3. Es una fase de desarrollo social caracterizada por la capacidad de sus miembros (ciudadanos, empresas y administración pública) para obtener y compartir cualquier información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera.
4. La generalización de los intercambios electrónicos de información, la convergencia hacia las tecnologías digitales, el crecimiento exponencial de Internet y la liberalización de las telecomunicaciones son distintas manifestaciones de este cambio.
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6. Omnipresente: los nuevos instrumentos de información, o al menos sus contenidos, los encontramos por doquier.
7. Irradiante: se distingue por la distancia hoy prácticamente ilimitada que alcanza el intercambio de datos.
8. Veloz: La comunicación se ha vuelto instantánea.
9. Multilateral: Las capacidades técnicas de la comunicación permiten que recibamos información de todas partes, aunque lo más frecuente es que la mayor parte de la información que circula por el mundo surja de unos cuantos sitios.
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11. Heterogénea: permite la expresión de actitudes, opiniones, pensamientos y circunstancias que están presentes en nuestras sociedades, viéndose reflejado en los espacios de la sociedad de la información.
12. Redundante: la creciente y enorme cantidad de información en situaciones no es necesariamente fuente de enriquecimiento cultural, sino a veces de aturdimiento personal y colectivo.
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14. Esta centralización implicaba, que esta fase de creación estaba en manos de una minoría (con conocimientos de lenguajes de programación) que, en gran parte de los casos, no alcanzaba a mantener la actualización de datos a la medida de los requerimientos de los usuarios.
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18. “Una verdadera aplicación Web 2.0 es una que mejora mientras más personas la usan. Por eso, el corazón verdadero de la Web 2.0 es la capacidad de aprovechar la inteligencia colectiva.” Tim O’Reilly, durante un discurso en la Universidad de Berkeley.
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33. Para el usuario se abren algunos beneficios, como la posibilidad de acceder a servicios que hoy son pagos, ampliando su capacidad de uso. Por otra parte, dejaría de ser una variable clave con qué computadora cuente el usuario, porque no necesitará gran capacidad tecnológica para usar programas que hoy la demandan. Una poderosa conexión a internet sería lo más importante. Pero cuidado, con estas herramientas y con el almacenamiento de datos relacionados a los usos, se inauguran nuevas discusiones sobre la seguridad y la privacidad. Porque como muchos ya han manifestado, a futuro, las aplicaciones web 2.0 implican que los usuarios deleguen el almacenamiento – con la seguridad y privacidad que debería conllevar- a las empresas.