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Novena de navidad 2021

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1
NOVENA DE NAVIDAD
(Lc 2,7)
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- Las oraciones son propias de la Novena Tradicional de Navidad.
- Meditaciones redactadas por el misionero sacerdote Ve...
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CONTEMPLEMOS EL PESEBRE
En la época de Adviento y Navidad es una hermosa tradición que, en
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  2. 2. 2 - Las oraciones son propias de la Novena Tradicional de Navidad. - Meditaciones redactadas por el misionero sacerdote Verbum Dei José Venancio Ancajima Sernaqué. - Imágenes Verbum Dei y de dominio público tomadas de internet. Diciembre 2021 Piura, Perú.
  3. 3. 3 CONTEMPLEMOS EL PESEBRE En la época de Adviento y Navidad es una hermosa tradición que, en nuestros hogares católicos, lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas...; armemos el pesebre, llamado también belén o nacimiento como le llamamos en el Perú. Nuestro Papa Francisco el año 2019 nos dirigió una carta apostólica: "El hermoso signo del pesebre", para alentarnos a "que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada". Siguiendo esta carta, en las meditaciones de cada día, les invito a contemplar en esta novena, llenos de fe y amor, cada uno de los detalles del Pesebre que "nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él". El origen del pesebre encuentra su confirmación en lo que nos cuenta el evangelista Lucas, quien "dice sencillamente que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada» (2,7). Jesús fue colocado en un pesebre; palabra que procede del latín: praesepium". "Las Fuentes Franciscanas narran en detalle lo que sucedió en Greccio -en 1223-. Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: «Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno». Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado. El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco, encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes.
  4. 4. 4 Así nace nuestra tradición: todos alrededor de la gruta y llenos de alegría, sin distancia alguna entre el acontecimiento que se cumple y cuantos participan en el misterio. El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, «todos regresaron a sus casas colmados de alegría»". Vivamos de la misma manera hoy esta novena en torno al pesebre que tenemos en casa. Pbro. José Venancio Ancajima Sernaqué, FMVD.
  5. 5. 5 ¿CÓMO REZAR ESTA NOVENA? Invitar a toda la familia, vecinos y principalmente a los niños para reunirse ante el pesebre que se ha construido en casa. Si el pesebre aún no se ha bendecido (e incluso el árbol de navidad), puede usarse el rito de bendición que está en el apéndice de este libro. Conviene preparar con anticipación los villancicos a cantar y distribuir las lecturas y oraciones, de modo que participe el mayor número de personas. Es clave sin embargo que cada quien prepare muy bien su parte, sobre todo cuando se trata de niños pequeños. Esto ayudará a que todos sintamos que estamos en lo que estamos: haciendo oración. Así, la novena se desarrolla de la siguiente manera: 1. Una vez reunidos iniciar cantando un villancico. 2.- Oración para comenzar. 3.- Oración por la familia. 4.- Oración a la Virgen. 5.- Oración a San José. 6.- Lectura bíblica y Meditación del día ( ir al texto propio de cada día). 7.- Peticiones libres. 8.- Gozos. 9.- Oración al Niño Dios 10.- Bendición final.
  6. 6. 6 1. CANTEMOS. Reunidos en torno al pesebre se entona un villancico. 2. ORACIÓN PARA COMENZAR. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Oremos. Dios de infinita misericordia que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, que nos has dado como “Casa Común”, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra familia, (Iglesia, Parroquia o comunidad), un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén. (Se reza Gloria al Padre) 3. ORACIÓN POR LA FAMILIA. Señor, haz de nuestro hogar un sitio donde reine tu amor. Sin injurias, porque Tú nos haces comprensivos. Sin amarguras, porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmos, porque Tú nos alientas. Sin rencores, porque Tú nos das el perdón. Que no haya ningún tipo de abandono, porque Tú estás con nosotros siempre. Que unidos como familia caminemos hacia ti en nuestro diario vivir. Que cada día que amanezcamos con vida sea para más entregarnos. Que no nos vayamos a descansar guardando enojos. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir en el amor, sea ejemplo que en Ti podemos amarnos hasta el final. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas; ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en ser uno para el otro un gran apoyo. Que hagamos del amor un motivo para marte más. Que nuestro hogar te glorifique y que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos concedas el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén. (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria)
  7. 7. 7 4. ORACIÓN A LA VIRGEN. Mamá María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén. (Se reza tres veces el Avemaría) 5. ORACIÓN A SAN JOSÉ. San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del Padre Celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén. (Se reza un Padrenuestro)
  8. 8. 8 6. MEDITACIONES. DÍA 16 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura de la carta a los Romanos (Rm 1, 19-20) Lo que se puede conocer de Dios, lo tienen claro ante sus ojos, ya que así les fue manifestado por Dios. Y es que lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se ha hecho visible desde la creación del mundo, por medio de las cosas creadas. Así que no tienen excusa. Palabra de Dios. MEDITACIÓN. EL CIELO ESTRELLADO Y LA NOCHE: "DIOS NO NOS DEJA SOLOS". Iniciamos esta novena contemplando el contexto del cielo estrellado en la oscuridad y el silencio de la noche. Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas: el sin sentido, aburrimiento, hastío de la vida, los problemas, sufrimientos, dolores, enfermedades... Más aún hoy, esta noche larga que estamos viviendo de la pandemia que ha causado tanto dolor. "Pues bien, -dice el Papa Francisco-, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos". Está presente, aunque por la oscuridad misma no lo podamos reconocer. Él es fiel a su palabra cuando dice: "Si cruzas las aguas, yo estoy contigo; si pasas por los ríos, no te hundirás. Si andas sobre brasas, no te quemarás, la llama no te quemará. Porque yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador... dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo... No temas, que yo estoy contigo" (Is 43,2-5). Contemplemos también, como Dios "se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento (cf. Lc 1,79)". "El que camine en tinieblas y sin luz, que confíe en el nombre del Señor y se apoye en su Dios" (Is 50,10).
  9. 9. 9 DÍA 17 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del libro de Isaías (Is 52,9-10) Estallen en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén. El Señor manifiesta su poder a la vista de todas las naciones, y toda la tierra contemplará la victoria de nuestro Dios. Palabra de Dios. MEDITACIÓN. PAISAJES EN RUINAS: "¡YO LEVANTARÉ SUS RUINAS!" Hay pesebres que llevan paisajes "que a menudo representan las ruinas de casas y palacios antiguos, que en algunos casos sustituyen a la gruta de Belén y se convierten en la estancia de la Sagrada Familia. Estas ruinas parecen estar inspiradas en la Leyenda Áurea del dominico Jacopo da Varazze (siglo XIII), donde se narra una creencia pagana según la cual el templo de la Paz en Roma se derrumbaría cuando una Virgen diera a luz". "Esas ruinas son sobre todo el signo visible de la humanidad caída, de todo lo que está en ruinas, que está corrompido y deprimido". Basta con mirar hoy nuestro mundo y reconocer que si hay ruinas por reconstruir. "Este escenario dice que Jesús es la novedad en medio de un mundo viejo, y que ha venido a sanar y reconstruir, a devolverle a nuestra vida y al mundo su esplendor original". "Esto dice el Señor: El día en que los purifique de sus maldades, repoblaré las ciudades y haré que las ruinas sean reconstruidas. La tierra desolada que los caminantes veían desierta, será cultivada de nuevo. Entonces se dirá: «La tierra que estaba devastada se ha convertido en un jardín de Edén, y las ciudades arruinadas y destruidas han sido fortificadas y habitadas». Entonces las naciones que quedan a su alrededor reconocerán que yo, el Señor, he reedificado lo destruido y he replantado lo devastado. Yo, el Señor, lo digo y lo hago" (Ez 36,33-36). "¡Yo levantaré sus ruinas!" (Is 44,26).
  10. 10. 10 DÍA 18 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del libro de Isaías (Is 2,3) Los reyes «se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guio hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño». Palabra de Dios. MEDITACIÓN. MONTAÑAS, RIACHUELOS, OVEJAS... ÁNGELES, ESTRELLA Y PASTORES: "PONGÁMONOS EN CAMINO". "¡Cuánta emoción debería acompañarnos mientras colocamos en el belén las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores! De esta manera recordamos, como lo habían anunciado los profetas, que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías". "Que se alegren los cielos y se regocije la tierra, que resuene el mar y cuanto lo llena, que exulten los campos con todos sus frutos, que aclamen los árboles del bosque, ante el Señor que viene a gobernar la tierra: gobernará con justicia al mundo, a las naciones con fidelidad" (Sal 96,11- 13). "Los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor. «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado» (Lc 2,15), así dicen los pastores después del anuncio hecho por los ángeles. Es una enseñanza muy hermosa que se muestra en la sencillez de la descripción. A diferencia de tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación. A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia Él, para un encuentro de amor y de agradable asombro. Este encuentro entre Dios y sus hijos, gracias a Jesús, es el que da vida precisamente a nuestra religión y constituye su singular belleza, y resplandece de una manera particular en el pesebre". Pongámonos también nosotros en camino al encuentro del Niño Jesús.
  11. 11. 11 DÍA 19 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 6,20-21). Entonces Jesús, mirando a sus discípulos, les decía: Dichosos los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tienen hambre, porque Dios los saciará. Dichosos los que ahora lloran, porque reirán. Palabra del Señor. MEDITACIÓN. MENDIGOS: "DICHOSOS LOS POBRES". "Tenemos la costumbre de poner en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de mendigos y de gente que no conocen otra abundancia que la del corazón. Ellos también están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto. De hecho, los pobres son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros. Los pobres y los sencillos en el Nacimiento recuerdan que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten la necesidad de su amor y piden su cercanía. Jesús, «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29), nació pobre, llevó una vida sencilla para enseñarnos a comprender lo esencial y a vivir de ello. Desde el belén emerge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad. El palacio de Herodes está al fondo, cerrado, sordo al anuncio de alegría. Al nacer en el pesebre, Dios mismo inicia la única revolución verdadera que da esperanza y dignidad a los desheredados, a los marginados: la revolución del amor, la revolución de la ternura. Desde el belén, Jesús proclama, con manso poder, la llamada a compartir con los últimos el camino hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado”.
  12. 12. 12 DÍA 20 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura de la carta a los Efesios (Ef 1,3-6). Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que desde lo alto del cielo nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales. Él nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados ante él. Movido por su amor, él nos destinó de antemano, por decisión gratuita de su voluntad, a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, y ser así un himno de alabanza a la gloriosa gracia que derramó sobre nosotros, por medio de su Hijo querido. Palabra de Dios. MEDITACIÓN. OTRAS FIGURAS: "ÉL NOS QUIERE SANTOS". "Con frecuencia a los niños —¡pero también a los adultos! — les encanta añadir otras figuras al belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos. Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura. Del pastor al herrero, del panadero a los músicos, de las mujeres que llevan jarras de agua a los niños que juegan..., todo esto representa la santidad cotidiana, la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, cuando Jesús comparte con nosotros su vida divina". Así nos lo recuerda el mismo Papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et exultate (GE), sobre el llamado a la santidad en el mundo actual: "Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada" (cf. GE 1). "Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales" (cf. GE 14).
  13. 13. 13 DÍA 21 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 2,9-12). Los magos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guio hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra. Y advertidos en sueños que no regresaran donde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino. Palabra del Señor. MEDITACIÓN. LOS REYES MAGOS: SEAMOS PORTADORES DE LA BUENA NOTICIA. “Cuando se acerca la fiesta de la Epifanía, se colocan en el Nacimiento las tres figuras de los Reyes Magos. Observando la estrella, aquellos sabios y ricos señores de Oriente se habían puesto en camino hacia Belén para conocer a Jesús y ofrecerle dones: oro, incienso y mirra. También estos regalos tienen un significado alegórico: el oro honra la realeza de Jesús; el incienso su divinidad; la mirra su santa humanidad que conocerá la muerte y la sepultura. Contemplando esta escena en el belén, estamos llamados a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador. Cada uno de nosotros se hace portador de la Buena Noticia con los que encuentra, testimoniando con acciones concretas de misericordia la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor. Los Magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo. Son hombres ricos, sabios extranjeros, sedientos de lo infinito, que parten para un largo y peligroso viaje que los lleva hasta Belén (cf. Mt 2,1-12). Una gran alegría los invade ante el Niño Rey. No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo. Ante Él comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente,
  14. 14. 14 llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes. Ante el belén, la mente va espontáneamente a cuando uno era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construirlo. Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia. No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición”. DÍA 22 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 1,18-25). El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto. Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel (que significa: Dios con nosotros)”. Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado: recibió a su esposa y, sin tener relaciones conyugales, ella dio a luz un hijo, al que José puso por nombre Jesús. Palabra del Señor.
  15. 15. 15 MEDITACIÓN. SAN JOSÉ: CUSTODIO DEL REDENTOR. “Junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está san José. Por lo general, se representa con el bastón en la mano y, a veces, también sosteniendo una lámpara. San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia. Cuando Dios le advirtió de la amenaza de Herodes, no dudó en ponerse en camino y emigrar a Egipto (cf. Mt 2,13- 15). Y una vez pasado el peligro, trajo a la familia de vuelta a Nazaret, donde fue el primer educador de Jesús niño y adolescente. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y a María su esposa, y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica”. Monseñor José Antonio Eguren, en sus “Reflexiones sobre El tiempo de Adviento”, nos recuerda que "el amado Papa Juan Pablo II, que era muy devoto de San José, nos ha dejado una admirable meditación dedicada a él en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, "Custodio del Redentor". Entre los muchos aspectos que pone de relieve, pondera en especial el silencio de San José. Su silencio estaba impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina. En otras palabras, el silencio de San José no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos. Un silencio gracias al cual San José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las Sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia. Y el Papa Benedicto XVI en el rezo del Ángelus del 18 de diciembre de 2005 nos decía: “No se exagera si se piensa que, precisamente de su "padre" José, Jesús aprendió, en el plano humano, la fuerte interioridad que es presupuesto de la auténtica justicia, la "justicia superior", que él un día enseñará a sus discípulos (cf. Mt 5, 20). Dejémonos "contagiar" por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación para la Navidad cultivemos el recogimiento interior, para acoger y tener siempre a Jesús en nuestra vida”.
  16. 16. 16 DÍA 23 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 1,38). María contestó al Ángel: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel. Palabra del Señor. MEDITACIÓN. LA VIRGEN MARÍA: «HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA» "María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado. Ante el anuncio del ángel, que le pedía que fuera la madre de Dios, María respondió con obediencia plena y total. Sus palabras: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), son para todos nosotros el testimonio del abandono en la fe a la voluntad de Dios". En el Ángelus del 8 de diciembre de 2018, el Papa Francisco explicaba: "Heme aquí es la palabra clave de la vida. Marca el pasaje de una vida horizontal, centrada en uno mismo y en las propias necesidades, a una vida vertical, elevada hacia Dios. Heme aquí es estar disponible para el Señor, es la cura para el egoísmo, el antídoto de una vida insatisfecha, a la que siempre le falta algo. Heme aquí es el remedio contra el envejecimiento del pecado, es la terapia para permanecer jóvenes dentro. Heme aquí es creer que Dios cuenta más que mi yo. Es elegir apostar por el Señor, dócil a sus sorpresas. Por eso decirle heme aquí es la mayor alabanza que podemos ofrecerle... María añade: «Hágase en mí según tu palabra». No dice: «Hágase según yo», dice «Hágase según tú». No pone límites a Dios. No piensa: «Me dedico un poco a él, me doy prisa y luego hago lo que quiero»”. No, María no ama al Señor cuando le apetece, a ratos. Vive fiándose de Dios en todo y para todo. Ese es el secreto de la vida. Todo lo puede quien se fía de Dios". “Con aquel “sí”, María se convertía en la madre del Hijo de Dios sin perder su virginidad, antes bien consagrándola gracias a Él. Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo sólo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en práctica (cf. Jn 2,5)”.
  17. 17. 17 DÍA 24 DE DICIEMBRE LECTURA BIBLICA: Lectura del santo Evangelio según San Lucas (Lc 2,7). María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada». Palabra del Señor. MEDITACIÓN. EL NIÑO JESÚS: EL CORAZÓN DEL PESEBRE. “El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos. El nacimiento de un niño suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida. Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas. «La Vida se hizo visible» (1Jn 1,2); así el apóstol Juan resume el misterio de la encarnación. El belén nos hace ver, nos hace tocar este acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia, y a partir del cual también se ordena la numeración de los años, antes y después del nacimiento de Cristo. El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros. Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la leche de su madre, llora y juega como todos los niños. Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas. Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios; nos invita a ser discípulos suyos si queremos alcanzar el sentido último de la vida”.
  18. 18. 18 7. PETICIONES LIBRES. Después de la meditación puede hacerse un momento de silencio para meditar lo que se ha escuchado y luego dar espacio para que los presentes hagan algunas peticiones libres que nazcan desde el corazón. 8.- GOZOS Antífona: Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas, niñito! ¡Ven, no tardes tanto! - Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios. Dulce Jesús mío… - Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado. Dulce Jesús mío… - Oh Luz del Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. Dulce Jesús mío… - Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, a la oveja arisca, al cordero manso. Dulce Jesús mío… - Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo. Dulce Jesús mío… - Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano. Dulce Jesús mío… - Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi Dueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
  19. 19. 19 Dulce Jesús mío… - Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases, te dice mi llanto. Dulce Jesús mío… - Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más. Dulce Jesús mío… - Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Dulce Jesús mío… 9. ORACIÓN AL NIÑO DIOS. Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano. Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para alejar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén. (Se reza Gloria al Padre) 10. BENDICIÓN FINAL. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
  20. 20. 20 APENDICE I. BENDICIÓN DEL BELÉN FAMILIAR RITOS INICIALES Reunida la familia, el padre o la madre de la misma dice: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Todos se santiguan y responden: Amén. El que dirige la celebración puede decir: Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo. Todos responden: Bendito seas por siempre, Señor. Luego el que dirige la celebración dispone a los presentes para la bendición, con estas palabras u otras semejantes: Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad. Uno de los miembros de la familia lee un texto de la sagrada Escritura. Lc 2, 4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Lucas. En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Palabra del Señor. Después de la lectura, según las circunstancias, puede cantarse un canto adecuado. PRECES Sigue la plegaria común: En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de Navidad, dirijamos nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana; digámosle: Por tu nacimiento, Señor, protege a esta familia - Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José enséñanos el respeto y la obediencia a quienes dirigen esta familia. R. - Tú que amaste y fuiste amado por tus padres, afianza a nuestra familia en el amor y la concordia. R.
  21. 21. 21 - Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que en nuestra familia Dios sea honorificado. R. - Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna. R. ORACIÓN DE BENDICIÓN Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la oración de bendición: Oh Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos has entregado a tu único Hijo Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te pedimos que con tu bendición + estas imágenes del nacimiento nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría y a ver a Cristo presente en todos los que necesitan nuestro amor. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén. CONCLUSIÓN DEL RITO El que dirige la celebración concluye el rito, santiguándose y diciendo: Cristo, el Señor, que se ha aparecido en la tierra y ha querido convivir con los hombres nos bendiga y nos guarde en su amor. Todos responden. Amén.
  22. 22. 22 II. BENDICIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD RITO DE LA BENDICIÓN El ministro, al comenzar la celebración, dice: Nuestro auxilio es el nombre del Señor. Todos responden: Que hizo el cielo y la tierra. Uno de los presentes, o el mismo ministro, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por ejemplo: Is 60, 13: “Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estado”. Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la oración de bendición: Oremos. Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento de Jesucristo. Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces, vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia. Gloria a él por los siglos de los siglos. R. Amén.

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