En un mundo al revés, la gente vivía su vida al contrario: decían "adiós" en lugar de "hola", caminaban hacia atrás, los niños iban a trabajar y los padres a la escuela. Incluso hablaban al revés, comenzando las palabras por la última sílaba. Cuando una familia extranjera los visitó y habló normalmente, los del país al revés no los entendían y se rieron de ellos, por lo que los extranjeros decidieron irse y no regresar.