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s AI bajar a tierra encontraron
fuego encéndido,- Pgscado sobre las
braéas y pan. 'o Jesús les dijg: *Trai-
qan alqunos de los Pescados que
ácabañ de sacár.» "'Simón Pedro
subió a la barca y sacó la red llena
con ciento cincuenta y tres Pescados
grandes. Y a pesqf .de qye hubiera
lantos, Do se romPió Ia red.
JOAN 21
sin nada, y se echó al agua. Los
otros discípulos llegaron con la barca
-de
hecho, DO estaban lejos, a unos
cien metros de Ia orilla; arrastraban
la red llena de peces.
tz Entonces Jesús les dijo: *Vengan
a desayuodt». Ninguno de los discípu-
los se átrevió a Preguntarle quién era,
pues sabían que era el Señor. '3 Jesús
se acerco, tomÓ el Pan Y se lo rePar-
tió. Lo mismo hizo con los pescados.
14
Esta fue Ia tercera vez que Jesús
se manifestó a sus discípulos después
de resucitar de entre los muertos.
'5 Cuando terminaron de comer,
Jesús dijo a Simón Pedro: *Simón,
hiio de Juan, ¿me amas más que
ésfos?, Contestó-: *Sí, Séñor, tú sabes
que te quiero., Jesús le dijo: nAPa-
cienta mis corderos.»
16
Le preguntó _por segunda v'ez:
*Simón,-hijó de Juan, ¿[ne_amas?,
Pedro volvió a contestar: *Sí, Señor, tú
sabes que te quiero., Jesús le dijo:
*Cuida de mis ovejas.,
t7 Insistió Jesús Por tercera vez:
*Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quie-
248
res?, Pedro se puso triste al ver que
Jesús le preguntaba por tercera vez si
lo quería y le contestó: nSeñor, tú lo
sabes todo, tú sabes que te quiero.,
Entonces Jesús le dijo: nApacienta
mis ovejas.
r8
En verdad, cuando eras joven, tú
mismo te ponías el cinturón e ibas a
donde querías. Pero cuando llegues a
viejo, abrirás los brazos y otro te amarra-
rá la cintura y te llevará a donde no quie-
rEls.» re
Jesús lo dijo para que Pedro
comprendiera en qué forma iba a morir
y dar gloria a Dios. Y añadió: *Síguerne.».
20 Pedro miró atrás y vlo que lo
seguía el discípuio al que J esús
amaba, el que en Ia cena se había
inclinado sobre su pecho y le había
preguntado: nSeñor, ¿quién es el que
te va a entregar?, 2t -
Al verlo, Pedro
preguntó a Jesús: *¿Y qué va a ser de
ésté?, 22 Jesús le contestó: *Si yo
quiero que permanezca hasta mi vuel-
ta, ¿a ti qué te importa? Tú síguerne.»
23 Por esta razón corrió entre los
hermanos el rumor de que aquel dis-
cípulo no iba a morir. Pero Jesús no
drjo que no iba a morir, sino sirnple-
mente: nSi yo quiero que perTnanezca
hasta mi vuelta, ¿a t¡ qué te importa?,
24 Este es el mismo discípulo que
da testimonio de estas cosas y que
las ha escrito aquí, y nosotros sabe-
mos que dice la verd ad. '5 Jesús hizo
también otras muchas cosas. Si se
escribieran una por una, creo que no
habría lugar en el mundo para tantos
libros.
el fin del encuentro sabrán que es é1, aunque no
sea aquel su físico.
8. Pedro se arreqló el manto porque estaba
desnudo. En las fías horas de la noche no ha-
bría estado desnudo, y ante todo porque su cultu-
ra no se lo permitía. Pero estaba desnudo bajo su
manto o vestido de trabajo. Tiene que conreruar-
lo, v antes de echarse al- agua, se recoge los fal-
dones de su vestido para poder nadar-
11. [-a cifra de 153 tiene seguramente un s€n-
üdo simbólico, pero- :e .le. han dado tantas inter-
pretaciones que-es difícil decir crÉl es la acertada.
18 [-as suertes diversas de Pedro y Jtran son
como dos aspectos de la existencia {e quienes se
dan enteramánte. ¿.Quiso Jest-rs que Pedro hiciera
reparación por su
-triple negación? Esto lo notaÉ
el catequista, pero no es.lo'principal: es rnás im-
portante que Pedro en adelante ame a Jesús
ámando a su lglesia y aceptando el martirio. ¿Y
los rumores qrá circulaban'sobre un anciano Juán
todavía üvo? No son más que un pretexto para
expresar la sed de la üda etema,'cada vez más ar-
diente en el discípulo amado.
19. Cuando Juan terminó su wange[io, Pedro
ya había muerto en Roma, en la perEecución de
Nerón, el año 64 ó 65.
Juan todavía üvía en e[ año 90. Era el ütimo
de los testigos de Cristo y algunos pensaban que
no iba a morir hasta que, volviera el Señor.
24. El último párrafo fue añadido corno con-
clusión por los que rodeaban a Juan cuando
murió.
Durante los tres años de la vida pública, Jesús puso las bases de su Iglesia:
reunió a sus primeros discípulos y los asoció a su misión (Mc 3,13-16); cons-
tituyó a Pedro como responsable de la <<comunión» (16,18) y guardián de la
fe (Lc 22,31) en este nuevo pueblo de Dios; hizo de los Doce y los discípulos
un pueblo de testigos (Jn 15,16) y les prometió el don del Espíritu que les
descubriría la plenitud de esa luz que había venido a traer a la tierra (Jn
16,13).
Hoy el Señor ya está resucitado; un pueblo nuevo y un mundo nuevo ha
nacido del costado abierto de Jesús, como el niño nacido en la sangre y el
agua que se escurren del vientre de su madre (Jn 19,34)- Iluminadó poi la
palabrá de Jesús y animado por su Espíritu, este pueblo se pone en cáminó
para anunciar a todas las naciones las maravillas de Dios y para reunir en la
unidad a los hijos dispersos (Jn I1,52).
Fn esta hazaña apostólica se destacarán dos grandes figuras: Pedro y
Pablo. Pedro se dedicará en especial a la evangelizáción de lol Judíos, Pabló
será puesto aparte para anunciar la Buena Nueva de la salvación a los paga-
nos (Gal 2,7- 8).
Lucas, autor del tercer Evangelio, dará testimonio de ese nacimiento de la
Iglesia en el libro llamado Los Heclos de los Apóstoles, o probablemente en
su origen Hechos de Apóstoles. Si existieron p-ara esta obia, como para los
Evangelios, relatos más antiguos que Lucas utilizó para redactar su texto, la
armonización de esos diversos documentos fue hecha de una forma tan nota-
ble que hoy resulta muy difícil distinguirlos. Algunos especialistas piensán
que en un principio los Hechos de los Apóstoles formaban un mismo y único
libro con el tercer Evangelio, y que habría sido dividido posteriormente. Sin
embargo se da por seguro que áeiae principios del segundo sislci, loS Hechos
de los Apóstoles apare-cen como un texto independiente.
Este testimonio sobre el nacimiento de la Iglesia nos ha llegado bajo dos
formas diferentes: el texto <<corriente>>, representado por la mayoría de lol
manuscritos antiguos de origen sirio y egifcio, y el teito llamado <<occiden-
tal», m᧠largo y muy marcado por las querellas que enfrentaban a los judíos
y a los primeros cristianos. Pero realidad las diferencias se notan tan sólo en
un núméro bastante reducido de versículos. l
El libro de los Hechos parece que no se desarrolla según un plan riguroso,
INTRODUCCION 250
pero se pueden distinguir algunas grandes divisiones de la obra, en que se resalta el
proyecto de Lucas. Ciertamente Lucas ha asignado Ia mejor parte a Pedro y a
Pablo, pero no se refiere a ellos en exclusividad. A pesar de nurnerosas excepcio-
nes, Ia figura de Pedro domina en los doce primeros capítulos, y la de Pablo en la
segunda parte de la obra.
En el plano geográfico se puede advertir que /os Hechos de los Apóstoles nos
conducen desde Jerusalén, pasando por Judea y Samaría; hasta Roma, siguiendo
así la misión que Jesús fijó a sus apóstoles el día de su Ascensión (Hech 1,8). Los
siete primeros capítulos nos sinian en Jerusalén, después, 'en los capítulos ocho y
siguientes, y siempre dando lugar a las excepciones; nos present¿i. la Iglesia que se
desarolla en Judea, en Samaría y en la llanura costera. A partir del capítulo 13, nos
trasladan con Pablo a Asia Menor y a Grecia, para situarnos en el capírulo 28 en
Roma, en el tribunal del emperador, es decir,'en el óorazón mismo del mundo
pagano. Ahí se detiene bruscamente el libro de los Heclto.r como si Lucas, cüal si
fuera un corredor encargado de acompañar [a irradiación de la Buena Nueva de
Salvación desde Jerusalén a los confines de la tierra, hubiese alcanzad.c su objetivo
y cumplido su contrzito.-
Basia esto para darnos a entender que los los Heclrcs, como tampoco los Evan-
gelios, no se presentan como un¿ historia detallada de la Iglesia primitiva o una
biografía de Pedro o Pablo, sino como un testimonio de la obra del Espíriru Santo.
En efecto, el Espíritu Santo es el verdadero <<Hechop> del nacimiento de la Igle-
si4 por lo que muchos comentaristas, ya desde los primeros siglos cristianos, no
han vacilado en llamar a este libró como «El Evangelio del Espíritu Santo»- Se
podrían retom4r aquí, pbro modificándolas, las palabás de Juan: «El Espíritu llevó
a cabo muchos otros signos que no han sido mencionados en este libro, pero eslos
han sido puestos por escrito para que ustedes crean que el Espíritu'está actuando en
la Iglesia de Jesucristo>>.
En este libro de los'Hechosapñecen además otros rasgos importantes, y.en pri-
mer lugar que la'Iglesia está en:aizada en la experiencia y en la tradición de la fe
de Israel. Se'manifiesta lá'misma convicción qüe ya enóontramos en los Evüge-
lios: <<Jesús cumplió las Escrisiras>>; es deóir,,lleié a su plenitud y transfiguró en su
propia persona todas las realidades del Antiguo Testamento: larealeza de Qavid, la
predicación de los profetas, el Templo, el maná, el cordero, etc. etq.
En Ins Heclrcs de los Apóstore§, a través de las üveinas predicaciones 4e Ped¡o,
y en particular de Pablo, Lucas'se derlica a Señalar cómo el misterio de Cristo y de
la Iglesia fue¡on anunciados y preparados en el Antiguo Testarnento, pgro tarnbién
e inseparablemente, cómo este doble misterio devuelve todo su sentido a la historia
de Isráel.
En esta perspeetiva Lgcas destaca expresamer-rte los paralelos entre Jesús-y su
Iglesia,, peio también éntre el pueblo del Antiguo 'Testamento y la lglesia; citemos
a rranera de ejemllo los paralelos entre la riruerte de Esteban y la de Jesús, Ia subi-
da de Pablo a Jerusalén y la dq Jesús, o también el contraste gntre Ia torre de Babel
y Pentecostés. , '
Siempre en el mismo sentido, Jerusalén apÍrece a cada momenrd bajó-la pluma
de Lucas (58 vOces)r Tal como también lo hace-enlsu Evangelio,.donde la ciudad
santa, a diferengfa de los otros Evangetist-as, e5 pombrqda 30 veces, Lucas.pret
senta a Jerusalén, como..el lugar donde se.cumplió la salvación y de donde debe
partir el anuncio de la Buena Nugva a todas las naciones
La Ascensión de Jesús
'.,De. hecho, se presentó a ellos des_
pués de,su pasióh y les diolr-áñ-sas prueb,gs de qúe vivía. Oüiánt.
cuarenta días se d.io ver por ;ir;;
"y
Ies habló del Reino áe Dioí.-j En una
ocasión en- que estaba reuniáo con
ellos les d-ijo'que ,no
se ;l.j;;.n ¿á
251
Lucas presenta su Iibro
HECHOS I
Jerusul.l,I que esperaran Io que elPadre había prometido. «ya les habléal respecto,
'les
di;á; ' J;;n-tuutizó
qon agu?, pero ustedes serán bautiza_
dos en el Espíritu Santo deñiio a" po-CoS días.»
guntaronr ,:qeñor, (§ ahorá cuandovas a restabrecer er Reino de Israer?,
' L.: respondió: *No i;; loir-.ipona"
a ustedes conocer los ti.!ró;;.y'i;;etapas. qye solamente el padre teníaautoridad para decidir. r p;;;;-#
rán Ia fueria der Espíritu sunio cuan-do venga sobre ustldes, i:r.ie, mistestigos en Jerusalén, en ioda jra.á,
en sam aría y hasra ior
"*tiJ.ño, deIa tigrra.,
v'r rv¡ ¡ ¡
f gtf¿?r-xri[s*t.m:i""."fl *]É*:::llii¡:,:"j&¡t+!:!'"j,rcin:y:,"ili1gg¿:l*1"¡ii'-"r";4"t."fl"Á?H:?:":ir¡ffi fll';ffi ;::r:.:si:u:i,uff*iI
ífiürgtu1"f,ffi #,f :,[Fl'"J"["ssíff r'#:,":*,fl
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l:ils,"'"l¿:"§#Éit:"tl#1"!!"8:'!.1xTf ,í
l:*1f§:qÉt*;:q,.,ffl iir tr*¿ffi !#irfrJets8;$*"fr-Tlt$r
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iaie,*tt*,j"Ée"má**íü,lm-ü.mr,*"r*in*::**;orr*i*rs:
i,i!,jf,iti,H""',f f ln#*t#n:.,,*l§s:-1,*;[T,,,'ri*i1,.txqilül:iE,'fñ
ffi '#l?;iiE;tE':: "l!;ü¡;iJiÍifi dXi3:#i:#]lJÉ'&"*""ff ::'iTü.'.:'!-:Í"'i*3li
ffi#ffiHffi
HECHOS 1
e Dicho esto, Jesús fue arrebatado
ante sus oios y una nube Io ocultó de
su vista. to-
Ellós seguían rnirando fija-
mente al cielo mientras se alejaba.
Pero de repente vieron a su lado a
dos hombrres vestidos de blanco,
rr que les dijeron: uArnigos galileos,
¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este
Jesús que les ha sido quitado volverá
de la misma manera que ustedes Io
han visto ir al cielo.,
Los discipulos
esperan al Espíritu
Santo
. '2 Entonces volvieron a'Jerusalén
desde el monte llamado de los Olivos,
que dista de Ia ciudad como media
hora de carnino. '3 Eniraron en la ciu-
dad y subieron a la habitación supe __
rior de la casa donde se alojaban. AIIí
estaban Pedro, Juan, Santiago y An-
drés, Fellpe y Tomás, Bartolorné y
Mateo, Santiago, h[o de Alfeo, Simón
el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago.
Io Todos ellos peiseveraban juntos en
la oración en compañía de algunas
252
mujeres, de María, la madre de Jesús,
y de sus hermanos.
Elección de Matías
o 15
Uno de aquellos días, Pedro to-
mó la palabra eh medio de los discí-
pulos -había allí como ciento veinte
persona§-, y les dijo:
:6 uHermanos, eia necesario que se
cumpliera la Escritura, pues el Espíri-
tu Santo había anunciado por boca de
David Io que hizo Judas; este horn-
bre, que guió a los que prendieron a
-le¡ús , " .era uno de nuestro grupo y
había sido llamado a compartir nues-
tro ministerio cornún.
¡8
-Sabemos que con el salario de
su maldad se cómpró un campo, s€
tiró de cab eza, su ci,rerpo se reventó y
se desparramaron sus'entrañas, '' Es'-
te hecho fue conocido por todos los
habitantes de Jerusalén, que llama-
ron a aquel campo, en su lengua, Ha-
keldamá, que''significa: Campo de
Sangre-.
2o
Esto estaba escrito en el libro de
los Salmos: Que su morada quede de-
sierta A que nadíe habite ein etta. Y
9. Fue leuantado ante sus o.¡bs. h resurrec-'
ción de Jesús es alqo absolutamente distinto de
un retomo a la
"i¿ai¿t;
que había salido del seno
de Dios, retomabá a la'uh¡dad diüná. La' palabra
*resurrección"
no era suficiente para,.entender lo
que ni tan siquiera logramos imaginar y se escla-
reció esta últirna manifestáción üendo.a Jesús su-
bir hacia el mundo de'Dios. '
Al subir al Cielo en su última- aparición, Jesús
les reveló el sentído de su propia'historia,' habia
venido del Padre v retomaba al Padre. Pero'no
welve solo si.no áu" lleva consigo a todo "un-
pueblo de cautivos' {Ef 4,8) que ha arrancado del
poder de las tinieblas para hacerlo entrar en'su
reino de luz (Col 1,13). Se va para preparamos
un lugar, a fin de que dond,e él está,, €stemos
también nosotro s. (J L4,2-3] :
Jesús desaparece y eso era.necesario (Jn
L6,7). Sean cuales, fuelen las'cualidades del que:
ha.dedicado su vida a réunir discípuloi, ésios
nunca se-rán libres si aquél s'e quedáj: los discípu.
los deberán hacefsg cq.rgo tanto de lg,lglesia y del'
apostolado como--de ellol mismos.
'. L2. Lá primera comunidad no se limitaba a
los apóstoles. pues también las mujere§ que se-
guían a Jesús ocuparon un lugar destacado du-.
'iante Ia pasión y las manifestaclohes dejJesús re:
sucitado,(Lc 23,55). María jugó un papel decisivo
durante esos días en que los apóstoles y .la comu,
nidad trátaron de repensar todo lo que: habían
yslg y aprgndido de.Jesús; ga que solo ella podia
hablarles de lá Anunciación y de muchas otras
cosas de la üda prirada de JeSús; ayudándoles así
a entrar en el misterio de su p€rsonalidad divina.
Como va hizo .Juan al recordar las palabras de
Jesús eñ la cruz (Jn 19,26), Lucas también revela
aquí la matemidad espirihral de lvlaría- '
Y a pesa r-'de_que María ocup e el primer lugar
en la casa de Juan, ahora se retira y no es más
que una plesencia orante.
15. Se pasa dé una comunidad redu.,du,:a un
grupo más grande: ciento seinte personos. Era
la cifra-requerida según Ia tradición para fundar
una nueva institución. Ya no cabían eh qna casa,
y Ia reupiQn @.bió efectuars€ en algún jardin d¿i
rnonte.de los Olivos. .
Había muchas otras qosas de que hablar antes
que del reempla zo de Judas, sin
'embarqo
Lucas
lá da prioridaiJ'porque los rDoce" reprcÉuéían la
estructura tradicional de las doce tribus del Pue-
blo de Dios. Así Io había qrrerido Jesús, ! €re D€:
cesario mantener este signo de la unidad- en la di-
versidad
18. ,Los:versículos 18.19 son un inciso.de Lu-
cas. Contradice de hecho. la versión de Mt 27 ,3-
10.
253
también está escrito: Que otro ocupe
su cargo. 2i Tenemos, pues, que es_
coqer .a un hombre de'entre los que
anduvieron con nosotros durante to-
do el tiempo en que el Señor Jesús
actuó en medio de nosotros, ,2 desde
el bautismo de Juan hasta el día en
que fue llevado de nuestro lado. Uno
de ellos deberá ser, junto con noro-
tros, testigo de su resurrección.,
a Presentaron a dos: a José, llama_
do Barsabás,^pg sobrenombre Justo,
y*g Matías. Entonces oraron así:
« lu, 5enor, conoces el corazón de to_
dos. Múestranos a cuál de los dos
has e.l,e.gido. 25
pgr? ocupar este cargo
y. recibir este ministerid y apostolaáo
del que Judas se retiró pará ir al lu_
ga!-que Ie correspondía.r'
26
Echaron a súertes entre ellos y Ie
tocó a Matías, que fue agregado a"los
once apóstoles.
La venida del Espíritu Santo
edos
vino
HECHOS 2
una violenta ráfagq de.viento, que IIe-
nó toda la casa-donde ártáU]"; ; y
g?arecieron unas lenguas como de
fu,eg9 que se repartiero-n y fueron po_
:lndose sobre' cada ,,ío ¿; ellos.
I I:9:s..quedaron ltenos de[ Er;ñüDanto. y cornenzaron a hablár en
otras lenguas, según el Espiritu les
concedía que se expresaran.
t Estaban de paso en Jerusalén ju-
díos. piadosos, .
[rega,cos aá iááus las
nactones que hay bajo el cielo. 6 y
::T: .lg-,.ntío qu.é qcúdió at oír aquel
rurdo, cada uno los oía hablar en su
propia lengua. Todos quedaron-r";;
desconcertádos 7 y se b..ián, iráiiá!
de estupor y admíración, -pé.b éstos
¿no .so! todos galileos? ¡y rniren có.
mo hablan! t cáda uno'de noiotros
Ies oímos _en nuestra propi. l;il;nativa. e Entre nosotros h;t pLrtos,
medos y elamitas,,habitunÉ á" Me_
lopotarnia,. Jude ?, gupadocia, del
3:f: y Sriu,
ro
de Ft¡biu,-piiiriü.,
tgipto yte Ia parte de Lib¡a sue limi-
ta con Cir5ne. Hay fora:teios qr"vienen de Roma, unos judr;;' ! otros
extranjeros, gue aceptaron sus créen-
' I Cuando llegó el día de pen-
tecostés, esta-ban, todos reuni-
en el mismo lugar. z De repente
del cielo un ru"ido, como !i Já
22- Nótense-estos límites: el ministerio de
Juan Bautista V lu Ascension. Esto, ;¿¿;;i p;
t9,9" nJgidq i .t término de lJprldÉ;ién
"G;,gélica JH" ,1{,14-31) y et E,rañé¿ti;?; M;;;ós
. ?6..1a eleccion se deja a Dios, ya que nadie
9ydu.
de'que está preseníe y obrándl,ri¡entras ra.
rgtesra astenta sus bases..
.
.:
'l ' '
' 2:1 Hán transcuirido hueve días entre la As-
censión.v. feltecostés,
-"rár"
dí;; jüiuniá lá,cuales- Ia lglesia primitiva estuvo-en oración. De
, .Algunos acontecimientos'importantes de la
Iglesia .plimitiva tuvieron lugar con ocasién de
fiestas judjas,, Pentecostés (eñ griego:' la.cincuen-
Lerc) era Ia fiesta llamada .á¿
ñ-r?áá"ur%;i;
Biblia^ hebrea; :siete- semaneig dáipu¿r.áá-lu pL;:
cua-' Al inicio'.era- la fiesta de' la .óráihu.-dA;¿,
se había convertido en.la fiestá'd-á-6 LA Aáil;el sinaí- El. don de la Láv'serár reempruruJ"iái
el don del Espíritu.:
E tg "Pen[ecostés.' anunciado por Jesús es el
acto de fundación, de la rgi"i¡á, qr[i"ái¿r uq"ide Jesús en e.l mundo y;" iá'ñirtáriá.:E;t";t*
sión del BpiTtu, que reí¡siio
""á
i*pó.t""Ii"
"i-cepcronal, .solo. fue Ia primera de muchísimas ex-
pgrleqrcia_s espir:itua les'perror-,álái ó ¿áEii;;; ú;20,22: He 10,_44 v tg,O).-
-.
EI relato da a entender que'las señales exterio-
res de ese don der Espírtu fueron sóro señares: Ioesenciat fue el perdóñ de toi ?_.áá;_; (i;áó:bll
o la reconciliación con Dió; B-"n
-5,
ii; dos ex-presiones diferentes bg¿'"*pr"*r una transfor-
mación interior, que'al mismo tÉ;ñ-"s et des-cubrirniento del Díos Amár. .r .
Muchos lectores se desconciertan ante esa rna_
nifestación -de ta
.qqe ñ ii¿á;; &ájL;;ñ. :§i"
E[,l.il',in:'f,1"*:##,erruiili*ísir:*Éi
sifibaciones !). So; áiáñ;§;"ñü; ;;t";il;:
¡xi::i3i3{"r{},13ff :lñitTÉt" j::tLÍ:i§*'ij
fiesta, y tambiál pi,J;iiü, (1 1), simpatizantes
del judáísmo -qug ü"i"-;:; I;á8rii'á"óior.
en
:ryÍii'H,i¿;ITEÉlHn'r'J";iEá:*i";aüi
6. Los óton h;b¡á;;;';;
',
oqñp ñ¡á'I q ;b" i; ; ió ó¿if,,'Aí& J:¿gH ;..fgan a'hablar tenguas
"iru.j¿;"í;i";';;" todos
esos extranjeros-escuchen.-en su . propio.iAláñ¿
esla proclamaci ón d e las maravi ila íáá
-óíor. róió s
mismo :,es q.11i en .pone, e I.. fu nda-¿;i;¡.-;álq ñ ;evangelización: lbs convertidos á, ii.rá-.ü ti"n"nque- renunciar a su lengua g cultuia ;;;á entraren, la lqlgsla, como dábüñ ñ{A;Lffi;;¿iii;;judíos, Muv pqr. el contrario, úiéiql-iár5' i"r=ijll
!:§i¡¡T,llffi tr",*,?,lik;j:,itil:l¿:,sidad de tos miá-ü;ó;;;;i;;ñ;';""d[i;( l Cor L2,12). - -:
-
HECHOS 2
cias, " cretenses y árabes. Y todos les
oímos hablar en nuestras propias len-
guas lás maravillas de Dios.'
¡2 Todos estaban asombrados Y
perplejos, y se Preguntaban unos a
btrór
-qué-querría
signific.ar todo
aquello. '' Pero algunos se reían Y det
cían; u¡Están borachos!,
Jesús.es proclamado
pot pnmera vez
3 14
Entonces Pedro, con los Once
a su lado, se puso de Pie , alzó la voz
y se dirigió a ellos diciendo: uAmi-
bot judíós y todos,los qqe.se en-
cuentran en ierusalén, escúchenme,
pues hay algo que deben saber.
t5 No se Ies ocurra Pensar que esta-
mos borrachos, pges s.gn aPenas las
nueve de Ia mañañá, 16
sino que se'
está curnpliendo lo que anunció el
profeta Joel:
17
Escuc hen lo que suced.erá en /os
ú/timos días, díce Díos: d'erramaré mi
Espíritu sobre cualesquíera.que se-an
loé mortales. Sus hyos e hya§ profeti-
zarán, los ióuenes fendrán uision€g U
Ios ancí.años tendrán § ueños prpféti-
cos.
't En aquetlos d.ías'd.erramaré mi Es-
pírítu so6re mis sieruos g 'mis si'eruas,
g profetízarán.
'e Haré prodígíos arríba en el cíelo U
-i
254
señales milagrosas abajo en la ti.erra.
20 E/ sol se cón uerttrá en tínieblas A la
luna en san gre antes de que llegue el
Día grande del Señor. 2' Y todo el que
í.nuoque el Nombre del Serior se salua-
rá.
22
Israelitas, escuchen mis palabras:
Dios acreditó entre ustedes a Jesús
de Nazaret. Hizo que realizara entre
ustedes milagros, prodigios y señales
que ya conocen. '3 Ustedes, sin ern-
bargo, lo entregaron a los paganos
para ser crucificado y morir en la
cruz, y con esto se curnplió el plan
que Dios tenía dispuesto. 2o
Pero Dios
lo libró de las ataduras cie la muerte,y
lo resucitó, pues no era posible que
quedase bajo el poder de la muerte.
25
Escuchen lo que David decía a su
respecto: Veo constántemente a/ Se-
ñor delante de mí; está a mi derecha
pa.ra que no uacile. t6 Por eso se alegra
mí corazón A te alabo muA gozoso, A
hasta mí cuerpa esperará en paz.
" Porque no me abandonarás en el lu-
qar de los muertos ni permttirás que
iu. San to expertmente' la corrupcibn.
28
lvle has dado a conocer los caminos
de la uida, me colmaras de gozo con
tu presencia
2e
Hermanos, no voy a demostrárles
que el patriarca David murió y fue se-
púltado: su tumba se encuentra entre
hosotros hasta el día de hoy. 30
David
...
' 14. Es la primera proclamación de la resu-'
rr"..iót áe Jeitls. Pedio. conséiente de su res-
;ñtiiiJá. iátnu la palabra en nombre de to-
áor. Retoma los textos-del Anti§uo Testamento y
muestra cómo se han cumplido en Jesús y en la
17. El texto de Joel sólo mencionaba las mani-
festaciones extrañas que se. observaban en los
próf"tut 'cuando'los poieía el Fspíritu, Pero aho-
ia Pedro habla de un Fspíritu que lran-sforma los
corazones y obra la convbrsión n¡ofqndE- . .:
'Pedro tárrninará su
'disculrso
haciendo un lla-
rnado a la conversión, pero cambiará una palabra
"iá"iiál-áe-iá';¿i¿ciáI
Joel decía que hs!ía que
invocar el Norñbre del Señor, es decir, de Yavé-
Dios; Pedro'hablará del Nombre de Jesús Señof
19. En el texto'de Jogl el {on del Espíritu
anunciaba ei
ttdía
de Yavd" ,; es decir. el. díá temi-
ble de! juicio de Dios.. Pedro sostie.ne que ese
tiempo ha llegado y que cada uno debe convertir-
se para escapar a las catástrofes que amenazan al
puáUto pecaáor (2,40). Joel.prometia la salr¡ació¡l
ál que invocara el Nombre de Yahvé, es decir,- al
que hubiere recurrido a su podel diüno. Y Pedro
liabla de creer eo el Nornbre de Jesús, por.que
para él.no hay duda de que ahora ese poder divi-
no pertenece a Jesús.
- 22. Otro punto importantel ustedes son los
responsables-de la muerte de Jesús, pero que for-
maba parte del plan de Dios; y Dios haÉ quq de
ese crimen surja la salvación de tüo el pueblo.
La continuación del párrafo sólo se comprende
teniendo en cuenta que, tanto para Pedro como
para sus oyent€s, Daüd era un profeta y además
el autor de todos los salmos.
24: Dío.s Io resucitó. Dios, cuyo amor gs rnás
fuerte que el pecado (Rorn 5,20), hizo qúe Jesús
se conürtiera en fuente de salvación para todos
i36 v 38). '
255
era profeta y. Dios lq había jurado que
uno de sus descendientes !e sentáría
sobre su trono. Por eso vio de ante-
mano 3r y se refirió a la resurrección
del Mesías con estas palabras: no se-
rá abandonado en ¿l lugar de los
muertos, T! su cuerpo experimentará
la comtpción. :
32
Es un hecho que Dios resucitó a
Jesús; de esto todós nosotros somos
testigos. 33
Después de haber sido
exaltado a la deiecha de Dios, ha re-
cibido del Padre el don que había pro-
metido, .ffi€ refiero al _ÉspÍritu Sánto
que acaba de derramar iobre noso-
tros, como ustedes están viendo y
oyendo.
Y También es cierto que David no
subió al cielo, pero estas-palabras son
suyas: DUo e/ Sen or a mi Se ñor: *Sién-
tate a mi derechd,3, hasta que ponga
a [us enemí.gos debajo de'tus'píeí.,
36 Sepa entoñces con- seguridad toda
!a gente de Israel, que Dir¡s ha hecho
Seno¡ y Cristo a este Jesús a quien
ustedes crucificaron.,
' " AI oír esto se afligieron profunda-
mente y dUeron a Pádro y a los de-
más apóstoles: *¿Qué teñemos que
36.^Senor y Mesías: no son palabras sinóni-
mas, Señor iniiica su personalidaá diüna y áru io
más difícil. ,de,creer-, ivíesías 'o sa.lvador éra más
aceptable para Ia fe tradicional, pero más hu-i-
llanté si s€ ténía que acéptar a uñ rey rnesías su-
friente y condenado-
HECHOS 2
hacer, hermanos?, 38
Pedro les con-
testó: «Arrepiéntanse , y que cadu ,no
de ustedes se haga báuti ,-i, en el
Nombre de Jesús, e"l Meríá;, ;áru que
sus pecados sean perdonaáos. Én_
tonces recibirán el don del Espíritu
Santo. 3e
Porque el don de Dios es pa-
ra ustedes y para sus hijos, y tamUien
para todos aquellos a ios que el Sá_
ñor, nuestro. Dios, quiera llámar, aun
que estén iejos.»40
Pedro siguió insistiendo, con rnás
algumentos. Los exhortaba diciendo:
*Aléjense de esta generación perversa
y sálv€DSe .»
'i Los q.ue acogieron Ia palabra de
Pedro se bautizaion, y aquel día ;;unieron a ellos unas fres rnil perso-
nas.
La primera comunidad
. o2
Eran asiduos a Ia enseñanzá de
Ios apóstoles, a la convivencia fratúl
Dd, a la fracción del pan y a las ora_
ciones
o3
Toda la gente sentía un santo ie-
*gr, ya que los prodigios ,y señales
milagrosas se multiplicában por *.,dio. de los apóstoles. * Todos los qu;
. 42:. Lucas
mentales de la
=F
HECHOS 2
habían creído vivían unidos; compar-
tían todo cuanto tenían, o5
vendian sus
bienes y propiedades y rgpartían des-
pués el dinero entre todos según las
necesidades de cada uno.
46
Todos los días se reunÍan en el
Templo con entusiasmo, partían el
pan en sus casas y compartían la co-
mida con alegría y con gran sencillez
de corazón.
47
Alababan a Dios y se
ganaban la simpatía de todo el pue-
blo; y el Señor agregaba cada dia a la
comunidad a los que se iban salvan-
do. :,
Pedro y Juan sanan
a un hombre tullido
[?l' ' Un día Pedro y Juan subían
I "' I al Templo para Ia oración de las
tres de Ia tarde. 2 Acababan de dejar
allí a un tullido de nacimiento. Todos
los dÍas Io colocaban junto a la Puerta
Hermosa, que es uná de las puertas
del Templo, para que pidiera limosna
a los que entraban en el recinto.
3
Cuando Pedro y Juan estaban pa-
ra entrar en el Templo, el hombre les
pidió una limosn a. .o Pedro, con Juan
a su lado, fijó en él.su mirada, y le di-
io: nMíranos.» 5 El hombre los miró,-esperando
recibir algo- 6
Pero Pedro le
dijo: uNo tengo oro ni plata, pero te
doy lo que tengo: En nombre del Me-
256
sías Jesús, el Nazareno, camina., ' Y
tomándolo de Ia mano derecha, lo le-
vantó
I Inmediatamente tomaron fuerza
sus tobillos y sus pies, y de un salto
se puso en pie y empezó a caminar.
Luego entró carninando con ellos en
el recinto del Templo, saltando y ala-
s Todo el pueblo lo vio caminar y
alabar a Dios,'o y lo reconocieron:
-¡Fs el tullido que pedía limosna junto
a la Puerta Hermosa!, Y quedaron sin
palabrds, asombrados por lo que ha-
bía sucedido.
¡¡ EI hombre sanado no se separa-
ba de Pedro y Juan, por lo que toda
Ia gente, fuera de sí, acudió y se reu-
nió alrededor de ellos en el pórtico
llamado de Salomón. tz Al ver esto,
Pedro se dirigió al pueblo y les dijo:
*lsraelitas, ¿por qué se quedan tan
maravillados?- Ustedes nos'miran co-
mo si hubiéramos hecho caminar a
este hombre por nuestro propio poder
o santidad. 13
Pero no; es el Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios
de nuestros padres, el que acaba de
glorificar a'su siervo Jesús. Ustedes
lo entregaron y, cuando Pilato decidió
dejarlo en libertád, renegaron de é1.
14
Ustedes pidieron la libertad de un
asesino y iech azaron al Santo y al
posteriores esta experiencia ha sido un aguijón o
ün reproche para lás comunidades cristiañaé. pa-
rece que desde un punto de üsta económico el
resultado fue negativo: tal véz vtvieron en una
santa despreocupación hasta-el dia en que todo
s_u cqpilal_rg ggl,sumió (véanse las notas de ZCor .
8 y 9; Gál 2.10).
Desde luggo fue un fracaso, pero fue bueno
haber corridó el ñesgp; lo mismo pasará a lo lar-
go del tiempo con iñnumerables ánsayos pareci-
dos. ¿Cómb llegar hasfa e[ fin del ámoi si se
mantiene la distinción entre tuvo v mío? Cual'
quier liturgia o espiritualidad setá fragil si se rehú-
sa pisar e[ terreno del compartir.
...
46.'Aleqría u sencillez de corazón€ran Drue-.
bas del cainbió qqe se habia: operado eR állos,'
eran ahora personas reconciliadas. En ese tiem:
po gozafun de la.'simpatío genergl y sg sentían
como en su casa' en los atrios'del Templo, Pode-
mos imaginarlos agrupándose en un lugar de la
esplanada; orando'en alta voz, y luegó partici-'
pahdo. en ia oración y en los cant.-os ofícíafes diri-
gidos por los levitas.
. 3.1 Ponían al enfermo junto a la Ptuerta del
Templo porque era el mejór sitlo para pedir li-
mosna,.pero también porque no tenía derecho a
entrar: la interpretación de 2Sa 5.6 permiüa de.
jar a Ia puerta'del lugar de oració; á iá; -*di-gos que de otro módo.lo habrían invadido.
Lo mismo que pasó con los leprosos sanados
por Jesús, este milagro da al enfeimo toda su di-
mensión humana; áhora tendrá su lugar en el
nuevo pueblo de Dios
12. Una vez más Pgdro proclarna lo que supe-
ra al entendirniento: Aqué[ que ustedes'mataion
era el príncipe de la vidá. Una nuer¡a.manera de
afirmar Ia plena humanidad de Jesús y, su carác-
ter divino:,
Lá predicación de Pedro destaca el sentido del
milagio. o del signo, que acaba de ser manifesta-
do_a toda aqueliá gen[e que había venido a orar
al Templo. a
13. Su sienso. Jesús comparte aqui este titr.rlo
go.n muchos otros, siervos dá Dios, ya sea en la
Biblia, ya sea en el.lenguaje cristiano. Sin, em-
257
Justo._'l Mutaron al Señor de la vida,
?ero Dios lo resucitó de entre Ioé
rnuertos,. y .nosotros somos testigos
de ello Miren lo que puede la fe"en
su Nombre, pues en su' Nombre aca-
ba de ser restablecido este hermano
al qug ustedes ven y conocen. La fe
que. él nos inspira e§ Ia que Io ha su-
nado totalmente en presencia de to-
cjos ustedes.' .
t7 Yo sé, hermanos, que ustedes
obra¡o¡ pgl igtgrancid, dl igual que
sus jefes, '' y.Dios cumplió-de esta
manera lo que había dicho de ante-
rnano pgI bgca de todos los profetas:
que su Mesías tendría que padecer.
ig Arrepiéntanse, pu€s, y conviér-
tanse, para que sean borrados sus
pecados.. Así el Señor hará llegar el
tiempo del alivio, 20
enviándoies al
trlesÍas,gue les ha sido destinado, que
es Jesús. '' Pues el cielo debe guar-
darlo hasta qu.e.llegue el tiempo ?e Ia
restauración del universo, según ha-
bló Dios en los tiempos pasaáos por
boca de los santos profetás.
22
Moisés afirmó : Et Señor Dios ha-
rá .que un profeta colno gto,s uüa de
entre sus hermanos. Escuóh en tódo lo
que les
-di.ga.
23 El que no escuche a
?g.ppfeta será elíminado d.el pueblo.
24
Y después todos los profetár, em-
?ezando por Samuel,. anunciaron es-
tos días.
25
U_stedes son los hijos de los pro-
HECHOS 4
kl:: { l": herederos de la atianza que
?ro: paglo con nuestros padres, al
decir a Abrahán: A traués 'ar-i" áes_
cendencí.a serán bendecfdas lod.as ias
famtltas de la tierra. 26 por ,rt"J"r, en
primer lugar, Dios ha resucitado a su
S_iervo y Jo,
ha enviado para bendecii
les, con tal que cada uno renuncie a
su mala vida.,
Pedro y Juan son arrestados
' I Pedro y Ju an estaban aún
hablando ál pueblo, cuando ,.r - | naDranoo al pueblo, cuando se
presentaron los sacerdotes, el iefe de
lu gyardia del Ternplo y los.sad'uceos;
2
toda esa gente se'senlía muv *oiéil
ta porque enseñaban al-puebio y afir_
maban la resurrección dá los muertos
a propósito de Jesús. , Los apresaron
y. Ios. pusieron bajo custodia Ihasta
el
dla srgurente, pues ya estaba anoche_
ciendo- a Pero muchos de los que ha-
bían oído Ia Palabra creyeron, y su
número llegó a unos cinio mii'fío*_
bres
:
5 AI día siguiente, los jefes de los
saduceos se -reunieron
co'n los áñ.iá:
nos y l-os maestros de la Ley de Jeru_
sattfn. 6
Allí estaban el sumó ,u."üó_
te'Anás, Caifás, Jonatán, Ál.j;;il y
todos los que pertenecían á
-iu 'altá
clase saceüotal. , Mandaroñ iru;;';
Pedro y Juan ante eltáit;;;zaron
a interrogarlesi ,¿Con,qúé poiqr: han
bargo, en los textos apostólicos este titulo atri-
buido a Jesus recuerda ante todo al sieruo der ri-
bro de Isafas (42,1: 49,1; 50,4t 52:.13). Estos
textos anunciaban a un siervo de Dios cuvos su:
frimientos !¡ muerte traerían É sahnciéü't"d;;.
16. Su nombre: solamente un ser diüno üene
un Nombre al que los hombres invócjn v-áüá
obra prodigios. '
18. Pedro inüta a srrs oyentes a releer las Es-
crituras: el Mesíos t1níg que sufrir {ls 53.4),1 y
no es Io rnismo cr¡ando la ¡iersoná lo lee
"n
uñ tí-
pro que.cuanCo ha sido teltigo y tal vez acto i ae
Ia üagedi". FI dio y la injustlcií no pueden dete-
ner el plan de Dios y su.trabajo paciente para sal-
vamos. .' -._. .' :
..
23. Al recordar la promesa hecha a Abraham
y renotvrada a Moisés,-Pedro señala cómo todotéi
Antiguo'Testamento encuentra su pleno cumpli.
miento en Jesr¡s y en su lglesia. L^a conversíón
ll* a escuchar a Jesús; el bauüsmo vendrá sólo
después.
. 4.1 Con esta rCetención se abre una nueva
etapa. Aun sin predicación. la sola pr"r.¡.i" áLl
grupo crisriano g? la esplanada dei templo ;r"como una acrsación a los que habfan coná"r,uiá
a Jesús- Hablar de la resurrbcción aá tói müil;;era. condenar la doc.trin3 q.ue querlan i*ú;;ñ;raduceos. el. partido de los iumos i"á.-iá"tá-rl
Porque si se le da.ba al. puebro unj Lrp"-rá*ááii
la,otra ü9u, s-e redu.cía lá imporrancia áájá;árt*
ridadas que m.anejllaq !¡ sggne terrenat áál ñá-blo de Dios '(véase
Mc 1^. 1 8).
- -- -- -:-"
t:.
Este texto súgiere;que todos podemcis ser tésü:
gos de Jesr.rs y-de sq verdad si
'ástám;-deád'üA
a comprometemog. Tgl vez nos paraliza.el m¡edó
a encontrarnos solos frente a rai oposicion"s-áñ
vez de coniar coh la presencia de-¿;i;i;ñi
10.17 -20).
;
-.1 :
:¿
ta
HECHOS 4
hecho ustedes eso? ¿A qué ser celes-
tial han invocado?,
I Entonces Pedro, lleno del Espíritu
Santo, Ies dijq: *Jefes del pueblo y
Ancianos: ' Hoy debemos responder
por el bien que hemos hecho a un
énfermo. ;A áuién se debe esa sana-
ción? 'o SEpun'to todos ustedes y todo
el pueblo áe lsrael: este hombie que
está aquí sano delante de ustedes ha
sido sanado por el Nombre de Jesu-
cristo el Nazareno, a quien ustedes
crucificaron, pero a quien Dios ha re-
sucitado de entre los muertos. rr El es
la piedra que ustedes /os constructo-
res despreciaron A que se ha con uertí-
do ?f piedrl angular. '2 No hay. sal-
vación en ningún otro, pues bajo el
cielo no se ha dado a los hombres
ningún otro Nombre por el que deba-
mos ser salvados.,
'' Q,uedaron admirados al ver la se,
guridad con que hablaban Pedro,y
Jl:an, .que eran hombres sin instruc-
ción ni preparación, pero sabían que
habían estado con Jesús. 'o Los jefes
veían al hornbre que había sido sana-
do allí, de pie a su lado, de modo que
'5 Mandaron, pues, que los hicieran.,
salir del tribuna[ mientias deliberabari
entre ellos. Decían: ¡6 «¿Q,ué vamos a
hacer con estos hombres? Todos los
habitantes de Jerusalén saben gue,
han ,hecho un milagro clarísimo , y
nosotros nó podemos negarlo. " Peró
prohibámosles que-hablen más de
ese Nombre ante ninguna persona,
258
no sea que esto se extienda entre el
pueblo., rB Llamaron, pu€s, a los
apóstoles y les ordenaron que de-nin-
gún modo enseñaran en el-nornbre
de Jesús, eue ni siquiera Io nombra-
ran
re Pedro y Juan les respondieron:
*Juzguen ustedes si es' correcto de-
lante de Dios que les hagamos caso a
ustedes, en vez de obecedecer a Dios.
2o
Nosotros no podemos dejar de ha-
blar de Io que hemos visto y oído.,
2t lnsistieron ellos en sus amenazas
y los dejaron en líbertad. No encon-
traron manera de ca-stlgarlcs a causa
del pueblo, 22
pues todos glorificaban
a Dios por Io que había sucedido, sd-
biéndose además que el hombre mi-
lagrosamente sanado tenía más de
cuarenta años.
La oración de la cornunidad
Apenas quedaron libres, Pedro y
Juan fueron a los suyos y les conta-
ron todo Io que les habían dicho los
jefes de los sacerdotes y los ancianos.
24
Los.escucharon, y después todos
a'una elevaron su voz a Dios, dicien-
do: *Señor, tú hiciste el cielo, la tierra,
el mar y todo lo,que hay en ellos.
25
Tú, por el Espíritu Santo, pusiste en
boca de tu siervo Davíd estas pala-
bras: ¿Por qué se agítan /as naciones
A /os pueblos traman planes qanos?
" Se han aliado los reges de la tierra g
los príncípes se han unido contra'ét
'lqQ
2' Es verdad que en esta ciudad hu-
bo una conspiración de Herodes con
Poncio Pilato, Ios paganos y el pueblo
de Israel contra tu santo siérvo'Jesús,
a quien tú ungiste. 28
Así ellos consi-
guieron lo qug tú habías decidido de
ániemano y Ilevabas a efecto. 2e y
ahora, .Señor, fíjate en sus amenazas;
concede a tus siervos anunciar tu pa-
labra con toda valentía, 30
mientras tú
rnanifiestas tu poder y multiplicas tus
intervenciones, realizando cüraciones,
señales y prodigios por el Nombre de
tu santo siervo Jesús.,
3r Terminada Ia oración, tembló el
lugar donde estaban reunidos. Todos
queda{on llenos del Espíritu Santo y
se pysleron a anunciar con seguridad
la Palabra de Dios.
Los creyentes intentan poner
en común todos los bieñes
. 32 La multitud de los fieles tenía
un solo corazón y una sola alrna. Na-
die consideraba como propios sus
bienes, sino que todo lo t'eníán en co-
mún. 33
Los apóstoles daban testimo-
nio de la resuirección del Señoi ieiñt
qon gran poder, y dquél era para to-
dos un tiempo de gracia siñ igual.
I Entre ellos ninguno sufría necesi-
dad, ptes los.que poseían campos o
casas los vendían-, traían el ciineio ,, y
lo,depositaban a los pies de los após'-
toles, que Ib repartían según las néce-
sidades de cada uno. 3u
A_sí lo hizo Jo-
sé, un levita nacido en Chipre, a
HECHOS 5
quien los apóstores
lkmaban Bernabé
,!og:_:u¡;re decir: "Er que itirá.tá;1.)'I Lste vendió un camiro. de su pro-piedad, trajo er dinero d'e ra venta y ro
puso a los pies de los apóstolés.
EI fraude de AnanÍas y Safira
¡-El ' , Otro hombre llamado Ana-
I Y I nÍas, de acuerdo con su esposa
§afjrq, vendió tambiÉn una- propie-
{pd, ' pe.ro se guardó una pá.t.'del
dinero, siemprá de acuerdó .on su
esposa;. la otra parte.l.a llevó y la .n_
tregó a los apóstoles,
3 Pedro Ie d|o; ,,Ananías, ¿por qué
ur. dejado gug Satanas se apode¿;;
de tu corazón? Te has guardado uná
parte_ del g,!ero; ¿por!ué intentas
engalar-al Erpíritu Sanio? o podías
gua.rdar tu prgpiedad y, si Ia vendíai,
p9días también quedarte con todo.
¿Por qué has hecho eso? ño has
mentido a Ios hombres, sino a Dios.;
5 Al oír Ananías estas palabras, se
desploTó y murió. Un grán temor se
apoderó de cuantos Io oyeron. 6 Se
Ievantaron los jóvenes, enúolvieron su
cuerpo y lo llevaron a enterrar.
' Unas tres horas rnás tarde llegó la
qspgs? de Ananías, que no sabía" nu_
da de lo ocurrido. t pédro Ig preguntó:
n¿Es
_cierto que vendieron ál iamoo
gn tal, precio?, Ellg rgspondió: oSí, é'sá
lu: el prgcio., e Y Pedro le repiicó:
i¿Se pusie-ron, entonces, de aci¡erdo
p,ara desafiar al Espíritu del Señor?
Ya están a Ia puertá los que ácaban
' t'2. No se ha dado otro Nombre. Jesús es e!
único salr¡ador de todos.los hombres, tanto de los'
que [o han precedido como de los que vendrán
después de é1,' tanto de los que lo conpcen como_
de los que lo ignoran.. -
los creyentes en cuanto se han entregado a Je-
srfs. y la salvación eterna que Dios cóncederá a
todos gn el úlümo dia. Cualquiera que fuere su
camind y sU religión, se reconocerán entonces
pecadores, pero también se verán salvados por
aquél que no han conocido en este mundo y óon
él'c9.mi:-artirán'ta etemidad de Dios. ''
31. Con segurídod. Esta expresión se repetirá
muchas veces en el transcurso de ástór liuiór.
Los creyentes están convencidos de que-ió"-pói-
tadores de un mersaje ütal para quibnes los ro-
dean:, ha_b.hn p.orque óreen (áCor +, t Sl. t;;;;
mas ortlcrt hablar si pensaran que al fin y al cabo
el mundo donde se üve no es tár, malá- '
' 32- Los versículos 3z-g7 parecieran indicar
que la puesta en com¡in de los bien"r
"ij
una re-
gla en' ! primera comunidad cristiaria. mientras
que en 5,4 nos d,.9", por h.u del mismo pedro,
que Ana?ias y Safira éran libres de guardarse sr§
bienes. Váse al respecto la nota de2.44
5.1 Muchos lectores, prisioneros de un mun-
do en el que'todos desean una üda -uy iargd, o
piensan eye tienen derecho a'ella, s.g impactancon esta doble muerte: ¡Diós
",
.áá!l É.ro ¿noserá eso una ..prueba -de-nuéstra grun"ignoáá¿i;
sobre Dios? EI'rab" áliiápg que vivi¿ cada uno
en el misrno rngmento qué Io'ltamá irá üáu]' ,jaceptó un nyndo en que centenás de rniilones'dá
personas sólo tendrán una o dos a"éánái Já
pl,:r para preparar su -yo' etemo; pu"á" tu*Ibren p-Qnel lnte nuestros ojos la mtrerie ¡rnpiévii-
l1,y ;lpita de una'parejg gug, de ot;ñol;, h;-Dr¡a. rat vez seguido agitándose o aburriénáose
dullnte.algunolaños rñas. i
Para los testigos de esle hechotel temor no es
tanto miedo sino más bien la impr"rión ;rüfuerte de encontrarse aili doná; É';ráél.iu'üá:
Dios proyecta e.l máximo de Lrz. S"ñ-;ü.d.¿;
de un mensaje de üda (5,20).
la salvación cris.:
de la que gozan
13. ,En cualquier época, los que dan testimonio
de'una wndad'rnolesta o que ofrecen el rernedio
para,los" males proíurndos-de la sociedad, deben
enfrentarse con las autoridades que miran desde
arriba. Los que encarnan el poder necesitarán
siempre mucha humildad para recibir una verdad
que no pJoceda de ellos mismos. Y para conver-
tir.a uno solo de estos, los inferiores tendrán que
aceptar. g¡andes sufrimienlos.
HECHOS 5
de enterrar. a tu rnarido y te van a lle-
var también a ti., .:
ro Y al instante Safira- se desplomó
a sus pies y murió. Cuando.entraron
los jóvenes la hallaron muerta y [a
llevaron a enterrar junto a su marido.
Ir A consecuencia de esto un gran te-
mor se apoderó de toda Ia lglesia y
de todos cuantos oyeron hablar del
hecho ..
tz Por obra de los apóstoles se pro-
ducÍan en el pueblo muchas señales
milagrosas y prodigios. Los creyen-
tes se reunían de común acuerdo en
el pórtico de Salomón,, '3'y nadie de
los otros se atrevía a unirse a ellos,
pero el pueblo los tenía en gran esti-
ma. 'o Más aún, cdntidad de hombres
y mujeres tlegaban a crcer en e[ Se-
ñor, durrr€ntando así su número. 't La
gente incluso sacaba a los enfermos
a las calles y los colocaba en camas
y camillas por donde iba a pasar Pe-
dro, para que por lo menos.su som-
bra cubriéra,a algüno de ellos.
It Acudían multitudeí de las ciudades
vecinas a Jerusalén, tiayendo a sus
enfermos y a personas atorinentádas
por espíritus malos ; y todos éran sd=
Los apóstoles .
son nuev?mg_fitg arrestadoq
. t'_ El sumo:sacerdote y ioda su
260
gente, que eran el partido de los sa-
duceos, decidieron actuar en la forma
más enérgica. 18
Apresaron a los
apóstoles y los metieron en la cárcel
pública. '' Pero un ángel del Señor les
abrió las puertas de lá cárcel durante
la noche y los sacó fuera, diciéndoles:
20 *Vaydo, hablen en el Templo y
anuncien al pueblo el mensaje de ,í-
da., '' Entraron, pues, efl el Templo al
arnanecer y se pusieron a enseñar.
Mientras tanto el sumo sac_erdote y
sus partidarios reunieron al Sanedríñ
con todos los ancianos de Israel y en-
viaron a buscar a los prisioneros a Ia
cárcel. 22
Pero cuand^o tlegaron loi
guardias no los encontraronén la cár-
cel. Volvieron a dar la noticia y les di-
jeron: B *Hemos encontrado lá cár.ét
perfectarnente cerrada y a los centi-
nelas fuera, en sus puestos, pero al
abrir las puertas no hemos encontra-
do a nadie dentro.,
2o
El jefe de la policía del Templo y
l9r jefes de lor sacerdotes quedaroñ
desconcertados a[ oír esto y se pre-
guntaban
'qué
podia. haber érceaido,
25
En esto llegó uno que les dijo: *Los
hombres qué ustedes encarcet:aion
están ahora en el Templo enseñando
al puqblo.i ". El jefe $e !a guardia fue
con su¡ ayudantes y los trajeron, pero
sin violencia, porque tenían miedo de
ser apedreadob por el'pueblo
Muchgs dirán que no es lo mismo, ya,que los
apóstofes efan persegúdos porque proclamaban
a Jesús,. mientras qué ahorá esós 'ciistiano§ son
. perseguidos .porque hacen política. Pero 'eso no
es algo tan evidente.
;En ese tiempo los judÍos eran dominadgs y- es-
taban divididos. y Jesús enseñaba un canrinó' de
libertad que hoy se [amaría.acciór¡ no violenta. Y
las' autoridades se libraron de"é[' para. defender,'la
segurida{ d. su náción (Jn-' L2;481, y,su;pr,opia
política. Creer en,Jesris era.iéconocer qué se ha-
bía actuado'-mal al rechazarlo.:Seguir ál eamino
que _Jggúg ha-bía indicado era condénar la políüca
La, lglesia no estaría proclamando a, JesrE :co-
mo el :único Salvador (5'3.1) si cerrase los ojos
cuando naciones enteras esián condenadas a üná
muerte lenta'por fa[ta dg -t¡abajo, de eduéaciOn v
de satud. o cúando los débilás ion asfixiados pó
los poderosos so.pretexto de libertad. Sin erntiar-
go. denunciar no-es-juzger, pe.ro dichas denun:
261
" ,Lgr trajeron y los presentaron an-
te el Consejo. Ei sumo sacerdote los
interrogó diciendo: 28 nles habíamos
advertido y prohibido enseñar en
nombre de ése. Pero ahora en Jerusa-
lén no se oye más que su predicación
y quieren ech.arno-b Ia culpa por la
muerte de ese hombre.»
n Pedro y los. apóstoles respondie-
ron:' *Hai dr" obddecel a Dioi antes
que a los hombres.3o El Dios de-
nuestros padres resucitó a Jesús, a
quien,ustedes dieron muerte colgán-
dolo de un madero. 3r Dios Io exaitO y
I^o .puqo a su derecha como Jéfe tSalvador, para dar a Israel la conver-
:-iQl y el-perdón de los pec,ados.
32 Nosotros somos testigol d" esto y
lo es tarnbién el Espíriiu Santo, qrá
Dios ha dado a los {ue le obédec€n.»
. 33
EIIos escuchaban rechínando
los dientes de rabia v qu.ri¿n -átuilos. 3o.Entonces se'-leüantó uno de
ellos, ul fariseo llamado Garnaliel,
que era doctor de Ia Ley y p.rconá
muy estirnada por todo él breblo.
Mandó qug hicieran salir a áquellos
hombres durante unos minutós t, y
empel ó a hablar así al Consejo:
*Colegas israelitas, Do actúe., a Ia
ligera qon estos hombres. 36,Recuer-
dqryAuq liempo atrás se presentó uni
tal Teudas, que:pretendía'ser un grEtn
HECHOS 6
personaje y al que se Ie unieron unos
cuatrocientos hornbres. Más tarde pe-
rec.ió, sus,s,eguidores sg- espersaron y
tod.o quedó én nada. 3, Tiámpo des'-
puqs, ۖ lu ,gRoca del censo, ,rigiO
Judas el Calileo, que arrastró'al oüe_
blo en pos de sÍ.
'pero
tamU¡en ?ri¿
pereci o y l94os sus seguidores se dis-
persaron. ".P9f eso- Iel aconsejo uñó_
Ia qyq se olviden ^de esos homb.ei y
Ios..d"Jgn
.en paz. Si su proyecto o su
actividad es cosa de hombres, ae
vendrán abajo. 3e pero si viene de
Diqs, ustedes no podrán destrulrior.
"ojalá no estén luchando contra ói;;.',
El Consejo le escuchó oo,y
manda-
ron entrar de nuevo a los 'ápóstoles.
Los hicieron azotar y les oiaenár""
severamente que no volviesen a ha=
blar de Jesús- Salvádor,,' ó¿;á;és'los
dejaron ir. -r -
. :' Los apóstoles salieron del Conse_
Jg Inuy contentos por haber sido con-
siderados digno's'de sufrir poit él
Nombre de JeÉús. 42
EI día .ntéro en
el Templo y por las casas no cesaban
de enseñar y.proclamar a.Jesús, el
Los Doce Ia elección de los Siete
HECHOS 6
dos helenistas contra los llamados he-
breos, porque según ellos sus viudas
eran tratadas con negligencia en el
servicio diario
2 Los Doce reunieron Ia asamblea
de los discípulos y les dijeron: nNo es
correcto que nosotros descuidemos la
Palabra de Dios por' hacernos cargo
de este servicio, '-Por Io tanto, hermá-
nos, elijan entre ustedes a siete hem-
bres de buena farna, llenos del Espíri-
tu y de sabiduría; les confiaremos
esta tarea mientras que nosotros
nos dedicarernos de lleno a la oración
y al ministerio de la?alabra.,
5 Toda la asamblea estuvo de
acuerdo y eligieron a Esteban, hom-
bre ileno de fe y Espíritu Santo, a Fe-
lipe, Prócoro, Nicanor, Timén, Párrne-
nas y Nicolás, que era un prosélito de
Antioquía. u Los presentaron a los
apó:!oles, qu.ienes. se pysieron en
oración y les impusieron las marlos.
7 La Palabra de Dios se difundía; e!
número de los discÍpulos en Jerusa-
lén aumentaba considerablernente, e
262
incluso un buen grupo de sacerdotes
había aceptado la fe.'
Historía de Esteban
. I Esteban, hombre lleno de gracia
y. de poder, _
realizaba grandes prodi-
gigs y ggñales milagrosas en medio
áel púeblo. ' Se Ie eciaron encima al-
gunos de Ia sinagoga llarnada de los
libertoi y o^trgs llegados de Cirene,
AlejandrÍa, Cilicia y Asia. Se pusieron
a diqcutir con Esteban, r0 pero no lo-
graban hacer frente a la sabiduría y al
Espíritq con q.ue habtaba. " AI no po-
der resistir a la verdad, sobornaron a
unos hombres para que af:rmaran:
*Hemos oído hablar a este hombre
contra Moisés y contra Dios.,
'' Con esto alborotaron al pueblo, a
los ancianos y a lgs maestios de la
Ley, llegaron de improviso, lo arresta-
ron y lo llevaron ante el Sanedrín.
I3 Allí se presentaron testigos falsos
que declararon: «Este hombre no ce:
sa de hablar contra nuestro Lugar
Santo y contra la Ley..ro Le hemos-oi-
do decir que Jesús el.Nazareno des-
sus limitaciones en el momento de como se verá.en_He- 10,9, que le dará a su pala-
bra la fuerza del Espíritu.
-
5. Nada sabemo-s de los Siefe, a excepción de
Estebán y Felipe. Como el Apocalipsis menciona
a unos l'nicolaÍtas" (Ap 2,61. postériormente al-
gunos .creyeron que fueran los'imitadores de ese
Nicolás desconocido.
._t-9. Llama la atención este elogio a Esteban.
TenÍa todo para haber si{o un grañ apóstol, peró
como sucede a menudo. Dios e-liqe pára sí lo'me-
jor y Io quita.: antes. de haber. dado lo que p"diá,
otros detrás de él harán el traba¡o. .
Esteban ejerce su ministerio ántre los iudíos de
lengua griega que habían r.¡uelto a Jenrjalén por
un tiempo.
-Dos
sinagogas griegas se cdnfabüan
en su contra y apelan a las autoridades. Se hace
un .proceso ráp.idg, y el SanedrÍn, aprovechándo.
se la-ausencia del gobernador romaho, Io mancia
apedrear. . . .
. 12. Corrá ei año 36: durante los-años transcu-
rridos el pueblo. se ha ido aburriendo de-ver sieá-
pr:? a,los cristianos-al margen de la unidad
"ááio-nal; y por prim era vez se ádüerte la hostilidad en
su contra.
L4.'- Jesls'c:ambiará ios cost umbres: e's decir,
las prácticas religiosas. [-os cristianos iudíos con-
tinuaban observando tales prácticas religiosas pe-
ro' lleüaban qgnsigg el es¡iiritu que les" indicáUa
que Io esenciál estába en oira parte.
T
I
263
truirá este Lugar santo y cambiará las
costumbres que nos:áejó trloisés.,
ri En ese momento todos los que
estaban sentados en el Sanedríñ d;á:
Ion los. ojos en Esteban, y su rostro
les pareció corno el de un ángel.
LI -!" pluguntó: u¿Es verdad Io eue
dicen?, z Esteban rdspondió: -l-terriá_
nos y padres, escúchénme:
EI Dios glorioso se apareció a
nuestro padre Abrahán miehtras esta-
ba en MefopotaTia., antes de que
fuera a vivir a JaráD,.
j y Ie dijo: "d.Já
tu país.y .tu p9r_e?Elu y veté at pá1s
qye te indicaré." 4 Entonces abando_
nó el país de los caldeos y se estable,
ció en Jarán.
HECHOS 7
de Egiplo y ge toda su casa. n Sobre-
vino el hu,Tbre por toda rá tierra de
Egipto y de Canáán, y'rá miseria fue
tan enorme qu9 nuestros paarei ño
encontraban qué comer..', Al enterar-
se Jacob de dru h:bi: trigo'ei' üü-to, mandó alll a nuestros liores una
primera vez. 13
La segund'a vez Jos¿
se dio a conocer a sls hérmaná;-;
así Faraón conoció a la ,urá'JJ'j;;d.
l-!r,"9:José mandó Uuscái á su pa_
911{u.o,b c.on toda su farnilia, que se
comp.grlÍa de setenta y cinco Éersá-nas. '5 Jacob entonces-bajó á Égipñ,
donde murió- é1, y rnás taide-tarñÉieí
nuestros padrer. 'u sus .ueipos fue-
ron llevagor a siquem y delcansan
en la tumba que Abrahan f,áUi;;;;_
prado en.Siquem a los hijos á. fi;:mor por cierta suma de plaia.
t7
Ya se iba acercando el tiernpo de
l^a, pr.ofesq que Dios traUia f,"éf,o-á
Aprqhán; g puebto creció v ,á -ulti,plicó en Psipto 'E hasta'gr; iiü;o.tlo rey. a psjnlo que no había cono_
cido: a ,José. -,e-Este
rey;, actúandó.iJn
astucia' contra .nuestrá' ruru,-oUt¡qO u
ly.rJfgs padIgs a que abanáonarÉñ,á
sus huos recién nacido: para que Ia
raza,'.no sobreviviera.. zo
Fue en ese
tiempo cuando_nació lvloiséi, or" era
precioso pa¡a Dios. Durante'tréi--;:
ses fue criado en la casa de su puáiá,
l, y cua.ndo tuvieron gue aUáñá.i"uiló,
la.hr'ja. d€ Faraón Io iec"gió v l" üid
comb hUo suyo. l2 Así lrrói-sésiu"
"áú-cado en toda la sabiduría de los egip-
ciqs, " y llegó a ser ,ód..rf"Ln sus
palabras y en sus obras.
^.Después
de la muerte de su padre,
Dios hizo que se trasladara á esté
p?js en qué ustedes habitan ánóiá.
' .Y !o Je dio en é] p¡opiedad alguna,
ni siquiera un pedacito de tiera-don_
4.,poner el pie, sino que Ie prometió
{arle el,paíl .! posesi'ón, a 'el y t;üdescendencia después de é1. Se Io di-
Jo a pesar de que no tenía:hijos.
dientes vivirán en tierra en.án¡erá'V
serán esclavjzados y maltratadós ár'_
ran.te -
cuatrócientoí años t p"ro ñp.ediré cqentqs a. la nación a la
-qúe
sirvEn corno esclavos. DespüCs s'ál-
lTán V Tg darán .gutlo en eite iuéái.o
l-ue.g9, hilg cgn él el pacto de la i¡r_
ggnc!§lón, Y apÍ, al nqéér su hrjo Isaac,
Abrahán Io circuncidó al octáro dí;:
Lo mismo hizo Isaac con Jacob, y G:
cob con los'doqe patl'iarcas.
, ' l-orl pptriar.ur'se pusieron celosos
HECHOS 7
pero ellos no lo entendieron. 26
Al día
siguiente vio a dos israelitas que se
estaban peleando y trató de pacificar-
Ios, diciéndoles: "Ustedes son herma-
nos, ¿por qué se hacen daño el uno al
otro?' 2! Pero el que maltrataba a su
cornpañero lo rechazó diciendo:
za "¿Quién te ha nombrado jefe y juez
sobre nosotros?. ¿Quieres matarme a
mí como hiciste áyer con el egipcio?"
2s
Al oír esto Moisés huyó y fue a vivir
en Ia tierra de Madián, áonde tuvo
dos hijos.
30
Pasados cuarenta años se Ie apa-
reció un ángel en'el desierto del mbn-
te Sinaí en Ia llama de una zaÍza que
ardía. 3' Moisés quedó perplejo ante
esta visión y, al alercarse para mirar,
oyó la voz del Señor: 32 *Yo soy el
Dios de tus padres, el Dios de Abra-
hán, de lsaaq y de Jacob.n Moisés
sintió tanto miedo que no se atrevía
ni a mirar. 33
Pero
'et
Señor le dijo:
nQuítate las sandalias, porque el lular
que estás pisando ei tierra sanfa.
il He visto cómo maltratan a mi pue-
blo en Eglpto, he oído su llantp y he
bajado parq liberarlo. Y ahora ven,
que te voy a enviar a Egipto.,
35
A este Moisés, al que rechazaron
diciendo: "¿Q,uién te nombró jqfe y
juez?", Dioi Io envió como jefé y li-
bertador, con la asistencia del ángel
que se le apareció en la zarza.,T Y los
hizo salir de aquel país, iealizando
prodigios y señales en Egipto, en el
mar Rojo y en el desierto durante
cuarenta años. 3' Este Moisés es el
que d[g a los israelitas: ,,Dios les dará
un profeta como yo de entre sus her-
rnanos:, '9 Este es el eu€, en la asam-
blea del desierto, estuvo con el ángel
qug. lg hablaba en el monte Sinaí, y
recibió las palabras de vida para co-
municárselas a ustedes.
3s Nuestros padres no quisieron
obedecerle, Io rechazaron y desearon
volverse a Egipto. o0
Incluso dijeron a
Aarón: "Danos dioses que vayan de-
lante de nosotros, porque no.sabe-
mos quq ha sido de este Moisés que
nos sacó de Egipto." 4t Y fabricaron
en aquellos días un becerro, ofrecie-
ron sacrificios al ídolo y festejaron Ia
obra de sus manos.
4z
Entonces Dios se apartó de ellos
y dejó que adoraran a los astros del
cielo, como está escrito.en el Libro de
Ios Profetas: "¿Acaso me ofreeieron
ustedes víctimal y sacrificios durante
cuarenta años.en el desierto? 43
lvlás
bien llevaban con ustedes la tienda de
So,loc y Ia estrella del dios Refán,
imágenes que ustedes mismos se fa-
bricaron para adorarlas. Por eso yo
los desterraré más allá de Babiloniá."
44
Nuestros' padres tenían en el de-
sierto la Tienda del Testimonio; el que
hablaba a Moisés Ie había oráenado
que.la fabrica¡a_gegún el modelol:que
había visto. 45
Después de recibiila,
n u estros padres la intróduj e ron, a I
mando de Josué, 'en la tieria conquis-
tada a los paganos, a quienes Dios ex-
pulsó delante de ellos. Esto duró hasta
los días de David. o6
David agradó a
Dios y quiso darle una moradá entre
los hijos,de Jacob. o7
De hecho fue Sa-
lomón quien le edificó un templo.
os
En realidad, el Altísimo no vive,
en casas fabricadas por manos de
hombres, como dice él Profeta: oe
Et
264
30, Esteban cita aquí al Ex .3,2- Esteban, como
toda Ia gente de gu tiempo, ignoraba, el sentido
que tenía en los tiempos antiguos
*el ángel del
Señor" y sólo piensa dn u., án§el que a sulvez lo
conecta con i'el ángel" de que se habla en Ex
23;20.
42. Ellargo discurso de Esteban, que recorda-
ba las rebeliones de Israel, tendrá su conclusión
en 7,51. Aquí se ha insertado,uo texto (7,42 50l,
que a pesar de su apariencia un tanto confusa,
está sabiamente compuesto y que habría eu€ co:
mentar versículo poi versicúlo. Se contraponen
el Templo grandioso con e[ que se satisfacia el
orgullo nacional y la tiendo humilde donde Dios
se sentía más a gusto.
Es muy probable que Lucas, [nuy,Bre_ocupado
por consen/ar los temas esenciales de sus perso-
naj.es, quisiera anotar aquí Io que era la qran in-
tuición de Esteban: el Tdmplo que consituía la
unidad de la nación. hq pe¡dido sü razón de ser y
el pequeño núcleo de los discípulos de Jesús es lá
nueva tie¡_{a qqe Dios se ha elegido. Véase lo
mismo en He 15.
Ya se había reprochado a Jesús e'sa.crítica del
Templo que de hecho era el ídolo de la nación
T 265
cíelo es mi tron^o g la ti.erra el apouo
dr..ftt pfqr. ¿Qué casa me poáii"ñ
ed,tfrcar?, d[ce el Señor. ¿Cuá[ sería el
lug.ar de mi descansop Yo
¿lyo fuí gó
quien hi.zo todas esfas cosaj2
1t Ustedes son un pueblo de cabeza
dura, y la, circuncisién no les abrió
"tcorazón ni los oídos. ustedes siempre
resisten al Eplrltg Santo, al igual áue
sus padres ." (Hubo algún pro-'feta du"
sus padres
¡o haya! páseg^uido? Elioi
mataron a los que anunciaÉan Ia veni-
da del Justo, y ustedes ahora lo ñán
entregado y asesinado; 53
ustedes, qu"
recibieron la Ley por medio de án!é,
I.:, pero que no la han cumplidó.,
'o AI oír este reproche se enfürecie-
ron y rechinaban-los dientes de rabia
contra Esteban. 55
Pero é1, Ileno dei
Espíritu Santo, fÜO_sus ojos'en ál c¡álo
y vio Ja glgria dé Dios i a Jesús a su
derecha, ,* y exclamó: *Veo los cielos
abierto5 14 al Hrjo del Hombre a tá áe_
recha de Dios.,-
o i7 Entonces em pezaron a gritar,
se taparon. los oídos'y todos a una se
lanzaron contra é1. Ló empujaron fue_
ra de la c-iudad y emp ezaron a tirarle
piedras. * Lgr téstigoi habían aálááó
sus ,ropas.a los pies de un joven IIa-
mado Saulo.
5e
Mientrry gra qpgqreado, Esteban
oraba así: *Señor Jésús, recibe mi es-
?ir1t*: ': Despuéi se arrod¡ilo t dil"
con fuerte voz: *Señor, ño les íomés
HECHOS B
en cuenta este,p^ec_ado., y dicho esto,
se durmió en el'Señor.
' ' Saulo estaba allí y aprobaba
el asesinaro. Estu i,,á ;l-;; -
mie.nzo de.ung gran persec,r.ioñ .óá-
tra Ia lglesia deleruiarén.-ióáor, ex-
ceplo los ppóstolesr s€ dis pársaron
por las regiones de Judea y'sámaría.
2 Unos.homb-res piadosos enterra-
ron a Esteban e hiciéron un gran due-
Io por é1.
: Saulo,_ por su parte, trataba
de destruir a .[a tjresia. Entrá'bá casa
por cas.a, hacía sálir a hombres y mu:jeres y los metÍa en Ia cárcel.
-
Felipe anuncia Ia palabra
en Samaria
bían dis.persado anunciabJ; l, É;i;_
bra en Ios lugares por donde pasa_
ban- 5 Así Fel-ipe ariunció u Cristo a
los samaritanoi en una de sus ciuda-
des adonde había bajado. ;It esóu_
char a Felipq y. ver l,i, prodigios que
rgalizaba, toda la poblai¡ón rÉ-int"i-"-
-_?gl su predicaiión. , pues ¿rpí;ii;
malos salían de los endemoniad;;
l:*"_gllg: : y varios .p.? ráriiii"rlcoJos guedaron "sanos. 9: H-rbo, .pues,
gran alegría en aquella ciudad-'
El mago Simón
. e'Habia llegado a Ia ciudad antes
(Y. .14,18), y por .la misma razón se condena a
55: Esta ú.ftlma .proclamación'de Esteban se
lpo¿a_el le.visión.dát Hijo det hornbie-naráá; ;ñDn 7.14- El Ia refiere a iesr.rs v-rü rorió*o ruez
universal venido del cielo: véa*,'lJñoáJñ Mi lé-.
. 57. Con
t,6g cer, ..i'8í:3:o,';o3i' ?3f:3" Yl"íf. ?Í i"Ti:
_ i-9:1_L,1 ne¡secución gbljga a los cristianos (al
menos a Ios 3.1 gypg helánistal a
tdiilp"rsariZ
por Jude?. y samlria.,De este módó ü-bxtiende
la evangelización y lo que era promesa de mreñá
se conüerte en üda.
EI capitulg 8 da algunos ejemplos de esta evan-
gelrzaci6.l. tn cuanto a la actitrid de saulo véase
to que ét mismo dice al respecto en Cai l;fu.
I=os crisüano§- §e díspersan. Este era el senüdo
de la palabra 'diáspori', con ia qüá á-¿; enton:
ces se designaba a- los judíos dispErloi-*lol *á;
diversos. países,
$qr" cuar fuere el'motivo de su
:Tigp.,g¡ + qdetante, mientras-ta lrsi;iJ aá¿áIrusatén siqa siendo el cenbo del puebTo i;rü;;.se podra ñablai dá üJ¿iñpge éristianatpara ,e-feriisg a las co*.,ñi¿uJ"i'ilñá."á."; fü;i" pates-
üna- Más tarde estas comunidáaa;;;;rerrirán
fi.3"8:3: I tr ff,.¿i il",'¿ ff ,Ttrf,H llt ff
"[#,[sía generalizadá. d; es;;¡riiáuor cristiano, eá"6:-cidente ha hecho renac¿. lá p;luü;ráü;;;;;para indicar a las .
qomunidaá&=cristÉd;-áI.-p"r-
sas dentro de pobracio""lináiÉñ;;i'. ra fe..:
t Q- Los cristianos dispersgs procraman su fe,:ycomienzan las. coinunidádes cristiañái áñ su*.-ria. L¡ evanoelización rae.éoñ;ü§'k- oiigrrr, yaque Dios se Éa r.retááo v^p";!,,-*pinü ¡ana ros
gyerpq.: y los corazones. Gertam"nte ;; t"d;';;convertirán, pero Ia colectividad ha
"¡viao:i;-;;:m€nto de gracia. E' "'v
:
o )- Este simón no es un desconocido para ra
.?r
I
HECHOS 8
oue Felipe un hombre llamado Si-
il;;: i¿ñiu muy irnPresionada 1 la
oente de samaria con sus artes magl-
iut v se hacía Pasar Por un grqn Per-
;;;áj". ro Todós estabu.n Pendientes
áá ¿1, pequeños Y. gr?ndes, Y decían:
.Esie' ñomnre eí tá fuerza de Dios",
Ñ;; t. hablaba de una tal "gran
íu"iia a" Dios"., rr Desde hacía tiem-
po los tenía alucinados con sus artes
hágicas, Y Ia gente lo seguía'
t2 Pero cuando FeliPe les habló dgl
Reino áe Dios y del poder salvador de
l;;¡;,-él Mesías, tánto los hombres
como ias mujeres creyeron Y gmP.e-
;;;;ñ á uuutízarse. '3
-lncluso
Sirnón
éi.VO y se hizo bautizar' No se iePa-
iu-Ú. á. FeliPe, Y no salía de su
aiornbro al vei las
-señales
milagrosas
t-ió; prodigios que se realizaban'
14 Cuando los aPóstoles que esta-
ban en Jerusalén tuvieron noticia de
oue los samaritanos habían aceptado
É-puluUiá a. Dios, les enviaron a Pe-
dro y a Juan- '5 Bajaron Y orrTon Por
elloé para que recibieran el Espíritu
§á.to'16 ya lue todavía no había des-
iá"áiáo íobr'e ninguno de ellos y sólo
ñáUián sido bautiiados en el nombre
aei SeñoiJesús.
¡7 Pero entonces les
historia. Tuvo discípulos en .Samaria .y las sectas
il¿;ii."r'lá1iglo éiguiente Io contaÉn entre sus
r#ñil;;;: §¿ ltu.ño simonía al acto de vender
Ias cosas santas
L2. ñiémonos en esta- fórmula tan- sencilla en
lu iir"' i'áñii"ü-* inspirándose muchos
§tpg:
crisüano, qr"' ilutnutt'bs sectas,,il3:3
H,:",18:personas sencillas. coR. más
consideracio,üi-át"*aus sobre la Biblia y la lgle-
sia.
14. Felipe, uno de los siete., bautiza' pero quie-
nes üenen a iomunica_r el d9. del Espíritu son
los apóstoles É;á;; y-Jttut'' Esto es una prueba
a? o1í""üh-rd;.i0" áe h comunidad helenista no
aiuiáio a la lglesia-
El bautismo y la impo.sición de las monos 3p?-
,"J¿" ??ü
"-"1
princípio corno dos etapas de la
iñiiiátion cristiaha, y se. rcfiergn u.9o§ .aspeetos
diferentes de la üda e¡ la Iglesia: et bautlsnJo se-
il1" iá-rl""v"áOn áe h perlona pol p fe y la im-
posiciÓn de las manos expre.sa la lntegraclon al
oueblo nu"ró. E á ittt"gráción no se efectuaba
I""áiá"tá la inscripción én un. registro 9 p9I una
marca ,".oná.ibld. sino por el don del Espíritu,,9
árá áo. era comunicado por los responsables de
266
impusieron las manos y recibieron el
Esi:iritu Santo.
't Al ver Simón que mediante la im-
posición de las mano-s de los. apósto-
ies se transmitía el Espíritu, les ofre-
ció dinero, 'e diciendo: nDenme a mí
también ese Poder, de modo g.ue q
quien yo irnponga las manos reciba el
Espíritu Santo.,
zo pedro le contestó: -¡Al infiemo tú
y tu dinero! ¿Com-o has Pelsado
áomptar el Doñ de Dios con dinero?
2t Tii no puedes esPerar nada ni to-
mar parte en esto, Porque tus Plltsa-
mientos no son recios ante Dios.
22
Arrepiéntete de esa maldad tyya y
ruega al Señor que perdone tus inten-
cioñes, ojalá lo hag a- 8 Porque en tus
caminos solamente veo amargura Y
lázos de maldad., 'o Siryón respondió:
nRueguen ustedes al Señor Pol mi,
para que no venga sobre rní nada de
io quethan dicho.'
2' Pedro y Juan dieron testimonio.Y,
,después 4. predicar la pg.tabra del
Señbr, volvieron a Jerusalén- Por el
camino evangelizaron varios' Pueblos
de Samaría
la comunidad -de la lglesia- tal como había sido
á iá* ae- Moisét (Nú*_ 1 1.25)'
Esta imposición de las manos (que 9e ha trgns;
f"ñu?ó-.i,r h confirmación en lá lglesia actual)
iba entonces árdinariamente acornpañada poi-las
*án,f"itaciones de qÚe nos hablan He 19,6 y
ió;Tz-i t+. F.tos'dones, de los cuales a me-
ñ"d" no íetenemos má: que el aspecto especia;
;;É;, i;¡',¿üñ pate de una expbriencia global
áá'ü'fá. Dááttu cbntinúan participando, de una u
otra manera, lás que se pónen á disposición del
Espíritu.
Las manifestaciones del Espíritu no. son sola-
*nfiá Ut árá se mencionan en los Hechos, ya
orá'iji"iaáápta sus dones a las necesidades de
iá"tgÉ;i", ,á-rtniñiu sigue aciuando en muchos
cielentqs, que tál vez ño hgblqn en lengu,as 1i
náá"" curáciones. pero que actuan bajo la inspi-
;;á; áá etpi4qu-v.que'producen los frutos del
Espíritu (Gl 5,22-24)-
En muchas comunidades el bautismo- I Ja con-
firrn;ción se confieren sin que.haya habido pro-
á"ro previo de conversión y.de descubrirniento
áá-Ótitto S"not, que- le da tódo su sentido., y por
;-;il-á ht mánifestaciones üsibles, digamos
iáiismaticas, del Fspíritu son más raras o más
discretas.
?-67
Felipe bautiza a un Etíope
o 2u
Un ángel del Señor se presentó
a Felipe y le dijo: *Dirígete hacia el
sur, Por el camino que baja de Jeru-
salén a Gaza; no pasa nadie en estos
rnomentos.,
27
Felipe se levantó y se
puso en camino. Y justamente pasó
Ln etíope, un eunuco de Candaces,
reina de Etiopía,un alto funcionario
aI que la reina encargaba Ia adminis-
tración de su tesoro. Había ido a Je-
rusalén a rendir culto a Dios " y aho-
ra regresaba, se ntado en su ca rro,
leyendo al profeta Isaías. .
2e EI Espíritu dUo a Felipe: *Acérca-
te a ese carro y quédate pegado a su
lado., 30
Y mientras Felipe corría, Ie
oía leer al profeta Isaías. Le preguntó:
«¿ Eotiendes Io que estás Ieyendo?,
'iEl etíope conteitó: *¿Cómo io voy a
entender si no tengo quien me lo ex-
plique?, En seguida invitó a FeliPe a
que subiera y se sentara a su lado.
32 El pasaje de la Escritura que es-
taba leyendo era éste: Fue lleuado co-
mo oueja al matadero, como cordero
mudo ante el que lo trasquila, no
abrió su boca. =' Fue humíllado g pri-
uado de sus derechos. ¿Qu í.én podrá
hablar de su descendencia? Porque su
uida fue arrancada de la tÍerra.
34 El etíope preguntó a Felipe, *Di-
rTr€,_ Po_r favor, ¿a quién se refiere el
profeta? ¿A sí rn-ismo o a otro?, 35
Fe-
HECHOS 9
tipe empezó entonces a habla r y a
anunciarle a Jesús, partiendo de este
texto de la Escritura.'
'u. Siguiqndo eI camino llegaron a
un l¡¡Sa, {onde había agua. Ét etÍo_
pe dijo: *Aquí
luy qgug._¿eué impi.
de que ,y9 sea bautizado.?-, (r, Feii'p.
respondió: nPuedes ser bauii zado'si
crees con todo tu corazón., El etíope
repligo: nCreo que Jesucristo es'el
Hijo de Dios.,)
38
Entonces hizo parar su carro. Ba-
jaron ambos_al agua y Felipe bautizó
aI eunuco 3e
Apenas salieron det
agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe y. el etíope no volvió a verlo.
Prosiguió, pues, su camino con el co-
razón lleno de g ozo.
40
En cuanto a Felipe, se encontró
en Azoto y salió a evangelizar uno
tras otro todos los pueblos hasta lle-
gar a Cesarea
Saulo encuentra a Cristo
fOl ' ' Saulo ne desistía de su rabia,
I r I proyectando violencias y muer-
te contra los discípulos ciel Señor. Se
presentó al sumo sacerdote 2 y [e pi-
dió p.od_eres escritos para las sina¡jo-
gas de Damasco, pues quería deteñer
a cuantos seguidores del Camino en-
contrara, hombres y mujeres, y lle-
varlos presos a Jerusalén.
3 Mientras iba de camino, ya cerca
Bautízados en. el Nombre de Jesús. Véase en
19.5.
. 26. La importancia de este nuevo encuentro
se debe a que se trata de un extranjero. .Vino a
adorar en Jerusálén: era por tanto un "adorador
de Dios", esto es, un convertido a la fe judía pero
que no ha adoptado sus prácticas. Si hubiera sido
ün eunuco en el estricto sentido de la palabra. le
habria estado prohibido el acceso al fernplo (ls
56.6): más bien era un oficial del palacio de con'
dacia o reina de EtiopÍa. '
Esos adoradores de Dios desempeñaron un:pa-
pel importante en las misiones cristianas entre
Ios pueblos no judíos. :
30. En esa época se leía habitualmente en voz
alta: aquí encontramos de nuevo el texto de Is
32. Se destaca ia importancia que tuvieron los
poemas del Siervo de Yavé del libro de Isaías
(49,3: 50,4; 52.13) para entender el sacrificio
redentor de Cristo.
o 9.1 Este es el mayor acontecirniento de Ia
primera evangelización: Jesr-rs estaba lo suficien-
temente üvo como para hacer cambiar al más
encarnizado de sus persegúdores.
Sería un error preseñtar a Pablo como un
hombre ryalvado que encuentra al final el buen
camino. El mismo'recuerda su itinerario'en He
n2,3: Gál 1.14 y Fi! 3.4-L1: sintió'desde joven el
deseo de consagrarse al servicio de Dios- A este
joven, digno de confianza. las autoridades iudías
le. encargaron la difícil tarea de elirninar de sus
comunidádes la nueva y sospechosa doctrina de
los cristianos. Y él Io'h.ácía iiguiosamente por el
bien de su religión. -
,
2. El Camino: ,€s €l primer nornbre que se le
dio al cristianismo. No se lo veía como una reli-
HECHOS 9
de Damasco, le envolvió de repente
una luz que venía del cielo. ' Cayó al
suelo y oyó una voz que le decía:
*Saulo,_ Saulo, ¿por qué me persi-
gues?, 5 Preguntó él: *¿Quién eres tú,
Señor?, Y él respondió: nYo soy Je-
sús, a quien tú persigues. 6
Ahora le-
vántate y entra en Ia ciudad. Allí se te
dirá lo que tienes que hacer.,
-7 Los hombres que lo acompaña-
ban se habían quedado atónitos, pues
oían hablar, pero no veían a nadie, t y
Saulo, al levantarse del suelo, no veía
nada por más que abrÍa los ojos. Lo
tomaron de Ia mano y lo llevaron a
Damasco. s Allí perrnaneció tres días
sin comer ni beber, y estaba ciego.
Io Vivía en Damasco un discípulo
llamado Ananías. El Señor lo llámó
en una visión; «¡Ananías!, Respondió
§[; *Aquí estoy, Señor., ¡ I Y el Señor
le dijo: *Vete en seguida a la calle lla-'
mada Recta y pregunta en la casa de
Judas por un hombre de Tarso llama-
do Saulo. Lo éncontrarás rezando,
tz pues acabá'de tener una visión: un
varón llamado Ananías entraba y Ie
imponía las manos para que recoÉra-
13
Ananías le respondió: *Señor, he
oÍdo a rnuchos'hablar,del .dano que,
este hombre ha causado a tus santos
268
en Jerusalén. 'o Y ahora está aguí con
poderes del sumo sacerdote para lle-
var presos a todos los que invocan tu
Nombre., t3 El Señor [e contestó; *Ve.
Este hombre es para mí un instru-
mento escogido, y llevará mi Nombre
a las naciones paganas y a sus reyes,
así corno al pueblo de Israel. ¡6
Yo le
mostraré todo lo que tendrá que sufrir
"7 Salió Ananías, entró en la casa y
Ie impuso las manos diciendo: *Her-
mano Saulo, el Señor Jesús, e[ que se
te a.pareció en el camino por donde
venías, me ha enviado para que reco-
bres la vista y quedes iieno ciei F-spíri-
tu Santo.,
rs Al instante se le cayeron de los
ojos una especie de escamas y reco-
bró la vista. Se levanto y fue bautiza-
do. rs Después comió i recobró las
fuerzas. ' r
o Saulo permaneció durante algu-
nos días con los discípulos en Da-
masco, 2o
y en seguida se fué por las
sinagogas proclamando a Jesús co-
mo el Hijo de'Dios. 2r [-os que"lo oían'
quedaban maravilladq: y decían:- *¡Y
pensar que en Jerusalén perseguía, a
muerte a los que invocaban este,
Nqmbre! Pero cno ha venido aquí pa-
.:
oión más. sino como una nueva maneftr de vMr
ilurninada por la certeza de la salvación.
4. ¿Por qué me per.sigues? A la luz de Cristo
Pablo descubre que su fe era sólo fanaüsmo; su
seguridad de creyente disimula mal su orgullo.
Paf,lo s€ ve pecaáor, üolento y rebelde, pe"ro al
mismo tiempo comprende que Dios'Io acoge, lo
elige.y le perdona;,ésa es la"auténtica convásión
7. Este retaio ,sobre:la conversión- de Pablo :ha
g g neladg- lgs c,grne ntarip g, m ás diversos ;' muchos
5e gmpéñdn, discretamente en eliminar todo lo
que seá íntervención del. Dios üvo:. ¿una crisis de
cbnciencia del perseguidor?,¿u.na iniolación? Un
racionaiista no i:odrlco¡npre-nder quq Pablo reci-
bió uná palabrá de-esas qüe no se bividan en to-
da la üdá-, como ha ocurrido después con Ia ma-
vorÍa de ios qrandes servidorei de Dios. Esa
íahbra le,fue áada en ün éxtasis v Pablo salió de
áUi ransformado hasta el punto dn qué el yo de-. ,
sapargc e,. .Para comprender esa experiencia se
neceslta la Íe. : .
Ya se trate de Moisés o de Pabio o de cual-
quier stro que haya sido llamado a una gran mi-
sión, Dios no los pone en un camino nuevo sin
haberse antes revélado a ellos. La fuerza de su
profetismo es el fruto de un encuentro que ha de-
jado su impronta. Aparecen siempre dos aspec-
tos en lo.que ellos pudieron transmitir de sd lla-
mado: un "Yo soy". y un '!tú harás".
Se leen otros dos'relatos de la conversión d-e
Pablo
'en
He 22 y 26. Seiia inutil rebuscar con-.
tradiccioo€s; es rnás probable que las pequeñás.
diferencias hayan sido voluntariás. porqu'e Pablo
se adaptaba en cada oportunidad a'su auditorio.'
trS. En adelante Saulo (que se llamará Pablo)
será el apóstol de los no-judios. Nadk ha trabaja- -
do más üu" él' para implántar la fe en el munáo
griego. Para nosotros y hasta.el' fin de los tiem-
fos-sus Cartas son uná parte esencial de la Pala-
bra de Dios.
. 20. Durante tres años Pablo proclama su fe'y
narra su propia experiencia en la provincia de
Damasco, llamada también Arabia (G¿t 1.16:
ZCor tl,32l. :
269
ra encadenarlos y llevarlos ante los
jefes de los sacerdotes?
22
Saulo, cada vez con más vigor,
demostraba que Jesús era el Mesías,
y refutaba todas las objeciones de los
judíos de Damasco
23
Al cabo de muchos días, los ju-
díos decidieron matarlo, 2o
pero Saulo
IIegó a conocer su plan. Día y noche
eran vigiladas las puertas de Ia ciu-
dad para poder matarlo. 25
Entonces
sus discípulos lo tomaron una noche
y Io bajaron desde lo alto de la mura-
Ila metido en un canasto.
'5 Al llegar a Jerusalén intentó jun-,
tarse con los discípulos; pero todós le
tenían miedo, pues no creían que fue-
se realmente discÍpulo. 2' Entonces
Bernabé lo tomó consigo, lo presentó
a los apósloles y les coñtO cómo Sau-
lo había visto al Señor en el camino y
córno el Señor Ie había hablado.
También les expuso la válentía con
que había predicado en Damasco en
nombre de Jesús.
28
Saulo empezó a convivir con
ellos, Se movíá muy libremente por
Jerusalén y predica'ba abiertamehte
el Nombre del Señor. 2e
Hablaba a los
hefenistas. y discutía con ellos, pero
planearon matarle. 30 Los hermanos
se enteraron y lo llevaron a Cesarea,
y desde allí lo- enviaion a Tarso.
3' La Iglesia por entonces gozaba de
paz-en toda Judea, Galilea y Samaría.
Se'édificaba, caminaba con los ojos
puéstos en ei Senór y estaba llena del
consuelo del Espíritu Santo.
HECHOS 1O
Pedro visita Ias iglesias
. '2 Pedro, que recorría todos los Iu-
gares, fue también a visitar a los san-
tos que vivían en Lida, 33
Allí encontró
a un tal F,neas: gue era paralítico y
desde hacÍa ocho años yacía en una
camilla. v Pedro Ie dijo: nEneas, Jesu-
cristo te sana. Levánlate y arregla tu
cdrrrd.» Y de inmediato ie lev-antó.
35
Todos los habitantes de Lid a y Sarón
Io vieron y se convirtieron al'Señor.
36
En Jope había una discípula lla-
mada Tablta (o 2orcas en griego),
que quiere decir Gacela. Haóía mu-
chas obras buenas_ y siempre ayuda-
ba a los pobres. 3' Por aquello§ días
enferm o y murió: después de lavar su
cuerpo, lo pusieron en la habitación
del piso superior. 38
Como Lida está
cerca de Jopq, los discípulos, al saber
gue .Pedro estaba allí, mandaron a
dos hornbres con este recado: nVen
inmediatamente a donde nosotros.»
3s Pedro se fué'sin más con ellos.
Apenas llegó Io hicieron subir a la ha-
bitación del piso superior, donde le
pres.entaron a todas las viudas, que
estaban llorando, y le mostraban ias
túnicas y mantos que Tabita hacía
mientras vivía con ellas. oo
Pedro hizo
salir a todos, sg puso de rodillas y
olo, Lueg.o se volvió al cadáver y dijci:
uTabita,-levántate,u a¡ Ella abrió lbs
ojos, reconoció a Pedro y se sentó. EI
le dio la mano y la ayudó a levantar-
se; Iuego llarnó a los santos y a las
viudas y.se la presentó viva.
42 Esto se supo en todo Jope, y
muchos c-reyerón en el 'Señor. it Pe-
26:,Pablo ya sigue su propio camino, pero
siemp¡e mantendrá la, comunión con:la lglesia de
losapostoles. ,, -,
na, ciudad y pu'erto abiertos gl Mediterráneó, es
decir, al rnundo roman_o. Pedro permaneció allí
por bastante tiempo. ¿Se reünía lu lql"ria de Jo-
pe en casa de Simón, el .curtidor?
¿Cuál pudo ser la actiüdad de Pedro en ese lu-
gai? La oración debía ocupqr yn lugar prepónde.
rante, y lue ta oraclon; sln duda. lo que le perrni-Pedro llega a la capital
THECHOS 1 O
dro perrnaneció en Jope bastante
tiempo, en casa de un curtidor llama-
do Simón.
Pedro bautiza a Cornelio
[:¡l1l ' ' Vivía en Ia ciudad de Cesa-
lr ''l rea un hombre llamado Cor-
nelio, que era un capitán del batallón
Itál¡co. 2 Era un hombre piadoso y, al
igual que toda su familia, era de los
«eue temen a Diosr. Daba muchas li-
mosnas a los judíos pobres y oraba
constantemente a Dios.
3 Una tarde, alrededor de las tres,
tuvo una visión de Ia que no pudo du-
dar: un ángel de Dios entraba a su
habitación y le llamaba: «¡Cornelio!,
o El lo miró frente a frente y se llenó
de miedo. Le dijo: n¿Qué pasa, se-
ñor?, El ángel respondió: nTus oracio-
nes y tus lirnosnas han subido hasta
Dios y acaban de ser recordadas ante
é1. 5 Ahora envía ;algunos hombres a
Jope para que traigan a un tal Simón,
llamado Pedro, 6 que se aloja en la
casa de Simón, el curtidor, que está
junto al mar.,
' Apenas desapareció el ángel que
le hablaba, Comelio llamó a dos cria-
dos y a un soldado piadoso que esta-
ba a su servicio. t Les explicó'todo y
Ios envió a Jope.
s Al día siguiente, mientras iban de
camino, ya cerca de Ia ciudad,"'Pedro
subió a la azotea para orar. Era el
mediodía. ro Sintió hambre y quiso
2'to
comer. Mientras le preparaban Ia co-
mida tuvo un éxtasis: rr vio el cielo
abierto y algo que descendía del cie-
lo: era corno una tienda de campaña
grande, cuyas cuatro puntas venían a
posarse sobre el suelo. '2 Dentro ha-
bía toda clase de animales cuadrúpe-
dos, reptiles y aves. '' Entonces una
voz le habló: nPedro, Ievántate, mata
! COITIC.»
'o Pedro contestó; «¡De ninguna ma-
nera, Señor! Jamás he comido nada
profano o impuro., '5 Y se le habló por
segunda vez: ulo que Dios ha purifi-
cado no lo llames tú impuro., 16
Esto
se repitió por tres veces. Después
aquella cosa grande fue levantada
hacia el cielo.
t7 Después de volver en sí, Pedro
buscaba en vano el significado de
aquella visión, cuando justamente se
presentaron los hombres enviados
por Cornelio. Habían preguntado por
la casa de Sirnón y ahora estaban a Ia
puerta. rB
Llamaron y preguntaron si
se alojaba allí Simón, llamado Pedro.
re Coriro Pedro aún seguía recapaci-
tando sobre Ia visión, el Espíritu le di-,
jo: "Abajo están unos hombres que te
buscan. 20 Baja y vete con ellos sin
vacilar, pues los he enviado yo.
' 2t Pedro bajó adonde ellos y les di:
jo: nYo soy él que ustedes buscan.
¡'Cuál es e[ motivo que los trae aquí?'
» EIlos respondierdn: uNos envü el
capitán Cornelio. Es un hornbre recto,
de'los reue temen a Dios,, y lo apre-
tió acog er a.los que
blo salvado.
. 1O.1 La ciudad de Cesarea Marítima, cons-
truida sobre Ia costa de Palestina, mirando hacia
el mediterráneo y hacia Rorna, era la capital ro-
mana de la, proüncia de Judea. Al llegar. a Cesa-
rea Pedro entta al mundo romano: elte cámino
Io llevara hasta Roma, Ia capital pagana. la "nue-
va Babilonia " ,
( lP 5. 1 3), que' encama todo ' el pe-
2. Comelio es un adorador de' Dios como'el
etíope de 8,27. es decir. un extranjero que cree
en dl Dios único de los judios.
11. Pedho uio el cie.lo abierto: esta'expresión
sionifica oue tuvo una üsión como en Mc 1 , 10 v
H"e 7.56,'Tenía hambre y la visióri le muestra Iá'
caza.
Dios quería integrar al pue- La tíenda que descíende del cíelo es la mora-
da de Dios entre los hombres. no el templo que
se edificó con piedras, sino la tienda imagen ilel*templo celestial" (Fr( 25,401. Pronto se verá que
esa tiendq es el pueblo de Dios (He 15): aquí está
llena de animalei impuros. Pedro quería cómer y
se le of,rece came inipura. Pronto fa came impú-
ra hará pensar en los "impuros . que para los ju-
dios (y también para Pedro) eran los que no corn-
partían ¡u ¡eligió! -y ese era el caso Ce Comelio
y sus seruclores.
Se necesitó la manifestación del Fspíritu Santo
sobre aquellos paganos para animai á Pedro a
bautizarlos. Hov en muchos ambientes Ia lqlesia
corre peligro dá'reducirse q grupos sociale"s 'ce-
rrados y envejecidos, y ciertos días parece que
sólo Ia intervención de un ángel podría conven-
cemos a i¡' donde los otros e inütarlos a entrar
en la lglesia.
'¿7 1
cian todos los judíos. Ha recibido de
un santo ángel la orden de hacerte
venír a su casa para aprender algo de
ti., B Entonces Pedro los invitó a pa-
sar y les dio alojamiento.
Al día siguiente partió con ellos, y
algunos hermanos de Jop" le acorn-
plnaron. 2o
Al otro día llegaron a Ce-
iarea. Cornelio los estaba esperando,
y h.abÍa rgunido a sls^parientes. y
ámigos más íntimos. 25
Cuando Pedro
estaba para entrar; Cornelio le salió al
encuentro, se arrodilló y se inclinó
ante é1. 26 Pedro lo levantó diciendo:
*Levántate, eu€ también yo soy un
ser hulrl¿ll-lo.»
z7 Entró conversando con él'y, al
ver a todas aquellas personas réuni-
das, " les dijo:'*Ustedes saben que no
está permitido a un judío juntarse con
ningún extranjero ni entrar en su ca-
sa. Pero a mí me ha manifestado Dios
gue no hay que llamar profano a nin-
dún hombre ni considerarlo impuro.
ú ?or eso he venido sin dudar, apenas
me llamaron. Ahora desearier'saber
por qué me han.mandado a'buscErt.»
3o
Cornelio respondió: *Hace cuatro
días, a esta misma hor-a, estaba yo
orando en mi casa, cuando se pre-
sentó detante de mÍ un hon:bre con
ropas muy brillantes, 'que'me dijo:
3r. "Cornelip, tu oración ha sido escu-
chada y tus'limosnas han sido recor-
dadas ánte Dios. 32
Envía mensajeros
e Jope y haz buscar a Sirnón, lláma-
do Pedro, que se,hospedaren casa,del
curtidor Simón, junto al- rna¡.il 31 Te
mandé a b¡,rscar en seguida y tú has
tenido la amabilidad dé:venii-'Ahora
estamos todos aquí,. en'la presencia
HECHOS 1 1
de Dios, dispuestos a escuchar todo
lo que el Señor te ha ordenado.,
o 34 Entonges. Pedro tomó la pala-
bra y dijo: *Verdaderamente reconoz-
co que Dios no hace diferencia entre
las personas. 3i En toda nación mira
con benevolencia al que teme a Dios
y practica la justicia.
36 Ahora bien, Dios ha enviado su
Patabra a los israelitas dándoles un
mensaje de paz por medio de Jesús,
el Mesías, que también es el Señor de
todos. 37
Ustedes ya saben lo que ha
sucedido en todo el pais judío, co-
menzando por Galilea, después del
bautismo que predicó Juan. 3t Jesús
de Nazaret fue consagrado por Dios,
que le dio Espíritu Santo y poder. Y
como Dios estaba con é1, pasó ha-
ciendo el bien .y §_anando a los opri-
midos por el diablo. 3e Nosotros io-
mos testigos de todo [o que hizo en el
pqís de los judíos y en [a misma Jeru-
salén.
Al final Io mataron colgándolo de
un madero. oo
Pero Dios lo-resucitó al
tercer día e hizo que se dejafa ver,
4r no por todo el pueblo, sino por los
testigos que Dios había escogido de
antemano, por nosotros, que comi-
mós y bebimos con él- deipués áe
que resucitó de entre los muertos.q2
EI nos ordenó pre{icar al pueblo y
dar .téstimonio de-que Diós 1o há
constituido Juez de vivos ! rxu€rtos,
o' A El se refieren todos los-profetas al
decir qqe qu¡gn cree. en él recibe por
su Nombre el'perdón de los pecadós.,
oa
Todavía éstaba hablanáo Pedro,'
cuando el Espíritu Santo bajó sobre
; g+. i.-a ápertura del discurso es la que conüe-
ne para qna ásamblea en la q'ue los no judÍos son
la iiiayoría: Dios ha enviado, un meiisaje de paz.
Esos ádoradore's de Dios (10,2) se habían acer-
cado á'la'gomqli@d judle y le,habÍan pedido.su
conocimiento de Dios. No por eso ignoran las
tensiones entre ju$íos y no judlos y Ia discrimina-
ciún de que son objeto.' ¡
Pedro propone un mensaje de paz que consis-
te no sólo en decir que se acoqe a -todo e[ mun'
do. sino que además'se funda én el sacrificio del
servidor que Dios mismo había consagrado (ls
52.13: Lc 4,18). : .
Este, nuevo discürso de'Pedro sigue el esquema
del discurso de Pentecostés. Se inicia con el ¿a-
cándalo que fue el suplicio. de Jesús y demuestrá
que Dios transformó e[ mal en bien.
42. La idea de Cristo juez no
'siernpre
nos en-.
tusiasma., perg estq no bastl para negai que .ha-
ya un juicig. Hay que
.recordar sin embargo que
juzgar y gobemar consütuyen una misma cosa en
la cultura
'bíblica
: ju:ez dé üvos.y rnuertos significa
que la pres€ncia acüva de Dios en la histoña hu:
mana.pasará,en ad9lante por el Cristo Señor.
. . 44. Algunos han üsto aquí un'Péntecostés
de los no-judÍos; lo cierto es qüe esa manifesta-
HECHOS 1 1
todos los que escuchaban la Palabra-
*t Y los creyentes de origen judío, que
habían veñido con Pedro, quedaron
atónitos: *iCómo! ¡Dios regala y de-
rrama el Espíritu Santo también sobre
los que no son judíos!, 46
Y así ela,
pues les oían hablar en lenguas y ala-
bar a Dios
47
Entonces Pedro dijo; «¿Podemos
acaso negarles el ag,ua y no bautizar
a qurenes han rec"ibidó el Espíritu
Santo como nosotros?, 48
Y mandó
bautizarlos en el nombre de Jesucris-
to. Luego Ie pidieron que se quedara
algunos días con ellos.
Pedro justifica su conducta
[ill ' ' Los apóstoles Y los herma-
I r r I nos de Judea tuvieron noticias
de que también personas no judías
habían acogido la Palabra de Dios.
Por eso, 2 cuándo Pedro subió a Jeru-
salén, Ios creyentes jud'¡os gomenza-
ron a criticar su actitud: ' n¡Has entra-
do en la casa de gente no judía ¡l has
comido con ellosl, 4
Entonces Pedro
se puso a explicarles los hechos pun-
to por punto:
,t nEstaba yo haciendo oración en la
ciudad de Jópe cuando en un éxtasis
tuve una visién. Algo bajaba del cielo,
algo que se parecía q urJa gran tienda
de cainpaña, y llegaba hasta mí, Po'
sándose en el suelo sobre sus cuatro
áuntá;.
iMire-atentamente- y vi en
étta cuadrúpedos, besüas del camPo,
reptiles y aves. ' Oí también una voz
qúe me áecía: nPedro, levá¡tate, mata
i corr€.» s Yo conles¡§; *¡De ninguna
rnanera, Señor! Nunca ha entradq en
mi boca nada profano o imPuro.o s La
272
voz rne habló por segunda'vez: nlo
que Dios ha purificado, ro lo llames
tú impuro., r0 Esto se repitió por tres
veces y después fue retlrado todo al
cielo
I I En aquel momento, tres hombres
que habían sido enviados a mí desde
Cesarea, Ilegaron a la casa donde no-
sotros estábamos. '2 EI Espíritu -me
dijo que_ los siguiera sin vacilar. /Vle
acompañaron estos seis hermanos y
entramos en la casa de aquel hom'-
bre. '3 El nos contó cómo había visto
a un ángel que se presentó en su ca-
sa y le dijo: "Envía a alguien a Jope,
y que traiga a Simón, llarr,ado Pedro,
'o El te dará un mensaje por el que te
salvarás tú y toda tu familia".
'' Apenas había comenzado yo a
hablar, cuando el Espíritu Santo bajó
sobre ellos, como había bajado al
principio sobre nosotros. 16
Entonces
me acordé de la palabra del Señor,
que dijo: iJuan'bautizó con agua, pe-
ro ustedes'serán bautizados en el ES-
piritu Santo." t7 Si ellos creían en el
Señor Jesucristo y Dios les comuni-'
caba el mismo don que a nosotros,
¿quién era yo para,oponerme a
Dios?,
¡E
Cuando oyeron esto se'tranquiii-
zaron y alabaron a Dios diciendo:
nTambién a los que no son judíos les
ha dado Dios la conversión que.lleva
a Ia vida,,
La fundación de la lglesia
de Antioquía
o 'e Algunos que se habían disper-
sado a raíz de Ia persecución cuando
el asunto de Estebán llegaron hasta
273
Fenicia, Chipre y Antioquía, pero sólo
oredicaban la Palabra a los judÍos.
tu Sin embargo, unos hombres de Chi-
ore y de Cirene, que habían llegado a
Antioquia, se dirigieron también a los
oriegos y les anunciaron la Buena
ñoticia del Señor Jesús. 2' La mano
del Señor eslaba con ellos y fueron
numerosos los que creyeron y se
convirtieron al Señor.
?2 La noticia de esto llegó a oídos
de ia lglesia de Jerusalén y enviaron
a Bernabé a Antioquía. 23
Al llegar fue
testigo de la gracia de Dios y se ale-
qró; animaba a todos a que perrnane-
éiesen fieles al Señor con firme cora-
zón, ?o pues era un hombre excelenteo
il.no del EspÍritu Santo y de fe. Así
fue como un buen número de gente
conoció al Señor.
2t Bernabé salió para Tarso en bus-
ca de Saulo, 2u y ápenas lo encontró
lo llevó a Antioquía. Fn esta lglesia
trabajaron juntos durante un' año en-
tero, instruyendo a muchísirna gente,
y fue en {,ntioquía don$9 los disqÍpu-
[os por primera vez recibieton el norn-
bre de cristianos.
HECHOS 1 3
todo el mundo, la que de hecho so-
brevino en_tiempoa del emperador
Claudio. 2e
Entonces cada unb de los
discípulos emp.ezó a ahorrar según
sus posibilidades, destinando esta
ayuda a los hermanos de Judea.30
Así lo hicieron, enviándosela a los
presbÍteros por rnedio de Bernabé y
Saulo,
Muerte de Santiago.
Liberación milagrosa de Pedro
o ¡ Por aquel tiempo el rey He-
rodes decidió apresar a algu-
nos miembros de Ia lglesia para mal-
tratarlos. 2 Hizo matar a espada a
Santiago, hermano de JuaD, ' y, al
ver que esto agradaba a los judíos,
mandó detener también a Pedro: eran
precisarnente los días de Ia fiesta de
ios Panes Azirnos. o
Después de dete-
nerlo Io hizo encerrar en la cárcel ba-
jo la vigilancia de cuatro piquetes de
cuatro soldados cada uno, pues su in-
tención era juzgarlo ante el pueblo
después de la Pascua. t Y rnientras
Pedio era. custodiado en Ia cárcel, to-
da la lglesia oraba ,incesantemente
. 27 Por aquel tiempo bajaron algu-
nos profetas de Jerusalén a Antio-
quía.-28 Uno de ellos, llamado {gabo,
cilo a entender con gestos proféticos
gue una gran hambre vendría sobre
por él a Dios.
u
Llegaba el día en que Herodes.iba
a hacerlo comparecer; aquella misma
noche Pedro dstaba durrñiendo entre
dos soldados, atado con dos cadenas,
ción marcó profundamente la reflexión de la lgl4'
sia (He 15,8). :
. i t . 1 A nosotros nos parece [a cosa más
no-rmal del mundo'que Pedro bautizara a uno no
iudío. Pero no olüdémos que los cristianos,de Je'
irá¿n ieguian'siendo judios,. cgl t$a su educa-
ción, sus [rejuicios'y su sensibilid-ud, y no enten-
dían cómó sé podía entrar en la familia de Jesús
sin inteqrarse ántes en el pueblo de Dios, que pa-
ra ellos- seguía siendo ei ptreblo .judíor.. ¿P.odría'
convertirseln su hermano antes de recibir Ia cir-
cuncisión?
La advertencia que hacen a Pedro es el primer
testiqlonio de la piesión constante que se ejerce
rá sobre los responsables cada vez que opten por
abrir nuestra Iglesia a'gentes de otros ambientes
o de otra cultura.
. Lg. Antioquía. situada a 500 kilórnetrós al
norte de Jerusalén. era la capital de. la provincia
romana de Si¡a, país donde se hablaba el griego,
y en la que habíá también una comunidail juciía
Lucas no nos dice quién predicó la fe cristiana
a los paganos por prim era vlez, ni cómo se éÍec'
tuó: dl Cristiano o los cristianos de.origen judío
oue lo hicieron merecerían un monumento o me-
iór una fiesta en nuestra litwgia. En muy pocos
años más Antioquía se convertirl en otro centro
áe ia lglesia. airaigado en.el mundo griego.
22.1,Á comunidad de Jerusalén es la Roma de
!a lqlesia primitiva. Tiene conciencia de su autori-
ciady qr{'eye.ver'en s€guida y'.rnás de cerca esta
23. Fstas breves noticias de Lucas sobre las
sorpresas v los éxitos de la misión tienen su pare-
cidó erÍ lo que pasa hoy día cuando la eva¡rgbliza-
ción se hace cori- el Er¡anqelio.' L¿ obra de Dios
ie réaliza de acuerdo á uná légica mLIy particular
que no.deja duda sóbre-ld presencia,'del Espiritu
dn tos enéuentros, en la' proclamación y án la
acogida del Señor. : I ,
. 27 - Por primera vez eL libro de los Hechos
menciona a tos profetas. Parece que la lglesia
otorgaba este titrilo á quienes les habia recornoci-
do es.te carisma. El profeta siempre es un ,hom-
bre muy conocedor de la Escritura. Por eso ha
recibidp autoridad cuando habla.'un don para.en--
contrar en la Escritura (nuestro Antiquó festá-
mento).los pilares de la fe y de la prácTica cristia-
na. A veces se le concede que pueda leer los
secretos de los corazones y dé de antemano ad,
vertencias y mensajes cuya realización será noto-
ria.
Los doctores eran el equivalente a los maestros
pe la Ley. le la sinagog?, Eran los. catequistas y
los consejeros. ....--
Ltrcas ha relatado el primer gesto de aWda fra-
terna entre cristianos üe difeÉntes paííes. Este
párrafo menciona a los angianos o .:ÉresbÍteros".
Así eran llamados a los responsables de la cómu-
nidad crisüana'según el moüelo judío. '- .'
-
p !2,1 Esta .segunda persecución afecta a toda
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La historia de la Iglesia primitiva según los Hechos de los Apóstoles

  • 1. s AI bajar a tierra encontraron fuego encéndido,- Pgscado sobre las braéas y pan. 'o Jesús les dijg: *Trai- qan alqunos de los Pescados que ácabañ de sacár.» "'Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres Pescados grandes. Y a pesqf .de qye hubiera lantos, Do se romPió Ia red. JOAN 21 sin nada, y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca -de hecho, DO estaban lejos, a unos cien metros de Ia orilla; arrastraban la red llena de peces. tz Entonces Jesús les dijo: *Vengan a desayuodt». Ninguno de los discípu- los se átrevió a Preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor. '3 Jesús se acerco, tomÓ el Pan Y se lo rePar- tió. Lo mismo hizo con los pescados. 14 Esta fue Ia tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos. '5 Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: *Simón, hiio de Juan, ¿me amas más que ésfos?, Contestó-: *Sí, Séñor, tú sabes que te quiero., Jesús le dijo: nAPa- cienta mis corderos.» 16 Le preguntó _por segunda v'ez: *Simón,-hijó de Juan, ¿[ne_amas?, Pedro volvió a contestar: *Sí, Señor, tú sabes que te quiero., Jesús le dijo: *Cuida de mis ovejas., t7 Insistió Jesús Por tercera vez: *Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quie- 248 res?, Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: nSeñor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero., Entonces Jesús le dijo: nApacienta mis ovejas. r8 En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarra- rá la cintura y te llevará a donde no quie- rEls.» re Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios. Y añadió: *Síguerne.». 20 Pedro miró atrás y vlo que lo seguía el discípuio al que J esús amaba, el que en Ia cena se había inclinado sobre su pecho y le había preguntado: nSeñor, ¿quién es el que te va a entregar?, 2t - Al verlo, Pedro preguntó a Jesús: *¿Y qué va a ser de ésté?, 22 Jesús le contestó: *Si yo quiero que permanezca hasta mi vuel- ta, ¿a ti qué te importa? Tú síguerne.» 23 Por esta razón corrió entre los hermanos el rumor de que aquel dis- cípulo no iba a morir. Pero Jesús no drjo que no iba a morir, sino sirnple- mente: nSi yo quiero que perTnanezca hasta mi vuelta, ¿a t¡ qué te importa?, 24 Este es el mismo discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito aquí, y nosotros sabe- mos que dice la verd ad. '5 Jesús hizo también otras muchas cosas. Si se escribieran una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros. el fin del encuentro sabrán que es é1, aunque no sea aquel su físico. 8. Pedro se arreqló el manto porque estaba desnudo. En las fías horas de la noche no ha- bría estado desnudo, y ante todo porque su cultu- ra no se lo permitía. Pero estaba desnudo bajo su manto o vestido de trabajo. Tiene que conreruar- lo, v antes de echarse al- agua, se recoge los fal- dones de su vestido para poder nadar- 11. [-a cifra de 153 tiene seguramente un s€n- üdo simbólico, pero- :e .le. han dado tantas inter- pretaciones que-es difícil decir crÉl es la acertada. 18 [-as suertes diversas de Pedro y Jtran son como dos aspectos de la existencia {e quienes se dan enteramánte. ¿.Quiso Jest-rs que Pedro hiciera reparación por su -triple negación? Esto lo notaÉ el catequista, pero no es.lo'principal: es rnás im- portante que Pedro en adelante ame a Jesús ámando a su lglesia y aceptando el martirio. ¿Y los rumores qrá circulaban'sobre un anciano Juán todavía üvo? No son más que un pretexto para expresar la sed de la üda etema,'cada vez más ar- diente en el discípulo amado. 19. Cuando Juan terminó su wange[io, Pedro ya había muerto en Roma, en la perEecución de Nerón, el año 64 ó 65. Juan todavía üvía en e[ año 90. Era el ütimo de los testigos de Cristo y algunos pensaban que no iba a morir hasta que, volviera el Señor. 24. El último párrafo fue añadido corno con- clusión por los que rodeaban a Juan cuando murió. Durante los tres años de la vida pública, Jesús puso las bases de su Iglesia: reunió a sus primeros discípulos y los asoció a su misión (Mc 3,13-16); cons- tituyó a Pedro como responsable de la <<comunión» (16,18) y guardián de la fe (Lc 22,31) en este nuevo pueblo de Dios; hizo de los Doce y los discípulos un pueblo de testigos (Jn 15,16) y les prometió el don del Espíritu que les descubriría la plenitud de esa luz que había venido a traer a la tierra (Jn 16,13). Hoy el Señor ya está resucitado; un pueblo nuevo y un mundo nuevo ha nacido del costado abierto de Jesús, como el niño nacido en la sangre y el agua que se escurren del vientre de su madre (Jn 19,34)- Iluminadó poi la palabrá de Jesús y animado por su Espíritu, este pueblo se pone en cáminó para anunciar a todas las naciones las maravillas de Dios y para reunir en la unidad a los hijos dispersos (Jn I1,52). Fn esta hazaña apostólica se destacarán dos grandes figuras: Pedro y Pablo. Pedro se dedicará en especial a la evangelizáción de lol Judíos, Pabló será puesto aparte para anunciar la Buena Nueva de la salvación a los paga- nos (Gal 2,7- 8). Lucas, autor del tercer Evangelio, dará testimonio de ese nacimiento de la Iglesia en el libro llamado Los Heclos de los Apóstoles, o probablemente en su origen Hechos de Apóstoles. Si existieron p-ara esta obia, como para los Evangelios, relatos más antiguos que Lucas utilizó para redactar su texto, la armonización de esos diversos documentos fue hecha de una forma tan nota- ble que hoy resulta muy difícil distinguirlos. Algunos especialistas piensán que en un principio los Hechos de los Apóstoles formaban un mismo y único libro con el tercer Evangelio, y que habría sido dividido posteriormente. Sin embargo se da por seguro que áeiae principios del segundo sislci, loS Hechos de los Apóstoles apare-cen como un texto independiente. Este testimonio sobre el nacimiento de la Iglesia nos ha llegado bajo dos formas diferentes: el texto <<corriente>>, representado por la mayoría de lol manuscritos antiguos de origen sirio y egifcio, y el teito llamado <<occiden- tal», m᧠largo y muy marcado por las querellas que enfrentaban a los judíos y a los primeros cristianos. Pero realidad las diferencias se notan tan sólo en un núméro bastante reducido de versículos. l El libro de los Hechos parece que no se desarrolla según un plan riguroso,
  • 2. INTRODUCCION 250 pero se pueden distinguir algunas grandes divisiones de la obra, en que se resalta el proyecto de Lucas. Ciertamente Lucas ha asignado Ia mejor parte a Pedro y a Pablo, pero no se refiere a ellos en exclusividad. A pesar de nurnerosas excepcio- nes, Ia figura de Pedro domina en los doce primeros capítulos, y la de Pablo en la segunda parte de la obra. En el plano geográfico se puede advertir que /os Hechos de los Apóstoles nos conducen desde Jerusalén, pasando por Judea y Samaría; hasta Roma, siguiendo así la misión que Jesús fijó a sus apóstoles el día de su Ascensión (Hech 1,8). Los siete primeros capítulos nos sinian en Jerusalén, después, 'en los capítulos ocho y siguientes, y siempre dando lugar a las excepciones; nos present¿i. la Iglesia que se desarolla en Judea, en Samaría y en la llanura costera. A partir del capítulo 13, nos trasladan con Pablo a Asia Menor y a Grecia, para situarnos en el capírulo 28 en Roma, en el tribunal del emperador, es decir,'en el óorazón mismo del mundo pagano. Ahí se detiene bruscamente el libro de los Heclto.r como si Lucas, cüal si fuera un corredor encargado de acompañar [a irradiación de la Buena Nueva de Salvación desde Jerusalén a los confines de la tierra, hubiese alcanzad.c su objetivo y cumplido su contrzito.- Basia esto para darnos a entender que los los Heclrcs, como tampoco los Evan- gelios, no se presentan como un¿ historia detallada de la Iglesia primitiva o una biografía de Pedro o Pablo, sino como un testimonio de la obra del Espíriru Santo. En efecto, el Espíritu Santo es el verdadero <<Hechop> del nacimiento de la Igle- si4 por lo que muchos comentaristas, ya desde los primeros siglos cristianos, no han vacilado en llamar a este libró como «El Evangelio del Espíritu Santo»- Se podrían retom4r aquí, pbro modificándolas, las palabás de Juan: «El Espíritu llevó a cabo muchos otros signos que no han sido mencionados en este libro, pero eslos han sido puestos por escrito para que ustedes crean que el Espíritu'está actuando en la Iglesia de Jesucristo>>. En este libro de los'Hechosapñecen además otros rasgos importantes, y.en pri- mer lugar que la'Iglesia está en:aizada en la experiencia y en la tradición de la fe de Israel. Se'manifiesta lá'misma convicción qüe ya enóontramos en los Evüge- lios: <<Jesús cumplió las Escrisiras>>; es deóir,,lleié a su plenitud y transfiguró en su propia persona todas las realidades del Antiguo Testamento: larealeza de Qavid, la predicación de los profetas, el Templo, el maná, el cordero, etc. etq. En Ins Heclrcs de los Apóstore§, a través de las üveinas predicaciones 4e Ped¡o, y en particular de Pablo, Lucas'se derlica a Señalar cómo el misterio de Cristo y de la Iglesia fue¡on anunciados y preparados en el Antiguo Testarnento, pgro tarnbién e inseparablemente, cómo este doble misterio devuelve todo su sentido a la historia de Isráel. En esta perspeetiva Lgcas destaca expresamer-rte los paralelos entre Jesús-y su Iglesia,, peio también éntre el pueblo del Antiguo 'Testamento y la lglesia; citemos a rranera de ejemllo los paralelos entre la riruerte de Esteban y la de Jesús, Ia subi- da de Pablo a Jerusalén y la dq Jesús, o también el contraste gntre Ia torre de Babel y Pentecostés. , ' Siempre en el mismo sentido, Jerusalén apÍrece a cada momenrd bajó-la pluma de Lucas (58 vOces)r Tal como también lo hace-enlsu Evangelio,.donde la ciudad santa, a diferengfa de los otros Evangetist-as, e5 pombrqda 30 veces, Lucas.pret senta a Jerusalén, como..el lugar donde se.cumplió la salvación y de donde debe partir el anuncio de la Buena Nugva a todas las naciones La Ascensión de Jesús '.,De. hecho, se presentó a ellos des_ pués de,su pasióh y les diolr-áñ-sas prueb,gs de qúe vivía. Oüiánt. cuarenta días se d.io ver por ;ir;; "y Ies habló del Reino áe Dioí.-j En una ocasión en- que estaba reuniáo con ellos les d-ijo'que ,no se ;l.j;;.n ¿á 251 Lucas presenta su Iibro HECHOS I Jerusul.l,I que esperaran Io que elPadre había prometido. «ya les habléal respecto, 'les di;á; ' J;;n-tuutizó qon agu?, pero ustedes serán bautiza_ dos en el Espíritu Santo deñiio a" po-CoS días.» guntaronr ,:qeñor, (§ ahorá cuandovas a restabrecer er Reino de Israer?, ' L.: respondió: *No i;; loir-.ipona" a ustedes conocer los ti.!ró;;.y'i;;etapas. qye solamente el padre teníaautoridad para decidir. r p;;;;-# rán Ia fueria der Espíritu sunio cuan-do venga sobre ustldes, i:r.ie, mistestigos en Jerusalén, en ioda jra.á, en sam aría y hasra ior "*tiJ.ño, deIa tigrra., v'r rv¡ ¡ ¡ f gtf¿?r-xri[s*t.m:i""."fl *]É*:::llii¡:,:"j&¡t+!:!'"j,rcin:y:,"ili1gg¿:l*1"¡ii'-"r";4"t."fl"Á?H:?:":ir¡ffi fll';ffi ;::r:.:si:u:i,uff*iI ífiürgtu1"f,ffi #,f :,[Fl'"J"["ssíff r'#:,":*,fl i:r,rE'ffi ¿p'""Hl l:ils,"'"l¿:"§#Éit:"tl#1"!!"8:'!.1xTf ,í l:*1f§:qÉt*;:q,.,ffl iir tr*¿ffi !#irfrJets8;$*"fr-Tlt$r :H,¡:,*gq:;ffüffi ,EiH{*r*Ls*qf:*{.-?ffi áfB{ipiffd;;"¡3¿fl?lg}¡-§$*r"uxr,r*msr'#";Hpp6.*:ft r após(ores no cre-ía" ""r #,i}ii*,$¿Ir i* gffi :l¿.ffij§f*'[i?,:f;#iffi;F;]d; üí# áT,H tf ¿,HT" á'üü b'i:;# Y¿#'. --- .",.ÉiEir?i:ij#,mif,ffffitrH:.:.i: iaie,*tt*,j"Ée"má**íü,lm-ü.mr,*"r*in*::**;orr*i*rs: i,i!,jf,iti,H""',f f ln#*t#n:.,,*l§s:-1,*;[T,,,'ri*i1,.txqilül:iE,'fñ ffi '#l?;iiE;tE':: "l!;ü¡;iJiÍifi dXi3:#i:#]lJÉ'&"*""ff ::'iTü.'.:'!-:Í"'i*3li ffi#ffiHffi
  • 3. HECHOS 1 e Dicho esto, Jesús fue arrebatado ante sus oios y una nube Io ocultó de su vista. to- Ellós seguían rnirando fija- mente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron a su lado a dos hombrres vestidos de blanco, rr que les dijeron: uArnigos galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado volverá de la misma manera que ustedes Io han visto ir al cielo., Los discipulos esperan al Espíritu Santo . '2 Entonces volvieron a'Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de Ia ciudad como media hora de carnino. '3 Eniraron en la ciu- dad y subieron a la habitación supe __ rior de la casa donde se alojaban. AIIí estaban Pedro, Juan, Santiago y An- drés, Fellpe y Tomás, Bartolorné y Mateo, Santiago, h[o de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. Io Todos ellos peiseveraban juntos en la oración en compañía de algunas 252 mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. Elección de Matías o 15 Uno de aquellos días, Pedro to- mó la palabra eh medio de los discí- pulos -había allí como ciento veinte persona§-, y les dijo: :6 uHermanos, eia necesario que se cumpliera la Escritura, pues el Espíri- tu Santo había anunciado por boca de David Io que hizo Judas; este horn- bre, que guió a los que prendieron a -le¡ús , " .era uno de nuestro grupo y había sido llamado a compartir nues- tro ministerio cornún. ¡8 -Sabemos que con el salario de su maldad se cómpró un campo, s€ tiró de cab eza, su ci,rerpo se reventó y se desparramaron sus'entrañas, '' Es'- te hecho fue conocido por todos los habitantes de Jerusalén, que llama- ron a aquel campo, en su lengua, Ha- keldamá, que''significa: Campo de Sangre-. 2o Esto estaba escrito en el libro de los Salmos: Que su morada quede de- sierta A que nadíe habite ein etta. Y 9. Fue leuantado ante sus o.¡bs. h resurrec-' ción de Jesús es alqo absolutamente distinto de un retomo a la "i¿ai¿t; que había salido del seno de Dios, retomabá a la'uh¡dad diüná. La' palabra *resurrección" no era suficiente para,.entender lo que ni tan siquiera logramos imaginar y se escla- reció esta últirna manifestáción üendo.a Jesús su- bir hacia el mundo de'Dios. ' Al subir al Cielo en su última- aparición, Jesús les reveló el sentído de su propia'historia,' habia venido del Padre v retomaba al Padre. Pero'no welve solo si.no áu" lleva consigo a todo "un- pueblo de cautivos' {Ef 4,8) que ha arrancado del poder de las tinieblas para hacerlo entrar en'su reino de luz (Col 1,13). Se va para preparamos un lugar, a fin de que dond,e él está,, €stemos también nosotro s. (J L4,2-3] : Jesús desaparece y eso era.necesario (Jn L6,7). Sean cuales, fuelen las'cualidades del que: ha.dedicado su vida a réunir discípuloi, ésios nunca se-rán libres si aquél s'e quedáj: los discípu. los deberán hacefsg cq.rgo tanto de lg,lglesia y del' apostolado como--de ellol mismos. '. L2. Lá primera comunidad no se limitaba a los apóstoles. pues también las mujere§ que se- guían a Jesús ocuparon un lugar destacado du-. 'iante Ia pasión y las manifestaclohes dejJesús re: sucitado,(Lc 23,55). María jugó un papel decisivo durante esos días en que los apóstoles y .la comu, nidad trátaron de repensar todo lo que: habían yslg y aprgndido de.Jesús; ga que solo ella podia hablarles de lá Anunciación y de muchas otras cosas de la üda prirada de JeSús; ayudándoles así a entrar en el misterio de su p€rsonalidad divina. Como va hizo .Juan al recordar las palabras de Jesús eñ la cruz (Jn 19,26), Lucas también revela aquí la matemidad espirihral de lvlaría- ' Y a pesa r-'de_que María ocup e el primer lugar en la casa de Juan, ahora se retira y no es más que una plesencia orante. 15. Se pasa dé una comunidad redu.,du,:a un grupo más grande: ciento seinte personos. Era la cifra-requerida según Ia tradición para fundar una nueva institución. Ya no cabían eh qna casa, y Ia reupiQn @.bió efectuars€ en algún jardin d¿i rnonte.de los Olivos. . Había muchas otras qosas de que hablar antes que del reempla zo de Judas, sin 'embarqo Lucas lá da prioridaiJ'porque los rDoce" reprcÉuéían la estructura tradicional de las doce tribus del Pue- blo de Dios. Así Io había qrrerido Jesús, ! €re D€: cesario mantener este signo de la unidad- en la di- versidad 18. ,Los:versículos 18.19 son un inciso.de Lu- cas. Contradice de hecho. la versión de Mt 27 ,3- 10. 253 también está escrito: Que otro ocupe su cargo. 2i Tenemos, pues, que es_ coqer .a un hombre de'entre los que anduvieron con nosotros durante to- do el tiempo en que el Señor Jesús actuó en medio de nosotros, ,2 desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue llevado de nuestro lado. Uno de ellos deberá ser, junto con noro- tros, testigo de su resurrección., a Presentaron a dos: a José, llama_ do Barsabás,^pg sobrenombre Justo, y*g Matías. Entonces oraron así: « lu, 5enor, conoces el corazón de to_ dos. Múestranos a cuál de los dos has e.l,e.gido. 25 pgr? ocupar este cargo y. recibir este ministerid y apostolaáo del que Judas se retiró pará ir al lu_ ga!-que Ie correspondía.r' 26 Echaron a súertes entre ellos y Ie tocó a Matías, que fue agregado a"los once apóstoles. La venida del Espíritu Santo edos vino HECHOS 2 una violenta ráfagq de.viento, que IIe- nó toda la casa-donde ártáU]"; ; y g?arecieron unas lenguas como de fu,eg9 que se repartiero-n y fueron po_ :lndose sobre' cada ,,ío ¿; ellos. I I:9:s..quedaron ltenos de[ Er;ñüDanto. y cornenzaron a hablár en otras lenguas, según el Espiritu les concedía que se expresaran. t Estaban de paso en Jerusalén ju- díos. piadosos, . [rega,cos aá iááus las nactones que hay bajo el cielo. 6 y ::T: .lg-,.ntío qu.é qcúdió at oír aquel rurdo, cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos quedaron-r";; desconcertádos 7 y se b..ián, iráiiá! de estupor y admíración, -pé.b éstos ¿no .so! todos galileos? ¡y rniren có. mo hablan! t cáda uno'de noiotros Ies oímos _en nuestra propi. l;il;nativa. e Entre nosotros h;t pLrtos, medos y elamitas,,habitunÉ á" Me_ lopotarnia,. Jude ?, gupadocia, del 3:f: y Sriu, ro de Ft¡biu,-piiiriü., tgipto yte Ia parte de Lib¡a sue limi- ta con Cir5ne. Hay fora:teios qr"vienen de Roma, unos judr;;' ! otros extranjeros, gue aceptaron sus créen- ' I Cuando llegó el día de pen- tecostés, esta-ban, todos reuni- en el mismo lugar. z De repente del cielo un ru"ido, como !i Já 22- Nótense-estos límites: el ministerio de Juan Bautista V lu Ascension. Esto, ;¿¿;;i p; t9,9" nJgidq i .t término de lJprldÉ;ién "G;,gélica JH" ,1{,14-31) y et E,rañé¿ti;?; M;;;ós . ?6..1a eleccion se deja a Dios, ya que nadie 9ydu. de'que está preseníe y obrándl,ri¡entras ra. rgtesra astenta sus bases.. . .: 'l ' ' ' 2:1 Hán transcuirido hueve días entre la As- censión.v. feltecostés, -"rár" dí;; jüiuniá lá,cuales- Ia lglesia primitiva estuvo-en oración. De , .Algunos acontecimientos'importantes de la Iglesia .plimitiva tuvieron lugar con ocasién de fiestas judjas,, Pentecostés (eñ griego:' la.cincuen- Lerc) era Ia fiesta llamada .á¿ ñ-r?áá"ur%;i; Biblia^ hebrea; :siete- semaneig dáipu¿r.áá-lu pL;: cua-' Al inicio'.era- la fiesta de' la .óráihu.-dA;¿, se había convertido en.la fiestá'd-á-6 LA Aáil;el sinaí- El. don de la Láv'serár reempruruJ"iái el don del Espíritu.: E tg "Pen[ecostés.' anunciado por Jesús es el acto de fundación, de la rgi"i¡á, qr[i"ái¿r uq"ide Jesús en e.l mundo y;" iá'ñirtáriá.:E;t";t* sión del BpiTtu, que reí¡siio ""á i*pó.t""Ii" "i-cepcronal, .solo. fue Ia primera de muchísimas ex- pgrleqrcia_s espir:itua les'perror-,álái ó ¿áEii;;; ú;20,22: He 10,_44 v tg,O).- -. EI relato da a entender que'las señales exterio- res de ese don der Espírtu fueron sóro señares: Ioesenciat fue el perdóñ de toi ?_.áá;_; (i;áó:bll o la reconciliación con Dió; B-"n -5, ii; dos ex-presiones diferentes bg¿'"*pr"*r una transfor- mación interior, que'al mismo tÉ;ñ-"s et des-cubrirniento del Díos Amár. .r . Muchos lectores se desconciertan ante esa rna_ nifestación -de ta .qqe ñ ii¿á;; &ájL;;ñ. :§i" E[,l.il',in:'f,1"*:##,erruiili*ísir:*Éi sifibaciones !). So; áiáñ;§;"ñü; ;;t";il;: ¡xi::i3i3{"r{},13ff :lñitTÉt" j::tLÍ:i§*'ij fiesta, y tambiál pi,J;iiü, (1 1), simpatizantes del judáísmo -qug ü"i"-;:; I;á8rii'á"óior. en :ryÍii'H,i¿;ITEÉlHn'r'J";iEá:*i";aüi 6. Los óton h;b¡á;;;';; ', oqñp ñ¡á'I q ;b" i; ; ió ó¿if,,'Aí& J:¿gH ;..fgan a'hablar tenguas "iru.j¿;"í;i";';;" todos esos extranjeros-escuchen.-en su . propio.iAláñ¿ esla proclamaci ón d e las maravi ila íáá -óíor. róió s mismo :,es q.11i en .pone, e I.. fu nda-¿;i;¡.-;álq ñ ;evangelización: lbs convertidos á, ii.rá-.ü ti"n"nque- renunciar a su lengua g cultuia ;;;á entraren, la lqlgsla, como dábüñ ñ{A;Lffi;;¿iii;;judíos, Muv pqr. el contrario, úiéiql-iár5' i"r=ijll !:§i¡¡T,llffi tr",*,?,lik;j:,itil:l¿:,sidad de tos miá-ü;ó;;;;i;;ñ;';""d[i;( l Cor L2,12). - -:
  • 4. - HECHOS 2 cias, " cretenses y árabes. Y todos les oímos hablar en nuestras propias len- guas lás maravillas de Dios.' ¡2 Todos estaban asombrados Y perplejos, y se Preguntaban unos a btrór -qué-querría signific.ar todo aquello. '' Pero algunos se reían Y det cían; u¡Están borachos!, Jesús.es proclamado pot pnmera vez 3 14 Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de Pie , alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: uAmi- bot judíós y todos,los qqe.se en- cuentran en ierusalén, escúchenme, pues hay algo que deben saber. t5 No se Ies ocurra Pensar que esta- mos borrachos, pges s.gn aPenas las nueve de Ia mañañá, 16 sino que se' está curnpliendo lo que anunció el profeta Joel: 17 Escuc hen lo que suced.erá en /os ú/timos días, díce Díos: d'erramaré mi Espíritu sobre cualesquíera.que se-an loé mortales. Sus hyos e hya§ profeti- zarán, los ióuenes fendrán uision€g U Ios ancí.años tendrán § ueños prpféti- cos. 't En aquetlos d.ías'd.erramaré mi Es- pírítu so6re mis sieruos g 'mis si'eruas, g profetízarán. 'e Haré prodígíos arríba en el cíelo U -i 254 señales milagrosas abajo en la ti.erra. 20 E/ sol se cón uerttrá en tínieblas A la luna en san gre antes de que llegue el Día grande del Señor. 2' Y todo el que í.nuoque el Nombre del Serior se salua- rá. 22 Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret. Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen. '3 Ustedes, sin ern- bargo, lo entregaron a los paganos para ser crucificado y morir en la cruz, y con esto se curnplió el plan que Dios tenía dispuesto. 2o Pero Dios lo libró de las ataduras cie la muerte,y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte. 25 Escuchen lo que David decía a su respecto: Veo constántemente a/ Se- ñor delante de mí; está a mi derecha pa.ra que no uacile. t6 Por eso se alegra mí corazón A te alabo muA gozoso, A hasta mí cuerpa esperará en paz. " Porque no me abandonarás en el lu- qar de los muertos ni permttirás que iu. San to expertmente' la corrupcibn. 28 lvle has dado a conocer los caminos de la uida, me colmaras de gozo con tu presencia 2e Hermanos, no voy a demostrárles que el patriarca David murió y fue se- púltado: su tumba se encuentra entre hosotros hasta el día de hoy. 30 David ... ' 14. Es la primera proclamación de la resu-' rr"..iót áe Jeitls. Pedio. conséiente de su res- ;ñtiiiJá. iátnu la palabra en nombre de to- áor. Retoma los textos-del Anti§uo Testamento y muestra cómo se han cumplido en Jesús y en la 17. El texto de Joel sólo mencionaba las mani- festaciones extrañas que se. observaban en los próf"tut 'cuando'los poieía el Fspíritu, Pero aho- ia Pedro habla de un Fspíritu que lran-sforma los corazones y obra la convbrsión n¡ofqndE- . .: 'Pedro tárrninará su 'disculrso haciendo un lla- rnado a la conversión, pero cambiará una palabra "iá"iiál-áe-iá';¿i¿ciáI Joel decía que hs!ía que invocar el Norñbre del Señor, es decir, de Yavé- Dios; Pedro'hablará del Nombre de Jesús Señof 19. En el texto'de Jogl el {on del Espíritu anunciaba ei ttdía de Yavd" ,; es decir. el. díá temi- ble de! juicio de Dios.. Pedro sostie.ne que ese tiempo ha llegado y que cada uno debe convertir- se para escapar a las catástrofes que amenazan al puáUto pecaáor (2,40). Joel.prometia la salr¡ació¡l ál que invocara el Nombre de Yahvé, es decir,- al que hubiere recurrido a su podel diüno. Y Pedro liabla de creer eo el Nornbre de Jesús, por.que para él.no hay duda de que ahora ese poder divi- no pertenece a Jesús. - 22. Otro punto importantel ustedes son los responsables-de la muerte de Jesús, pero que for- maba parte del plan de Dios; y Dios haÉ quq de ese crimen surja la salvación de tüo el pueblo. La continuación del párrafo sólo se comprende teniendo en cuenta que, tanto para Pedro como para sus oyent€s, Daüd era un profeta y además el autor de todos los salmos. 24: Dío.s Io resucitó. Dios, cuyo amor gs rnás fuerte que el pecado (Rorn 5,20), hizo qúe Jesús se conürtiera en fuente de salvación para todos i36 v 38). ' 255 era profeta y. Dios lq había jurado que uno de sus descendientes !e sentáría sobre su trono. Por eso vio de ante- mano 3r y se refirió a la resurrección del Mesías con estas palabras: no se- rá abandonado en ¿l lugar de los muertos, T! su cuerpo experimentará la comtpción. : 32 Es un hecho que Dios resucitó a Jesús; de esto todós nosotros somos testigos. 33 Después de haber sido exaltado a la deiecha de Dios, ha re- cibido del Padre el don que había pro- metido, .ffi€ refiero al _ÉspÍritu Sánto que acaba de derramar iobre noso- tros, como ustedes están viendo y oyendo. Y También es cierto que David no subió al cielo, pero estas-palabras son suyas: DUo e/ Sen or a mi Se ñor: *Sién- tate a mi derechd,3, hasta que ponga a [us enemí.gos debajo de'tus'píeí., 36 Sepa entoñces con- seguridad toda !a gente de Israel, que Dir¡s ha hecho Seno¡ y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron., ' " AI oír esto se afligieron profunda- mente y dUeron a Pádro y a los de- más apóstoles: *¿Qué teñemos que 36.^Senor y Mesías: no son palabras sinóni- mas, Señor iniiica su personalidaá diüna y áru io más difícil. ,de,creer-, ivíesías 'o sa.lvador éra más aceptable para Ia fe tradicional, pero más hu-i- llanté si s€ ténía que acéptar a uñ rey rnesías su- friente y condenado- HECHOS 2 hacer, hermanos?, 38 Pedro les con- testó: «Arrepiéntanse , y que cadu ,no de ustedes se haga báuti ,-i, en el Nombre de Jesús, e"l Meríá;, ;áru que sus pecados sean perdonaáos. Én_ tonces recibirán el don del Espíritu Santo. 3e Porque el don de Dios es pa- ra ustedes y para sus hijos, y tamUien para todos aquellos a ios que el Sá_ ñor, nuestro. Dios, quiera llámar, aun que estén iejos.»40 Pedro siguió insistiendo, con rnás algumentos. Los exhortaba diciendo: *Aléjense de esta generación perversa y sálv€DSe .» 'i Los q.ue acogieron Ia palabra de Pedro se bautizaion, y aquel día ;;unieron a ellos unas fres rnil perso- nas. La primera comunidad . o2 Eran asiduos a Ia enseñanzá de Ios apóstoles, a la convivencia fratúl Dd, a la fracción del pan y a las ora_ ciones o3 Toda la gente sentía un santo ie- *gr, ya que los prodigios ,y señales milagrosas se multiplicában por *.,dio. de los apóstoles. * Todos los qu; . 42:. Lucas mentales de la
  • 5. =F HECHOS 2 habían creído vivían unidos; compar- tían todo cuanto tenían, o5 vendian sus bienes y propiedades y rgpartían des- pués el dinero entre todos según las necesidades de cada uno. 46 Todos los días se reunÍan en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían la co- mida con alegría y con gran sencillez de corazón. 47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pue- blo; y el Señor agregaba cada dia a la comunidad a los que se iban salvan- do. :, Pedro y Juan sanan a un hombre tullido [?l' ' Un día Pedro y Juan subían I "' I al Templo para Ia oración de las tres de Ia tarde. 2 Acababan de dejar allí a un tullido de nacimiento. Todos los dÍas Io colocaban junto a la Puerta Hermosa, que es uná de las puertas del Templo, para que pidiera limosna a los que entraban en el recinto. 3 Cuando Pedro y Juan estaban pa- ra entrar en el Templo, el hombre les pidió una limosn a. .o Pedro, con Juan a su lado, fijó en él.su mirada, y le di- io: nMíranos.» 5 El hombre los miró,-esperando recibir algo- 6 Pero Pedro le dijo: uNo tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: En nombre del Me- 256 sías Jesús, el Nazareno, camina., ' Y tomándolo de Ia mano derecha, lo le- vantó I Inmediatamente tomaron fuerza sus tobillos y sus pies, y de un salto se puso en pie y empezó a caminar. Luego entró carninando con ellos en el recinto del Templo, saltando y ala- s Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios,'o y lo reconocieron: -¡Fs el tullido que pedía limosna junto a la Puerta Hermosa!, Y quedaron sin palabrds, asombrados por lo que ha- bía sucedido. ¡¡ EI hombre sanado no se separa- ba de Pedro y Juan, por lo que toda Ia gente, fuera de sí, acudió y se reu- nió alrededor de ellos en el pórtico llamado de Salomón. tz Al ver esto, Pedro se dirigió al pueblo y les dijo: *lsraelitas, ¿por qué se quedan tan maravillados?- Ustedes nos'miran co- mo si hubiéramos hecho caminar a este hombre por nuestro propio poder o santidad. 13 Pero no; es el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, el que acaba de glorificar a'su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y, cuando Pilato decidió dejarlo en libertád, renegaron de é1. 14 Ustedes pidieron la libertad de un asesino y iech azaron al Santo y al posteriores esta experiencia ha sido un aguijón o ün reproche para lás comunidades cristiañaé. pa- rece que desde un punto de üsta económico el resultado fue negativo: tal véz vtvieron en una santa despreocupación hasta-el dia en que todo s_u cqpilal_rg ggl,sumió (véanse las notas de ZCor . 8 y 9; Gál 2.10). Desde luggo fue un fracaso, pero fue bueno haber corridó el ñesgp; lo mismo pasará a lo lar- go del tiempo con iñnumerables ánsayos pareci- dos. ¿Cómb llegar hasfa e[ fin del ámoi si se mantiene la distinción entre tuvo v mío? Cual' quier liturgia o espiritualidad setá fragil si se rehú- sa pisar e[ terreno del compartir. ... 46.'Aleqría u sencillez de corazón€ran Drue-. bas del cainbió qqe se habia: operado eR állos,' eran ahora personas reconciliadas. En ese tiem: po gozafun de la.'simpatío genergl y sg sentían como en su casa' en los atrios'del Templo, Pode- mos imaginarlos agrupándose en un lugar de la esplanada; orando'en alta voz, y luegó partici-' pahdo. en ia oración y en los cant.-os ofícíafes diri- gidos por los levitas. . 3.1 Ponían al enfermo junto a la Ptuerta del Templo porque era el mejór sitlo para pedir li- mosna,.pero también porque no tenía derecho a entrar: la interpretación de 2Sa 5.6 permiüa de. jar a Ia puerta'del lugar de oració; á iá; -*di-gos que de otro módo.lo habrían invadido. Lo mismo que pasó con los leprosos sanados por Jesús, este milagro da al enfeimo toda su di- mensión humana; áhora tendrá su lugar en el nuevo pueblo de Dios 12. Una vez más Pgdro proclarna lo que supe- ra al entendirniento: Aqué[ que ustedes'mataion era el príncipe de la vidá. Una nuer¡a.manera de afirmar Ia plena humanidad de Jesús y, su carác- ter divino:, Lá predicación de Pedro destaca el sentido del milagio. o del signo, que acaba de ser manifesta- do_a toda aqueliá gen[e que había venido a orar al Templo. a 13. Su sienso. Jesús comparte aqui este titr.rlo go.n muchos otros, siervos dá Dios, ya sea en la Biblia, ya sea en el.lenguaje cristiano. Sin, em- 257 Justo._'l Mutaron al Señor de la vida, ?ero Dios lo resucitó de entre Ioé rnuertos,. y .nosotros somos testigos de ello Miren lo que puede la fe"en su Nombre, pues en su' Nombre aca- ba de ser restablecido este hermano al qug ustedes ven y conocen. La fe que. él nos inspira e§ Ia que Io ha su- nado totalmente en presencia de to- cjos ustedes.' . t7 Yo sé, hermanos, que ustedes obra¡o¡ pgl igtgrancid, dl igual que sus jefes, '' y.Dios cumplió-de esta manera lo que había dicho de ante- rnano pgI bgca de todos los profetas: que su Mesías tendría que padecer. ig Arrepiéntanse, pu€s, y conviér- tanse, para que sean borrados sus pecados.. Así el Señor hará llegar el tiempo del alivio, 20 enviándoies al trlesÍas,gue les ha sido destinado, que es Jesús. '' Pues el cielo debe guar- darlo hasta qu.e.llegue el tiempo ?e Ia restauración del universo, según ha- bló Dios en los tiempos pasaáos por boca de los santos profetás. 22 Moisés afirmó : Et Señor Dios ha- rá .que un profeta colno gto,s uüa de entre sus hermanos. Escuóh en tódo lo que les -di.ga. 23 El que no escuche a ?g.ppfeta será elíminado d.el pueblo. 24 Y después todos los profetár, em- ?ezando por Samuel,. anunciaron es- tos días. 25 U_stedes son los hijos de los pro- HECHOS 4 kl:: { l": herederos de la atianza que ?ro: paglo con nuestros padres, al decir a Abrahán: A traués 'ar-i" áes_ cendencí.a serán bendecfdas lod.as ias famtltas de la tierra. 26 por ,rt"J"r, en primer lugar, Dios ha resucitado a su S_iervo y Jo, ha enviado para bendecii les, con tal que cada uno renuncie a su mala vida., Pedro y Juan son arrestados ' I Pedro y Ju an estaban aún hablando ál pueblo, cuando ,.r - | naDranoo al pueblo, cuando se presentaron los sacerdotes, el iefe de lu gyardia del Ternplo y los.sad'uceos; 2 toda esa gente se'senlía muv *oiéil ta porque enseñaban al-puebio y afir_ maban la resurrección dá los muertos a propósito de Jesús. , Los apresaron y. Ios. pusieron bajo custodia Ihasta el dla srgurente, pues ya estaba anoche_ ciendo- a Pero muchos de los que ha- bían oído Ia Palabra creyeron, y su número llegó a unos cinio mii'fío*_ bres : 5 AI día siguiente, los jefes de los saduceos se -reunieron co'n los áñ.iá: nos y l-os maestros de la Ley de Jeru_ sattfn. 6 Allí estaban el sumó ,u."üó_ te'Anás, Caifás, Jonatán, Ál.j;;il y todos los que pertenecían á -iu 'altá clase saceüotal. , Mandaroñ iru;;'; Pedro y Juan ante eltáit;;;zaron a interrogarlesi ,¿Con,qúé poiqr: han bargo, en los textos apostólicos este titulo atri- buido a Jesus recuerda ante todo al sieruo der ri- bro de Isafas (42,1: 49,1; 50,4t 52:.13). Estos textos anunciaban a un siervo de Dios cuvos su: frimientos !¡ muerte traerían É sahnciéü't"d;;. 16. Su nombre: solamente un ser diüno üene un Nombre al que los hombres invócjn v-áüá obra prodigios. ' 18. Pedro inüta a srrs oyentes a releer las Es- crituras: el Mesíos t1níg que sufrir {ls 53.4),1 y no es Io rnismo cr¡ando la ¡iersoná lo lee "n uñ tí- pro que.cuanCo ha sido teltigo y tal vez acto i ae Ia üagedi". FI dio y la injustlcií no pueden dete- ner el plan de Dios y su.trabajo paciente para sal- vamos. .' -._. .' : .. 23. Al recordar la promesa hecha a Abraham y renotvrada a Moisés,-Pedro señala cómo todotéi Antiguo'Testamento encuentra su pleno cumpli. miento en Jesr¡s y en su lglesia. L^a conversíón ll* a escuchar a Jesús; el bauüsmo vendrá sólo después. . 4.1 Con esta rCetención se abre una nueva etapa. Aun sin predicación. la sola pr"r.¡.i" áLl grupo crisriano g? la esplanada dei templo ;r"como una acrsación a los que habfan coná"r,uiá a Jesús- Hablar de la resurrbcción aá tói müil;;era. condenar la doc.trin3 q.ue querlan i*ú;;ñ;raduceos. el. partido de los iumos i"á.-iá"tá-rl Porque si se le da.ba al. puebro unj Lrp"-rá*ááii la,otra ü9u, s-e redu.cía lá imporrancia áájá;árt* ridadas que m.anejllaq !¡ sggne terrenat áál ñá-blo de Dios '(véase Mc 1^. 1 8). - -- -- -:-" t:. Este texto súgiere;que todos podemcis ser tésü: gos de Jesr.rs y-de sq verdad si 'ástám;-deád'üA a comprometemog. Tgl vez nos paraliza.el m¡edó a encontrarnos solos frente a rai oposicion"s-áñ vez de coniar coh la presencia de-¿;i;i;ñi 10.17 -20).
  • 6. ; -.1 : :¿ ta HECHOS 4 hecho ustedes eso? ¿A qué ser celes- tial han invocado?, I Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, Ies dijq: *Jefes del pueblo y Ancianos: ' Hoy debemos responder por el bien que hemos hecho a un énfermo. ;A áuién se debe esa sana- ción? 'o SEpun'to todos ustedes y todo el pueblo áe lsrael: este hombie que está aquí sano delante de ustedes ha sido sanado por el Nombre de Jesu- cristo el Nazareno, a quien ustedes crucificaron, pero a quien Dios ha re- sucitado de entre los muertos. rr El es la piedra que ustedes /os constructo- res despreciaron A que se ha con uertí- do ?f piedrl angular. '2 No hay. sal- vación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres ningún otro Nombre por el que deba- mos ser salvados., '' Q,uedaron admirados al ver la se, guridad con que hablaban Pedro,y Jl:an, .que eran hombres sin instruc- ción ni preparación, pero sabían que habían estado con Jesús. 'o Los jefes veían al hornbre que había sido sana- do allí, de pie a su lado, de modo que '5 Mandaron, pues, que los hicieran., salir del tribuna[ mientias deliberabari entre ellos. Decían: ¡6 «¿Q,ué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben gue, han ,hecho un milagro clarísimo , y nosotros nó podemos negarlo. " Peró prohibámosles que-hablen más de ese Nombre ante ninguna persona, 258 no sea que esto se extienda entre el pueblo., rB Llamaron, pu€s, a los apóstoles y les ordenaron que de-nin- gún modo enseñaran en el-nornbre de Jesús, eue ni siquiera Io nombra- ran re Pedro y Juan les respondieron: *Juzguen ustedes si es' correcto de- lante de Dios que les hagamos caso a ustedes, en vez de obecedecer a Dios. 2o Nosotros no podemos dejar de ha- blar de Io que hemos visto y oído., 2t lnsistieron ellos en sus amenazas y los dejaron en líbertad. No encon- traron manera de ca-stlgarlcs a causa del pueblo, 22 pues todos glorificaban a Dios por Io que había sucedido, sd- biéndose además que el hombre mi- lagrosamente sanado tenía más de cuarenta años. La oración de la cornunidad Apenas quedaron libres, Pedro y Juan fueron a los suyos y les conta- ron todo Io que les habían dicho los jefes de los sacerdotes y los ancianos. 24 Los.escucharon, y después todos a'una elevaron su voz a Dios, dicien- do: *Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo,que hay en ellos. 25 Tú, por el Espíritu Santo, pusiste en boca de tu siervo Davíd estas pala- bras: ¿Por qué se agítan /as naciones A /os pueblos traman planes qanos? " Se han aliado los reges de la tierra g los príncípes se han unido contra'ét 'lqQ 2' Es verdad que en esta ciudad hu- bo una conspiración de Herodes con Poncio Pilato, Ios paganos y el pueblo de Israel contra tu santo siérvo'Jesús, a quien tú ungiste. 28 Así ellos consi- guieron lo qug tú habías decidido de ániemano y Ilevabas a efecto. 2e y ahora, .Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu pa- labra con toda valentía, 30 mientras tú rnanifiestas tu poder y multiplicas tus intervenciones, realizando cüraciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús., 3r Terminada Ia oración, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos queda{on llenos del Espíritu Santo y se pysleron a anunciar con seguridad la Palabra de Dios. Los creyentes intentan poner en común todos los bieñes . 32 La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alrna. Na- die consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo t'eníán en co- mún. 33 Los apóstoles daban testimo- nio de la resuirección del Señoi ieiñt qon gran poder, y dquél era para to- dos un tiempo de gracia siñ igual. I Entre ellos ninguno sufría necesi- dad, ptes los.que poseían campos o casas los vendían-, traían el ciineio ,, y lo,depositaban a los pies de los após'- toles, que Ib repartían según las néce- sidades de cada uno. 3u A_sí lo hizo Jo- sé, un levita nacido en Chipre, a HECHOS 5 quien los apóstores lkmaban Bernabé ,!og:_:u¡;re decir: "Er que itirá.tá;1.)'I Lste vendió un camiro. de su pro-piedad, trajo er dinero d'e ra venta y ro puso a los pies de los apóstolés. EI fraude de AnanÍas y Safira ¡-El ' , Otro hombre llamado Ana- I Y I nÍas, de acuerdo con su esposa §afjrq, vendió tambiÉn una- propie- {pd, ' pe.ro se guardó una pá.t.'del dinero, siemprá de acuerdó .on su esposa;. la otra parte.l.a llevó y la .n_ tregó a los apóstoles, 3 Pedro Ie d|o; ,,Ananías, ¿por qué ur. dejado gug Satanas se apode¿;; de tu corazón? Te has guardado uná parte_ del g,!ero; ¿por!ué intentas engalar-al Erpíritu Sanio? o podías gua.rdar tu prgpiedad y, si Ia vendíai, p9días también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? ño has mentido a Ios hombres, sino a Dios.; 5 Al oír Ananías estas palabras, se desploTó y murió. Un grán temor se apoderó de cuantos Io oyeron. 6 Se Ievantaron los jóvenes, enúolvieron su cuerpo y lo llevaron a enterrar. ' Unas tres horas rnás tarde llegó la qspgs? de Ananías, que no sabía" nu_ da de lo ocurrido. t pédro Ig preguntó: n¿Es _cierto que vendieron ál iamoo gn tal, precio?, Ellg rgspondió: oSí, é'sá lu: el prgcio., e Y Pedro le repiicó: i¿Se pusie-ron, entonces, de aci¡erdo p,ara desafiar al Espíritu del Señor? Ya están a Ia puertá los que ácaban ' t'2. No se ha dado otro Nombre. Jesús es e! único salr¡ador de todos.los hombres, tanto de los' que [o han precedido como de los que vendrán después de é1,' tanto de los que lo conpcen como_ de los que lo ignoran.. - los creyentes en cuanto se han entregado a Je- srfs. y la salvación eterna que Dios cóncederá a todos gn el úlümo dia. Cualquiera que fuere su camind y sU religión, se reconocerán entonces pecadores, pero también se verán salvados por aquél que no han conocido en este mundo y óon él'c9.mi:-artirán'ta etemidad de Dios. '' 31. Con segurídod. Esta expresión se repetirá muchas veces en el transcurso de ástór liuiór. Los creyentes están convencidos de que-ió"-pói- tadores de un mersaje ütal para quibnes los ro- dean:, ha_b.hn p.orque óreen (áCor +, t Sl. t;;;; mas ortlcrt hablar si pensaran que al fin y al cabo el mundo donde se üve no es tár, malá- ' ' 32- Los versículos 3z-g7 parecieran indicar que la puesta en com¡in de los bien"r "ij una re- gla en' ! primera comunidad cristiaria. mientras que en 5,4 nos d,.9", por h.u del mismo pedro, que Ana?ias y Safira éran libres de guardarse sr§ bienes. Váse al respecto la nota de2.44 5.1 Muchos lectores, prisioneros de un mun- do en el que'todos desean una üda -uy iargd, o piensan eye tienen derecho a'ella, s.g impactancon esta doble muerte: ¡Diós ", .áá!l É.ro ¿noserá eso una ..prueba -de-nuéstra grun"ignoáá¿i; sobre Dios? EI'rab" áliiápg que vivi¿ cada uno en el misrno rngmento qué Io'ltamá irá üáu]' ,jaceptó un nyndo en que centenás de rniilones'dá personas sólo tendrán una o dos a"éánái Já pl,:r para preparar su -yo' etemo; pu"á" tu*Ibren p-Qnel lnte nuestros ojos la mtrerie ¡rnpiévii- l1,y ;lpita de una'parejg gug, de ot;ñol;, h;-Dr¡a. rat vez seguido agitándose o aburriénáose dullnte.algunolaños rñas. i Para los testigos de esle hechotel temor no es tanto miedo sino más bien la impr"rión ;rüfuerte de encontrarse aili doná; É';ráél.iu'üá: Dios proyecta e.l máximo de Lrz. S"ñ-;ü.d.¿; de un mensaje de üda (5,20). la salvación cris.: de la que gozan 13. ,En cualquier época, los que dan testimonio de'una wndad'rnolesta o que ofrecen el rernedio para,los" males proíurndos-de la sociedad, deben enfrentarse con las autoridades que miran desde arriba. Los que encarnan el poder necesitarán siempre mucha humildad para recibir una verdad que no pJoceda de ellos mismos. Y para conver- tir.a uno solo de estos, los inferiores tendrán que aceptar. g¡andes sufrimienlos.
  • 7. HECHOS 5 de enterrar. a tu rnarido y te van a lle- var también a ti., .: ro Y al instante Safira- se desplomó a sus pies y murió. Cuando.entraron los jóvenes la hallaron muerta y [a llevaron a enterrar junto a su marido. Ir A consecuencia de esto un gran te- mor se apoderó de toda Ia lglesia y de todos cuantos oyeron hablar del hecho .. tz Por obra de los apóstoles se pro- ducÍan en el pueblo muchas señales milagrosas y prodigios. Los creyen- tes se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón,, '3'y nadie de los otros se atrevía a unirse a ellos, pero el pueblo los tenía en gran esti- ma. 'o Más aún, cdntidad de hombres y mujeres tlegaban a crcer en e[ Se- ñor, durrr€ntando así su número. 't La gente incluso sacaba a los enfermos a las calles y los colocaba en camas y camillas por donde iba a pasar Pe- dro, para que por lo menos.su som- bra cubriéra,a algüno de ellos. It Acudían multitudeí de las ciudades vecinas a Jerusalén, tiayendo a sus enfermos y a personas atorinentádas por espíritus malos ; y todos éran sd= Los apóstoles . son nuev?mg_fitg arrestadoq . t'_ El sumo:sacerdote y ioda su 260 gente, que eran el partido de los sa- duceos, decidieron actuar en la forma más enérgica. 18 Apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. '' Pero un ángel del Señor les abrió las puertas de lá cárcel durante la noche y los sacó fuera, diciéndoles: 20 *Vaydo, hablen en el Templo y anuncien al pueblo el mensaje de ,í- da., '' Entraron, pues, efl el Templo al arnanecer y se pusieron a enseñar. Mientras tanto el sumo sac_erdote y sus partidarios reunieron al Sanedríñ con todos los ancianos de Israel y en- viaron a buscar a los prisioneros a Ia cárcel. 22 Pero cuand^o tlegaron loi guardias no los encontraronén la cár- cel. Volvieron a dar la noticia y les di- jeron: B *Hemos encontrado lá cár.ét perfectarnente cerrada y a los centi- nelas fuera, en sus puestos, pero al abrir las puertas no hemos encontra- do a nadie dentro., 2o El jefe de la policía del Templo y l9r jefes de lor sacerdotes quedaroñ desconcertados a[ oír esto y se pre- guntaban 'qué podia. haber érceaido, 25 En esto llegó uno que les dijo: *Los hombres qué ustedes encarcet:aion están ahora en el Templo enseñando al puqblo.i ". El jefe $e !a guardia fue con su¡ ayudantes y los trajeron, pero sin violencia, porque tenían miedo de ser apedreadob por el'pueblo Muchgs dirán que no es lo mismo, ya,que los apóstofes efan persegúdos porque proclamaban a Jesús,. mientras qué ahorá esós 'ciistiano§ son . perseguidos .porque hacen política. Pero 'eso no es algo tan evidente. ;En ese tiempo los judÍos eran dominadgs y- es- taban divididos. y Jesús enseñaba un canrinó' de libertad que hoy se [amaría.acciór¡ no violenta. Y las' autoridades se libraron de"é[' para. defender,'la segurida{ d. su náción (Jn-' L2;481, y,su;pr,opia política. Creer en,Jesris era.iéconocer qué se ha- bía actuado'-mal al rechazarlo.:Seguir ál eamino que _Jggúg ha-bía indicado era condénar la políüca La, lglesia no estaría proclamando a, JesrE :co- mo el :único Salvador (5'3.1) si cerrase los ojos cuando naciones enteras esián condenadas a üná muerte lenta'por fa[ta dg -t¡abajo, de eduéaciOn v de satud. o cúando los débilás ion asfixiados pó los poderosos so.pretexto de libertad. Sin erntiar- go. denunciar no-es-juzger, pe.ro dichas denun: 261 " ,Lgr trajeron y los presentaron an- te el Consejo. Ei sumo sacerdote los interrogó diciendo: 28 nles habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero ahora en Jerusa- lén no se oye más que su predicación y quieren ech.arno-b Ia culpa por la muerte de ese hombre.» n Pedro y los. apóstoles respondie- ron:' *Hai dr" obddecel a Dioi antes que a los hombres.3o El Dios de- nuestros padres resucitó a Jesús, a quien,ustedes dieron muerte colgán- dolo de un madero. 3r Dios Io exaitO y I^o .puqo a su derecha como Jéfe tSalvador, para dar a Israel la conver- :-iQl y el-perdón de los pec,ados. 32 Nosotros somos testigol d" esto y lo es tarnbién el Espíriiu Santo, qrá Dios ha dado a los {ue le obédec€n.» . 33 EIIos escuchaban rechínando los dientes de rabia v qu.ri¿n -átuilos. 3o.Entonces se'-leüantó uno de ellos, ul fariseo llamado Garnaliel, que era doctor de Ia Ley y p.rconá muy estirnada por todo él breblo. Mandó qug hicieran salir a áquellos hombres durante unos minutós t, y empel ó a hablar así al Consejo: *Colegas israelitas, Do actúe., a Ia ligera qon estos hombres. 36,Recuer- dqryAuq liempo atrás se presentó uni tal Teudas, que:pretendía'ser un grEtn HECHOS 6 personaje y al que se Ie unieron unos cuatrocientos hornbres. Más tarde pe- rec.ió, sus,s,eguidores sg- espersaron y tod.o quedó én nada. 3, Tiámpo des'- puqs, €ñ lu ,gRoca del censo, ,rigiO Judas el Calileo, que arrastró'al oüe_ blo en pos de sÍ. 'pero tamU¡en ?ri¿ pereci o y l94os sus seguidores se dis- persaron. ".P9f eso- Iel aconsejo uñó_ Ia qyq se olviden ^de esos homb.ei y Ios..d"Jgn .en paz. Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, ae vendrán abajo. 3e pero si viene de Diqs, ustedes no podrán destrulrior. "ojalá no estén luchando contra ói;;.', El Consejo le escuchó oo,y manda- ron entrar de nuevo a los 'ápóstoles. Los hicieron azotar y les oiaenár"" severamente que no volviesen a ha= blar de Jesús- Salvádor,,' ó¿;á;és'los dejaron ir. -r - . :' Los apóstoles salieron del Conse_ Jg Inuy contentos por haber sido con- siderados digno's'de sufrir poit él Nombre de JeÉús. 42 EI día .ntéro en el Templo y por las casas no cesaban de enseñar y.proclamar a.Jesús, el Los Doce Ia elección de los Siete
  • 8. HECHOS 6 dos helenistas contra los llamados he- breos, porque según ellos sus viudas eran tratadas con negligencia en el servicio diario 2 Los Doce reunieron Ia asamblea de los discípulos y les dijeron: nNo es correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por' hacernos cargo de este servicio, '-Por Io tanto, hermá- nos, elijan entre ustedes a siete hem- bres de buena farna, llenos del Espíri- tu y de sabiduría; les confiaremos esta tarea mientras que nosotros nos dedicarernos de lleno a la oración y al ministerio de la?alabra., 5 Toda la asamblea estuvo de acuerdo y eligieron a Esteban, hom- bre ileno de fe y Espíritu Santo, a Fe- lipe, Prócoro, Nicanor, Timén, Párrne- nas y Nicolás, que era un prosélito de Antioquía. u Los presentaron a los apó:!oles, qu.ienes. se pysieron en oración y les impusieron las marlos. 7 La Palabra de Dios se difundía; e! número de los discÍpulos en Jerusa- lén aumentaba considerablernente, e 262 incluso un buen grupo de sacerdotes había aceptado la fe.' Historía de Esteban . I Esteban, hombre lleno de gracia y. de poder, _ realizaba grandes prodi- gigs y ggñales milagrosas en medio áel púeblo. ' Se Ie eciaron encima al- gunos de Ia sinagoga llarnada de los libertoi y o^trgs llegados de Cirene, AlejandrÍa, Cilicia y Asia. Se pusieron a diqcutir con Esteban, r0 pero no lo- graban hacer frente a la sabiduría y al Espíritq con q.ue habtaba. " AI no po- der resistir a la verdad, sobornaron a unos hombres para que af:rmaran: *Hemos oído hablar a este hombre contra Moisés y contra Dios., '' Con esto alborotaron al pueblo, a los ancianos y a lgs maestios de la Ley, llegaron de improviso, lo arresta- ron y lo llevaron ante el Sanedrín. I3 Allí se presentaron testigos falsos que declararon: «Este hombre no ce: sa de hablar contra nuestro Lugar Santo y contra la Ley..ro Le hemos-oi- do decir que Jesús el.Nazareno des- sus limitaciones en el momento de como se verá.en_He- 10,9, que le dará a su pala- bra la fuerza del Espíritu. - 5. Nada sabemo-s de los Siefe, a excepción de Estebán y Felipe. Como el Apocalipsis menciona a unos l'nicolaÍtas" (Ap 2,61. postériormente al- gunos .creyeron que fueran los'imitadores de ese Nicolás desconocido. ._t-9. Llama la atención este elogio a Esteban. TenÍa todo para haber si{o un grañ apóstol, peró como sucede a menudo. Dios e-liqe pára sí lo'me- jor y Io quita.: antes. de haber. dado lo que p"diá, otros detrás de él harán el traba¡o. . Esteban ejerce su ministerio ántre los iudíos de lengua griega que habían r.¡uelto a Jenrjalén por un tiempo. -Dos sinagogas griegas se cdnfabüan en su contra y apelan a las autoridades. Se hace un .proceso ráp.idg, y el SanedrÍn, aprovechándo. se la-ausencia del gobernador romaho, Io mancia apedrear. . . . . 12. Corrá ei año 36: durante los-años transcu- rridos el pueblo. se ha ido aburriendo de-ver sieá- pr:? a,los cristianos-al margen de la unidad "ááio-nal; y por prim era vez se ádüerte la hostilidad en su contra. L4.'- Jesls'c:ambiará ios cost umbres: e's decir, las prácticas religiosas. [-os cristianos iudíos con- tinuaban observando tales prácticas religiosas pe- ro' lleüaban qgnsigg el es¡iiritu que les" indicáUa que Io esenciál estába en oira parte. T I 263 truirá este Lugar santo y cambiará las costumbres que nos:áejó trloisés., ri En ese momento todos los que estaban sentados en el Sanedríñ d;á: Ion los. ojos en Esteban, y su rostro les pareció corno el de un ángel. LI -!" pluguntó: u¿Es verdad Io eue dicen?, z Esteban rdspondió: -l-terriá_ nos y padres, escúchénme: EI Dios glorioso se apareció a nuestro padre Abrahán miehtras esta- ba en MefopotaTia., antes de que fuera a vivir a JaráD,. j y Ie dijo: "d.Já tu país.y .tu p9r_e?Elu y veté at pá1s qye te indicaré." 4 Entonces abando_ nó el país de los caldeos y se estable, ció en Jarán. HECHOS 7 de Egiplo y ge toda su casa. n Sobre- vino el hu,Tbre por toda rá tierra de Egipto y de Canáán, y'rá miseria fue tan enorme qu9 nuestros paarei ño encontraban qué comer..', Al enterar- se Jacob de dru h:bi: trigo'ei' üü-to, mandó alll a nuestros liores una primera vez. 13 La segund'a vez Jos¿ se dio a conocer a sls hérmaná;-; así Faraón conoció a la ,urá'JJ'j;;d. l-!r,"9:José mandó Uuscái á su pa_ 911{u.o,b c.on toda su farnilia, que se comp.grlÍa de setenta y cinco Éersá-nas. '5 Jacob entonces-bajó á Égipñ, donde murió- é1, y rnás taide-tarñÉieí nuestros padrer. 'u sus .ueipos fue- ron llevagor a siquem y delcansan en la tumba que Abrahan f,áUi;;;;_ prado en.Siquem a los hijos á. fi;:mor por cierta suma de plaia. t7 Ya se iba acercando el tiernpo de l^a, pr.ofesq que Dios traUia f,"éf,o-á Aprqhán; g puebto creció v ,á -ulti,plicó en Psipto 'E hasta'gr; iiü;o.tlo rey. a psjnlo que no había cono_ cido: a ,José. -,e-Este rey;, actúandó.iJn astucia' contra .nuestrá' ruru,-oUt¡qO u ly.rJfgs padIgs a que abanáonarÉñ,á sus huos recién nacido: para que Ia raza,'.no sobreviviera.. zo Fue en ese tiempo cuando_nació lvloiséi, or" era precioso pa¡a Dios. Durante'tréi--;: ses fue criado en la casa de su puáiá, l, y cua.ndo tuvieron gue aUáñá.i"uiló, la.hr'ja. d€ Faraón Io iec"gió v l" üid comb hUo suyo. l2 Así lrrói-sésiu" "áú-cado en toda la sabiduría de los egip- ciqs, " y llegó a ser ,ód..rf"Ln sus palabras y en sus obras. ^.Después de la muerte de su padre, Dios hizo que se trasladara á esté p?js en qué ustedes habitan ánóiá. ' .Y !o Je dio en é] p¡opiedad alguna, ni siquiera un pedacito de tiera-don_ 4.,poner el pie, sino que Ie prometió {arle el,paíl .! posesi'ón, a 'el y t;üdescendencia después de é1. Se Io di- Jo a pesar de que no tenía:hijos. dientes vivirán en tierra en.án¡erá'V serán esclavjzados y maltratadós ár'_ ran.te - cuatrócientoí años t p"ro ñp.ediré cqentqs a. la nación a la -qúe sirvEn corno esclavos. DespüCs s'ál- lTán V Tg darán .gutlo en eite iuéái.o l-ue.g9, hilg cgn él el pacto de la i¡r_ ggnc!§lón, Y apÍ, al nqéér su hrjo Isaac, Abrahán Io circuncidó al octáro dí;: Lo mismo hizo Isaac con Jacob, y G: cob con los'doqe patl'iarcas. , ' l-orl pptriar.ur'se pusieron celosos
  • 9. HECHOS 7 pero ellos no lo entendieron. 26 Al día siguiente vio a dos israelitas que se estaban peleando y trató de pacificar- Ios, diciéndoles: "Ustedes son herma- nos, ¿por qué se hacen daño el uno al otro?' 2! Pero el que maltrataba a su cornpañero lo rechazó diciendo: za "¿Quién te ha nombrado jefe y juez sobre nosotros?. ¿Quieres matarme a mí como hiciste áyer con el egipcio?" 2s Al oír esto Moisés huyó y fue a vivir en Ia tierra de Madián, áonde tuvo dos hijos. 30 Pasados cuarenta años se Ie apa- reció un ángel en'el desierto del mbn- te Sinaí en Ia llama de una zaÍza que ardía. 3' Moisés quedó perplejo ante esta visión y, al alercarse para mirar, oyó la voz del Señor: 32 *Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abra- hán, de lsaaq y de Jacob.n Moisés sintió tanto miedo que no se atrevía ni a mirar. 33 Pero 'et Señor le dijo: nQuítate las sandalias, porque el lular que estás pisando ei tierra sanfa. il He visto cómo maltratan a mi pue- blo en Eglpto, he oído su llantp y he bajado parq liberarlo. Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto., 35 A este Moisés, al que rechazaron diciendo: "¿Q,uién te nombró jqfe y juez?", Dioi Io envió como jefé y li- bertador, con la asistencia del ángel que se le apareció en la zarza.,T Y los hizo salir de aquel país, iealizando prodigios y señales en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. 3' Este Moisés es el que d[g a los israelitas: ,,Dios les dará un profeta como yo de entre sus her- rnanos:, '9 Este es el eu€, en la asam- blea del desierto, estuvo con el ángel qug. lg hablaba en el monte Sinaí, y recibió las palabras de vida para co- municárselas a ustedes. 3s Nuestros padres no quisieron obedecerle, Io rechazaron y desearon volverse a Egipto. o0 Incluso dijeron a Aarón: "Danos dioses que vayan de- lante de nosotros, porque no.sabe- mos quq ha sido de este Moisés que nos sacó de Egipto." 4t Y fabricaron en aquellos días un becerro, ofrecie- ron sacrificios al ídolo y festejaron Ia obra de sus manos. 4z Entonces Dios se apartó de ellos y dejó que adoraran a los astros del cielo, como está escrito.en el Libro de Ios Profetas: "¿Acaso me ofreeieron ustedes víctimal y sacrificios durante cuarenta años.en el desierto? 43 lvlás bien llevaban con ustedes la tienda de So,loc y Ia estrella del dios Refán, imágenes que ustedes mismos se fa- bricaron para adorarlas. Por eso yo los desterraré más allá de Babiloniá." 44 Nuestros' padres tenían en el de- sierto la Tienda del Testimonio; el que hablaba a Moisés Ie había oráenado que.la fabrica¡a_gegún el modelol:que había visto. 45 Después de recibiila, n u estros padres la intróduj e ron, a I mando de Josué, 'en la tieria conquis- tada a los paganos, a quienes Dios ex- pulsó delante de ellos. Esto duró hasta los días de David. o6 David agradó a Dios y quiso darle una moradá entre los hijos,de Jacob. o7 De hecho fue Sa- lomón quien le edificó un templo. os En realidad, el Altísimo no vive, en casas fabricadas por manos de hombres, como dice él Profeta: oe Et 264 30, Esteban cita aquí al Ex .3,2- Esteban, como toda Ia gente de gu tiempo, ignoraba, el sentido que tenía en los tiempos antiguos *el ángel del Señor" y sólo piensa dn u., án§el que a sulvez lo conecta con i'el ángel" de que se habla en Ex 23;20. 42. Ellargo discurso de Esteban, que recorda- ba las rebeliones de Israel, tendrá su conclusión en 7,51. Aquí se ha insertado,uo texto (7,42 50l, que a pesar de su apariencia un tanto confusa, está sabiamente compuesto y que habría eu€ co: mentar versículo poi versicúlo. Se contraponen el Templo grandioso con e[ que se satisfacia el orgullo nacional y la tiendo humilde donde Dios se sentía más a gusto. Es muy probable que Lucas, [nuy,Bre_ocupado por consen/ar los temas esenciales de sus perso- naj.es, quisiera anotar aquí Io que era la qran in- tuición de Esteban: el Tdmplo que consituía la unidad de la nación. hq pe¡dido sü razón de ser y el pequeño núcleo de los discípulos de Jesús es lá nueva tie¡_{a qqe Dios se ha elegido. Véase lo mismo en He 15. Ya se había reprochado a Jesús e'sa.crítica del Templo que de hecho era el ídolo de la nación T 265 cíelo es mi tron^o g la ti.erra el apouo dr..ftt pfqr. ¿Qué casa me poáii"ñ ed,tfrcar?, d[ce el Señor. ¿Cuá[ sería el lug.ar de mi descansop Yo ¿lyo fuí gó quien hi.zo todas esfas cosaj2 1t Ustedes son un pueblo de cabeza dura, y la, circuncisién no les abrió "tcorazón ni los oídos. ustedes siempre resisten al Eplrltg Santo, al igual áue sus padres ." (Hubo algún pro-'feta du" sus padres ¡o haya! páseg^uido? Elioi mataron a los que anunciaÉan Ia veni- da del Justo, y ustedes ahora lo ñán entregado y asesinado; 53 ustedes, qu" recibieron la Ley por medio de án!é, I.:, pero que no la han cumplidó., 'o AI oír este reproche se enfürecie- ron y rechinaban-los dientes de rabia contra Esteban. 55 Pero é1, Ileno dei Espíritu Santo, fÜO_sus ojos'en ál c¡álo y vio Ja glgria dé Dios i a Jesús a su derecha, ,* y exclamó: *Veo los cielos abierto5 14 al Hrjo del Hombre a tá áe_ recha de Dios.,- o i7 Entonces em pezaron a gritar, se taparon. los oídos'y todos a una se lanzaron contra é1. Ló empujaron fue_ ra de la c-iudad y emp ezaron a tirarle piedras. * Lgr téstigoi habían aálááó sus ,ropas.a los pies de un joven IIa- mado Saulo. 5e Mientrry gra qpgqreado, Esteban oraba así: *Señor Jésús, recibe mi es- ?ir1t*: ': Despuéi se arrod¡ilo t dil" con fuerte voz: *Señor, ño les íomés HECHOS B en cuenta este,p^ec_ado., y dicho esto, se durmió en el'Señor. ' ' Saulo estaba allí y aprobaba el asesinaro. Estu i,,á ;l-;; - mie.nzo de.ung gran persec,r.ioñ .óá- tra Ia lglesia deleruiarén.-ióáor, ex- ceplo los ppóstolesr s€ dis pársaron por las regiones de Judea y'sámaría. 2 Unos.homb-res piadosos enterra- ron a Esteban e hiciéron un gran due- Io por é1. : Saulo,_ por su parte, trataba de destruir a .[a tjresia. Entrá'bá casa por cas.a, hacía sálir a hombres y mu:jeres y los metÍa en Ia cárcel. - Felipe anuncia Ia palabra en Samaria bían dis.persado anunciabJ; l, É;i;_ bra en Ios lugares por donde pasa_ ban- 5 Así Fel-ipe ariunció u Cristo a los samaritanoi en una de sus ciuda- des adonde había bajado. ;It esóu_ char a Felipq y. ver l,i, prodigios que rgalizaba, toda la poblai¡ón rÉ-int"i-"- -_?gl su predicaiión. , pues ¿rpí;ii; malos salían de los endemoniad;; l:*"_gllg: : y varios .p.? ráriiii"rlcoJos guedaron "sanos. 9: H-rbo, .pues, gran alegría en aquella ciudad-' El mago Simón . e'Habia llegado a Ia ciudad antes (Y. .14,18), y por .la misma razón se condena a 55: Esta ú.ftlma .proclamación'de Esteban se lpo¿a_el le.visión.dát Hijo det hornbie-naráá; ;ñDn 7.14- El Ia refiere a iesr.rs v-rü rorió*o ruez universal venido del cielo: véa*,'lJñoáJñ Mi lé-. . 57. Con t,6g cer, ..i'8í:3:o,';o3i' ?3f:3" Yl"íf. ?Í i"Ti: _ i-9:1_L,1 ne¡secución gbljga a los cristianos (al menos a Ios 3.1 gypg helánistal a tdiilp"rsariZ por Jude?. y samlria.,De este módó ü-bxtiende la evangelización y lo que era promesa de mreñá se conüerte en üda. EI capitulg 8 da algunos ejemplos de esta evan- gelrzaci6.l. tn cuanto a la actitrid de saulo véase to que ét mismo dice al respecto en Cai l;fu. I=os crisüano§- §e díspersan. Este era el senüdo de la palabra 'diáspori', con ia qüá á-¿; enton: ces se designaba a- los judíos dispErloi-*lol *á; diversos. países, $qr" cuar fuere el'motivo de su :Tigp.,g¡ + qdetante, mientras-ta lrsi;iJ aá¿áIrusatén siqa siendo el cenbo del puebTo i;rü;;.se podra ñablai dá üJ¿iñpge éristianatpara ,e-feriisg a las co*.,ñi¿uJ"i'ilñá."á."; fü;i" pates- üna- Más tarde estas comunidáaa;;;;rerrirán fi.3"8:3: I tr ff,.¿i il",'¿ ff ,Ttrf,H llt ff "[#,[sía generalizadá. d; es;;¡riiáuor cristiano, eá"6:-cidente ha hecho renac¿. lá p;luü;ráü;;;;;para indicar a las . qomunidaá&=cristÉd;-áI.-p"r- sas dentro de pobracio""lináiÉñ;;i'. ra fe..: t Q- Los cristianos dispersgs procraman su fe,:ycomienzan las. coinunidádes cristiañái áñ su*.-ria. L¡ evanoelización rae.éoñ;ü§'k- oiigrrr, yaque Dios se Éa r.retááo v^p";!,,-*pinü ¡ana ros gyerpq.: y los corazones. Gertam"nte ;; t"d;';;convertirán, pero Ia colectividad ha "¡viao:i;-;;:m€nto de gracia. E' "'v : o )- Este simón no es un desconocido para ra
  • 10. .?r I HECHOS 8 oue Felipe un hombre llamado Si- il;;: i¿ñiu muy irnPresionada 1 la oente de samaria con sus artes magl- iut v se hacía Pasar Por un grqn Per- ;;;áj". ro Todós estabu.n Pendientes áá ¿1, pequeños Y. gr?ndes, Y decían: .Esie' ñomnre eí tá fuerza de Dios", Ñ;; t. hablaba de una tal "gran íu"iia a" Dios"., rr Desde hacía tiem- po los tenía alucinados con sus artes hágicas, Y Ia gente lo seguía' t2 Pero cuando FeliPe les habló dgl Reino áe Dios y del poder salvador de l;;¡;,-él Mesías, tánto los hombres como ias mujeres creyeron Y gmP.e- ;;;;ñ á uuutízarse. '3 -lncluso Sirnón éi.VO y se hizo bautizar' No se iePa- iu-Ú. á. FeliPe, Y no salía de su aiornbro al vei las -señales milagrosas t-ió; prodigios que se realizaban' 14 Cuando los aPóstoles que esta- ban en Jerusalén tuvieron noticia de oue los samaritanos habían aceptado É-puluUiá a. Dios, les enviaron a Pe- dro y a Juan- '5 Bajaron Y orrTon Por elloé para que recibieran el Espíritu §á.to'16 ya lue todavía no había des- iá"áiáo íobr'e ninguno de ellos y sólo ñáUián sido bautiiados en el nombre aei SeñoiJesús. ¡7 Pero entonces les historia. Tuvo discípulos en .Samaria .y las sectas il¿;ii."r'lá1iglo éiguiente Io contaÉn entre sus r#ñil;;;: §¿ ltu.ño simonía al acto de vender Ias cosas santas L2. ñiémonos en esta- fórmula tan- sencilla en lu iir"' i'áñii"ü-* inspirándose muchos §tpg: crisüano, qr"' ilutnutt'bs sectas,,il3:3 H,:",18:personas sencillas. coR. más consideracio,üi-át"*aus sobre la Biblia y la lgle- sia. 14. Felipe, uno de los siete., bautiza' pero quie- nes üenen a iomunica_r el d9. del Espíritu son los apóstoles É;á;; y-Jttut'' Esto es una prueba a? o1í""üh-rd;.i0" áe h comunidad helenista no aiuiáio a la lglesia- El bautismo y la impo.sición de las monos 3p?- ,"J¿" ??ü "-"1 princípio corno dos etapas de la iñiiiátion cristiaha, y se. rcfiergn u.9o§ .aspeetos diferentes de la üda e¡ la Iglesia: et bautlsnJo se- il1" iá-rl""v"áOn áe h perlona pol p fe y la im- posiciÓn de las manos expre.sa la lntegraclon al oueblo nu"ró. E á ittt"gráción no se efectuaba I""áiá"tá la inscripción én un. registro 9 p9I una marca ,".oná.ibld. sino por el don del Espíritu,,9 árá áo. era comunicado por los responsables de 266 impusieron las manos y recibieron el Esi:iritu Santo. 't Al ver Simón que mediante la im- posición de las mano-s de los. apósto- ies se transmitía el Espíritu, les ofre- ció dinero, 'e diciendo: nDenme a mí también ese Poder, de modo g.ue q quien yo irnponga las manos reciba el Espíritu Santo., zo pedro le contestó: -¡Al infiemo tú y tu dinero! ¿Com-o has Pelsado áomptar el Doñ de Dios con dinero? 2t Tii no puedes esPerar nada ni to- mar parte en esto, Porque tus Plltsa- mientos no son recios ante Dios. 22 Arrepiéntete de esa maldad tyya y ruega al Señor que perdone tus inten- cioñes, ojalá lo hag a- 8 Porque en tus caminos solamente veo amargura Y lázos de maldad., 'o Siryón respondió: nRueguen ustedes al Señor Pol mi, para que no venga sobre rní nada de io quethan dicho.' 2' Pedro y Juan dieron testimonio.Y, ,después 4. predicar la pg.tabra del Señbr, volvieron a Jerusalén- Por el camino evangelizaron varios' Pueblos de Samaría la comunidad -de la lglesia- tal como había sido á iá* ae- Moisét (Nú*_ 1 1.25)' Esta imposición de las manos (que 9e ha trgns; f"ñu?ó-.i,r h confirmación en lá lglesia actual) iba entonces árdinariamente acornpañada poi-las *án,f"itaciones de qÚe nos hablan He 19,6 y ió;Tz-i t+. F.tos'dones, de los cuales a me- ñ"d" no íetenemos má: que el aspecto especia; ;;É;, i;¡',¿üñ pate de una expbriencia global áá'ü'fá. Dááttu cbntinúan participando, de una u otra manera, lás que se pónen á disposición del Espíritu. Las manifestaciones del Espíritu no. son sola- *nfiá Ut árá se mencionan en los Hechos, ya orá'iji"iaáápta sus dones a las necesidades de iá"tgÉ;i", ,á-rtniñiu sigue aciuando en muchos cielentqs, que tál vez ño hgblqn en lengu,as 1i náá"" curáciones. pero que actuan bajo la inspi- ;;á; áá etpi4qu-v.que'producen los frutos del Espíritu (Gl 5,22-24)- En muchas comunidades el bautismo- I Ja con- firrn;ción se confieren sin que.haya habido pro- á"ro previo de conversión y.de descubrirniento áá-Ótitto S"not, que- le da tódo su sentido., y por ;-;il-á ht mánifestaciones üsibles, digamos iáiismaticas, del Fspíritu son más raras o más discretas. ?-67 Felipe bautiza a un Etíope o 2u Un ángel del Señor se presentó a Felipe y le dijo: *Dirígete hacia el sur, Por el camino que baja de Jeru- salén a Gaza; no pasa nadie en estos rnomentos., 27 Felipe se levantó y se puso en camino. Y justamente pasó Ln etíope, un eunuco de Candaces, reina de Etiopía,un alto funcionario aI que la reina encargaba Ia adminis- tración de su tesoro. Había ido a Je- rusalén a rendir culto a Dios " y aho- ra regresaba, se ntado en su ca rro, leyendo al profeta Isaías. . 2e EI Espíritu dUo a Felipe: *Acérca- te a ese carro y quédate pegado a su lado., 30 Y mientras Felipe corría, Ie oía leer al profeta Isaías. Le preguntó: «¿ Eotiendes Io que estás Ieyendo?, 'iEl etíope conteitó: *¿Cómo io voy a entender si no tengo quien me lo ex- plique?, En seguida invitó a FeliPe a que subiera y se sentara a su lado. 32 El pasaje de la Escritura que es- taba leyendo era éste: Fue lleuado co- mo oueja al matadero, como cordero mudo ante el que lo trasquila, no abrió su boca. =' Fue humíllado g pri- uado de sus derechos. ¿Qu í.én podrá hablar de su descendencia? Porque su uida fue arrancada de la tÍerra. 34 El etíope preguntó a Felipe, *Di- rTr€,_ Po_r favor, ¿a quién se refiere el profeta? ¿A sí rn-ismo o a otro?, 35 Fe- HECHOS 9 tipe empezó entonces a habla r y a anunciarle a Jesús, partiendo de este texto de la Escritura.' 'u. Siguiqndo eI camino llegaron a un l¡¡Sa, {onde había agua. Ét etÍo_ pe dijo: *Aquí luy qgug._¿eué impi. de que ,y9 sea bautizado.?-, (r, Feii'p. respondió: nPuedes ser bauii zado'si crees con todo tu corazón., El etíope repligo: nCreo que Jesucristo es'el Hijo de Dios.,) 38 Entonces hizo parar su carro. Ba- jaron ambos_al agua y Felipe bautizó aI eunuco 3e Apenas salieron det agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y. el etíope no volvió a verlo. Prosiguió, pues, su camino con el co- razón lleno de g ozo. 40 En cuanto a Felipe, se encontró en Azoto y salió a evangelizar uno tras otro todos los pueblos hasta lle- gar a Cesarea Saulo encuentra a Cristo fOl ' ' Saulo ne desistía de su rabia, I r I proyectando violencias y muer- te contra los discípulos ciel Señor. Se presentó al sumo sacerdote 2 y [e pi- dió p.od_eres escritos para las sina¡jo- gas de Damasco, pues quería deteñer a cuantos seguidores del Camino en- contrara, hombres y mujeres, y lle- varlos presos a Jerusalén. 3 Mientras iba de camino, ya cerca Bautízados en. el Nombre de Jesús. Véase en 19.5. . 26. La importancia de este nuevo encuentro se debe a que se trata de un extranjero. .Vino a adorar en Jerusálén: era por tanto un "adorador de Dios", esto es, un convertido a la fe judía pero que no ha adoptado sus prácticas. Si hubiera sido ün eunuco en el estricto sentido de la palabra. le habria estado prohibido el acceso al fernplo (ls 56.6): más bien era un oficial del palacio de con' dacia o reina de EtiopÍa. ' Esos adoradores de Dios desempeñaron un:pa- pel importante en las misiones cristianas entre Ios pueblos no judíos. : 30. En esa época se leía habitualmente en voz alta: aquí encontramos de nuevo el texto de Is 32. Se destaca ia importancia que tuvieron los poemas del Siervo de Yavé del libro de Isaías (49,3: 50,4; 52.13) para entender el sacrificio redentor de Cristo. o 9.1 Este es el mayor acontecirniento de Ia primera evangelización: Jesr-rs estaba lo suficien- temente üvo como para hacer cambiar al más encarnizado de sus persegúdores. Sería un error preseñtar a Pablo como un hombre ryalvado que encuentra al final el buen camino. El mismo'recuerda su itinerario'en He n2,3: Gál 1.14 y Fi! 3.4-L1: sintió'desde joven el deseo de consagrarse al servicio de Dios- A este joven, digno de confianza. las autoridades iudías le. encargaron la difícil tarea de elirninar de sus comunidádes la nueva y sospechosa doctrina de los cristianos. Y él Io'h.ácía iiguiosamente por el bien de su religión. - , 2. El Camino: ,€s €l primer nornbre que se le dio al cristianismo. No se lo veía como una reli-
  • 11. HECHOS 9 de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. ' Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: *Saulo,_ Saulo, ¿por qué me persi- gues?, 5 Preguntó él: *¿Quién eres tú, Señor?, Y él respondió: nYo soy Je- sús, a quien tú persigues. 6 Ahora le- vántate y entra en Ia ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que hacer., -7 Los hombres que lo acompaña- ban se habían quedado atónitos, pues oían hablar, pero no veían a nadie, t y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abrÍa los ojos. Lo tomaron de Ia mano y lo llevaron a Damasco. s Allí perrnaneció tres días sin comer ni beber, y estaba ciego. Io Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor lo llámó en una visión; «¡Ananías!, Respondió §[; *Aquí estoy, Señor., ¡ I Y el Señor le dijo: *Vete en seguida a la calle lla-' mada Recta y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llama- do Saulo. Lo éncontrarás rezando, tz pues acabá'de tener una visión: un varón llamado Ananías entraba y Ie imponía las manos para que recoÉra- 13 Ananías le respondió: *Señor, he oÍdo a rnuchos'hablar,del .dano que, este hombre ha causado a tus santos 268 en Jerusalén. 'o Y ahora está aguí con poderes del sumo sacerdote para lle- var presos a todos los que invocan tu Nombre., t3 El Señor [e contestó; *Ve. Este hombre es para mí un instru- mento escogido, y llevará mi Nombre a las naciones paganas y a sus reyes, así corno al pueblo de Israel. ¡6 Yo le mostraré todo lo que tendrá que sufrir "7 Salió Ananías, entró en la casa y Ie impuso las manos diciendo: *Her- mano Saulo, el Señor Jesús, e[ que se te a.pareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que reco- bres la vista y quedes iieno ciei F-spíri- tu Santo., rs Al instante se le cayeron de los ojos una especie de escamas y reco- bró la vista. Se levanto y fue bautiza- do. rs Después comió i recobró las fuerzas. ' r o Saulo permaneció durante algu- nos días con los discípulos en Da- masco, 2o y en seguida se fué por las sinagogas proclamando a Jesús co- mo el Hijo de'Dios. 2r [-os que"lo oían' quedaban maravilladq: y decían:- *¡Y pensar que en Jerusalén perseguía, a muerte a los que invocaban este, Nqmbre! Pero cno ha venido aquí pa- .: oión más. sino como una nueva maneftr de vMr ilurninada por la certeza de la salvación. 4. ¿Por qué me per.sigues? A la luz de Cristo Pablo descubre que su fe era sólo fanaüsmo; su seguridad de creyente disimula mal su orgullo. Paf,lo s€ ve pecaáor, üolento y rebelde, pe"ro al mismo tiempo comprende que Dios'Io acoge, lo elige.y le perdona;,ésa es la"auténtica convásión 7. Este retaio ,sobre:la conversión- de Pablo :ha g g neladg- lgs c,grne ntarip g, m ás diversos ;' muchos 5e gmpéñdn, discretamente en eliminar todo lo que seá íntervención del. Dios üvo:. ¿una crisis de cbnciencia del perseguidor?,¿u.na iniolación? Un racionaiista no i:odrlco¡npre-nder quq Pablo reci- bió uná palabrá de-esas qüe no se bividan en to- da la üdá-, como ha ocurrido después con Ia ma- vorÍa de ios qrandes servidorei de Dios. Esa íahbra le,fue áada en ün éxtasis v Pablo salió de áUi ransformado hasta el punto dn qué el yo de-. , sapargc e,. .Para comprender esa experiencia se neceslta la Íe. : . Ya se trate de Moisés o de Pabio o de cual- quier stro que haya sido llamado a una gran mi- sión, Dios no los pone en un camino nuevo sin haberse antes revélado a ellos. La fuerza de su profetismo es el fruto de un encuentro que ha de- jado su impronta. Aparecen siempre dos aspec- tos en lo.que ellos pudieron transmitir de sd lla- mado: un "Yo soy". y un '!tú harás". Se leen otros dos'relatos de la conversión d-e Pablo 'en He 22 y 26. Seiia inutil rebuscar con-. tradiccioo€s; es rnás probable que las pequeñás. diferencias hayan sido voluntariás. porqu'e Pablo se adaptaba en cada oportunidad a'su auditorio.' trS. En adelante Saulo (que se llamará Pablo) será el apóstol de los no-judios. Nadk ha trabaja- - do más üu" él' para implántar la fe en el munáo griego. Para nosotros y hasta.el' fin de los tiem- fos-sus Cartas son uná parte esencial de la Pala- bra de Dios. . 20. Durante tres años Pablo proclama su fe'y narra su propia experiencia en la provincia de Damasco, llamada también Arabia (G¿t 1.16: ZCor tl,32l. : 269 ra encadenarlos y llevarlos ante los jefes de los sacerdotes? 22 Saulo, cada vez con más vigor, demostraba que Jesús era el Mesías, y refutaba todas las objeciones de los judíos de Damasco 23 Al cabo de muchos días, los ju- díos decidieron matarlo, 2o pero Saulo IIegó a conocer su plan. Día y noche eran vigiladas las puertas de Ia ciu- dad para poder matarlo. 25 Entonces sus discípulos lo tomaron una noche y Io bajaron desde lo alto de la mura- Ila metido en un canasto. '5 Al llegar a Jerusalén intentó jun-, tarse con los discípulos; pero todós le tenían miedo, pues no creían que fue- se realmente discÍpulo. 2' Entonces Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apósloles y les coñtO cómo Sau- lo había visto al Señor en el camino y córno el Señor Ie había hablado. También les expuso la válentía con que había predicado en Damasco en nombre de Jesús. 28 Saulo empezó a convivir con ellos, Se movíá muy libremente por Jerusalén y predica'ba abiertamehte el Nombre del Señor. 2e Hablaba a los hefenistas. y discutía con ellos, pero planearon matarle. 30 Los hermanos se enteraron y lo llevaron a Cesarea, y desde allí lo- enviaion a Tarso. 3' La Iglesia por entonces gozaba de paz-en toda Judea, Galilea y Samaría. Se'édificaba, caminaba con los ojos puéstos en ei Senór y estaba llena del consuelo del Espíritu Santo. HECHOS 1O Pedro visita Ias iglesias . '2 Pedro, que recorría todos los Iu- gares, fue también a visitar a los san- tos que vivían en Lida, 33 Allí encontró a un tal F,neas: gue era paralítico y desde hacÍa ocho años yacía en una camilla. v Pedro Ie dijo: nEneas, Jesu- cristo te sana. Levánlate y arregla tu cdrrrd.» Y de inmediato ie lev-antó. 35 Todos los habitantes de Lid a y Sarón Io vieron y se convirtieron al'Señor. 36 En Jope había una discípula lla- mada Tablta (o 2orcas en griego), que quiere decir Gacela. Haóía mu- chas obras buenas_ y siempre ayuda- ba a los pobres. 3' Por aquello§ días enferm o y murió: después de lavar su cuerpo, lo pusieron en la habitación del piso superior. 38 Como Lida está cerca de Jopq, los discípulos, al saber gue .Pedro estaba allí, mandaron a dos hornbres con este recado: nVen inmediatamente a donde nosotros.» 3s Pedro se fué'sin más con ellos. Apenas llegó Io hicieron subir a la ha- bitación del piso superior, donde le pres.entaron a todas las viudas, que estaban llorando, y le mostraban ias túnicas y mantos que Tabita hacía mientras vivía con ellas. oo Pedro hizo salir a todos, sg puso de rodillas y olo, Lueg.o se volvió al cadáver y dijci: uTabita,-levántate,u a¡ Ella abrió lbs ojos, reconoció a Pedro y se sentó. EI le dio la mano y la ayudó a levantar- se; Iuego llarnó a los santos y a las viudas y.se la presentó viva. 42 Esto se supo en todo Jope, y muchos c-reyerón en el 'Señor. it Pe- 26:,Pablo ya sigue su propio camino, pero siemp¡e mantendrá la, comunión con:la lglesia de losapostoles. ,, -, na, ciudad y pu'erto abiertos gl Mediterráneó, es decir, al rnundo roman_o. Pedro permaneció allí por bastante tiempo. ¿Se reünía lu lql"ria de Jo- pe en casa de Simón, el .curtidor? ¿Cuál pudo ser la actiüdad de Pedro en ese lu- gai? La oración debía ocupqr yn lugar prepónde. rante, y lue ta oraclon; sln duda. lo que le perrni-Pedro llega a la capital
  • 12. THECHOS 1 O dro perrnaneció en Jope bastante tiempo, en casa de un curtidor llama- do Simón. Pedro bautiza a Cornelio [:¡l1l ' ' Vivía en Ia ciudad de Cesa- lr ''l rea un hombre llamado Cor- nelio, que era un capitán del batallón Itál¡co. 2 Era un hombre piadoso y, al igual que toda su familia, era de los «eue temen a Diosr. Daba muchas li- mosnas a los judíos pobres y oraba constantemente a Dios. 3 Una tarde, alrededor de las tres, tuvo una visión de Ia que no pudo du- dar: un ángel de Dios entraba a su habitación y le llamaba: «¡Cornelio!, o El lo miró frente a frente y se llenó de miedo. Le dijo: n¿Qué pasa, se- ñor?, El ángel respondió: nTus oracio- nes y tus lirnosnas han subido hasta Dios y acaban de ser recordadas ante é1. 5 Ahora envía ;algunos hombres a Jope para que traigan a un tal Simón, llamado Pedro, 6 que se aloja en la casa de Simón, el curtidor, que está junto al mar., ' Apenas desapareció el ángel que le hablaba, Comelio llamó a dos cria- dos y a un soldado piadoso que esta- ba a su servicio. t Les explicó'todo y Ios envió a Jope. s Al día siguiente, mientras iban de camino, ya cerca de Ia ciudad,"'Pedro subió a la azotea para orar. Era el mediodía. ro Sintió hambre y quiso 2'to comer. Mientras le preparaban Ia co- mida tuvo un éxtasis: rr vio el cielo abierto y algo que descendía del cie- lo: era corno una tienda de campaña grande, cuyas cuatro puntas venían a posarse sobre el suelo. '2 Dentro ha- bía toda clase de animales cuadrúpe- dos, reptiles y aves. '' Entonces una voz le habló: nPedro, Ievántate, mata ! COITIC.» 'o Pedro contestó; «¡De ninguna ma- nera, Señor! Jamás he comido nada profano o impuro., '5 Y se le habló por segunda vez: ulo que Dios ha purifi- cado no lo llames tú impuro., 16 Esto se repitió por tres veces. Después aquella cosa grande fue levantada hacia el cielo. t7 Después de volver en sí, Pedro buscaba en vano el significado de aquella visión, cuando justamente se presentaron los hombres enviados por Cornelio. Habían preguntado por la casa de Sirnón y ahora estaban a Ia puerta. rB Llamaron y preguntaron si se alojaba allí Simón, llamado Pedro. re Coriro Pedro aún seguía recapaci- tando sobre Ia visión, el Espíritu le di-, jo: "Abajo están unos hombres que te buscan. 20 Baja y vete con ellos sin vacilar, pues los he enviado yo. ' 2t Pedro bajó adonde ellos y les di: jo: nYo soy él que ustedes buscan. ¡'Cuál es e[ motivo que los trae aquí?' » EIlos respondierdn: uNos envü el capitán Cornelio. Es un hornbre recto, de'los reue temen a Dios,, y lo apre- tió acog er a.los que blo salvado. . 1O.1 La ciudad de Cesarea Marítima, cons- truida sobre Ia costa de Palestina, mirando hacia el mediterráneo y hacia Rorna, era la capital ro- mana de la, proüncia de Judea. Al llegar. a Cesa- rea Pedro entta al mundo romano: elte cámino Io llevara hasta Roma, Ia capital pagana. la "nue- va Babilonia " , ( lP 5. 1 3), que' encama todo ' el pe- 2. Comelio es un adorador de' Dios como'el etíope de 8,27. es decir. un extranjero que cree en dl Dios único de los judios. 11. Pedho uio el cie.lo abierto: esta'expresión sionifica oue tuvo una üsión como en Mc 1 , 10 v H"e 7.56,'Tenía hambre y la visióri le muestra Iá' caza. Dios quería integrar al pue- La tíenda que descíende del cíelo es la mora- da de Dios entre los hombres. no el templo que se edificó con piedras, sino la tienda imagen ilel*templo celestial" (Fr( 25,401. Pronto se verá que esa tiendq es el pueblo de Dios (He 15): aquí está llena de animalei impuros. Pedro quería cómer y se le of,rece came inipura. Pronto fa came impú- ra hará pensar en los "impuros . que para los ju- dios (y también para Pedro) eran los que no corn- partían ¡u ¡eligió! -y ese era el caso Ce Comelio y sus seruclores. Se necesitó la manifestación del Fspíritu Santo sobre aquellos paganos para animai á Pedro a bautizarlos. Hov en muchos ambientes Ia lqlesia corre peligro dá'reducirse q grupos sociale"s 'ce- rrados y envejecidos, y ciertos días parece que sólo Ia intervención de un ángel podría conven- cemos a i¡' donde los otros e inütarlos a entrar en la lglesia. '¿7 1 cian todos los judíos. Ha recibido de un santo ángel la orden de hacerte venír a su casa para aprender algo de ti., B Entonces Pedro los invitó a pa- sar y les dio alojamiento. Al día siguiente partió con ellos, y algunos hermanos de Jop" le acorn- plnaron. 2o Al otro día llegaron a Ce- iarea. Cornelio los estaba esperando, y h.abÍa rgunido a sls^parientes. y ámigos más íntimos. 25 Cuando Pedro estaba para entrar; Cornelio le salió al encuentro, se arrodilló y se inclinó ante é1. 26 Pedro lo levantó diciendo: *Levántate, eu€ también yo soy un ser hulrl¿ll-lo.» z7 Entró conversando con él'y, al ver a todas aquellas personas réuni- das, " les dijo:'*Ustedes saben que no está permitido a un judío juntarse con ningún extranjero ni entrar en su ca- sa. Pero a mí me ha manifestado Dios gue no hay que llamar profano a nin- dún hombre ni considerarlo impuro. ú ?or eso he venido sin dudar, apenas me llamaron. Ahora desearier'saber por qué me han.mandado a'buscErt.» 3o Cornelio respondió: *Hace cuatro días, a esta misma hor-a, estaba yo orando en mi casa, cuando se pre- sentó detante de mÍ un hon:bre con ropas muy brillantes, 'que'me dijo: 3r. "Cornelip, tu oración ha sido escu- chada y tus'limosnas han sido recor- dadas ánte Dios. 32 Envía mensajeros e Jope y haz buscar a Sirnón, lláma- do Pedro, que se,hospedaren casa,del curtidor Simón, junto al- rna¡.il 31 Te mandé a b¡,rscar en seguida y tú has tenido la amabilidad dé:venii-'Ahora estamos todos aquí,. en'la presencia HECHOS 1 1 de Dios, dispuestos a escuchar todo lo que el Señor te ha ordenado., o 34 Entonges. Pedro tomó la pala- bra y dijo: *Verdaderamente reconoz- co que Dios no hace diferencia entre las personas. 3i En toda nación mira con benevolencia al que teme a Dios y practica la justicia. 36 Ahora bien, Dios ha enviado su Patabra a los israelitas dándoles un mensaje de paz por medio de Jesús, el Mesías, que también es el Señor de todos. 37 Ustedes ya saben lo que ha sucedido en todo el pais judío, co- menzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. 3t Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con é1, pasó ha- ciendo el bien .y §_anando a los opri- midos por el diablo. 3e Nosotros io- mos testigos de todo [o que hizo en el pqís de los judíos y en [a misma Jeru- salén. Al final Io mataron colgándolo de un madero. oo Pero Dios lo-resucitó al tercer día e hizo que se dejafa ver, 4r no por todo el pueblo, sino por los testigos que Dios había escogido de antemano, por nosotros, que comi- mós y bebimos con él- deipués áe que resucitó de entre los muertos.q2 EI nos ordenó pre{icar al pueblo y dar .téstimonio de-que Diós 1o há constituido Juez de vivos ! rxu€rtos, o' A El se refieren todos los-profetas al decir qqe qu¡gn cree. en él recibe por su Nombre el'perdón de los pecadós., oa Todavía éstaba hablanáo Pedro,' cuando el Espíritu Santo bajó sobre ; g+. i.-a ápertura del discurso es la que conüe- ne para qna ásamblea en la q'ue los no judÍos son la iiiayoría: Dios ha enviado, un meiisaje de paz. Esos ádoradore's de Dios (10,2) se habían acer- cado á'la'gomqli@d judle y le,habÍan pedido.su conocimiento de Dios. No por eso ignoran las tensiones entre ju$íos y no judlos y Ia discrimina- ciún de que son objeto.' ¡ Pedro propone un mensaje de paz que consis- te no sólo en decir que se acoqe a -todo e[ mun' do. sino que además'se funda én el sacrificio del servidor que Dios mismo había consagrado (ls 52.13: Lc 4,18). : . Este, nuevo discürso de'Pedro sigue el esquema del discurso de Pentecostés. Se inicia con el ¿a- cándalo que fue el suplicio. de Jesús y demuestrá que Dios transformó e[ mal en bien. 42. La idea de Cristo juez no 'siernpre nos en-. tusiasma., perg estq no bastl para negai que .ha- ya un juicig. Hay que .recordar sin embargo que juzgar y gobemar consütuyen una misma cosa en la cultura 'bíblica : ju:ez dé üvos.y rnuertos significa que la pres€ncia acüva de Dios en la histoña hu: mana.pasará,en ad9lante por el Cristo Señor. . . 44. Algunos han üsto aquí un'Péntecostés de los no-judÍos; lo cierto es qüe esa manifesta-
  • 13. HECHOS 1 1 todos los que escuchaban la Palabra- *t Y los creyentes de origen judío, que habían veñido con Pedro, quedaron atónitos: *iCómo! ¡Dios regala y de- rrama el Espíritu Santo también sobre los que no son judíos!, 46 Y así ela, pues les oían hablar en lenguas y ala- bar a Dios 47 Entonces Pedro dijo; «¿Podemos acaso negarles el ag,ua y no bautizar a qurenes han rec"ibidó el Espíritu Santo como nosotros?, 48 Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucris- to. Luego Ie pidieron que se quedara algunos días con ellos. Pedro justifica su conducta [ill ' ' Los apóstoles Y los herma- I r r I nos de Judea tuvieron noticias de que también personas no judías habían acogido la Palabra de Dios. Por eso, 2 cuándo Pedro subió a Jeru- salén, Ios creyentes jud'¡os gomenza- ron a criticar su actitud: ' n¡Has entra- do en la casa de gente no judía ¡l has comido con ellosl, 4 Entonces Pedro se puso a explicarles los hechos pun- to por punto: ,t nEstaba yo haciendo oración en la ciudad de Jópe cuando en un éxtasis tuve una visién. Algo bajaba del cielo, algo que se parecía q urJa gran tienda de cainpaña, y llegaba hasta mí, Po' sándose en el suelo sobre sus cuatro áuntá;. iMire-atentamente- y vi en étta cuadrúpedos, besüas del camPo, reptiles y aves. ' Oí también una voz qúe me áecía: nPedro, levá¡tate, mata i corr€.» s Yo conles¡§; *¡De ninguna rnanera, Señor! Nunca ha entradq en mi boca nada profano o imPuro.o s La 272 voz rne habló por segunda'vez: nlo que Dios ha purificado, ro lo llames tú impuro., r0 Esto se repitió por tres veces y después fue retlrado todo al cielo I I En aquel momento, tres hombres que habían sido enviados a mí desde Cesarea, Ilegaron a la casa donde no- sotros estábamos. '2 EI Espíritu -me dijo que_ los siguiera sin vacilar. /Vle acompañaron estos seis hermanos y entramos en la casa de aquel hom'- bre. '3 El nos contó cómo había visto a un ángel que se presentó en su ca- sa y le dijo: "Envía a alguien a Jope, y que traiga a Simón, llarr,ado Pedro, 'o El te dará un mensaje por el que te salvarás tú y toda tu familia". '' Apenas había comenzado yo a hablar, cuando el Espíritu Santo bajó sobre ellos, como había bajado al principio sobre nosotros. 16 Entonces me acordé de la palabra del Señor, que dijo: iJuan'bautizó con agua, pe- ro ustedes'serán bautizados en el ES- piritu Santo." t7 Si ellos creían en el Señor Jesucristo y Dios les comuni-' caba el mismo don que a nosotros, ¿quién era yo para,oponerme a Dios?, ¡E Cuando oyeron esto se'tranquiii- zaron y alabaron a Dios diciendo: nTambién a los que no son judíos les ha dado Dios la conversión que.lleva a Ia vida,, La fundación de la lglesia de Antioquía o 'e Algunos que se habían disper- sado a raíz de Ia persecución cuando el asunto de Estebán llegaron hasta 273 Fenicia, Chipre y Antioquía, pero sólo oredicaban la Palabra a los judÍos. tu Sin embargo, unos hombres de Chi- ore y de Cirene, que habían llegado a Antioquia, se dirigieron también a los oriegos y les anunciaron la Buena ñoticia del Señor Jesús. 2' La mano del Señor eslaba con ellos y fueron numerosos los que creyeron y se convirtieron al Señor. ?2 La noticia de esto llegó a oídos de ia lglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía. 23 Al llegar fue testigo de la gracia de Dios y se ale- qró; animaba a todos a que perrnane- éiesen fieles al Señor con firme cora- zón, ?o pues era un hombre excelenteo il.no del EspÍritu Santo y de fe. Así fue como un buen número de gente conoció al Señor. 2t Bernabé salió para Tarso en bus- ca de Saulo, 2u y ápenas lo encontró lo llevó a Antioquía. Fn esta lglesia trabajaron juntos durante un' año en- tero, instruyendo a muchísirna gente, y fue en {,ntioquía don$9 los disqÍpu- [os por primera vez recibieton el norn- bre de cristianos. HECHOS 1 3 todo el mundo, la que de hecho so- brevino en_tiempoa del emperador Claudio. 2e Entonces cada unb de los discípulos emp.ezó a ahorrar según sus posibilidades, destinando esta ayuda a los hermanos de Judea.30 Así lo hicieron, enviándosela a los presbÍteros por rnedio de Bernabé y Saulo, Muerte de Santiago. Liberación milagrosa de Pedro o ¡ Por aquel tiempo el rey He- rodes decidió apresar a algu- nos miembros de Ia lglesia para mal- tratarlos. 2 Hizo matar a espada a Santiago, hermano de JuaD, ' y, al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener también a Pedro: eran precisarnente los días de Ia fiesta de ios Panes Azirnos. o Después de dete- nerlo Io hizo encerrar en la cárcel ba- jo la vigilancia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno, pues su in- tención era juzgarlo ante el pueblo después de la Pascua. t Y rnientras Pedio era. custodiado en Ia cárcel, to- da la lglesia oraba ,incesantemente . 27 Por aquel tiempo bajaron algu- nos profetas de Jerusalén a Antio- quía.-28 Uno de ellos, llamado {gabo, cilo a entender con gestos proféticos gue una gran hambre vendría sobre por él a Dios. u Llegaba el día en que Herodes.iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro dstaba durrñiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, ción marcó profundamente la reflexión de la lgl4' sia (He 15,8). : . i t . 1 A nosotros nos parece [a cosa más no-rmal del mundo'que Pedro bautizara a uno no iudío. Pero no olüdémos que los cristianos,de Je' irá¿n ieguian'siendo judios,. cgl t$a su educa- ción, sus [rejuicios'y su sensibilid-ud, y no enten- dían cómó sé podía entrar en la familia de Jesús sin inteqrarse ántes en el pueblo de Dios, que pa- ra ellos- seguía siendo ei ptreblo .judíor.. ¿P.odría' convertirseln su hermano antes de recibir Ia cir- cuncisión? La advertencia que hacen a Pedro es el primer testiqlonio de la piesión constante que se ejerce rá sobre los responsables cada vez que opten por abrir nuestra Iglesia a'gentes de otros ambientes o de otra cultura. . Lg. Antioquía. situada a 500 kilórnetrós al norte de Jerusalén. era la capital de. la provincia romana de Si¡a, país donde se hablaba el griego, y en la que habíá también una comunidail juciía Lucas no nos dice quién predicó la fe cristiana a los paganos por prim era vlez, ni cómo se éÍec' tuó: dl Cristiano o los cristianos de.origen judío oue lo hicieron merecerían un monumento o me- iór una fiesta en nuestra litwgia. En muy pocos años más Antioquía se convertirl en otro centro áe ia lglesia. airaigado en.el mundo griego. 22.1,Á comunidad de Jerusalén es la Roma de !a lqlesia primitiva. Tiene conciencia de su autori- ciady qr{'eye.ver'en s€guida y'.rnás de cerca esta 23. Fstas breves noticias de Lucas sobre las sorpresas v los éxitos de la misión tienen su pare- cidó erÍ lo que pasa hoy día cuando la eva¡rgbliza- ción se hace cori- el Er¡anqelio.' L¿ obra de Dios ie réaliza de acuerdo á uná légica mLIy particular que no.deja duda sóbre-ld presencia,'del Espiritu dn tos enéuentros, en la' proclamación y án la acogida del Señor. : I , . 27 - Por primera vez eL libro de los Hechos menciona a tos profetas. Parece que la lglesia otorgaba este titrilo á quienes les habia recornoci- do es.te carisma. El profeta siempre es un ,hom- bre muy conocedor de la Escritura. Por eso ha recibidp autoridad cuando habla.'un don para.en-- contrar en la Escritura (nuestro Antiquó festá- mento).los pilares de la fe y de la prácTica cristia- na. A veces se le concede que pueda leer los secretos de los corazones y dé de antemano ad, vertencias y mensajes cuya realización será noto- ria. Los doctores eran el equivalente a los maestros pe la Ley. le la sinagog?, Eran los. catequistas y los consejeros. ....-- Ltrcas ha relatado el primer gesto de aWda fra- terna entre cristianos üe difeÉntes paííes. Este párrafo menciona a los angianos o .:ÉresbÍteros". Así eran llamados a los responsables de la cómu- nidad crisüana'según el moüelo judío. '- .' - p !2,1 Esta .segunda persecución afecta a toda , la comunidad cri§tiana de Jen-rsalán (véase 8,1). Santiago (el Mayor) e¡a. ,junto a Pedro y Juan. uno de los íntimos de Jesús (Lc 9.28).