Un pintor y una poeta se enamoraron y viajaron juntos inspirándose mutuamente, pero la poeta se quedó fascinada por el lugar paradisíaco de Shambaylla y decidió quedarse allí, mientras que el pintor tuvo que regresar solo a la Tierra para continuar con su misión aunque desconsolado por la separación. A pesar de la distancia, la poeta continuó inspirando al pintor cada vez que este miraba al cielo.