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CUIDADOS CRITICOS.docx

30 de Mar de 2023
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  1. CUIDADOS CRITICOS La atención crítica es la rama de la medicina que se ocupa del diagnóstico y el manejo de afecciones potencialmente mortales que requieren un soporte vital integral y sofisticado además de un monitoreo constante (OCTAPHARMA, 2023) La medicina de cuidados críticos se especializa en el cuidado de los pacientes en estado más grave. Estos pacientes deben ser tratados por personal especializado en una unidad de cuidados intensivos. En algunos hospitales existen unidades separadas para distinto tipo de patologías (p. ej., pacientes cardíacos, trauma, quirúrgicos, neurológicos, pediátricos o neonatos). En las unidades de cuidados intensivos, la relación enfermeros y pacientes es elevada para poder brindar el servicio intensivo necesario, que incluye el tratamiento y la monitorización de parámetros fisiológicos. (Cherisse Berry, 2020) Trastornos intravasculares presentes en pacientes de cuidados críticos La coagulopatía es un problema potencial para muchos pacientes críticos, lo que los pone en riesgo de hemorragia. Los procesos hemostáticos e inflamatorios se activan con frecuencia en respuesta a una lesión o enfermedad del paciente. Si la afección es grave o prolongada, esto puede poner en peligro la vida. Durante la cirugía compleja o después de un traumatismo, el sangrado mayor suele ser una complicación crítica. Puede ser un desafío para los médicos reconocer y manejar este problema. La transfusión de plasma o la administración de concentrados de factor de coagulación específicos son elementos clave para restaurar los factores agotados necesarios para la hemostasia efectiva en pacientes con hemorragia activa. La Hipovolemia, volumen intravascular insuficiente, también es común en pacientes críticos. Se desarrolla después de que los vasos sanguíneos son dañados por una lesión o enfermedad, lo que resulta en sangrado o fuga de líquido de la circulación. En pacientes con shock distributivo e hipovolémico, se proporciona terapia de volumen para restaurar el volumen intravascular y así mantener la infusión tisular. (OCTAPHARMA, 2023) I. PACIENTE CRITICO POST QUIRURGICO a) QUE ES POST QUIRURGICO El postquirúrgico o postoperatorio es la etapa que transcurre desde que se sale de una cirugía hasta que la recuperación se hace por completo. Este período tiene tres fases:  Postoperatorio inmediato: son las 24 horas inmediatas después de realizada la cirugía. Por lo general el paciente queda en hospitalización y con supervisión médica para, en caso de que ocurra, atender de inmediato cualquier complicación.
  2. Por tanto, el lugar donde te realices la cirugía debe contar con el personal y los espacios adecuados a cada proceso de recuperación.  Postoperatorio mediato: esta etapa comprende desde las 24 horas de la intervención hasta los 7 días, es decir, la primera semana. Las complicaciones que se pueden presentar son infecciones, por eso hay que estar muy atentos y consultar al médico de inmediato si se presenta algún síntoma.  Postoperatorio tardío: va desde los 7 días hasta el primer mes. En este período ya se han regularizado muchas de las funciones, por ende, solo queda el proceso de cicatrización de las heridas internas y externas, así que hay que mantener reposo para evitar que las suturas se suelten. (INTERQUIROFANOS, 2023) b) EL INGRESO DEL PACIENTE POSTOPERADO EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Las complicaciones postoperatorias son un problema de salud relevante que se estima que causa de 3 a 12 millones de muertes cada año, lo que resulta en uno de los principales motivos de mortalidad. La atención para prevenir, reconocer de forma temprana y tratar cualquier complicación potencialmente mortal que pueda ocurrir durante el período postoperatorio se hace fundamental. En consecuencia, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de pacientes quirúrgicos de alto riesgo ha sido históricamente considerado como de importancia crucial para reducir el riesgo de muerte perioperatoria. La decisión de admitir a un paciente en la UCI después de la cirugía a menudo es multifactorial, e incluye razones que no se captan fácilmente en los datos administrativos, como eventos perioperatorios inesperados, inquietudes del equipo clínico y la disponibilidad de camas en la UCI. Parece claro que en pacientes sometidos a cirugías de bajo riesgo, sin disfunción de órganos, cirugías con escasa morbilidad, el ingreso en la UCI no ofrece diferencias en relación con la mortalidad y pueden ser atendidos en áreas como cuidados intermedios. La existencia de sistemas de vigilancia fuera de UCI y los equipos de respuesta rápida pueden ser adecuados para la detección de complicaciones y provocar el rescate de pacientes con complicaciones tempranas, algunas de las cuales no están asociadas
  3. directamente con el procedimiento quirúrgico y sí con la comorbilidad del paciente. (A.M. Puppo Morenoa, 2019) c) CUIDADOS DE ENFERMERIA EN PACIENTES CRITICOS POST QUIRURGICOS En muchas ocasiones los pacientes postoperados precisan ser ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos. Pueden ser diferentes los motivos que lleven al paciente a ingresar a la unidad. Grandes cirugías como la cardíaca, la pulmonar o una gastrectomía, entre muchas otras, que por su complejidad y el elevado riesgo de complicaciones precisan un control estricto del estado del paciente y una vigilancia constante por parte de enfermería serán criterio de ingreso en UCI para realizar el postoperatorio. Por ello es de vital importancia conocer los cuidados necesarios para este grupo de pacientes que estarán basados en el cuidado integral de la persona. (SalusPlay, 2020) d) CONCEPTOS DE ANESTESIA La definición de anestesia es la perdida temporal y reversible de las sensaciones de tacto y dolor producidas por un medicamento. La elección del tipo de anestesia a utilizar se hace en el preoperatorio, dónde el médico anestesista valorará los antecedentes del paciente y la intervención y técnica a realizar. Para determinar el riesgo anestésico según el estado físico del paciente, se utiliza la Escala ASA (American Society of Anesthesiologists), clasificándolo en diferentes grados y relacionándolo con la posibilidad de muerte perioperatoria. (SalusPlay, 2020) Entre ellas distinguimos la anestesia general, la anestesia espinal, la anestesia plexular, la anestesia local y la anestesia tópica. Destacamos la anestesia general y la espinal para cirugías del paciente crítico y semicrítico. d.1) Anestesia general Como hemos dicho anteriormente, la anestesia general es un estado temporal y reversible de hipnosis, analgesia, y relajación muscular. Con los fármacos vamos a conseguir un efecto de hipnosis, es decir, vamos a impedir que el paciente tenga algún tipo de recuerdo de la fase intraoperatoria. Con los analgésicos conseguiremos reducir o impedir el dolor y con los
  4. relajantes musculares conseguiremos una parálisis de la musculatura lisa y estirada que impida la movilidad del paciente y su respiración, pero preservaremos el funcionamiento neurovegetativo para que los órganos sigan funcionando de forma fisiológica. Se utiliza en la mayoría de cirugías mayores. En ella destacamos tres fases: Inducción: Es la fase donde se induce el sueño al paciente. Se puede hacer con fármacos intravenosos (propofol, etomidato, midazolam, etc.), inhalatorios (sevoflurano, isoflurano, gas de óxido nitroso, etc), o la combinación de ambos. Se utilizan fármacos que inducen de forma rápida. Se debe controlar la vía aérea del paciente y el estado hemodinámico. Mantenimiento: En ella se desarrolla todo el acto quirúrgico. Se mantendrá el estado de hipnosis según requerimientos del paciente. El estado de sedación del paciente, también se deberá controlar el nivel de analgesia y la relajación neuromuscular si es necesaria. Despertar: Al finalizar la cirugía se procede a despertar el paciente, estado de vigilia. Se debe revertir el efecto de los sedantes y los relajantes musculares, pero mantener la analgesia. Extubación del paciente y control hemodinámico y del dolor. (SalusPlay, 2020) Las complicaciones de la anestesia general pueden ser:  Alteración hemodinámica: bradicardia, arritmias, hipotensión, por efecto de los fármacos o de la propia cirugía. Será importante la toma de constantes vitales cada 5 minutos según estándares del ASA.  Pulmonares: broncoaspiración, infección, imposibilidad de ventilar, hipoxia  Rotura de piezas dentales, laceraciones, sangrado y edema.  Laringoespasmo, broncoespasmo, aumento de la PIC, aumento de la presión intragástrica debido a la alteración de los reflejos parasimpáticos, simpáticos y espinales.  Alteración del sistema fisiológico de la termorregulación: hipotermia intraoperatoria  Propias de la medicación empleada: hipotensión, bradicardia, hipertermia maligna, infección, náuseas, vómitos, íleo paralitico, delirium o depresión respiratoria  Manipulación errónea del paciente en la mesa de quirófano: UPP, lesiones oculares, caídas.
  5. Valoración y cuidados de enfermería en el paciente postquirúrgico en UCI Primer contacto A la llegada del paciente proveniente de quirófano nos podemos encontrar con dos situaciones diferentes, el paciente aún bajo los efectos de la sedo analgesia, intubado y conectado al respirador, o un paciente ya consciente, es decir, que ya ha despertado del coma inducido en quirófano y que respira por sí solo. Son situaciones diferentes pero las dos nos exigirán unos cuidados intensivos por nuestra parte. En primer lugar, debemos presentarnos e identificar al paciente que tenemos delante. Confirmaremos con la pulsera identificativa que el nombre y la historia clínica sean correctas y coincidan con los que tenemos en nuestra gráfica, si el paciente está consciente y orientado, podemos pedir su colaboración. El equipo que acompaña al paciente a la UCI nos deberá poner en situación explicándonos la intervención que se le ha practicado, y si ha habido incidencias durante el acto quirúrgico como puede ser inestabilidad hemodinámica, sangrado, o cualquier otra incidencia importante para el correcto cuidado postoperatorio. Por otro lado, debemos de ser informados de los antecedentes del paciente y de si existen alergias medicamentosas y cuales son. En este instante debemos estar valorando el nivel neurológico, puede ser que el paciente nos llegue despierto, pero debemos evaluar si realmente está consciente y orientado. Podemos ayudarnos de las escalas. Debemos ubicar al paciente del cambio de sala y del día y hora que es. En caso de que el paciente se desoriente o se agite, se puede valorar la presencia y acompañamiento por parte de la familia. Como se ha comento antes, el paciente puede ser portador de TOT con ventilación mecánica y deberá mantenerse la sedación hasta que el equipo médico decida despertar y extubar al paciente. Deberemos monitorizar la saturación de oxígeno periférico (SpO2). La mayoría llegan con algún aporte de oxígeno siendo lo más habitual cánulas nasales de bajo flujo o mascarilla ventimask. Es importante recordar que para proceder a la extubación debemos tener al paciente completamente despierto, y, además, asegurarnos que ha recuperado los reflejos de defensa laríngeos y faríngeos (deglución y tusígeno) y mantiene una adecuada conexión con el entorno: apertura espontánea de ojos, responde a ordenes verbales sencillas, etc. Vamos a monitorizar la hemodinamia del paciente para poder controlar la frecuencia cardíaca y el ritmo. Debemos monitorizar la tensión arterial, ya sea de forma invasiva o no invasiva dependiendo del estado hemodinámico en el que llegue. El paciente puede estar monitorizado con otros dispositivos como Swan Ganz, PICCO, balón de contrapulsación, Vigileo, PIC o PPC que también deberemos identificar y controlar. En caso que el paciente lleve marcapasos, se deberá monitorizar y comprobar su funcionalidad.
  6. Se revisarán los accesos venosos sean vías periféricas o catéter venoso central. Comprobaremos la función de las luces y la medicación que pueda llevar en ellas. En caso de precisar NPT se deberá iniciar por una luz sellada. Será importante el control del dolor, muchas veces llegan con catéter epidural con perfusión continua de analgesia que deberemos revisar. En otros casos llevan perfusión continua de analgesia endovenosa o analgesia a demanda endovenosa. En cualquiera de los casos anteriores, deberemos asegurarnos que la analgesia sea efectiva y suficiente. Puede ser que el/la paciente aun no haya recuperado la movilidad si se le ha practicado una anestesia espinal. Deberemos anotar cuando revierta completamente. El control de la diuresis también es de vital importancia para orientarnos sobre el estado hemodinámico del paciente. Deberá hacerse de forma horaria y adecuar el objetivo volumen según el peso del paciente, con uso de urinometer. Miraremos temperatura ya que muchas veces llegan hipotérmicos a causa de la baja temperatura dentro de quirófano, si es así deberemos termoregular al paciente ya sea con mantas de ropa o manta térmica. En caso de fiebre, deberemos consultar si son indicados los hemocultivos, y procederemos a bajar la temperatura con medidas físicas o fármacos prescritos por el equipo médico. Control de la SNG o sonda nasoyeyunal en declive o aspiración suave según indicación. La aparición de náuseas y vómitos a causa de la medicación anestésica es frecuente en el postoperatorio, y puede ser una causa de complicación por lo que deberemos revisar la medicación pautada para que en caso de que se presenten estos síntomas, se pueda administrar de forma precoz. La SNG o nasoyeyunal no debe de movilizarse ni hacer lavados si no es con orden estricta del médico. Control de los apósitos quirúrgicos. En caso que el apósito llegue manchado, deberemos rotularlo para poder detectar si este augmenta de cantitad. Los drenajes deben numerarse si llevan más de uno y conocer donde están situados para saber si el débito que sale es el correcto o no, y valorar la cantidad del mismo. En las primeras horas el paciente deberá permanecer en reposo absoluto con el cabezal a 30º (posición de fowler) siempre que sea posible y hasta indicación médica. Es posible que el equipo médico nos pida extracción de analíticas de sangre para la valoración de diferentes parámetros como bioquímica, hemograma coagulación y gases arteriales o venosos, la realización de un electrocardiograma o la realización de una radiografía. 3.2 Control posterior Dolor: Para la valoración del dolor empelaremos la escala EVA en caso de pacientes conscientes y en caso de pacientes bajo efectos de sedación la escala que utilice el hospital, como puede
  7. ser la escala ESCID que valora la expresión facial, la tranquilidad, el tono muscular, la adaptación a la VM y la confortabilidad. Utilizaremos analgesia mediante catéter epidural, infusión continua endovenosa o analgesia sistémica endovenosa. Comprobaremos su efectividad y la necesidad de la misma ya que seguramente no será la misma demanda a la llegada del paciente a la UCI que al 4º día del postoperatorio. Herida quirúrgica: Se realizará la cura de la misma según el protocolo de cada hospital, generalmente por las mañanas coincidiendo con la higiene del paciente y de forma estéril en grandes cirugías. Se valorará el aspecto y características para detectar posibles infecciones. Es importante que en caso de algún cambio se anote a la gráfica y se comunique. El equipo médico puede valorar el uso de faja abdominal en algunas cirugías. Drenajes: Podemos encontrarnos con diferentes tipos de drenaje según la cirugía realizada: Penrose, Redón, Jackson Pratt, tubo de Kher, sonda Nelaton, drenajes tipo Saratoga, drenajes torácicos pleurales o drenajes ventriculares. Se valorarán de forma continua para detectar sangrado o cambios en el débito. Valoraremos la pérdida del vacío. En caso de drenajes torácicos también debemos revisar el sello de agua, posibles fugas y comprobaremos la conexión a la aspiración si esta está indicada. La cura se realizará también cada 24h, normalmente por las mañanas cuando se realiza la higiene del paciente y la cura de la herida. En caso de los drenajes ventriculares, deberán hacerse de forma aséptica y con riguroso cuidado. e) PACIENTE CRITICO QUEMADO Las quemaduras son lesiones físicas de la piel que pueden involucrar otros tejidos y donde no intervienen fuerzas mecánicas, sino que son generadas por agentes físicos y ocasionalmente químicos, con extensión y profundidad variable. Sus características principales son la desnaturalización proteica, la destrucción celular y la abolición de su metabolismo, lo que provoca la pérdida de continuidad en la piel. Quemadura se define como la lesión producida por un cambio de energía y temperatura, sea productora de calor o frío, e independiente de la etiología, ya sea térmica, química, radioactiva o eléctrica. Este grupo de pacientes se presenta con gran frecuencia en los Servicios de Urgencias, un alto porcentaje requiere atención en una Unidad de Cuidados Intensivos. Para normar la conducta a seguir con un paciente quemado se debe iniciar con clasificar las lesiones. (Toribio Felipe, 2005)
  8. e.1) Clasificación de las quemaduras. GRADO ESPESOR PRESENTACIÓN CLÍNICA I Superficial Seca, eritematosa, palidece con la compresión, muy dolorosa II-A Parcial superficial Eritematosa, brillosa, con ámpulas, palidece con la presión, muy dolorosa II-B Parcial profunda Eritematosa, brillosa, con ámpulas que se rompen fácilmente, no palidece con la presión, duele a la presión III Profunda Blanquecina o grisácea, seco y con pérdida de la elasticidad del tejido, no palidece, poco o nulo dolor IV Total Involucra tejido muscular, fascia, cápsula articular y hueso, en abdomen y tórax puede llegar a evidenciar órganos internos (MEDICINE, 2023)
  9. e.2) SEPSIS EN EL PACIENTE QUEMADO Los pacientes quemados presentan una respuesta fisiológica alterada, con cambios en la regulación térmica, hídrica, alteraciones de la coagulación, entre otros, por esto, los criterios de respuesta inflamatoria sistémica se ven modificados. A diferencia de los pacientes no quemados, los cambios encontrados hasta los siete o 14 días pueden ser asociados a la quemadura. En los pacientes que cumplen criterios se deben tomar cultivos de sangre, expectoración, orina, biopsia de lesión, revalorar heridas quirúrgicas e injertos aplicados, y con esto determinar si se inicia o se ajusta el manejo antibiótico. Estas quemaduras se clasifican según la profundidad, el compromiso tisular y la superficie corporal afectada con el fin de definir el manejo, pronosticar la mortalidad, evitar posibles complicaciones asociadas y determinar la necesidad de seguimiento en unidades de alta dependencia. Una quemadura mayor se define como aquella que compromete 25% o más de la superficie corporal total. El tratamiento inicial de estos pacientes debe ser en la Unidad de Cuidados Intensivos y está orientado a la estabilización inicial, con un adecuado soporte ventilatorio, reanimación hídrica, estabilización cardiovascular, control del dolor y manejo local de las heridas. El fin del manejo es mantener la perfusión, prevenir el choque, la falla orgánica múltiple y evitar la morbimortalidad asociada a la sobre reanimación, el síndrome compartimental abdominal, la rabdomiólisis, la lesión renal aguda y las infecciones. Una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) puede definirse como “organización de profesionales sanitarios que ofrece asistencia multidisciplinar en un espacio específico del hospital, que cumple unos requisitos funcionales, estructurales y organizativos, de forma que garantiza las condiciones de seguridad, calidad y eficiencia adecuadas para atender pacientes que, siendo susceptibles de recuperación, requieren soporte respiratorio o que precisan soporte respiratorio básico junto con soporte de, al menos, dos órganos o sistemas; así como todos los pacientes complejos que requieran soporte por fallo multiorgánico”. La UCI, además, puede tratar a pacientes que necesitan cuidados a un menor nivel. (ACTITUD, 2018) Es importante saber qué pacientes deben ser atenidos en estas unidades/centros, y para ello, se han establecido una serie de criterios que según la Asociación Europea de Quemaduras sería: Pacientes con quemaduras cutáneas superficiales en más de:  5% de la superficie corporal total si se trata de niños menores de 2 años.  10% en niños de entre 3 y 10 años.  15% en niños entre 10-15 años.  20% en adultos.  10% en ancianos a partir de 65 años. Se considera gran quemado cuando la afectación de la superficie corporal quemada es mayor al 10%, y pueden estar afectados los siguientes sistemas del cuerpo humano:
  10. Cardiovascular. Respiratorio. Renal. Nervioso central. Hematológico. Endocrino. Hepático. Gastrointestinal. También pueden producirse infecciones, ya que estos pacientes tienen mayor predisposición por la afectación a nivel de la epidermis y la dermis. Dependiendo del grado de afectación sistémica y la severidad de la quemadura, muchos de estos pacientes van a requerir monitorizar sus constantes vitales e incluso su ingreso en una unidad de cuidados intensivos. Además, de establecer estos porcentajes, encontramos otros muchos criterios que indicarían gravedad y por tanto, necesitarían cuidados y vigilancia intensivos para su recuperación. Entre ellos, encontramos:  Pacientes que requieren reanimación cardiorrespiratoria.  Los que han sufrido quemaduras en zonas críticas (cara, manos, genitales o articulaciones mayores).  Grandes quemaduras eléctricas o quemaduras químicas importantes.  Quemaduras con sospecha de lesión por inhalación.  Quemaduras de cualquier tamaño con traumatismos o enfermedades concomitantes, que pueden complicar el tratamiento, prolongar la recuperación o afectar la mortalidad.  Pacientes quemados que requieren apoyo social, emocional o rehabilitación a largo plazo.  Quemaduras de espesor parcial profundo y quemaduras de espesor total en cualquier grupo de edad y en cualquier extensión. Consideramos entonces, enfermo Gran Quemado, al que presente más del 20% de su superficie corporal quemada o que presente alguna comorbilidad que afecte a la evolución del trauma y cause una mortalidad elevada. En relación con esto último, las quemaduras se pueden clasificar de múltiples formas:  Según el Agente Causal o Térmicas: estas quemaduras son originadas por una fuente de calor con capacidad de elevar la temperatura de la piel y estructuras profundas pudiendo provocar la muerte celular y coagulación de las proteínas. Según la cantidad de energía de la fuente, la profundidad y extensión de la quemadura será diferente. o Por radiación: normalmente son ocasionadas por una exposición larga a radiación solar ultravioleta, tanto solar como a través de fuentes artificiales. o Químicas: en este caso, se origina necrosis de los tejidos a causa de sustancias ácidas o básicas, que pueden ser líquidas, sólidas o gaseosas.
  11. o Eléctricas: la causa es una corriente eléctrica que puede alcanzar temperaturas de 5000ºC produciendo quemaduras en la piel donde la extensión y profundidad puede ser muy variable, creando una necrosis y escara que son de mayor magnitud, como si se tratara de un iceberg.  Según su profundidad o Quemadura epidérmica o de 1º grado. o Quemadura dérmica o de 2º grado, que pueden ser superficiales o profundas. o Quemadura subdérmica o de 3º grado. En este sentido, la American Burn Association (ABA) estableció una clasificación del pronóstico de las quemaduras en base a su gravedad. Las dividió en:  Quemadura mayor: o 25% de SCQ de 2° grado en un adulto. o > 20% de SCQ de 2° grado en un niño. o > 10% de SCQ de 3° grado en un niño o en un adulto. o Todas las quemaduras que involucran ojos, oídos, orejas, cara, mano, pies, periné y genitales. o Todas las lesiones inhalatorias con o sin quemaduras. o Quemaduras eléctricas. o Quemaduras y trauma concurrente. o Quemaduras en pacientes de alto riesgo: diabetes, embarazo, EPOC, cáncer, otras. o Pacientes psiquiátricos. e.3). DESARROLLO  Primeramente, debemos tener en cuenta que se tratan de pacientes en estado crítico y que en muchas ocasiones su vida corre peligro, de ahí la urgencia y la necesidad de cuidados intensivos como se ha comentado anteriormente. El manejo y tratamiento de estos pacientes se basa en la fisiopatología de las quemaduras.  En este sentido es muy importante el manejo del “shock por quemaduras” donde se produce mayor permeabilidad capilar, una mayor presión hidrostática a través de la microvasculatura, el movimiento de proteínas y fluidos desde el espacio intravascular al espacio intersticial, una mayor resistencia vascular sistémica, un gasto cardíaco reducido e hipovolemia que requiere reanimación con líquidos. Además, la respuesta inmune hace que se liberen citocinas y quimiocinas procedentes del endotelio causando la activación de células proinflamatorias en el tejido de la lesión, lo que provoca un gran edema en estos pacientes. 32-34  Junto con esta respuesta inflamatoria se produce un aumento de la tasa metabólica en pacientes con quemaduras severas e inflamación crónica y pérdida de masa corporal magra afectando, por tanto, a la cicatrización de la herida.  Como el estado inmunológico se encuentra alterado, se produce mayor susceptibilidad a las infecciones que pueden llevar a un estado de sepsis, lo que hace
  12. que aumente la inflación sistémica. Finalmente, el conjunto del estado hipermetabólico junto con la inflamación, empeoran la cicatrización, siendo proporcional a la extensión y profundidad de la quemadura, es decir, en quemaduras más profundas se liberan mayor cantidad de citocinas, la inflamación es mayor y se produce una respuesta hipermetabólica mayor.  Todo esto afecta también al tiempo de estancia hospitalaria de los pacientes y a la mortalidad de los mismos. Un gran quemado se define como aquel que presenta quemaduras en extensión corporal y profundidad que le producen alteraciones fisiológicas severas que puedan poner en peligro su vida. Por ese motivo es esencial una rápida valoración y su paso a una unidad de cuidados intensivos, donde se encargarán de proporcionar los cuidados necesarios. Estos pacientes presentan un alto índice de mortalidad y su tratamiento supone un elevado coste sanitario derivado de las técnicas de tratamiento, prevención de complicaciones y rehabilitación. Es necesario resaltar la diferencia entre un paciente con quemaduras locales, sin afectación sistémica, y el síndrome del gran quemado que es una patología crítica donde las quemaduras pasan a un segundo plano, ya que nos enfrentamos a un paciente inestable con numerosas complicaciones precoces y tardías. La evolución del paciente quemado depende de la fuente de calor, el tiempo de exposición y su intensidad, antecedentes del paciente y la calidad del tratamiento que se preste en la etapa aguda. f.) ATENCION DE ENFERMERIA DURANTE LA FASE AGUDA La atención de enfermería estará enfocada a cubrir las necesidades de los pacientes, en función de la fisiopatología de las quemaduras y el estado de salud, para la prevención de posibles complicaciones. Estos cuidados comportan una gran demanda y requerirán una alta calidad de la atención de enfermería. f.1.) MONITORIZACIÓN Generalmente se utilizarán técnicas no invasivas para la tensión arterial (TA), ECG, frecuencia cardíaca (FC), FR y la saturación de oxígeno. En caso de encontrar alguna dificultad, será necesario canalizar un catéter arterial (TA invasiva, extracción de gasometrías arteriales y el estado ácido base), un catéter venoso central (CVC) para determinar la presión venosa central (PVC) y, de forma no tan común, un catéter Swan Ganz para determinar parámetros hemodinámicos, incluso IOT y necesidad de conectarlo al ventilador.  ECG: observar alteraciones en el ritmo cardíaco puede ser el primer indicador de hipoxia, alteraciones electrolíticas o en el equilibrio ácido-base.  TA: alteraciones en la TA nos pueden dar información sobre los cambios en la volemia.
  13.  Temperatura corporal: el paciente quemado tiende a la hipotermia. Una disminución de la temperatura puede provocar inestabilidad hemodinámica y empeoramiento de la perfusión orgánica.  PVC: se trata de un parámetro no muy fiable a la hora de corregir el ritmo de la infusión de líquidos ya que en fases iniciales la PVC en pacientes quemados suele ser baja (0–5 cmH2O) aunque la resucitación con fluidos se esté realizando de forma adecuada. f.2.) CONTROL DE LA CIRCULACIÓN EN EXTREMIDADES QUEMADAS Será importante vigilar los síntomas que indiquen un compromiso circulatorio en las extremidades afectadas por quemaduras profundas:  El color: cianosis  Temperatura: frío.  Percepción del dolor: parestesia.  Presencia de pulsos en las zonas distales.  Retraso en el relleno capilar del lecho inguinal.  Signos y síntomas indicadores de compromiso vascular. Las extremidades se deben colocar elevadas respecto al nivel del corazón, para favorecer el retorno venoso y el drenaje linfático. Al realizar la primera cura, los apósitos se deben sujetar de forma que los tejidos subyacentes se puedan expandir. La sujeción con vendas de algodón no elásticas puede ser una causa de compresión, encogiéndose debido a la humedad del exudado de la herida y las pomadas aplicadas, además de por el aumento de volumen de la extremidad debido a la edematización durante las primeras 24-48h. Por tanto, es importante sujetar siempre los apósitos con maya tubular o venda elástica, pero sin apretar, ya que se dan casos de dolor y déficit de riego sanguíneo por los vendajes muy ajustados. Los vendajes compresivos están totalmente contraindicados. f.3.) CONTROL DE VÍAS AÉREAS, RESPIRACIÓN Y OXIGENACIÓN Se realizará una inspección de las vías aéreas (fosas nasales y cavidad oral), el aspecto de la mucosa oral y la cantidad y aspecto de las secreciones. Por otro lado, es importante prestar atención a los cambios del timbre de voz (ronquera, disfonía, afonía) ya que es indicador del inicio de edema en la glotis o cuerdas vocales. Se debe vigilar la frecuencia respiratoria y el tipo de respiración, además de iniciar la fisioterapia respiratoria de forma precoz para prevenir complicaciones. Un porcentaje muy bajo de los enfermos precisaran IOT e, incluso, traqueotomía, los cuales deberán obtener las curas específicas para dichas situaciones.
  14. f.4.) CONTROL DEL ESTADO DE CONSCIENCIA El estado de consciencia puede verse alterado por el estrés, la hipoxia, en el inicio de la fase de absorción de edemas y por posible absorción de fármacos (opiáceos) administrados por vía intramuscular o subcutánea o que se han extravasado. Por otro lado, el estado de consciencia también se puede ver afectado por edema cerebral o por algún traumatismo que se haya producido en el momento de la quemadura. Por tanto, se debe estar atento a cualquier manifestación neurológica que puedan presentar los pacientes como la desorientación, constantes vitales, agitación, convulsiones, alteración pupilar, etc. En resumen, junto con la diuresis, el nivel de consciencia es el parámetro indirecto más fiable para determinar la perfusión tisular en estos pacientes. Puesto que una alteración nos informa de una perfusión y oxigenación tisular inadecuada a nivel cerebral. f.5.) REPOSICIÓN HIDROELECTROLÍTICA Se precisa un gran aporte de líquidos, las soluciones utilizadas más frecuentemente son el ringer lactato o el suero fisiológico con suplemento de iones y/o bicarbonato sódico. También se utilizará el suero glucosado 5% para cubrir necesidades calóricas. A las 24h de la quemadura, se suele iniciar la administración de soluciones coloidales (seroalbúminas) para aumentar la presión oncótica de la sangre y así favorecer y acelerar la reabsorción de edemas, además de contrarrestar la hipoproteinemia. f.6.) CONTROLES DE LA ELIMINACIÓN Y BALANCE HIDROELECTROLÍTICO El parámetro más importante para controlar el estado hemodinámico es la diuresis. Estos pacientes irán con sonda vesical para tener un adecuado control y, por tanto, precisarán las curas del mantenimiento del catéter. Durante las primeras 24h postquemadura, la hormona antidiurética (ADH) limita la excreción de agua libre, por lo que la diuresis puede reflejar el filtrado glomerular y la perfusión renal. Una diuresis de 0,5-1ml/Kg/hora corresponde a un flujo sanguíneo normal. Si la diuresis es insuficiente, el ritmo de la administración de fluidos se debe aumentar de forma progresiva, ya que los bolos de fluidos aumentan la PVC y aumentan significativamente la formación de edemas. Por otro lado, en las primeras horas es normal que no hagan ninguna deposición debido a la acción de los fármacos (opiáceos), íleo paralítico, dieta absoluta y/o líquida progresiva o por la incomodidad o el miedo a sentir dolor al hacer fuerza de los propios pacientes. En algún caso aislado, se aumenta el peristaltismo por el estado psicoemocional, provocando diarreas. Las pérdidas insensibles son muy difíciles de calcular, pesar al paciente es la forma más aproximada de cuantificarlas y, aun así, puede verse interferida por la pérdida de masa muscular o de tejido adiposo.
  15. Para hacer el diagnóstico del estado hemodinámico del paciente, no únicamente se puede apoyar en el resultado del balance hídrico, sino que también se deben tener en cuenta las constantes vitales y las analíticas (proteinemia, hematocrito, ionograma, etc.). f.7.) ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS (VÍA ENDOVENOSA) Los fármacos más utilizados son:  Medicación para el dolor: entre los fármacos más utilizados para el tratamiento del dolor se encuentran los opiáceos. El Remifentanilo se trata de un opiáceo de acción muy rápida y metabolización plasmática, es un fármaco de elección como analgesia continua durante las intervenciones. El fentanilo también se puede usar como analgesia residual. Para reducir la cantidad de éstos, se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) ya que con la combinación se disminuye un 20-30% la ingesta de opiáceos, además de reducir los efectos adversos que presentan. Se encuentra un inconveniente en los AINE y es que a causa de la inhibición de la agregación plaquetaria, estos antiinflamatorios se deben evitar en situaciones de riesgo de sangrado, como es el caso del paciente gran quemado, por lo que el paracetamol, la dipirona son los más indicados. También se ha podido observar en pacientes gran quemados que el uso de la gabapentina y la pregabalina reducía significativamente tanto la intensidad de dolor neuropático como el consumo de opiáceos.  Antihistamínicos H2, para la prevención de la úlcera de Curling (característica del paciente gran quemado).  Heparinización como profilaxis de la tromboembolia.  En casos excepcionales se administrarán diuréticos (manitol y furosemida), especialmente si la rehidratación se ha iniciado tarde, de forma insuficiente o en pacientes con alteración renal previa.  Los antibióticos sólo se administrarán en casos de clínica de infección y preferentemente confirmada con cultivos y antibiograma. La administración de forma empírica solo está justificada en casos de riesgo muy alto debido a lesiones asociadas muy sucias o con clínica muy evidente de infección mientras se esperan los resultados del antibiograma, pero no en todas las quemaduras.  Según el estado de inmunización del paciente se debe administrar, si es preciso, la profilaxis antitetánica. A todos los pacientes con quemaduras >10% SCT se les debe administrar toxoide tetánico y, si no está clara la inmunización previa, se debe administrar la inmunoglobulina antitetánica. f.8) CONTROLES ANALÍTICOS En la fase de reanimación, los controles analíticos se deben hacer cada 6 – 12 horas para detectar y corregir precozmente cualquier alteración hematológica, bioquímica o del estado ácido-base.
  16. f.9) REALIZACIÓN DE CURAS TÓPICAS Es una técnica larga y compleja, puede durar fácilmente una o dos horas realizándola entre dos o tres personas. Es muy importante tener experiencia en la realización de esta técnica para una buena evolución del paciente, ya que la misma cura realizada por personal sin experiencia y sin práctica, puede durar el doble de tiempo, induciendo a una gran pérdida de energía en forma de calor, pudiendo repercutir significativamente en la evolución y recuperación del paciente. Es necesario planificar adecuadamente la cura: preparar la habitación a una temperatura adecuada, la correcta limpieza de las superficies, etc., preparar el material necesario, informar al paciente, administrar analgesia si está indicada, la preparación del personal con una indumentaria adecuada, preparar los apósitos y el resto de material en el campo estéril y hacer partícipe al paciente en todo lo posible y escuchar sus sugerencias. Se debe observar y valorar el estado de las heridas y anotarlo en una hoja de seguimiento. Higiene y confort Los quemados son pacientes con un alto nivel de dependencia, por ello, será necesario hacerle una higiene meticulosa debido al alto riesgo de infección. La mayoría de las infecciones de los quemados se originan a partir de su propia flora bacteriana. La actividad física estará muy reducida por la necesidad de reposo absoluto. Si además se añaden las molestias de las zonas quemadas, hará que resulte muy incómodo estar en la cama. Será necesario promocionar el máximo bienestar posible y evitar la aparición de úlceras por presión, realizando cambios posturales y colocando cojines, colchones y camas especiales, etc. La administración de analgésicos también contribuye a lograr el bienestar del paciente quemado, además de técnicas de relajación, masajes, etc. Aislamiento protector En virtud del estado de inmunosupresión y las características de las lesiones, es necesario evitar las infecciones cruzadas a través de las extensas áreas de entrada. Son pacientes que, debido a su estado anímico y el hecho de encontrarse en una habitación aislada, únicamente el personal sanitario puede proporcionarle compañía, ocupándonos gran parte del tiempo. El aislamiento estricto, con restricción o prohibición de visitas familiares estuvo vigente al inicio de la puesta en marcha de las unidades especializadas en grandes quemados. Des de ya hace varias décadas ha estado desaconsejado, por las consecuencias negativas de tipo psicológico que comporta a los pacientes como estrés, ansiedad y/o depresión, y por la escasa eficacia que demostró para evitar un mayor nombre de infecciones. Actualmente únicamente se practica en alguna unidad, donde por rutina y por comodidad del personal asistencial y de forma científicamente injustificada, aún no se han actualizado. Está demostrado que, con unas medidas de higiene y aislamiento de contacto, sobre todo por parte de los profesionales, que somos los que podemos diseminar la flora hospitalaria, es suficiente para evitar infecciones cruzadas.
  17. f.9). NUTRICIÓN Desde el momento en que se recupera el tránsito intestinal (auscultación de ruidos intestinales), ya se puede iniciar la administración de líquidos por vía oral de forma progresiva hasta llegar a una dieta hiperproteica hipercalórica. No se considera conveniente mantener al paciente en dieta absoluta ya que, cuando se realizaba antiguamente, los pacientes padecían una destrucción de la flora saprofita enteral y una atrofia de las vellosidades intestinales que contribuía a debilitar el sistema inmunitario, causando grandes procesos diarreicos. En casos que se puedan prever que el paciente no podrá ingerir una cantidad suficiente de alimentos, en quemaduras de más de un 25 – 30% de SCTQ, se le colocará una SNG de pequeño calibre y se iniciará la nutrición enteral con preparados hipercalóricos e hiperproteicos con suplementos de vitaminas y oligoelementos, en perfusión continua y de forma progresiva, según tolerancia, hasta alcanzar la dosis para compensar el gasto calórico- proteico que presentan. La nutrición enteral es de elección frente a la parenteral debido a las ventajas que ofrece como son: aumentar el flujo sanguíneo intestinal, preserva la función gastrointestinal, reduce la atrofia de la mucosa y la translocación bacteriana del tracto gastrointestinal, es más económica y no presenta los riesgos o posibles complicaciones que presenta la parenteral (neumotórax iatrogénico, hemorragia, infección, disminución del uso de proteínas, etc.). f.10). SOPORTE PSICOLÓGICO Como se ha comentado anteriormente, los grandes quemados sufren un gran choque emocional. El personal de enfermería, en parte, es el responsable de hacer de nexo de unión entre los pacientes y el mundo exterior y de hacerles la estada lo más agradable posible. Sobre todo, es necesario informarles en todo momento de todo lo que les tenemos que hacer y con qué finalidad, pedirles la máxima colaboración posible y que sean corresponsables de su curación, respetando siempre su intimidad y dignidad. Hay que saber escuchar todas sus preocupaciones e inquietudes, dándoles y quitándoles importancia de una forma razonada pero nunca ridiculizándolos. En caso de no poder tranquilizar al paciente, tendremos que solicitar la colaboración de un psicólogo.
  18. g.) PACIENTE CRITICO POLITRAUMATIZADO El trauma que se define como una lesión severa a nivel orgánico, resultante de la exposición aguda a un tipo de energía (mecánica, térmica, eléctrica, química o radiante), en cantidades que exceden el umbral de la tolerancia fisiológica (Baker et al., 1984). En la actualidad cerca del 60% de todos los pacientes politraumatizados corresponden a eventos posteriores a un accidente del tránsito, con una alta tasa de mortalidad, por ello ha desplazado a otras patologías tales como enfermedades infectocontagiosas, y el trauma ha pasado del noveno lugar hasta un tercer o cuarto lugar entre las causas de muerte en la estadística global, convirtiéndose realmente en una pandemia mundial. (ENRIQUE, 2011) g.1) La mortalidad según la edad presenta 2 picos de incidencia:  En torno a los 20 años: por accidentes de tráfico y armas de fuego  En torno a los 80 años: por atropellos y caídas (osteoporosis, responsable de caídas domiciliarias y consecuentemente politraumatizados de baja energía)  La mortalidad en el paciente politraumatizado tiene una distribución trimodal: inmediata,precoz y diferida.  Inmediata: ocurre instantáneamente o a los pocos minutos, y es debida a lesiones incompatibles con la vida, tales como lesiones encefálicas severas, del tronco cerebral, medular alta, lesión cardíaca o desgarro de grandes vasos.  Precoz: ocurre en las primeras 4 horas tras el ingreso, y se debefundamentalmente a dos causas: TCE severo y shock hemorrágico.  Diferida (o tardías): ocurre en días o semanas tras el ingreso, debidas principalmente como consecuencia de lesión cerebral, fallo multiorgánico y SIRS.  Periodos o tiempos en los politraumatismos Se distinguen los siguientes tiempos:  Tiempo inicial: entre el accidente y la llegada del equipo de rescate.  Tiempo de rescate: entre el accidente y la llegada al hospital del paciente.  Tiempo de intubación: entre accidente e intubación.  Tiempo de resucitación: entre la llegada al hospital y el primer tratamiento quirúrgico o ingreso en UCI.  Tiempo quirúrgico: duración de la 1ª cirugía h.) TRATAMIENTO  El tratamiento de un paciente politraumatizado se desarrolla en varios periodos:  Desde la recogida hasta el hospital:  Al ingreso: valoración de cirugía definitiva o de control de daños.  Tratamiento tardío: reconstrucción 2ria.  Durante esta fase, en la que se incluye la hora de oro, el objetivo es realizar las  maniobras de resucitación y estabilizar al paciente. El manejo se lleva a cabo  mediante las siglas ABCDE, propuesta por el manual ATLS.
  19.  Permeabilidad de la vía aérea y protección de la columna cervical: determinar si la vía aérea es permeable y asegurar una vía aérea definitiva (con tubo de Guedel y ventimask o ambú, o intubación orotraqueal) protegiendo la columna cervical. Se debe suponer una lesión en la columna cervical en todo paciente politraumatizado.  Ventilación y respiración: administrar oxígeno a alto flujo para una correcta ventilación-oxigenación. Las lesiones que pueden alterar de forma aguda el intercambio gaseoso a nivel alveolo-capilar son el neumotórax a tensión, hemotórax masivo, neumotórax abierto y el tórax inestable con contusión pulmonar, que habrá que drenarlos o tratarlos adecuadamente.  Circulación y control de las hemorragias: en estos pacientes es importante la identificación del shock y su tratamiento precoz. La causa más frecuente del shock en el paciente politraumatizado es de origen hipovolémico, secundario a hemorragia, aunque también puede ser neurogénico o cardiogénico. Si observamos una hemorragia externa, habrá que intentar taponarla o hacer un torniquete. Hay que sospechar posibles hemorragias internas. Generalmente, por cada unidad de sangre perdida se repone 3 de líquido (cristaloides)  Estado neurológico: evaluación neurológica mediante la escala de Glasgow  Exposición y control ambiental: se debe retirar la ropa para llevar a cabo una evaluación completa evitando la hipotermia. i.) CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN PACIENTES POLITRAUMATIZADO ATENCIÓN EN CUIDADOS INTENSIVOS  Los pacientes con un traumatismo grave son ingresados directamente en la unidad de cuidados intensivos (UCI), desde urgencias o desde quirófano si requieren previamente intervención quirúrgica.  Una de las funciones más importantes es controlar el equilibrio entre la demanda y la aportación de oxígeno. El aporte de oxígeno debe mejorarse para evitar daño en los órganos vitales. La hipoxemia tisular, es un riesgo frecuente en el paciente trauma grave:  Desviación a la izquierda en la curva de disociación de la oxihemoglobina secundaria a hipotermia, hipocapnia, exceso de volúmenes administrados.  Hemoglobina disminuida.  Lesiones cardiovasculares que producen un bajo gasto cardiaco.  Deterioro del consumo celular de oxígeno, asociado a infecciones y alteraciones metabólicas.  La prevención y el tratamiento de la hipoxemia depende de la evaluación de la función pulmonar, el transporte de oxígeno y la utilización de oxígeno en las células. (SalusPlay, 2020)
  20. j.) CUIDADOS GENERALES DEL TRAUMA GRAVE EN CUIDADOS INTENSIVOS  Revisión del box de UCI previo al ingreso. Preparación del material y equipos: monitores, sistemas de aspiración, respiradores, material de RCP.  Monitorización y vigilancia de la situación hemodinámica del paciente: colocación de catéter arterial, vías centrales, saturador de oxígeno, capnógrafo, presión arterial, frecuencia respiratoria.  Instauración del tratamiento farmacológico. Control de infusión mediante bombas.  Inmovilización-movilización: cuidados de los dispositivos de inmovilización, movilización segura a la hora de cambios posturales y/o higiene. al igual que en los traslados.  Prevención de efectos adversos: ulceras por presión, cuidados de la piel, prevención tromboembólica, cuidados y mantenimiento de los distintos dispositivos que lleve el paciente (intubación, vías centrales, sonda vesical …) para prevenir las infecciones nosocomiales.  Valoración del dolor, estado óptimo de la sedación, delirio o cualquier signo de alarma que índice disconfort.  Cuidados de las heridas traumáticas y quirúrgicas, valorando signos de necrosis, infección y sangrado.  Apoyo psicológico al paciente consciente: disminuir la ansiedad y el miedo.  Atención a la familia: proporcionar información a las familias y facilitar la comunicación con el paciente según normativas de las unidades. k.) CUIDADOS ESPECÍFICOS DE ENFERMERÍA AL PTT  Control de la frecuencia respiratoria y el grado de esfuerzo respiratorio. Es recomendable que el paciente realice ejercicios de fisioterapia si no hay contraindicación médica para eliminar las secreciones traqueobronquiales.  Aspiración de secreciones si el paciente está intubado, controlando la saturación de O2.  Monitorización hemodinámica: La hipotensión se relaciona normalmente con hipovolemia, taponamiento cardíaco, neumotórax a tensión, o lesión medular (perdida de tono vascular).  Vigilancia de la frecuencia cardiaca: diferenciación del shock por lesión medular de la hipovolemia si ha bradicardia.  Control de la diuresis: indicador del estado de la perfusión. Mantener una diuresis horaria entre 0,5 y 1 ml/Kg/h.  Valoración del estado de conciencia: disminución de la consciencia en un PTT puede ser por diversos motivos: hipovolemia, hipoxia cerebral, hipoglucemia, drogas.  Vigilancia de la aparición de agitación o convulsiones.
  21.  Balance hídrico estricto: (entradas, salidas, sudor, fiebre, …), necesario para ajustar el tratamiento.  Valoración de la sedación, control del dolor para no aumentar las demandas de oxígeno.  Vigilar la temperatura y tratar la fiebre. (SalusPlay, 2020)  Vigilar los signos de infección y prevenir las infecciones nosocomiales en la medida de lo posible: manipulación de catéteres, tubuladuras y aspiraciones de forma estéril.  Vigilar la aparición de sangrados no previsibles como en las encías, punciones, hematuria: puede indicar una CID (coagulación intravascular diseminada).  Adecuar el aporte calórico adecuado por vía parenteral o enteral.  Valoración del patrón de eliminación: evitar el restreñimiento por el riesgo de aumento de la PIA, fecalomas o diarrea.  Apoyo psicológico al paciente con comunicación empática aunque esté sedado. Y respetar la intimidad.  Realizar las movilizaciones del paciente con seguridad, inmovilización de las fracturas y vigilar la aparición de petequias en tórax, mucosas que podría indicar la aparición de embolia grasa (mayor riesgo en las fracturas de huesos largos y pelvis.  Cuidados básicos de cuidados de la piel con especial atención en la prevención de UPP, cuidados de la boca, traqueostomía, lavados oculares. Cambios posturales cuando el estado hemodinámico del paciente lo permita. (SalusPlay, 2020)
  22. A.M. Puppo Morenoa. (DICIEMBRE de 2019). La unidad de cuidados intensivos en el postoperatorio de cirugía mayor abdominal. MEDICINA INTENSIVA, págs. 569-577. ACTITUD, S. Y. (30 de MAYO de 2018). revisión y algoritmo. tención inicial del paciente quemado en UCI. Cherisse Berry, C. (Noviembre de 2020). PACIENTE EN ESTADO CRITICO. ABORDAJE AL PACIENTE CON ENFERMEDAD CRITICA. ENRIQUE, G. P. (2011). POLITRAUMATIZADO. En D. López-Durán, POLITRAUMATIZADO. INTERQUIROFANOS. (2023). INTERQUIROFANOS. Obtenido de INTERQUIROFANOS: https://iqinterquirofanos.com/postquirurgico-que-es-y-cuidados-para-aplicar-en-casa MEDICINE, S. (2023). CLASIFICACÓN DE QUEMADURAS . Obtenido de STANFORD MEDICINE CHILDREN´S HEALH. OCTAPHARMA. (2023). CUIDADO CRITICO. CUIDADO CRITICO. SalusPlay. (2020). SalusPlay. Obtenido de SalusPlay: https://www.salusplay.com/apuntes/cuidados-intensivos-uci/tema-1-cuidados-en- pacientes-criticos-post-quirurgicos Toribio Felipe, R. (2005). QUEMADURAS. En P. Maldonado Delgado, QUEMADURAS (pág. 1). Hospital Virgen del Puerto : Hospital Virgen del Puerto .
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