El Dilema del Emprendedor
Por: Guillermo Quiroga Persivale
Director de la Escuela de Postgrado de la UPC
Emprender un nuevo negocio es de por sí una tarea complicada, pocas nuevas aventuras
empresariales sobreviven a la etapa de post nacimiento y de aquellas las que se
consolidan enfrentan desafíos aún mayores en la etapa del crecimiento.
Para sobrevivir como empresa debe haberse emprendido el negocio sobre la base del
aprovechamiento de una buena oportunidad de negocio. La misma que es atendida por
un producto o servicio que resuelve de una forma mejor que las actuales un conjunto de
necesidades de un grupo de potenciales clientes.
Si esto es de por sí complejo más aún lo es la fase del crecimiento. Porque para crecer
se requiere desarrollar un plan de acción que articule una estrategia coherente de
crecimiento en base a nuevos productos o mercados, tener las personas adecuadas en la
organización para soportar esta nueva dimensión y una de las tareas más difícil por las
escasas fuentes de financiamiento que tenemos en nuestro país es conseguir los recursos
financieros. En países con mercados de capitales más desarrollados las fuentes de
financiamiento suelen ser un poco mayores. Pero el reto más complejo se lleva a cabo al
interior del emprendedor tal como muy bien lo explica Noam Wasserman, profesor
asociado de Harvard Business School en su artículo “Los dilemas de un fundador”.
Dice que uno de los dilemas de los emprendedores consiste en elegir entre ser “Rey” o
“Millonario”. Bajo estas figuras lo que revela es una empresa normalmente para
alcanzar su máximo potencial tiene que estar abierta si las circunstancias lo ameritan, al
ingreso de terceros que aporten recursos financieros y experiencia en la fase de
crecimiento; lo que conllevará para el emprendedor ser menos propietario de la empresa
pero en el lado económico obviamente incrementar su capital. El emprendedor que
decide ser “Rey” y que se mantiene como único soberano en la empresa, que decide,
controla todo y hace todo por las limitaciones propias de la condición humana es muy
probable que esa empresa se desarrolle y crezca en todo su potencial.
A modo de conclusión sugiero considerar tres ideas clave que todo emprendedor debe
tener en cuenta. La primera es que se debe emprender por oportunidad más que por
necesidad. La segunda consiste en ingresar a la fase de crecimiento del negocio con una
estrategia sólida y con una base de personas que soportarán ese salto cuantitativo y no
permitirán que la empresa naufrague en el desorden o descontrol y finalmente, saber
cuando abrir la empresa a nuevos inversionistas si queremos que ésta pueda desarrollar
su máximo potencial. No sólo por los recursos financieros que recibirá sino también por
el aporte de talento humano y experiencia que pueden brindar a esta empresa los nuevos
socios que apunta a ligas mayores.