1. El deshaucio de los libros
El otro día deshauciaron a los dueños de una biblioteca. Pero no una biblioteca
cualquiera, sino la única del pueblo. Y lo peor de todo es que el ayuntamiento no va a abrir una
biblioteca municipal. Ciertamente, me entristezco por los pobres ancianos, pero, ¿quién piensa en
los libros? Ellos son los principales perjudicados. Sin estantería donde posarse, sin la mínima
posibilidad de que alguien los lea, huérfanos y abandonados en un desván cogiendo polvo. ¡Mejor
hubiese sido quemarlos que este triste destino! Pero, si se ha quedado huérfanos, ¿no se pueden
adoptar?