El maestro que enseña
sin preocuparse con el
aprendizaje del alumno
equivale al médico que
atiende a un enfermo
sin preocuparse por su
recuperación, o al
vendedor que hace una
oferta pero no está
interesado en vender el
producto.
Pensemos en el
maestro de Escuela
Sabática: Si enseña, su
clase aprende, y si su
clase no aprende es
porque él no enseña.
En la década de 1950 el
educador norteamericano
Edgar Dale propuso lo
que se conoce como
el “Cono del aprendizaje”.
Las personas.
El Cono del aprendizaje
nos muestra que cuanto
más activa es la
participación, mejor será
el aprendizaje y más
duradera la retención de la
información,
y cuanto más pasiva es la
enseñanza, menor será el
aprendizaje y la retención
quedará comprometida.
Cada sábado al asumir
su clase de Escuela
Sabática, el maestro
debe tener claro en su
mente y en papel lo que
va a enseñar,
discutir, debatir, o sea
que tiene que planear el
momento de la lección.
• Dar relevancia a los
temas tratados.
• Integrar a las personas.
• Interesarlas en el
estudio.
• Guiar el aprendizaje de
las personas.
• Producir un cambio de
vida en las personas.
El MEAC permite un
aprendizaje significativo y
duradero, pues promueve un
método participativo e
incluyente a la hora
del estudio de la lección.
¿Cuál es la utilidad de
este esquema?
El MEAC consiste en
etapas lógicas del proceso
enseñanza-aprendizaje, que
conducen al estudio desde
un momento elemental de
interés en el asunto
hasta la etapa necesaria de
vivir lo que se aprendió.
Tiene como objetivo
proveer una respuesta
introductoria y atractiva
a la pregunta:
¿Por qué esta lección es
importante para mí?
La motivación es
fundamental para sacar al
alumno de su estado cómodo
off-line al estado necesario
on-line, y solo así estará
preparado para un estudio
provechoso y transformador.
¿En qué áreas de mi vida
debo cambiar?
¿Cómo puedo poner en
práctica las informaciones
que obtuve?
Sí, es importante un buen
contenido, y una buena
explicación; pero si el
contenido no se aplica a la
vida, las personas
continuarán viviendo de la
misma forma que siempre
vivieron.
“O que posso fazer para
não esquecer o que
aprendi neste
sábado?”
El maestro debe proveer
oportunidades para que cada
alumno cree formas de
interiorizar las verdades y
principios estudiados. Así,
cada estudiante estará
siendo conducido a realizar
cambios que tengan que ver
con su propia realidad y
necesidad.
La manera como el MEAC
será implementado depende
de cada maestro y de cada
clase. Pero hay cuatro
principios que deben tenerse
en cuenta:
Tiene el propósito de
cautivar al alumno, y llamar
la atención al tema que se
estudiará.
Tiene el propósito de
conducir al alumno a leer la
Palabra de Dios, y no
meramente a confiar en las
opiniones de especia-
listas sobre el tema.
Tiene el objetivo de hacer
pensar al alumno en las
maneras como el tema
estudiado se relaciona con
su vida;
Tiene el propósito de
internalizar las verdades
aprendidas, mediante
actividades prácticas que
ayudan a captar la esencia
de lo que fue estudiado y
discutido.
Después del estudio diario
de la lección, el maestro
podrá preparar un resumen,
en forma de bosquejo.
El esquema MEAC favorece
un aprendizaje real-
mente eficaz porque
posibilita el desarrollo
integral del alumno, porque
mientras la comprensión y la
aplicación contemplan
actividades de aspecto
cognitivo, la motivación y la
creatividad contemplan
actividades que desarrollan
los aspectos social,
emocional, físico y espiritual.
Elena de White afi rma que:
“Todo maestro debería
cuidar que su trabajo tenga
resultados defi nidos. Antes
de intentar enseñar una
materia, debería tener en
mente un plan bien defi nido,
y saber qué se propone
hacer”.
El momento de estudio de la
lección de la Escuela
Sabática debe ser
considerado sagrado, y tiene
que llegar a resultados
específicos: los alumnos
deben participar, deben
aprender, y deben ser
guiados en un proceso de
cambio de vida, mediante la
actuación del Espíritu Santo.