. Pero aquí hay una faceta fundamental
de la mente de un gran hombre al que amamos y al
que nuestra nación está agradecida. El valor de esta antología
es mayor que el de un libro de instrucción religiosa.
C. RAJAGOPALACHARI2
1. Se marcan con un asterisco (*) las palabras cuyo significado se explica
en el Glosario (pp. 215-223). [Nota de los traductores],
2. C. Rajagopalachari (1878-1972). popularmente conocido como
«Rajaji», el primer y único indio que llegó a ser Gobernador General
de la India, fue un reformador social pionero, un pensador incisivo y
un gran sabio. Sobresalió también como hombre de Estado y hábil administrador.
Colaboró estrechamente con Gandhi y luchó apasionadamente
por la libertad. [Nota de los traductores].
8
Cronología de la vida
de Mohandas Gandhi3
<*&
1869 2 de octubre. Mohandas Karamchand Gandhi, hijo
de Karamchand y Putlibai Gandhi, nace en Porban-dar,
India.
1882 A la edad de trece años se casa con Kasturbai
Makanji.
1888 4 de septiembre. Viaja a Londres para estudiar
Derecho.
1891 11 de junio. Queda registrado en el Colegio de
Abogados, obtiene el título de abogado y se embarca
de regreso a la India al día siguiente.
1893 Abril. Viaja a Durban, Sudáfrica, para ejercer la
abogacía. Una semana después de su llegada, y debido
al color de su piel, es arrojado de un tren por
negarse a pasar a un vagón de tercera clase. A par-
3. Tomada de MAHATMA GANDHI, «Mi vida es mi mensaje». Escritos sobre
Dios, la verdad y la no violencia, Sal Terrae, Santander 2003, pp.
11-14. [Nota de los traductores].
9
6. tir de entonces decide dedicar todas sus energías a
luchar contra el racismo y la injusticia.
1904 Funda un semanario: Iridian Opinión.
- Compra cuatro hectáreas junto a Durban y funda
la Granja Phoenix, su primer ashram.
1906 11 de septiembre. En una manifestación en
Johannesburgo, pronuncia un encendido discurso
con el que exhorta a miles de indios a desobedecer
las leyes racistas.
- Hace voto de castidad.
- Publica Hind Swaraj [«Autogobierno de la
India»], donde aboga por la independencia de la
India y la vuelta a la vida en las aldeas.
1908 10 de enero. Sufre el primer arresto y la primera noche
en prisión, en Johannesburgo; adopta el término
satyagraha y anima a los indios a quemar las tarjetas
de registro.
1909 Empieza a mantener correspondencia con Tolstoi.
7970 Compra cuarenta y cinco hectáreas cerca de
Johannesburgo y establece la Granja Tolstoi, su segundo
ashram.
1913 Encabeza la gran marcha de Newcastle a Volksrust
y es arrestado.
1914 Negocia el proyecto de Ley para el socorro a los indios
con el gobierno sudafricano.
- 18 de julio. Abandona Sudáfrica y visita Inglaterra.
7975 9 de enero. Regresa a la India.
7976 Establece el Ashram «Satyagraha» cerca de
Ahmedabad; viaja por toda la India.
7977 Empieza la campaña en Champarán a favor de los
campesinos pobres; atrae la atención nacional.
10
1918 Dirige la huelga de trabajadores textiles en
Ahmedabad.
7979 6 de abril. Convoca una huelga nacional, un día de
oración y ayuno; la India queda paralizada.
- 13 de abril. Los soldados británicos asesinan a
379 personas que se manifestaban pacíficamente en
Amritsar.
- Funda dos semanarios: Navajivan y Young India.
1920 Reorganiza el Partido Indio del Congreso, lanza la
Campaña Satyagraha, y el movimiento por la independencia
empieza de nuevo.
7922 Suspende la campaña de desobediencia civil, debido
a la violencia, pero es arrestado.
- 18 de marzo. En el «Gran Juicio» es condenado a
seis años de cárcel.
7924 5 de febrero. Es excarcelado, debido a su delicado
estado de salud.
- Hace un ayuno de veintiún días por la unidad entre
hindúes y musulmanes.
7926 Empieza a escribir su Autobiografía: la historia de
mis experimentos con la verdad.
1930 12 de marzo -6 de abril. Lleva a cabo la Marcha de
la Sal desde Sabarmati hasta Dandi; lanza una nueva
Campaña Satyagraha.
- 4 de mayo. Es detenido y encarcelado.
7937 Agosto-diciembre. Participa en la Conferencia de la
Mesa Redonda en Londres.
7932 4 de enero. Es detenido y encarcelado una semana
después de volver de Inglaterra.
- 20 de septiembre. Empieza un ayuno hasta la
muerte para poner fin a la «intocabilidad».
11
7. 1933 Mayo. Es puesto en libertad después de haber empezado
otro ayuno de veintiún días.
- Deja el Ashram de Sabarmati y se traslada a
Wardha; empieza un recorrido por toda la India;
funda un semanario: Harijan.
1935 Construye «Sevagram», o aldea modelo, en Wardha.
1942 8 de agosto. Hace un nuevo llamamiento a la desobediencia
civil contra la dominación británica.
-9 de agosto. Es detenido y encarcelado.
1944 22 de febrero. Kasturbai muere en la cárcel con
Gandhi a su lado.
- El 6 de mayo es puesto en libertad.
1946 Agosto. Empieza una marcha pacifista de seis meses
por la región de Noakhali, desgarrada por la
guerra.
1947 15 de agosto. La India consigue la independencia;
Gandhi ora y ayuna por la unidad y la no violencia.
- 1 de septiembre. Empieza un «ayuno hasta la
muerte» para poner fin a los violentos disturbios y
matanzas en Calcuta. Tres días después, cuando termina
la violencia, Gandhi interrumpe el ayuno.
1948 13 de enero. Empieza un ayuno hasta la muerte para
detener la violencia en Delhi.
- 30 de enero. A la edad de 79 años, Mohandas
Gandhi es asesinado en Delhi cuando se dirige a la
oración de la tarde.
12
Al lector
Me gustaría decirle al diligente lector de mis escritos, y a
quienes estén interesados en ellos, que no me preocupa en
absoluto parecer coherente. En mi búsqueda de la Verdad
he descartado muchas ideas y aprendido muchas cosas
nuevas. Pese a mi avanzada edad, no tengo la sensación de
haber dejado de crecer interiormente, ni de que mi crecimiento
vaya a detenerse con la disolución de la carne. Lo
que me preocupa es mi disposición a obedecer a la llamada
de la Verdad, que es mi Dios, en todo momento; por
tanto, cuando alguien encuentre alguna incoherencia entre
dos escritos míos que traten el mismo tema, si aún tiene fe
en mi sensatez, hará bien en elegir el último de los dos.
- Harijan, 29 de abril de 1933
13
8. 1
Mi búsqueda
« ^
No soy más que un buscador de la Verdad. Estoy convencido
de haber encontrado un camino que me conduce a
ella y afirmo que me estoy esforzando incesantemente por
encontrarla, pero reconozco que aún no la he encontrado.
Hallar la Verdad completamente es lograr la realización
personal y el cumplimiento del propio destino, es decir,
llegar a ser perfecto. Soy dolorosamente consciente de mis
imperfecciones, y en este conocimiento reside toda la
fuerza de que dispongo, porque es raro que un ser humano
conozca sus limitaciones.
- Young India, 17 de noviembre de 1921
Si fuera perfecto, las desgracias de mi prójimo no tendrían
que afectarme tanto. Si fuera perfecto, tendría que
analizarlas, prescribiría un remedio e impondría su aplicación
por la fuerza de la Verdad incuestionable que habría
en mí. Pero por el momento sólo veo las cosas como a través
de un espejo, borrosamente, y sólo puedo convencer a
los demás, por tanto, a través de un lento y laborioso proceso;
pero no siempre lo consigo. Así las cosas, ni siquie-
15
9. ra sería humano si, conociendo la miseria evitable que llena
el país y viendo a tantas personas que son como esqueletos
bajo la sombra del Señor del Universo, no sufriera yo
mismo con y por los millones de indios sin voz.
- Young India, 17 de noviembre de 1921
No soy más que una pobre alma luchadora que ansia ser
completamente buena -totalmente veraz y totalmente no
violenta en sus pensamientos, palabras y obras-, pero que
nunca consigue alcanzar el ideal que sabe que es verdadero.
Es una subida penosa, pero el dolor que me produce es
un placer positivo para mí. Cada paso que doy hacia la cima
hace que me sienta más fuerte y más capaz de dar el
siguiente.
- Young India, 9 de abril de 1925
Conozco el camino. Es recto y estrecho. Es como el filo de
una espada. Me alegra caminar por él, y lloro cuando cometo
un error. Dios dice: «Quien se esfuerza nunca perece
». Yo creo implícitamente en esta promesa. Por eso, aun
cuando por mi debilidad caigo mil veces, no pierdo la fe,
sino que espero ver la Luz cuando la carne haya sido sometida
perfectamente, lo cual sucederá sin duda algún día.
- Young India, 17 de junio de 1926
Yo no he visto ni he conocido a Dios. He hecho mía la fe
que el mundo tiene en él; y como mi fe es indestructible,
la considero como si fuera una experiencia. No obstante,
como podría afirmarse que definir la fe como experiencia
16
es manipular la Verdad, tal vez sea más correcto decir que
no tengo palabras para caracterizar mi creencia en Dios.
- Autobiography (1948), p. 341
Afirmo que creo en la verdad desde mi infancia. La verdad
era lo más natural para mí. En mi oración busqué y encontré
la reveladora máxima de que «La Verdad es Dios»,
en lugar de la habitual «Dios es Verdad». Dicha máxima
me permite ver a Dios cara a cara, por decirlo así. Siento
que El llena todas las fibras de mi ser.
- Harijan, 9 de agosto de 1942
La No-violencia es mi Dios, y la Verdad es mi Dios.
Cuando busco la No-violencia, la Verdad dice: «Encuéntrala
a través de mí». Cuando busco la Verdad, la No-violencia
dice: «Encuéntrala a través de mí».
- Young India, 4 de junio de 1925
Para ver cara a cara al Espíritu universal y omnipresente
de la Verdad, tenemos que ser capaces de amar a la más
pequeña de las criaturas como a nosotros mismos. Y una
persona que aspira a ello no puede permanecer fuera de
ningún campo de la vida. Por esta razón, mi devoción a la
Verdad me llevó al terreno de la política; y puedo decir sin
la menor vacilación, a la vez que con toda humildad, que
quienes afirman que la religión no tiene nada que ver con
la política no saben lo que significa la religión.
- Autobiography (1948), p. 615
17
10. Estoy esforzándome por ver a Dios mediante el servicio a
la humanidad, pues sé que Dios no está en el cielo ni en el
infierno, sino en todas y cada una de las personas.
- Autobiography (1948), p. 615
No deseo un reino de la tierra perecedero. Me esfuerzo
por llegar al Reino de los cielos, que es la salvación [moks-ha*].
Para alcanzar mi meta no tengo necesidad de buscar
el refugio de una cueva. Un troglodita puede hacer castillos
en el aire, mientras que quien vive en un palacio, como
Janaka*, no tiene necesidad de construir castillos. El
cavernícola que vuela por el mundo sobre las alas del pensamiento
no tiene paz. Una persona como Janaka, aunque
viva en medio de la «pompa y circunstancia», puede tener
una paz que sobrepase todo conocimiento. En mi opinión,
el camino hacia la salvación pasa por el trabajo incesante
al servicio de mi país y, a través de él, a toda la humanidad.
Quiero identificarme con todos los seres vivos.
- Young India, 3 de abril de 1924
No quiero hacer realidad la fraternidad o identidad sólo
con las criaturas llamadas humanas, sino que deseo alcanzar
la identificación con todos los seres vivos, incluso con
las criaturas que se arrastran sobre la tierra, como las serpientes.
Deseo -y espero que no os escandalicéis por ello-identificarme
incluso con las serpientes que se arrastran
sobre la tierra, pues afirmamos que provenimos del mismo
Dios, y por eso toda vida, cualquiera que sea la forma en
que aparezca, tiene que ser esencialmente una.
- Young India, 4 de abril de ¡929
18
Ni existe el «gandhismo» ni quiero dejar tras de mí ninguna
secta. No tengo pretensión alguna de ser el origen de
ninguna nueva doctrina. Sencillamente, he tratado de aplicar,
a mi manera, las verdades eternas a los problemas de
nuestra vida cotidiana. La verdad y la no violencia son tan
antiguas como las colinas. Lo único que yo he hecho ha sido
experimentar con ambas en una escala tan vasta como
me ha sido posible. Al hacerlo, a veces me he equivocado
y he aprendido de mis errores. De este modo, la vida y sus
problemas se han convertido para mí en otras tantas ocasiones
para poner en práctica la verdad y la no violencia.
- Young India, 28 de marzo de 1936
Mi fe en la verdad y en la no violencia se acrecienta cada
vez más, y como siempre trato de seguirlas en mi vida,
también yo crezco en todo momento. Veo nuevas implicaciones
sobre ellas. Las veo bajo una luz más nueva cada
día y descubro en ellas un significado más nuevo.
- Harijan, 2 de marzo de 1940
19
11. 2
Dios es
<*&
Hay un indefinible y misterioso Poder que lo llena todo.
Yo lo siento, aunque no lo veo. Este Poder invisible se hace
sentir por sí mismo y, sin embargo, se resiste a toda demostración,
porque es totalmente diferente de lo que percibo
a través de mis sentidos. Este Poder trasciende los
sentidos.
Con todo, es posible razonar acerca de la existencia de
Dios hasta cierto punto. En la vida ordinaria, sabemos que
las personas no conocen quién gobierna, ni por qué y cómo
gobierna. Y, sin embargo, sabemos que existe un poder
que ciertamente gobierna. En mi viaje del año pasado a
Mysore visité a muchos aldeanos pobres y descubrí, después
de preguntar, que no sabían quién gobernaba Mysore.
Simplemente, decían que algún dios gobernaba. Si el conocimiento
de aquellas pobres personas acerca de su soberano
era tan limitado, yo -que, en relación con Dios, soy
infinitamente menor que ellas con respecto a su soberano-no
tengo que sorprenderme si no experimento la presencia
de Dios, el Rey de reyes. No obstante, siento, como los pobres
aldeanos de Mysore, que hay un orden en el universo,
que hay una Ley inalterable que gobierna todas las co-
20
sas y a todos los seres que existen o viven. No es una ley
ciega, pues ninguna ley ciega puede gobernar la conducta
de los seres vivos, y, gracias a las maravillosas investigaciones
de Sir J.C. Bose, ahora se puede demostrar que incluso
la materia es vida. Así pues, esa Ley que gobierna
toda vida es Dios. La Ley y el Legislador son uno. Yo no
puedo negar la existencia de la Ley o del Legislador, porque
es muy poco lo que conozco sobre Ella o sobre Él. Del
mismo modo que mi negación o ignorancia de la existencia
de un poder terreno no me servirá de nada, tampoco mi
negación de Dios y de su Ley me liberará de su acción. Por
otro lado, la humilde y silenciosa aceptación de la autoridad
divina hace más fácil el camino de la vida, al igual que
la aceptación de un gobernante terreno facilita la vida bajo
su régimen.
Percibo débilmente que, mientras todo a mi alrededor
cambia de continuo e incluso muere, en todo este cambio
subyace un Poder vivo que es inmutable, que lo mantiene
todo unido, que crea, disuelve y re-crea. Ese Poder o Espíritu
que da vida a todo es Dios. Y como ninguna otra cosa
de las que veo únicamente a través de los sentidos puede
persistir ni persistirá, sólo Dios es.
Y este Poder ¿es benigno o es maligno? Yo lo considero
exclusivamente benigno, pues puedo ver que en medio
de la muerte persiste la vida; en medio de la mentira persiste
la verdad; en medio de la oscuridad persiste la luz.
De ahí deduzco que Dios es Vida, Verdad, Luz. Dios es
Amor. Es el sumo Bien.
Pero Dios no se limita a satisfacer el intelecto. Para ser
Dios, tiene que reinar en el corazón y transformarlo. Dios
tiene que expresarse incluso en el acto más pequeño del
21
12. creyente. Y esto sólo es posible a través de una toma de
conciencia concreta más real que la que los cinco sentidos
puedan ofrecer jamás. Las percepciones de los sentidos
pueden ser, y son a menudo, falsas y engañosas, por muy
reales que puedan parecemos. Cuando se produce una toma
de conciencia fuera de los sentidos, es infalible. Se demuestra,
no por una prueba extraña, sino en la transformación
de la conducta y el carácter de quienes han sentido
la presencia real de Dios dentro de sí.
Este testimonio se encuentra en las experiencias de una
línea ininterrumpida de profetas y sabios en todos los países
y climas. Rechazar esta evidencia es negarse a sí mismo.
Esta toma de conciencia está precedida por una fe inamovible.
Si alguien quiere tener en sí mismo la experiencia
de la presencia de Dios, sólo podrá lograrlo con una fe
viva. Y, dado que la fe no se puede demostrar con pruebas
extrañas, el proceso más seguro es creer en el gobierno
moral del mundo y, por consiguiente, en la supremacía de
la ley moral, la ley de la Verdad y del Amor. El ejercicio
de la fe será más seguro cuando haya una clara determinación
de rechazar sumariamente todo lo que es contrario
a la Verdad y al Amor.
No puedo explicar la existencia del mal con ningún
método racional. Si quisiera hacerlo, pretendería ser igual
a Dios. Por eso soy lo bastante humilde para reconocer el
mal como tal. Y afirmo que Dios es magnánimo y paciente
precisamente porque permite el mal en el mundo. Sé
que no hay mal en Él; y, sin embargo, si el mal existe, El
es el autor del mal, aun cuando no esté afectado por él.
Sé que nunca conoceré a Dios si no lucho contra el
mal, incluso a costa de mi vida. Esta creencia se ve forta-
22
lecida por mi humilde y limitada experiencia. Cuanto más
puro trato de ser, tanto más cerca me siento de Dios. ¡Y estaré
mucho más cerca cuando mi fe no sea una mera apología,
como hoy, sino que haya llegado a ser tan inamovible
como el Himalaya y tan blanca y brillante como la nieve
de sus cumbres! Mientras tanto, invito a mi corresponsal
a orar con Newman, que cantó desde la experiencia:
«Guíame, Luz bondadosa,
en medio de la oscuridad que me rodea;
guíame Tú.
La noche es oscura y estoy lejos de mi hogar;
guíame Tú.
Cuida mis pies, no pido ver muy lejos;
un paso es suficiente para mí».
- Young India, 11 de octubre de 1928
23
13. 3
Sólo Dios es
« ^
Dios es para mí Verdad y Amor. Dios es ética y moral. Dios
es intrepidez. Dios es la fuente de la Luz y de la Vida y, sin
embargo, está por encima y más allá de todo esto. Dios es
conciencia. Dios es incluso el ateísmo de los ateos. Dios
trasciende el lenguaje y la razón. Es un Dios personal para
quienes necesitan su presencia personal. Dios toma cuerpo
para quienes tienen necesidad de palparlo. Dios es la más
pura esencialidad. Dios, simplemente, es para quienes tienen
fe. Él es todo para todos. Dios está en nosotros, pero
también por encima y más allá de nosotros. Podremos desterrar
la palabra «Dios» del Congreso, pero no tenemos poder
para desterrar Su realidad. Ciertamente, la conciencia
no es más que una pobre y laboriosa paráfrasis de la sencilla
combinación de las cuatro letras que forman la palabra
Dios. Él no puede dejar de ser Dios por el hecho de que se
comentan en Su nombre inmoralidades abominables o brutalidades
inhumanas. Dios es magnánimo y paciente, pero
también es terrible. Es el personaje más exigente de este
mundo y del mundo venidero. Nos mide con la medida con
que nosotros medimos a los demás -hombres y animales-.
Con Él, la ignorancia no sirve de excusa. Y, con todo, Dios
siempre perdona, porque siempre nos da la posibilidad de
24
arrepentimos. Dios es el mayor demócrata que el mundo
haya conocido, pues nos deja «sin trabas» para elegir entre
el bien y el mal. Y es también el mayor tirano jamás conocido,
porque con frecuencia nos quita la copa de los labios
y, so capa de libre albedrío, nos deja un margen tan completamente
inadecuado que ello sólo le proporciona regocijo
a costa nuestra. Por esta razón el hinduismo afirma que
todo es un juego -Lila*- de Dios o una ilusión -Maya*-.
Nosotros no somos, sólo Él es. Y si nosotros queremos ser,
tenemos que cantar eternamente Su alabanza y hacer Su
voluntad. Dancemos al son de Su bansi* -flauta-, y todo
estará bien.
- Young India, 5 de marzo de 1925
Advaitismo y Dios
[En respuesta a las preguntas de un amigo, Gandhi escribió:]
Soy advaitista* y, sin embargo, puedo sostener el dvaitis-mo
(dualismo). El mundo cambia continuamente y es, por
lo tanto, irreal; no tiene existencia permanente. Ahora
bien, aun cuando está cambiando constantemente, hay en
él algo que persiste y, por consiguiente, hasta cierto punto
es real. Por ello no pongo objeciones a quienes afirman
que el mundo es real e irreal, ni al hecho de que, en consecuencia,
algunos digan que soy un anekantavadi* o un
syadvadf. Ahora bien, mi syadvada* no es el syadvada de
los letrados, sino que es exclusivamente mío. Pero no voy
a debatir con ellos. Mi experiencia me permite afirmar que
soy siempre veraz desde mi punto de vista, y que muchas
veces estoy equivocado desde el punto de vista de mis crí-
25
14. ticos sinceros. Yo sé que tanto ellos como yo tenemos razón
desde nuestros respectivos puntos de vista. Y este conocimiento
me libra de atribuir prejuicios a mis adversarios
o críticos. Los siete ciegos que hicieron siete descripciones
diferentes del elefante tenían razón desde sus respectivos
puntos de vista; cada uno de ellos estaba equivocado desde
el punto de vista de los demás, y todos ellos tenían razón y
a la vez estaban equivocados desde el punto de vista del
hombre que conocía al elefante. Me complace sobremanera
esta doctrina de la multiplicidad de la realidad. Esta doctrina
me ha enseñado a juzgar al musulmán desde su punto
de vista, y al cristiano desde la perspectiva cristiana.
Antes solía criticar la ignorancia de mis adversarios. Hoy
puedo amarlos, porque he recibido el don de una mirada
que me permite verme como me ven los demás, y viceversa.
Quiero acoger a todo el mundo en el abrazo de mi amor.
Mi anekantavada" es el resultado de las doctrinas gemelas
del satyagraháh y de la no violencia.
Hablo de Dios exactamente como creo que El es. Y
creo que es tanto creador como no creador. Este es también
el resultado de mi aceptación de la doctrina de la multiplicidad
de la realidad. Desde la perspectiva de los jaina
pruebo el aspecto no creador de Dios, y desde la de
Ramanuja* el aspecto creador. De hecho, todos nosotros
pensamos acerca de lo Impensable, describimos lo
indescriptible, tratamos de conocer lo Desconocido, y por
esta razón nuestro discurso fracasa, es inadecuado y, a menudo,
incluso contradictorio. Por este motivo los Veda*
describen a Brahmán* como «no esto», «no esto». Ahora
bien, si Él o Ello es «no esto», El o Ello es. Si nosotros
existimos, si nuestros padres y los padres de nuestros pa-
26
dres han existido, entonces es apropiado creer en el
Progenitor de toda la creación. Si Dios no existe, nosotros
no estamos en ninguna parte. Y por esta razón todos nosotros
con una sola voz llamamos al único Dios de manera
diferente, como Paramatma*, Ishwara*, Shiva*, Visnú*,
Rama*, Alá*, Khuda*, Dada Hormazda*, Yahvé*, Dios y
una infinita variedad de nombres. Dios es uno y, no obstante,
muchos; Dios es menor que un átomo y mayor que
el Himalaya. Dios está contenido incluso en una gota del
océano y, sin embargo, ni siquiera los siete mares pueden
abarcarlo. La razón no puede conocer a Dios, que está más
allá de su alcance. Pero no hace falta que insista en esta
idea. La fe es esencial en esta cuestión. Mi lógica puede
formular y refutar innumerables hipótesis. Un ateo podría
rebatir todos mis argumentos en un debate. Pero mi fe
avanza mucho más deprisa que mi razón, hasta el punto de
que puedo lanzar un desafío al mundo entero y decir:
«Dios es, ha sido y será siempre».
No obstante, quienes quieran negar Su existencia pueden
hacerlo libremente. Dios es misericordioso y compasivo.
Dios no es un rey terreno que necesite un ejército para
obligarnos a aceptar Su dominio. Dios nos permite ser
libres, y, sin embargo, Su compasión nos exige obediencia
a Su voluntad. Pero si alguno de nosotros se niega a inclinarse
ante Su voluntad, Él dice: «De acuerdo. Mi sol no
brillará menos para ti, mis nubes no lloverán menos para
ti. No necesito obligarte a aceptar mi señorío». Que el ignorante
discuta sobre la existencia de Dios. Como millones
de personas sabias, yo creo en Dios y nunca me he
cansado de inclinarme ante Él y de cantar Su gloria.
- Young India, 21 de enero de 1926
27
15. 4
La Verdad es Dios
[En respuesta a una pregunta que le hicieron en un encuentro
en Suiza, cuando regresaba de la Conferencia de la Mesa
Redonda, Gandhi dijo:]
Me ha preguntado usted por qué considero que Dios es
Verdad. Siendo muy joven, me enseñaron a repetir lo que
en las Escrituras hindúes se conoce corno «los mil nombres
de Dios». Pero estos mil nombres no son exhaustivos
en modo alguno. Nosotros creemos -y yo pienso que es
verdad- que Dios tiene tantos nombres como criaturas
existen. Por eso también decimos que Él no tiene nombre.
Y así como Dios tiene muchas formas, también consideramos
que no tiene forma alguna; y del mismo modo que
Dios nos habla a través de muchas lenguas, también consideramos
que no habla; y así sucesivamente. De hecho,
cuando empecé a estudiar el islam*, descubrí que también
el islam tiene muchos nombres para llamar a Dios. Con los
que dicen «Dios es Amor», yo digo que Dios es Amor.
Pero en lo más hondo de mi ser afirmo que, aunque Dios
sea Amor, por encima de todo Dios es Verdad. Yo había
llegado a la conclusión de que la descripción más plena de
Dios que los seres humanos pueden alcanzar es: «Dios es
Verdad». Pero hace dos años di un paso más y dije que la
28
Verdad es Dios. Hay una sutil distinción entre ambas afirmaciones:
«Dios es Verdad» y «La Verdad es Dios». Llegué
a esta conclusión después de una búsqueda continua e
incesante de la Verdad que empezó hace aproximadamente
cincuenta años. Más tarde descubrí que lo que más nos
acerca a la Verdad es el amor. Pero también comprendí que
la palabra «amor» tiene muchos significados, y que el
amor humano, entendido como pasión, puede convertirse
en algo degradante. También percibí que el amor, entendido
como no violencia, tenía pocos partidarios en el mundo.
Pero nunca descubrí un doble sentido en relación con
la verdad, y ni siquiera los ateos ponen objeciones a la necesidad
del poder de la verdad. Sin embargo, en su pasión
por descubrir la verdad, los ateos no dudan en negar la
existencia misma de Dios -lo cual es una consecuencia lógica,
desde su punto de vista-. Debido a este razonamiento,
comprendí que, en lugar de decir «Dios es Verdad»,
tengo que decir «La Verdad es Dios». Recuerdo que Charles
Bradlaugh se complacía en llamarse ateo, pero yo, que
conocía algo de su personalidad, nunca habría afirmado
que él era un ateo. Más bien lo habría llamado «hombre temeroso
de Dios», aun cuando sé que él habría rechazado
mi pretensión. Se habría sonrojado si yo le hubiera dicho:
«Señor Bradlaugh, usted es un hombre amante de la verdad,
no un hombre temeroso de Dios». Y yo habría refutado
automáticamente su crítica diciendo que la Verdad es
Dios, del mismo modo que he rebatido las críticas de muchos
jóvenes. A ello hay que añadir la gran dificultad que
supone el hecho de que, en nombre de Dios, millones de
personas hayan cometido atrocidades indescriptibles.
También es cierto que con frecuencia los hombres de cien-
29
16. cia cometen atrocidades en nombre de la verdad. Sé que
en nombre de la verdad y de la ciencia se perpetran crueldades
inhumanas con animales, cuando los hombres los
viviseccionan. Así pues, hay una serie de dificultades en el
camino, cualquiera que sea la descripción que se haga de
Dios. Pero la mente humana es limitada, y tenemos que
trabajar en medio de limitaciones cuando reflexionamos
sobre un ser o una entidad que excede la capacidad de
comprensión del ser humano.
Ahora bien, no podemos olvidar que, según la filosofía
hindú, sólo Dios es, y no existe nada más. Y esta misma
verdad se encuentra subrayada y ejemplificada en el kal-mcf
del islam, que afirma claramente que sólo Dios es y
que no existe nada más. De hecho, la palabra sánscrita traducida
por Verdad es Saf que significa, literalmente, «lo
que existe». Por estas y otras muchas razones que puedo
dar, he llegado a la conclusión de que la definición «la
Verdad es Dios» es la que más me satisface. Y si queremos
encontrar la Verdad como Dios, el único medio inevitable
es el Amor, es decir, la no violencia. Y como creo que, en
última instancia, los medios y el fin son términos intercambiables,
no dudo en decir que Dios es Amor.
«Entonces, ¿qué es la Verdad?».
Ésta es una pregunta difícil, pero yo me la he respondido
afirmando que es lo que nos dice la voz interior.
Entonces -podríamos preguntar-, ¿cómo se explica que
diferentes personas conciban verdades diferentes y hasta
contrarias? Pues bien, si tenemos en cuenta que la mente
humana opera a través de innumerables medios, y que la
evolución de la mente humana no es la misma para todos,
se sigue que aquello que puede ser verdad para uno puede
30
ser mentira para otro; y por ello quienes han hecho estos
experimentos han llegado a la conclusión de que hay ciertas
condiciones que se han de observar al hacer tales experimentos.
Del mismo modo que para realizar experimentos
científicos hay que adquirir los conocimientos
científicos indispensables, así también quien quiera estar
cualificado para hacer experimentos en el ámbito espiritual
tiene que someterse a una estricta disciplina preliminar.
Así pues, cada cual ha de percatarse de sus limitaciones
antes de hablar de su Voz Interior. Por ello nosotros
creemos, basándonos en la experiencia, que quienes emprendan
individualmente la búsqueda de la Verdad como
Dios tienen que hacer varios votos como, por ejemplo, el
voto de la verdad, el voto de brahmacharya* (pureza)
-pues no resulta posible compartir el amor a la Verdad y a
Dios con ninguna otra cosa-, el voto de no violencia, el de
pobreza y el de no posesión. Quien no se imponga estos
cinco votos, no podrá iniciar en modo alguno el experimento.
Hay otras condiciones necesarias, pero no es preciso
que las exponga todas. Baste decir que quienes han
hecho estos experimentos saben que no conviene que nadie
afirme que escucha la voz de la conciencia. Y precisamente
porque hoy todos apelan al derecho de conciencia
sin pasar por ninguna disciplina, y se transmiten tantas
mentiras a un mundo desconcertado, todo lo que puedo
asegurar con absoluta humildad es que la verdad no puede
encontrarla quien no tenga un abundante sentido de humildad.
Quien quiera nadar en el seno del océano de la
Verdad tiene que reducirse a la nada. Ahora bien, en este
fascinante camino no puedo avanzar más.
- Yoimg India. 31 de diciembre de 1931
31
17. 5
Dios es Amor
«^»
Los científicos nos dicen que sin la presencia de la fuerza
de cohesión entre los átomos que forman nuestro mundo,
éste se desharía en pedazos y nosotros dejaríamos de existir;
y del mismo modo que hay fuerza de cohesión en la
materia ciega, así también tiene que haberla en todas las
cosas animadas. Ahora bien, el nombre de esa fuerza de
cohesión entre los seres animados es el Amor. Lo percibimos
entre padre e hijo, entre hermano y hermana, entre
dos amigos. Pero tenemos que aprender a usar esta fuerza
en medio de todos los seres vivos; y en usarla consiste
nuestro conocimiento de Dios. Donde hay amor, hay vida;
el odio conduce a la destrucción.
- Young India, 5 de mayo de 1920
Aunque hay bastante repulsión en la Naturaleza, ésta vive
gracias a la atracción. El amor mutuo hace posible que la
Naturaleza subsista. El ser humano no vive por la destrucción.
El amor a nosotros mismos nos obliga a respetar a
los demás. Las naciones se asocian porque hay un respeto
32
mutuo entre los individuos que las forman. Algún día tendremos
que extender la ley nacional al universo, del mismo
modo que hemos extendido la ley familiar para formar
naciones -que constituyen una gran familia.
- Young India, 2 de marzo de 1922
He descubierto que la vida persiste en medio de la destrucción;
por consiguiente, tiene que haber una ley superior
a la de la destrucción. Sólo esta ley posibilita la existencia
de una sociedad bien ordenada y hace que la vida
sea digna de ser vivida. Ahora bien, si ésta es la ley de la
vida, tenemos que cumplirla en nuestra vida diaria. Allí
donde haya un conflicto, allí donde nos encontremos frente
a un adversario, tenemos que vencerlo con amor. De esta
manera rudimentaria he puesto yo en práctica esta ley
en mi vida. Lo cual no significa que haya resuelto todas
mis dificultades. Pero sí he descubierto que esta ley del
amor ha conseguido lo que nunca había alcanzado la ley
de la destrucción.
- Young India, 1 de octubre de 1931
Creo que la suma total de la energía de la humanidad no tiene
que abatirnos, sino elevarnos, y éste es el resultado del
funcionamiento concreto, aunque inconsciente, de la ley
del amor. El hecho de que la humanidad persista muestra
que la fuerza de cohesión es mayor que la fuerza de repulsión,
que la fuerza centrípeta es mayor que la centrífuga.
- Young India, 12 de noviembre de 1931
33
18. Si el amor o la no violencia no es la ley de nuestro ser [...],
no podremos evitar un recrudecimiento periódico de la
guerra, y cada guerra superará a la anterior en ferocidad.
- Young India, 26 de septiembre de 1936
Todos los maestros de la historia han predicado la ley [del
amor o de la no violencia] con más o menos vigor. Si el
amor no fuera la ley de la vida, ésta no habría persistido
en medio de la muerte. La vida es un triunfo perpetuo sobre
la tumba. Si hay una distinción fundamental entre el
hombre y el animal, es el reconocimiento progresivo, por
parte del primero, de la mencionada ley y de su aplicación
en la práctica a su vida personal. Todos los santos del
mundo, antiguos y modernos, han sido, según sus respectivas
luces y capacidad, un ejemplo vivo de esa ley suprema
de nuestro ser. Es muy cierto que muchas veces parece
que el animal que hay en nosotros consigue triunfar fácilmente.
No obstante, esto no refuta la ley, sino que
muestra lo difícil que resulta ponerla en práctica. ¿Acaso
podría ser de otra forma con una ley que es tan alta como
la misma verdad? Cuando la práctica de la ley sea universal,
Dios reinará sobre la tierra como reina en el cielo. No
es preciso recordar que la tierra y el cielo están en nosotros.
Conocemos la tierra, pero desconocemos el cielo que
hay dentro de nosotros. Si se reconoce que algunas personas
pueden poner en práctica el amor, sería una arrogancia
no admitir siquiera la posibilidad de que todos puedan ponerlo
en práctica. Algunos antepasados nuestros no muy
lejanos fueron caníbales y ejercieron otras muchas prácti-
34
cas que nosotros hoy calificaríamos de abominables. Es
indudable que también en aquellos días hubo personas
que, como Dick Sheppard, fueron objeto de burla y que
posiblemente fueron castigadas públicamente por predicar
la (para aquéllos) extraña doctrina de negarse a comer carne
humana.
- Young India, 26 de septiembre de 1936
[De una carta privada (fechada el 1 de junio de 1942)]
Dios no es un Poder que resida en las nubes. Dios es un
Poder invisible que reside dentro de nosotros y está más
próximo a nosotros que las uñas a la carne. Hay muchos
poderes que están ocultos en nuestro interior, y los descubrimos
si nos esforzamos constantemente. Del mismo modo,
podemos encontrar este Supremo Poder si buscamos
diligentemente con la firme determinación de encontrarlo.
Un camino para encontrarlo es el de la no violencia. Es tan
necesario porque Dios está en todos y cada uno de nosotros,
y por eso tenemos que identificarnos con todos los
seres humanos sin excepción. En el lenguaje científico, esto
se llama cohesión o atracción. En el lenguaje popular,
se llama amor. El amor nos une entre nosotros y con Dios.
La no violencia y el amor son una sola cosa.
- Harijan, 28 de marzo de 1953
35
19. 6
Dios es Verdad, Conocimiento
y Felicidad
La palabra Satya* (Verdad) se deriva de Sat*, que significa
«ser». En realidad, nada es ni existe, excepto la Verdad.
Por ello, Sat o Verdad es quizás el nombre más importante
de Dios. De hecho, es más correcto decir que la Verdad
es Dios que decir que Dios es Verdad. Ahora bien, así como
no podemos vivir sin un gobernante o un general, hay
nombres de Dios, como «Rey de reyes» o «Todopoderoso
», que se usan y se seguirán usando normalmente. Con
todo, si lo pensamos más detenidamente, comprenderemos
que Sat o Satya es el único nombre correcto y plenamente
significativo de Dios.
Y donde hay Verdad también hay un conocimiento que
es verdadero. Donde no hay Verdad no puede haber conocimiento
verdadero. Por esta razón la palabra Chit* o Conocimiento
se asocia al nombre de Dios. Y donde hay verdadero
Conocimiento hay siempre Felicidad (Ananda*) y no
cabe el dolor. Y del mismo modo que la Verdad es eterna,
también lo es la Felicidad que se deriva de ella. Por eso conocemos
a Dios como Sat-Chit-Ananda, Aquel que auna en
Sí mismo la Verdad, el Conocimiento y la Felicidad.
La entrega a esta Verdad es la única justificación de
nuestra existencia. Todas nuestras actividades tienen que
36
estar centradas en la Verdad. La Verdad tiene que ser el
aliento mismo de nuestra vida. Una vez que se alcanza este
estado en el avance del peregrino, todas las demás normas
de la vida buena vendrán sin esfuerzo, y la obediencia
a ellas será instintiva. Pero sin la Verdad sería imposible
observar ningún principio o norma en la vida.
En términos generales, se entiende que la observancia
de la ley de la Verdad significa únicamente que tenemos
que decir la verdad. Pero en el ashram* tenemos que entender
la palabra Satya o Verdad en un sentido mucho más
amplio. Tiene que haber Verdad en el pensamiento, Verdad
en la palabra y Verdad en la acción. A la persona que ha
comprendido esta Verdad en su plenitud ya no le queda nada
más por conocer, porque en ella está necesariamente incluido
todo conocimiento. Lo que no está incluido en ella
no es Verdad y, por tanto, no es verdadero conocimiento;
y no puede haber paz interior sin verdadero conocimiento.
Si aprendemos cómo aplicar este test de la Verdad que
nunca falla, seremos de inmediato capaces de descubrir lo
que merece la pena hacer, lo que merece la pena ver, lo
que merece la pena leer.
Ahora bien, ¿cómo se puede comprender esta Verdad
que es comparable con la piedra filosofal o con la vaca de
la abundancia? Por medio de la devoción sincera (abhya-sa*)
y la indiferencia respecto de todos los demás intereses
de la vida (vairagya*), responde el Bhagavad Gita*.
No obstante, a pesar de esa devoción, a menudo lo que para
una persona puede parecer verdad parece mentira para
otra. Mas quien busca no tiene que preocuparse por ello.
Donde se da un esfuerzo honesto, se comprenderá que las
que parecen ser verdades diferentes son como las innume-
37
20. rabies -y al parecer diferentes- hojas del mismo árbol.
¿Acaso Dios mismo no se presenta a diferentes personas
bajo diferentes aspectos? Y, sin embargo, sabemos que El
es uno. La Verdad es la correcta designación de Dios. Por
eso no tiene nada de malo que cada cual siga la Verdad según
Dios le dé a entender. De hecho, éste es el deber de todo
ser humano. Cuando se sigue de este modo la Verdad,
todos los errores que se puedan cometer se corrigen automáticamente.
Pues la búsqueda de la Verdad exige el tapas*
-el sufrimiento aceptado voluntariamente, a veces
hasta la muerte-. En ella no puede haber lugar ni siquiera
para el menor asomo de interés personal. En tal búsqueda
desinteresada de la Verdad nadie puede extraviarse durante
mucho tiempo. En cuanto se equivoca de camino, tropieza,
y de ese modo es dirigido de nuevo al recto camino.
Por eso la búsqueda de la Verdad es la verdadera
bhakti* (devoción). Es el camino que lleva a Dios, y en Él
no hay lugar para la cobardía ni para la derrota. Es el talismán
por el que la misma muerte se convierte en la puerta
de entrada a la vida eterna.
A este respecto sería bueno considerar las vidas y los
ejemplos de Harishchandra*, Prahlad*, Ramachandra*, el
imán Hasan* y el imán Husain*, los santos cristianos, etcétera.
¡Qué hermoso sería que todos nosotros, jóvenes y
ancianos, hombres y mujeres, nos entregáramos por entero
a la Verdad en todo cuanto hacemos mientras estamos
despiertos, ya sea trabajar, comer, beber o jugar, hasta que
la disolución del cuerpo nos haga uno con la Verdad! Dios
como Verdad ha sido para mí un tesoro inestimable. Ojalá
lo sea también para todos y cada uno de vosotros.
- From Yeravda Mandir (1945), cap. 1
38
7
Dios y la naturaleza
<^>
Nosotros no conocemos todas las leyes de Dios ni su funcionamiento.
El conocimiento del científico más eminente
o del maestro espiritual más importante es como una
partícula de polvo. Dios no es para mí un ser personal como
mi padre terreno, sino que es infinitamente más. Él gobierna
mi vida hasta en los detalles más minúsculos. Creo
literalmente que ni una sola hoja se mueve sin que Él lo
quiera. No podría respirar ni una sola vez más si Él no lo
permitiera.
- Harijan, 16 de febrero de 1934
Él y su Ley son una sola cosa. La ley es Dios. Todo cuanto
se atribuye a Él no es un mero atributo. Él es el atributo.
Él es Verdad, Amor y Ley y un millón de cosas más que
la inteligencia humana podría nombrar.
- Harijan, 16 de febrero de 1934
Las leyes de la Naturaleza son inmutables, invariables, y
no hay milagros -entendidos como transgresiones o inte-
39
21. rrupciones de las leyes de la Naturaleza-. Pero nosotros,
seres limitados, imaginamos toda clase de cosas e imputamos
nuestras limitaciones a Dios. Nosotros podemos imitar
a Dios, pero Él no puede imitarnos. Nosotros no podemos
dividir el Tiempo de Dios. El tiempo es para Él eternidad.
Para nosotros hay pasado, presente y futuro. ¿Y qué
es una vida humana de cien años sino una simple mota en
la eternidad del Tiempo?
- Harijan, 17 de abril de 1937
Dios no se ha reservado el derecho a revisar Sus leyes y,
por otro lado, no tiene necesidad alguna de revisarlas.
Dios es omnipotente y omnisciente. Él conoce al mismo
tiempo y sin ningún esfuerzo el pasado, el presente y el futuro.
Por consiguiente, no tiene nada que reconsiderar, nada
que revisar, nada que alterar y nada que corregir.
- Young India, 25 de noviembre de 1926
Nuestra existencia terrena es más frágil que los brazaletes
de cristal que llevan las mujeres. Es posible conservar los
brazaletes de cristal durante miles de años si se guardan en
un arca y no se permite que nadie los toque. Pero esta existencia
terrena es tan mudable que puede ser destruida en un
abrir y cerrar de ojos. Por lo tanto, mientras sigamos con vida,
liberémonos de las distinciones entre lo superior y lo inferior,
purifiquemos nuestros corazones y dispongámonos a
encontrarnos cara a cara con nuestro Hacedor si nos sorprende
un terremoto, alguna calamidad natural o la muerte.
- Harijan, 2 de febrero de 1934
40
Comparto con todo el mundo -civilizado y no civilizado-la
creencia según la cual las calamidades (como, por ejemplo,
el terremoto de Bihar de 1934) golpean a la humanidad
como castigo por sus pecados. Cuando esta convicción
viene del corazón, las personas oran, se arrepienten y
se purifican. [...] Mi conocimiento de los designios de
Dios es limitado. Tales calamidades no son un mero capricho
de la Divinidad o de la Naturaleza. Obedecen a leyes
inmutables, del mismo modo que los planetas se desplazan
obedeciendo a las leyes que gobiernan su movimiento.
Ahora bien, nosotros no conocemos las leyes que
gobiernan esos acontecimientos, y por eso los llamamos
calamidades o perturbaciones.
- Harijan, 2 de febrero de 1934
Detrás de cada calamidad hay un designio divino. Es muy
posible que la ciencia perfecta pueda un día predecir de
antemano cuándo van a tener lugar los terremotos, del
mismo modo que hoy predice los eclipses. Ello constituirá
otro triunfo de la mente humana. Pero tales triunfos,
aun cuando se multipliquen indefinidamente, no pueden
producir ninguna purificación de uno mismo, sin la cual
nada tiene ningún valor.
- Harijan, 8 de junio de 1935
Pido a quienes aprecian la necesidad de la purificación interior
que se unan en la oración para que podamos interpretar
el propósito de Dios en tales acontecimientos, para
que éstos nos hagan humildes y nos preparen para el en-
41
22. cuentro con nuestro Hacedor cuando nos llame, y para que
siempre estemos dispuestos a compartir los sufrimientos
de nuestro prójimo, quienquiera que sea.
- Harijan, 8 de junio de 1935
Tal vez no resulte agradable oír que Dios permite el mal
en este mundo. Pero si El es considerado responsable del
bien, se sigue que también tiene que ser responsable del
mal. ¿Acaso no permitió Dios a Ravana* exhibir una fuerza
sin igual? Quizá la causa raíz de la perplejidad brote de
la falta de comprensión real de lo que Dios es. Dios no es
una persona. Dios trasciende toda descripción. Es el Legislador,
la Ley y el Ejecutor. Ningún ser humano puede
arrogarse estos poderes. Si lo hiciera, sería considerado un
dictador puro y duro.
- Harijan, 24 de febrero de 1946
En un sentido estrictamente científico, Dios está en la base
del bien y del mal. El dirige el puñal del asesino lo mismo
que el bisturí del cirujano. Ahora bien, por razones humanas,
decimos que el bien y el mal son distintos e incompatibles
entre sí, como Dios y Satanás, y que sus símbolos
son las tinieblas y la luz.
- Harijan, 20 de febrero de 1937
No veo a Dios como una persona. Para mí la Verdad es
Dios, y la Ley de Dios y Dios no son cosas o hechos diferentes
-en el sentido en que lo son un rey terrenal y su
42
ley-. Porque Dios es una Idea; El mismo es la Ley. Por
consiguiente, es imposible concebir la idea de que Dios
transgrede la Ley. El no gobierna nuestras acciones y se
retira. Cuando decimos que El gobierna nuestras acciones,
simplemente estamos usando el lenguaje humano y tratando
de limitar a Dios. Por lo demás, Él y su Ley moran en
todas partes y lo gobiernan todo. Así pues, no pienso que
El responda con todo detalle a todas nuestras peticiones,
pero es indudable que gobierna nuestra acción, y yo creo
literalmente que ni una brizna de hierba crece o se mueve
sin que El lo quiera. El libre albedrío de que disfrutamos
es menor que el de un pasajero en la cubierta de un barco
atestada de gente.
«¿Experimenta usted un sentido de libertad en su comunión
con Dios?».
Sí. No me siento apretujado como lo estaría en un barco
repleto de pasajeros. Aunque sé que mi libertad es menor
que la de uno de esos pasajeros, aprecio esa libertad,
porque he asimilado por completo la enseñanza central del
Gita*, según la cual la persona es autora de su propio destino,
es decir, tiene la libertad de elegir la manera de usar
tal libertad. Pero no controla los resultados. En el momento
en que piensa que lo hace, fracasa.
- Harijan, 23 de marzo de 1940
43
23. 8
Dios como Daridranarayana*
<^>
Daridranarayana es uno de los millones de nombres que
la humanidad emplea para llamar a Dios -que es innombrable
e insondable para el conocimiento humano- y significa
Dios de los pobres, Dios que se aparece en los corazones
de los pobres.
- Young India, 4 de abril de 1929
Para los pobres lo económico es lo espiritual. No se puede
hacer ningún otro llamamiento a los millones de indigentes
que pasan hambre. Caería sobre ellos como un jarro
de agua fría. Pero si una persona les da comida, verán
en ella a su dios. Son incapaces de pensar de otra manera.
- Young India, 5 de mayo de 1927
He tocado con mis propias manos la suciedad incrustada
en sus harapos. No tiene sentido hablarles del progreso
moderno. Es un insulto tomar el nombre de Dios en vano
ante ellos. Sin embargo, a ti y a mí nos llamarán amigos si
les hablamos de Dios. Pues el Dios al que conocen, si es
44
que tienen conocimiento de él, es un Dios de terror, de
venganza, un tirano inmisericorde.
- Young India, 15 de septiembre de 1927
No me atrevo a presentarles el mensaje de Dios. Da igual
anunciar el mensaje de Dios a un perro que a esos millones
de hambrientos que no tienen brillo en sus ojos y cuyo
único Dios es el pan que ansian. El único modo de llevarles
un mensaje de Dios es ofrecerles el mensaje del trabajo,
que para ellos es sagrado. Es muy fácil hablar de
Dios mientras estamos aquí cómodamente sentados, después
de un buen desayuno y sabiendo que nos aguarda una
buena comida. Pero ¿cómo puedo hablar de Dios a millones
de personas que ni siquiera comen dos veces al día?
- Young India, 15 de octubre de 1931
Afirmo que conozco a millones de indios hambrientos.
Estoy con ellos todas las horas del día. Ellos son mi primera
y última preocupación, porque el único Dios al que
reconozco es el que se encuentra en los corazones de esos
millones sin voz. Ellos no reconocen Su presencia, pero yo
sí. Y adoro al Dios que es Verdad, o a la Verdad que es
Dios, a través del servicio a ellos.
- Young India, 11 de marzo de 1939
Pienso que todos somos ladrones en cierto sentido. Si me
apropio de algo que no necesito para usarlo de inmediato,
y lo retengo, estoy robándoselo a alguien. Me atrevo a su-
45
24. gerir que hay una ley fundamental de la Naturaleza que no
tiene excepción, a saber: que la Naturaleza produce lo suficiente
para nuestras necesidades de cada día y que, si cada
cual se conformara con lo que necesita, y nada más, no
habría pobreza, y nadie moriría de hambre en este mundo.
- Mahatma Gandhi (1918), p. 189
En la India hay muchos millones de personas que tienen
que conformarse con una comida al día, que consiste en un
chapad* sin grasa y una pizca de sal. Ni vosotros ni yo tenemos
derecho a nada de lo que poseemos mientras esos
millones de seres humanos no estén vestidos y mejor alimentados.
Vosotros y yo deberíamos conocer mejor nuestras
necesidades, reducirlas e incluso estar dispuestos a pasar
hambre voluntariamente para que ellos pudieran cuidarse,
alimentarse y vestirse.
- Mahatma Gandhi (1918), p. 189
46
9
La voz de Dios
«&
Cuando afirmo que he escuchado la voz de Dios, no estoy
diciendo nada nuevo. Lamentablemente, sólo conozco una
manera de demostrar esta afirmación: a través de los resultados.
Dios dejará de ser Dios si permite que Sus criaturas
lo conviertan en un objeto de demostración. Mas Él
da a Su esclavo voluntario el poder de pasar las pruebas
más difíciles. He sido un esclavo voluntario del Amo más
exigente durante más de medio siglo. La voz de Dios se ha
hecho cada vez más audible, a medida que los años han
ido pasando. Dios nunca me ha abandonado, ni siquiera en
los momentos más oscuros. Dios me ha salvado muchas
veces de mí mismo y no me ha dejado ni una pizca de independencia.
Cuanto mayor ha sido mi entrega a Dios,
tanto mayor ha sido mi alegría.
- Harijan, 6 de mayo de 1933
Por lo que yo sé, nadie ha puesto en tela de juicio la posibilidad
de que la Voz Interior hable a algunas personas, y
es beneficioso para el mundo que se pueda sostener realmente
la afirmación de una persona que dice hablar bajo
47
25. la autoridad de la Voz Interior. Muchos hombres lo afirman,
pero no todos son capaces de justificarlo. No obstante,
esa afirmación no puede ni debe ser suprimida para
evitar las falsas pretensiones de algunos. No hay ningún
peligro en el hecho de que muchas personas puedan hablar
realmente en nombre de la Voz Interior. Lamentablemente,
no hay ningún remedio contra la hipocresía. La virtud no
debe ser suprimida porque muchos finjan ser virtuosos. En
el mundo ha habido siempre seres humanos que han afirmado
que hablaban en nombre de la Voz Interior. Y sus
efímeras actividades no han hecho ningún daño al mundo.
Antes de ser capaces de escuchar esa Voz, hay que pasar
por un largo y muy severo proceso de aprendizaje, y cuando
es la Voz Interior la que habla, es inconfundible. Al
mundo no se le puede engañar siempre con éxito. Así
pues, no hay peligro de que se establezca la anarquía por
el hecho de que un hombre humilde como yo no sea eliminado
y se atreva a invocar la autoridad de la Voz
Interior, cuando cree que la ha escuchado.
- Harijan, 18 de marzo de 1933
Para mí la Voz de Dios, de la Conciencia, de la Verdad, la
Voz Interior o «la silenciosa y suave Voz» significan una
misma y única cosa. No he visto ninguna forma. Y nunca
lo he intentado, pues siempre he creído que Dios no tiene
forma alguna. Pero una vez oí algo así como una Voz lejana
y, sin embargo, bastante cercana. Era tan inconfundible
como una voz humana; me hablaba claramente y era irresistible.
En el momento en que escuché la Voz no estaba
soñando. La escucha de la Voz estuvo precedida por una
48
terrible lucha dentro de mí. De pronto la Voz me habló.
Escuché, me cercioré de que era la Voz, y la lucha cesó.
Me quedé tranquilo. Y tomé la determinación de ayunar
periódicamente en recuerdo de aquel día y de aquella hora.
La alegría me invadió. Sucedió entre las 11 y las 12 de
la noche. Me sentí renovado y empecé a escribir acerca de
esta experiencia la nota que el lector ha debido ver.
- Harijan, 8 de julio de 1933
Me han preguntado si podría aportar alguna prueba de que
aquello que escuché era realmente la Voz y no un eco de
mi imaginación desbordada. No tengo ninguna prueba
más para convencer al escéptico, que es libre de pensar
que todo ello fue un autoengaño o alucinación. Quizá fue
así. No puedo demostrar lo contrario. Pero sí puedo decir
que ni siquiera el veredicto unánime de todo el mundo
contra mí podría apartarme de la creencia según la cual lo
que oí fue la verdadera Voz de Dios.
- Harijan, 8 de julio de 1933
Ahora bien, algunos piensan que Dios mismo es una creación
de nuestra imaginación. Si esta visión es correcta, entonces
nada es real, todo es producto de nuestra imaginación;
y mientras mi imaginación me domine, sólo puedo
actuar bajo su hechizo. Las cosas más reales son sólo relativamente
reales. Sin embargo, para mí la Voz es más real
que mi propia existencia. Nunca me ha fallado a mí ni a
ninguna otra persona.
- Harijan, 8 de julio de 1933
49
26. Y quien lo desee puede escuchar la Voz. Ella está dentro
de cada persona. Pero, como todo lo demás, requiere una
preparación previa y determinada.
- Harijan, 8 de julio de 1933
No sufro ninguna alucinación. He afirmado una sencilla
verdad científica, que debe ser probada por todas aquellas
personas que tienen voluntad y paciencia para adquirir las
competencias necesarias, increíblemente sencillas de
comprender y suficientemente fáciles de adquirir cuando
hay determinación. Lo único que puedo decir es lo siguiente:
«Tenéis que creer en vosotros mismos. Tenéis que
tratar de escuchar la Voz Interior; y si no os gusta la expresión
"Voz Interior", podéis usar la expresión "dictados
de la razón", a la que tendríais que obedecer; y si no queréis
hacer alarde de Dios, no me cabe duda de que haréis
alarde de alguna otra cosa que finalmente se demostrará
que es Dios, pues afortunadamente no hay nadie más, no
hay nada más que Dios en este universo». Desearía también
sugerir que no todos los que pretenden actuar apremiados
por la Voz Interior son inspirados por ella.
Después de todo, como sucede con todas las demás facultades,
esta facultad de escuchar la silenciosa y suave Voz
Interior exige un esfuerzo y un adiestramiento previos,
quizá mucho mayores que los que se requieren para la adquisición
de cualquier otra facultad; y aun cuando entre
los miles de personas que afirman escuchar esa Voz, sólo
unas pocas consigan demostrar su afirmación, merece realmente
la pena correr el riesgo de que haya algunas que
afirmen falsamente que actúan bajo la inspiración divina o
50
los impulsos de la Voz Interior sin que ello sea cierto. A
éstas les irá peor que a quienes afirman falsamente que actúan
bajo la autoridad de un soberano terreno. Éstos, cuando
sean atacados, escaparán con algún daño físico, pero en
el caso de aquéllas tanto el cuerpo como el alma podrían
perecer juntos. Algunos críticos benévolos no me ven como
impostor, pero sugieren que es muy probable que yo
actúe bajo el efecto de alguna alucinación. Aunque así fuera,
para mí el resultado no sería muy diferente del que se
obtendría si mi pretensión fuera falsa. Un humilde buscador
-y esto es lo que yo creo ser- necesita ser sobremanera
cauto y, para preservar el equilibrio de la mente, tiene
que reducirse a la nada antes de que Dios pueda guiarlo.
Ahora bien, en este camino no puedo avanzar más.
- The Bombay Chronicle, 18 de noviembre de 1933
51
27. 10
Experiencia de Dios
<^>
La Verdad es para mí el principio soberano que incluye
otros muchos principios. Esta Verdad no es sólo la veracidad
de palabra, sino también la de pensamiento; ni es sólo
la verdad relativa de nuestra concepción, sino la Verdad
Absoluta, el Principio Eterno, que es Dios. Hay innumerables
definiciones de Dios, porque Sus manifestaciones
son igualmente innumerables. Ellas me hacen sobrecogerme
de asombro y reverencia, y por un momento me dejan
perplejo. Pero yo adoro a Dios sólo como Verdad. Todavía
no lo he encontrado, pero lo estoy buscando, y estoy dispuesto
a sacrificar las cosas que más quiero con el fin de
continuar esta búsqueda. Incluso si el sacrificio exigiera
mi propia vida, espero estar dispuesto a entregarla. Pero
como aún no he experimentado esta Verdad Absoluta, tengo
que apoyarme en la verdad relativa tal como la he concebido.
Mientras tanto, esa verdad relativa tiene que ser mi
faro, mi escudo y mi protección. Aun cuando este camino
es recto, estrecho y afilado como el filo de una navaja, para
mí ha sido el más rápido y fácil. Incluso mis errores,
enormes como el Himalaya, me han parecido insignificantes,
porque nunca me he desviado de ese camino, el cual
52
me ha salvado de la amargura, y he podido avanzar por él
orientado por mi luz. Muchas veces he vislumbrado en mi
caminar leves destellos de la Verdad Absoluta, que es
Dios, y todos los días crece en mí la convicción de que sólo
Él es real, y todo lo demás irreal.
-Autobiography (1948), pp. 6-7
Al mismo tiempo, ha ido creciendo en mí el convencimiento
de que todo lo que es posible para mí es también
posible incluso para un niño, y tengo razones de peso para
afirmarlo. Los instrumentos para buscar la Verdad tienen
tanto de simples como de difíciles. Pueden parecer
imposibles para una persona arrogante y, a la vez, perfectamente
posibles para un niño inocente. Quienes buscan la
Verdad tienen que ser más humildes que el polvo. El mundo
aplasta el polvo bajo sus pies, pero los buscadores de la
Verdad tienen que humillarse tanto que hasta el polvo pueda
aplastarlos. Sólo entonces, y únicamente a partir de entonces,
obtendrán un atisbo de la Verdad.
-Autobiography (1948), p. 7
Esta creencia en Dios tiene que basarse en la fe que trasciende
la razón. De hecho, incluso la llamada visión de
Dios tiene en su base un elemento de fe sin el cual no puede
sostenerse. Tiene que ser así por la misma naturaleza de
las cosas. ¿Quién puede traspasar los límites de su propio
ser? Estoy convencido de que la clara y completa visión de
Dios es imposible en esta vida encarnada. Tampoco es necesaria.
Una fe viva e inamovible es todo lo que se exige
53
28. para alcanzar la mayor altura espiritual que pueden lograr
los seres humanos. Dios no está fuera de nuestra condición
terrena. Por tanto, la prueba exterior no sirve de mucho, si
es que tiene alguna utilidad. Tenemos incluso que dejar de
percibir a Dios a través de los sentidos, porque Dios está
más allá de ellos. Podemos sentir a Dios, si lo deseamos,
pero tenemos que prescindir de los sentidos. Dentro de nosotros
suena incesantemente la música divina, pero los ruidosos
sentidos ahogan la delicada música, que es diferente
e infinitamente superior a todo cuanto podemos percibir
o escuchar con nuestros sentidos.
- Harijan, 13 de junio de 1936
He visto y creo que Dios nunca se nos aparece en persona,
sino en la acción, que es lo único que puede explicar
nuestra liberación en el momento más difícil.
- Harijan, 10 de diciembre de 1938
Mi experiencia constante me ha llevado al convencimiento
de que no hay más Dios que la Verdad. [...] Los pequeños
y fugaces vislumbres [...] que he podido tener de la
Verdad apenas pueden dar una idea del indescriptible esplendor
de la Verdad, que es un millón de veces más intenso
que el del sol que vemos cada día con nuestros ojos.
De hecho, lo que he percibido no es sino un débilísimo
atisbo de ese poderoso resplandor. Pero puedo decir con
seguridad, como resultado de todos mis experimentos, que
una visión perfecta de la Verdad sólo puede ser consecuencia
de una realización completa de la no violencia.
- Young India, 7 de febrero de 1929
54
No tengo una revelación especial de la voluntad de Dios.
Creo firmemente que Dios se revela diariamente a todos
los seres humanos, aunque cerramos nuestros oídos a esa
silenciosa y suave Voz. Cerramos nuestros ojos para no ver
la Columna de Fuego que está delante de nosotros. Ahora
bien, yo experimento Su omnipresencia.
- Young India, 25 de mayo de 1921
El fin último de la humanidad es la visión de Dios, y todas
nuestras actividades -políticas, sociales y religiosas- tienen
que estar guiadas por el fin último de la visión de
Dios. El servicio inmediato a todos los seres humanos se
convierte en una parte necesaria de este esfuerzo, sencillamente
porque la única manera de encontrar a Dios es ver
a Dios en Su creación y ser uno con Él. Y esto sólo puede
hacerse sirviendo a todos. Soy una parte integrante del todo,
y no puedo encontrar a Dios separado del resto de la
humanidad. Mis compatriotas son mis vecinos más próximos.
Se han vuelto tan desvalidos, tan carentes de recursos,
tan inertes, que tengo que concentrarme en servirles.
Si llegara a persuadirme de que tengo que encontrar a Dios
en una cueva del Himalaya, iría allí inmediatamente. Pero
sé que no puedo encontrar a Dios si no es a través de la
humanidad.
- Harijan, 29 de agosto de 1936
La impenetrable oscuridad que nos rodea no es una maldición,
sino una bendición. Dios nos ha hecho capaces de
ver qué paso tenemos que dar, y bastará con que la Luz
55
29. Celestial nos revele ese paso. Entonces podremos cantar
con el cardenal Newman: «Un paso es suficiente para mí».
Y gracias a nuestra experiencia del pasado podemos tener
la seguridad de que el paso siguiente siempre estará a la
vista. En otras palabras, la impenetrable oscuridad no es
tan impenetrable como imaginamos. Pero lo parece cuando,
por nuestra impaciencia, queremos ver más allá del siguiente
paso.
- Harijan, 20 de abril de 1934
Estoy más seguro de la existencia de Dios que del hecho
de que tú y yo estamos sentados en esta habitación. Y puedo
atestiguar también que soy capaz de vivir sin aire y sin
agua, pero no sin Él. Podrías arrancarme los ojos, pero ello
no me causaría la muerte. Podrías cortarme la nariz, pero
ello no me causaría la muerte. Pero si destruyes mi fe en
Dios, moriré sin remedio. Podrás pensar que esto es una
superstición, pero yo confieso que es la superstición a la
que me aferró, del mismo modo que en mi infancia solía
pronunciar el nombre de Rama* cuando había alguna causa
de peligro o de alarma. Esto fue lo que me enseñó una
anciana nodriza en mi infancia.
- Harijan, 14 de mayo de 1938
Dios es el capataz más severo que he conocido jamás en
este mundo, y nos pone a prueba una y otra vez. Y cuando
descubrimos que nuestra fe se debilita o que nuestro cuerpo
flaquea y nos hundimos, Dios viene a ayudarnos de al-
56
gún modo y nos demuestra que no tenemos que perder
nuestra fe y que Él está siempre a nuestra disposición, pero
a Su manera, no a la nuestra. Esto es lo que he descubierto.
En verdad, no puedo recordar ni un solo caso en
que, en el último momento, Él me haya abandonado.
- Speeches and Writings of Mahatma Gandhi (1933), p. 1069
57
30. 11
El camino de la no violencia
El camino de la Verdad es tan estrecho como directo. Lo
mismo sucede con el de la no violencia. Es como mantenerse
en equilibrio en el filo de una espada. Gracias a la
concentración, el acróbata puede caminar sobre la cuerda
floja. Pero la concentración exigida para avanzar por el camino
de la Verdad y la no violencia es mucho mayor. La
menor falta de atención nos hace caer por tierra. Sólo podemos
tener experiencia de la Verdad y de la no violencia
si nos esforzamos incesantemente. [...]
La no violencia no es tan ruda como la han presentado.
Es indudable que no herir a ningún ser vivo es una parte
de la no violencia, pero es sólo su expresión menos importante.
Cualquier pensamiento perverso, la prisa excesiva,
la mentira, el odio o el simple hecho de desear mal a
alguien significa transgredir el principio de la no violencia.
También lo transgredimos cuando retenemos para nosotros
lo que el mundo necesita. Ahora bien, el mundo necesita
incluso lo que comemos cada día. En el lugar que
ocupamos hay millones de microorganismos a los que pertenece
ese lugar y que sufren daño por nuestra presencia.
Entonces, ¿qué hemos de hacer? ¿Tenemos que suicidarnos?
Ni siquiera eso sería una solución, puesto que creemos
que, mientras el espíritu está unido a la carne, cada
58
vez que el cuerpo es destruido, el espíritu se teje un cuerpo
nuevo. El cuerpo sólo dejará de existir cuando no tengamos
ningún apego a él. Esta liberación de todo apego es
la experiencia de Dios como Verdad. Esta experiencia no
se puede tener de un modo precipitado. El cuerpo no nos
pertenece. Mientras dure, tenemos que servirnos de él como
algo que se nos ha confiado y de lo que somos responsables.
Si tratamos de este modo lo que pertenece a la
carne, podemos esperar liberarnos un día del peso del
cuerpo. Si comprendemos las limitaciones a que está sujeta
la carne, tenemos que esforzarnos diariamente por alcanzar
ese ideal con todas nuestras fuerzas.
Quizás ahora resulte claro, gracias a lo que acabamos
de decir, que sin la no violencia no es posible buscar y encontrar
la Verdad.
La no violencia y la Verdad están tan estrechamente
unidas que es prácticamente imposible desunirlas y separarlas.
Son como las dos caras de una misma moneda o,
mejor aún, como un disco metálico aún no acuñado: todavía
no se puede decir cuál de los dos lados será el anverso
y cuál el reverso. Del mismo modo, la no violencia es sólo
un medio; el fin es la Verdad. Para que los medios sigan
siendo medios tienen que estar siempre a nuestro alcance.
Por eso la no violencia es nuestro deber supremo. Si cuidamos
los medios, antes o después alcanzaremos el fin.
Una vez comprendido este punto, la victoria final es incuestionable.
Cualesquiera que sean las dificultades con
que nos encontremos o los aparentes reveses que soportemos,
no podremos renunciar a la búsqueda de la Verdad,
la cual es única, porque se identifica con el mismo Dios.
- From Yeravda Mandir, cap. 2
59
31. La no violencia es una fuerza activa del orden más elevado.
Es la fuerza del alma o el poder de la Divinidad dentro
de nosotros. El ser humano imperfecto no puede captar
la totalidad de esa esencia -pues no puede soportar todo
su resplandor-; pero una sola fracción infinitesimal de
ella, cuando llega a actuar dentro de nosotros, puede hacer
milagros. El sol que brilla en el cielo llena todo el universo
con su calor vivificante. Pero si alguien se acercara demasiado
a él, quedaría reducido a cenizas. Lo mismo sucede
con la Divinidad. Nos hacemos semejantes a Dios en
la medida en que vivimos la no violencia; pero nunca podremos
llegar a ser del todo iguales a Dios. La acción de
la no violencia es como la del radio: una cantidad infinitesimal
de radio introducida en un tejido maligno actúa continuamente,
en silencio y sin cesar, hasta que transforma
toda la masa del tejido enfermo en tejido sano. Del mismo
modo, un poco de verdadera no violencia actúa de un modo
silencioso, sutil e invisible y fermenta toda la sociedad.
- Harijan, 12 de noviembre de 1938
La verdad sin humildad sería una caricatura arrogante.
Quien pretende practicar la verdad sabe cuan difícil resulta.
El mundo podría aplaudir los supuestos triunfos de esa
persona, porque apenas conoce sus fallos. Una persona veraz
es disciplinada. Y tiene que ser humilde. Quien desea
amar a todo el mundo, incluso a quienes se consideran sus
enemigos, sabe hasta qué punto es imposible conseguirlo
sólo con las propias fuerzas. Tiene que hacerse como el
polvo antes de poder comprender los elementos de la no
violencia. No es nada si cada día no crece en humildad al
60
mismo tiempo que crece en amor. [...] Nadie puede ver a
Dios cara a cara si no ha reducido a la nada el yo que hay
en él. Quien quiera ver a Dios tiene que anonadarse. En este
universo tempestuoso, ¿quién se atreverá a decir: «He
vencido»? Nosotros nunca triunfamos; es Dios quien
triunfa en nosotros. [...] Lo que vale en el mundo material,
es válido también en el mundo espiritual. Si, para ganar
una batalla mundana, Europa sacrificó varios millones de
vidas en la última guerra, que fue un acontecimiento transitorio,
¿qué tiene de asombroso que en la batalla espiritual
tengan que perecer millones de personas en el intento
de dejar al mundo un ejemplo consumado?
- Young india, 25 de junio de 1925
La no violencia es la fuerza suprema a de que dispone la
humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción
más potente concebida por la inteligencia humana. La destrucción
no es la ley de los humanos. El ser humano sólo
vive libremente si está dispuesto a morir, si es preciso, a
manos de su hermano, sin cometer nunca un asesinato.
Todo asesinato o cualquier otro daño perpetrado o infligido
contra otro es, cualquiera que sea su causa, un crimen
contra la humanidad.
- Harijan, 20 de julio de 1935
Las virtudes de la misericordia, la no violencia, el amor y
la verdad en cualquier persona sólo se pueden poner a
prueba realmente cuando se oponen a la crueldad, la violencia,
el odio y la mentira.
61
32. Si esto es así, entonces es incorrecto decir que la no
violencia no sirve de nada ante un asesino. Ciertamente, se
puede decir que experimentar con la no violencia frente a
un asesino es buscar la autodestrucción. Pero ésta es la
prueba real de la no violencia. En modo alguno se puede
decir que hayan superado la prueba quienes se dejan matar
por pura impotencia. En cambio, son realmente no violentos
quienes no sienten odio contra sus asesinos e incluso
piden a Dios que los perdone. Esto es lo que la historia
nos cuenta de Jesucristo, que dijo al morir en la cruz:
«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». Podemos
poner ejemplos parecidos de otras religiones, pero citamos
esta frase porque es conocida en todo el mundo.
Otra cosa es que nuestra no violencia no haya llegado
a ese nivel. Nos engañaríamos absolutamente si redujéramos
el nivel de la no violencia por razón de nuestra fragilidad
o falta de experiencia. Si no comprendemos de verdad
el ideal, nunca podremos tener la esperanza de alcanzarlo.
Es preciso, por tanto, que apliquemos nuestra razón
a la comprensión del poder de la no violencia.
- Harijan, 28 de abril de 1946
La no violencia [ahimsaÁ' es un principio comprehensivo.
Somos seres mortales desvalidos, atrapados en el conflicto
de la violencia [himsa' ]. Decir que la vida vive de la vida
tiene un profundo significado. El ser humano no puede
vivir sin cometer, consciente o inconscientemente, violencia
exterior. El mero hecho de vivir -comer, beber y moverse-
implica necesariamente algo de violencia -destrucción
de vida-, aunque sea mínima. Por consiguiente, el se-
62
guidor de la no violencia permanece fiel a su fe si la fuente
de todas sus acciones es la compasión, si evita del mejor
modo posible la destrucción de la más pequeña de las
criaturas, si trata de salvarla y, de ese modo, se esfuerza incesantemente
por liberarse de la espiral mortal de la violencia.
Crecerá constantemente en su autocontrol y compasión,
pero nunca llegará a verse completamente libre de
la violencia exterior.
- Autobiography (1948), pp. 427-428
Dado que el fundamento de la no violencia [ahimsa] es la
unidad de todas las vidas, el error de una de ellas afecta
necesariamente a todas y, por lo tanto, el ser humano no
puede ser totalmente libre de la violencia [himsa]. Mientras
siga siendo un ser social, no puede dejar de participar
en la violencia que implica la existencia misma de la sociedad.
Cuando dos naciones están enfrentadas, el deber
de un seguidor de la no violencia es detener la guerra.
Quien no está a la altura de este deber, quien no tiene poder
para resistirse a la guerra, quien no está en condiciones
de oponerse a ella, podría tomar parte en ella y, no
obstante, tratar de todo corazón de liberarse a sí mismo, a
su nación y al mundo, de la guerra.
- Autobiography (1948), pp. 427-428
63
33. 12
Oración: la esencia de la religión
<*&
Creo que la oración es el alma y la esencia misma de la religión
y que, por lo tanto, tiene que ser el centro mismo de
la vida del ser humano, pues nadie puede vivir sin religión.
Hay quienes, llevados del egoísmo de su razón, declaran
que no tienen nada que ver con la religión. Mas eso es como
si alguien dijera que respira, pero no tiene nariz. Ya sea
por razón, por instinto o por superstición, el ser humano
reconoce alguna forma de relación con lo divino. El agnóstico
más radical reconoce la necesidad de un principio
moral y asocia algo bueno con el cumplimiento de tal principio,
y algo malo con su incumplimiento. Bradlaugh, cuyo
ateísmo es bien conocido, insistió siempre en proclamar
su más íntima convicción. Tuvo que sufrir mucho por
decir de este modo la verdad, pero se alegró por ello y dijo
que la verdad era su recompensa. Lo cual no significa
que fuera insensible a la alegría que resulta de la observancia
de la verdad. Ahora bien, esta alegría no es completamente
mundana, sino que brota de la comunión con
lo divino. Por esta razón he dicho que incluso quien rechaza
la religión no puede vivir y no vive, de hecho, sin
religión.
64
Pasemos ahora al siguiente punto, a saber: que la oración
es el centro mismo de la vida del ser humano, al igual
que es la parte más vital de la religión. La oración es de petición
o, en su sentido más amplio, es comunión interior.
En ambos casos, el resultado último es el mismo. Incluso
cuando es de petición, ésta debe ser hecha para limpiar y
purificar el alma, para liberarla de las capas de ignorancia
y oscuridad que la rodean. Quien tiene el ansia de que lo
divino despierte en su interior tiene que volver a la oración.
Pero ésta no es un mero ejercicio consistente en hablar o en
escuchar; no es una mera repetición de una fórmula vacía.
Repetir el nombre de Dios [Ramanama*], por muchas veces
que se haga, es inútil si ello no conmueve el alma. En
la oración es mejor tener un corazón sin palabras que palabras
sin corazón. La oración tiene que ser una clara respuesta
al espíritu que tiene hambre de lo divino. Y del mismo
modo que una persona hambrienta sabe apreciar una
comida saludable, así también un alma hambrienta se deleitará
con una oración sincera. Gracias a mi experiencia y
a la de mis compañeros, puedo afirmar que quien ha experimentado
la magia de la oración puede estar sin comer varios
días seguidos, pero no puede vivir ni un solo momento
sin la oración, pues sin oración no hay paz interior.
Alguien podría decir que, si las cosas son así, deberíamos
ofrecer nuestras oraciones en cada minuto de nuestra
vida. Así es, indudablemente; pero nosotros, que somos
mortales y falibles y tenemos dificultades para entrar en
nuestro interior a fin de experimentar la comunión interna
siquiera por un momento, consideraremos imposible permanecer
perpetuamente en comunión con lo divino. Por
eso establecemos algunas horas en las que nos esforzamos
65
34. decididamente por liberarnos de los apegos del mundo durante
algún tiempo, y nos proponemos firmemente permanecer
fuera de la carne, por así decirlo. Ya conocéis el himno
de Surdas*: es el grito apasionado de un alma que ansia
la comunión con lo divino. En nuestra opinión, fue un
santo; pero el se consideraba un pecador manifiesto.
Espiritualmente iba muy por delante de nosotros, pero sintió
la separación de lo divino tan intensamente que lanzó
un grito de angustia nacido de la desesperación y el aborrecimiento:
«¿Quién es tan corrupto, malvado y lascivo
como yo?».
He hablado de la necesidad de la oración y, como consecuencia
de ello, he tratado sobre la esencia de la oración.
Hemos nacido para servir a nuestros semejantes, y no podemos
hacerlo si no estamos bien despiertos. Hay una lucha
eterna que tiene lugar en el corazón humano entre los
poderes de las tinieblas y los de la luz, y quien no tiene el
ancla de la oración para aferrarse a ella será víctima de los
poderes de las tinieblas. Las personas de oración estarán
en paz consigo mismas y con todo el mundo. Quienes se
ocupan de los asuntos del mundo sin un corazón entregado
a la oración serán miserables y llenarán también el
mundo de miseria. Así pues, la oración, además de estar
vinculada a la condición de la humanidad después de la
muerte, tiene un incalculable valor para la humanidad en
el mundo de los vivos. La oración es el único medio para
poner orden, paz y reposo en nuestros actos diarios. Preocupémonos
de lo más vital, y lo demás vendrá por sí solo.
Tracemos correctamente un ángulo del cuadrado, y los
otros ángulos serán automáticamente rectos.
66
Empezad el día, pues, orando, y hacedlo con tanto sentimiento
que la oración pueda acompañaros hasta la noche.
Y terminad el día orando también, para que paséis la
noche en paz, libres de sueños y pesadillas. No os preocupéis
por la forma de la oración. Cualquiera que sea nuestro
modo de orar, lo importante es que nos lleve a la comunión
con lo divino. Ahora bien, sea cual sea ese modo,
no permitáis que el espíritu ande vagando mientras las palabras
de la oración siguen saliendo de vuestra boca.
Todas las cosas en el universo, incluidos el sol, la luna
y las estrellas, obedecen a ciertas leyes. Sin la influencia
limitadora de esas leyes, el mundo no seguiría existiendo
ni un solo momento. Vosotros, cuya misión en la vida es el
servicio a los demás, os destrozaréis si no os imponéis alguna
forma de disciplina, y la oración es una disciplina espiritual
necesaria. Es la disciplina y la moderación lo que
nos separa de los animales. Si queremos ser hombres y
mujeres que caminan con la cabeza erguida y no a cuatro
patas, comprendamos y sometámonos voluntariamente a
la disciplina y la moderación.
- Young India, 23 de enero de 1930
67
35. 13
¿Por qué orar?
*&
¿Por qué orar? ¿Acaso Dios, si es que existe, no sabe lo
que ha sucedido? ¿Necesita la oración para poder cumplir
con Su deber?
No, Dios no necesita que le recordemos nuestras necesidades.
Dios está dentro de todas las personas. Nada sucede
si Él no lo permite. Nuestra oración es una búsqueda
del corazón. Es un recordatorio de que nada podemos sin
la ayuda de Dios. Ningún esfuerzo es completo sin la oración,
sin un reconocimiento explícito de que el mejor esfuerzo
humano no surte efecto alguno si no es bendecido
por Dios. La oración es una llamada a la humildad. Es una
llamada a la purificación de nosotros mismos, a la búsqueda
interior.
- Harijan, 8 de junio de 1935
En mi opinión, Rama*, Rahamán*, Ahuramazda*, Dios o
Krishna* significan otros tantos intentos humanos de dar
nombre a esa fuerza invencible que es la mayor de todas
las fuerzas. Aun cuando el ser humano sea imperfecto, hay
en él un deseo innato de esforzarse por lograr la perfec-
68
ción. Al intentarlo, se hace falsas ilusiones. Y del mismo
modo que un bebé que trata de mantenerse en pie, cae una
y otra vez y, finalmente, aprende a caminar, así también un
hombre, a pesar de toda su inteligencia, no es más que un
niño en comparación con el Dios infinito y eterno. Esto
podría parecer una exageración, pero no lo es. El hombre
sólo puede describir a Dios con su pobre lenguaje. El poder
que llamamos «Dios» está por encima de toda descripción.
Por otro lado, ese poder no tiene necesidad de
ningún esfuerzo humano que lo describa. Es el ser humano
el que necesita los medios para poder describir ese poder,
que es más inmenso que el océano. Si se acepta esta
premisa, no hay necesidad de preguntar por qué oramos.
El ser humano sólo puede concebir a Dios dentro de las limitaciones
de su mente. Si Dios es inmenso e ilimitado
como el océano, ¿cómo va a poder una minúscula gota,
como el hombre, imaginar lo que El es? El ser humano sólo
puede experimentar lo que es el océano si se sumerge y
se funde en él. Esta experiencia escapa a toda descripción.
Según Madame Blavatsky, el hombre, cuando ora, da culto
a su propio yo glorificado. Sólo puede orar verdaderamente
quien está convencido de que Dios está dentro de él.
Quien no lo está, no necesita orar. Dios no se sentirá ofendido,
pero yo puedo decir por propia experiencia que
quien no ora es ciertamente un perdedor. ¿Qué importa,
pues, si una persona adora a Dios como Persona, y otra lo
adora como Fuerza? Ambas actúan correctamente según
sus capacidades. Ninguna de ellas sabe, y quizá nunca sabrá,
cuál es el modo absolutamente apropiado de orar. El
ideal tiene que seguir siendo siempre el ideal. Sólo necesitamos
recordar que Dios es la Fuerza entre todas las
69
36. fuerzas. Todas las demás fuerzas son materiales, pero Dios
es la fuerza o espíritu vital omnipresente y omnicompre-hensivo,
y por eso está por encima del saber humano.
- Haríjan, 18 de agosto de 1946
Un diálogo con un budista
El doctor Fabri, seguidor de Buda, visitó a Gandhi en
Abbottabad y le preguntó: «¿Se puede cambiar la Mente
Divina por medio de la oración? ¿Se puede llegar a conocer
esa Mente por medio de la oración?».
«Me resulta difícil explicar debidamente lo que hago
cuando oro», dijo Gandhi. «Pero tengo que tratar de responder
a su pregunta. La Mente Divina es inmutable, pero
la Divinidad está en todas las personas y en todas las cosas
-en los seres animados y en los inanimados-. Si oro, es
porque quiero tener experiencia de esa Divinidad. Ahora
bien, aun teniendo esta convicción intelectual, podría carecer
de dicha experiencia. Y cuando oro por el swaraf (independencia)
para la India, oro o deseo el poder adecuado
para conseguir ese swaraj o para que mi contribución sea
la mejor posible en esta causa; y sostengo que puedo recibir
ese poder como respuesta a mi oración».
«Entonces no está usted justificado para llamar oración
a su experiencia; orar significa pedir o suplicar», dijo el
doctor Fabri.
«Sí, ciertamente. Usted podría decir que yo pido desde
mí, desde mi yo Superior, desde el yo Real con el que aún
no me he identificado completamente. Y podría describir
70
mi oración como un deseo continuo de perderme en la
Divinidad que lo abarca todo».
«¿Y las personas que no pueden orar?», preguntó el
doctor Fabri.
«Yo les diría que sean humildes», dijo Gandhi, «y que
no limiten al Buda real según su concepción de Buda. Él
no habría podido gobernar las vidas de millones de seres
humanos, como lo hizo entonces y lo hace hoy, si no hubiera
tenido humildad suficiente para orar. Hay algo infinitamente
superior al entendimiento que nos gobierna a
nosotros y también a los escépticos. El escepticismo y la
filosofía no sirven de ayuda a los escépticos en los periodos
más difíciles de sus vidas. Ellos necesitan algo mejor,
algo que esté fuera de su persona y pueda sostenerlos. Y
así, si alguien me plantea un enigma, yo le digo: "No podrá
usted conocer el significado de Dios o de la oración
mientras no se reduzca a la nada. Tiene que humillarse
hasta que vea que, a pesar de su grandeza y de su magnífico
entendimiento, no es más que una mota de polvo en el
universo. Una concepción meramente intelectual de las
cosas de la vida no es suficiente. La concepción espiritual
supera al entendimiento y es lo único que puede satisfacer
nuestros anhelos. Hasta las personas adineradas pasan por
periodos críticos en su vida. Aunque estén rodeadas de todo
lo que el dinero puede comprar y todo lo que el afecto
puede dar, en ciertos momentos de su vida se encuentran
completamente confundidas. Es en esos momentos cuando
vislumbramos a Dios, cuando tenemos una visión de
Aquel que guía cada uno de nuestros pasos en la vida. Esto
es la oración"».
71
37. «Se está refiriendo a lo que podríamos llamar una verdadera
experiencia religiosa, que es más fuerte que la concepción
intelectual», dijo el doctor Fabri. «En mi vida he
tenido dos veces esa experiencia, pero después la he perdido.
Mas ahora encuentro gran consuelo en uno o dos dichos
de Buda: "El egoísmo es la causa del sufrimiento" y
"Recordad, monjes, que todo es pasajero". Pensar en esto
casi equivale a creer».
«Eso es la oración», repitió Gandhi con una insistencia
perfectamente convincente.
- Harijan, 19 de agosto de 1939
72
14
Cómo, a quién y cuándo orar
<*&
«Muchas veces nos pide usted que demos culto a Dios y
que oremos, pero nunca nos dice cómo orar y a quién orar.
¿Podría iluminarme acerca de este punto, por favor?», pregunta
un lector de Navajivan. Dar culto a Dios es cantar
las alabanzas de Dios. La oración es la confesión de la indignidad
y la debilidad de la persona. Dios tiene mil nombres
o, mejor dicho, es Innombrable. Damos culto o rezamos
a Dios con el nombre que más nos agrada. Unos lo
llaman Rama*; otros, Krishna*; otros, Rahim*; y otros,
Dios. Todos dan culto al mismo espíritu; pero del mismo
modo que no todas las comidas sientan bien a todo el
mundo, tampoco todos los nombres atraen a todas las personas.
Cada una escoge el nombre que más le agrada, y El,
que es el In-habitador, Todopoderoso y Omnisciente, conoce
nuestros sentimientos más íntimos y nos responde
según nuestros deseos.
La oración no hay que hacerla con los labios, sino con
el corazón. Por eso pueden hacerla igualmente el mudo y
el tartamudo, el ignorante y el estúpido. Y las oraciones de
aquellos cuyas lenguas destilan néctar, pero cuyos corazones
están llenos de veneno, nunca son escuchadas. Así
73
38. pues, quien quiera orar a Dios tiene que purificar su corazón.
Rama no estaba sólo en los labios de Hánuman*,
sino que estaba entronizado en su corazón. Él dio a
Hánuman una fuerza inagotable. Con Su fuerza subió a la
montaña y cruzó el océano. La fe nos conduce a través de
mares tempestuosos, la fe mueve montañas y atraviesa los
océanos. Esta fe no es sino la conciencia viva y completamente
despierta de Dios dentro de nosotros. Quien ha alcanzado
esta fe no desea nada. Aunque su cuerpo esté enfermo,
él está espiritualmente sano, es físicamente puro y
abunda en riquezas espirituales.
Con todo, alguien podría preguntar: «¿Cómo se puede
limpiar el corazón hasta este punto?». El lenguaje de los
labios se enseña fácilmente; pero ¿quién puede enseñar el
lenguaje del corazón? Sólo el bhakta* -el verdadero devoto-
lo conoce y puede enseñarlo. El Gita definió el sentido
del bhakta en tres lugares y habló de él de forma general
en todas partes. Pero el conocimiento de la definición
de un bhakta no es una guía suficiente, pues son raros en
nuestro mundo. Por eso he sugerido que el medio es la
Religión del Servicio. Dios quiere que Su sede sea el corazón
de quien sirve a su prójimo. Por esta razón Nara-simha
Mehta*, que «vio y conoció», cantó: «El verdadero
vaishnava* es el que sabe ablandarse ante el dolor del
otro». Así fue Abu Ben Adhem*. El sirvió a su prójimo, y
por eso su nombre ocupa el lugar más alto en la lista de los
servidores de Dios.
Pero ¿quiénes son los que sufren y los angustiados?
Los oprimidos y los indigentes. Así pues, quien quiera ser
un bhakta tiene que servirles con el cuerpo, con el alma y
con la mente. ¿Cómo puede servir con el cuerpo a las cla-
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scs «oprimidas» quien las ve como intocables? Quien ni
siquiera se digna emplear su cuerpo para hilar por los pobres
y alega excusas poco convincentes, no conoce el significado
del servicio. Una persona pobre pero sana no merece
limosnas, sino una exhortación a que trabaje para ganarse
el pan. Las limosnas la envilecerían. Quien hila ante
los pobres invitándoles a hilar también ellos sirve a Dios
más que cualquier otra persona. «Quien Me dé una insignificancia,
como un fruto, una flor y hasta una hoja, con el
espíritu de bhakti* [devoción] es Mi siervo», dice el Señor
en el Bhagavad Gita. Y Él tiene Su escabel donde viven
«los humildes, los pobres y los descarriados». Así pues,
hilar por estas personas es la oración más grande, el culto
más grande, el sacrificio más grande.
La oración, pues, se puede hacer invocando cualquiera
de los nombres de Dios. Un corazón piadoso es el vehículo
de la oración, y el servicio hace que el corazón sea piadoso.
Los hindúes que en nuestro tiempo sirven de todo
corazón a los intocables hacen verdadera oración; los hindúes
y todos aquellos que hilan piadosamente por los pobres
y los indigentes hacen verdadera oración.
- Young India, 24 de septiembre de 1925
No se puede establecer ninguna regla fija relativa a los
tiempos de los actos de devoción, pues éstos dependen del
temperamento individual. Los actos de devoción son momentos
preciosos de la vida diaria. Tales ejercicios están
previstos para que nos serenemos, nos humillemos y comprendamos
que nada sucede si Él no lo quiere, y que no
somos más que «arcilla en manos del Alfarero». Son mo-
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39. mentos en los que revisamos nuestro pasado inmediato,
confesamos nuestra debilidad y pedimos perdón y fuerza
para ser mejores y actuar mejor. Un minuto podría ser suficiente
para algunos, mientras que para otros veinticuatro
horas podrían ser muy pocas. Para las personas que están
llenas de la presencia de Dios en ellas, trabajar es orar. Su
vida es una oración o un acto de adoración continuo. En
cambio, quienes actúan sólo para pecar, para autocompla-cerse,
y viven para sí mismos, tendrían que orar continuamente.
Si tuvieran paciencia, fe y voluntad de ser puros,
harían oración hasta sentir la presencia purificadora y concreta
de Dios dentro de sí. Para nosotros, seres mortales
comunes, tiene que haber un término medio entre ambos
extremos. No somos tan perfectos como para poder decir
que todos nuestros actos son fruto de nuestra entrega a
Dios, y tal vez no hayamos llegado al extremo de vivir
únicamente para nosotros mismos. Por esta razón todas las
religiones establecen tiempos especiales para la devoción
general. Lamentablemente, estas devociones se han convertido
en actos meramente mecánicos y formales, cuando
no hipócritas. Lo que hace falta es que tales devociones se
realicen con la actitud correcta.
La oración personal, es decir, la oración en la que pedimos
algo a Dios, hemos de hacerla ciertamente en nuestra
lengua materna. No puede haber nada más grande que
pedir a Dios que nos haga ser justos para con todos los seres
vivos.
- Young India, 10 de junio de 1926
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Ayunos
Un ayuno auténtico purifica el cuerpo, la mente y el alma.
En la medida en que crucifica la carne, da la libertad al alma.
Una oración sincera puede hacer milagros. Es un intenso
anhelo del alma que desea ser aún más pura. La pureza
alcanzada de este modo se convierte en oración cuando
se utiliza para un fin noble. El uso mundano del gaya-tri*,
su repetición para sanar a los enfermos, ilustra el sentido
que hemos dado a la oración. Cuando el mismo gayata
japa* es realizado con una mente humilde y concentrada
de un modo inteligente en momentos de dificultades y
calamidades nacionales, se convierte en el instrumento
más poderoso para evitar el peligro. No puede haber error
más grande que suponer que la recitación del gayatri, el
namaz* o la oración cristiana son supersticiones que pueden
ser practicadas por el ignorante y el crédulo. El ayuno
y la oración, por consiguiente, son un proceso muy poderoso
de purificación, y lo que nos purifica nos capacita del
mejor modo posible para cumplir nuestro deber y alcanzar
nuestra meta. Si a veces parece que el ayuno y la oración
no responden, no es porque no haya nada en ellos, sino
porque no se hacen con el espíritu correcto.
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